Narra Jeremiah:
El señor de cabello castaño va vestido con un estilo vaquero, lo que llama la atención entre todos los presentes, que van un tanto más formal que él. Tiene un pantalón tejano oscuro y una camisa rojo vino. En su cabeza un sombrero negro termina su atuendo a juego con su cinturón de hebilla grande y botas blancas. Le veo conversar alegremente con los invitados como si fuera uno más de la fiesta, pero no estoy seguro de que su nombre haya aparecido en la lista. Es más, estoy más que seguro de que no fue invitado y que Adriana no lo ha mencionado en todo el tiempo que llevamos juntos.
—¡Hija querida! — se acerca a ella con entusiasmo y me fijo en que tanto ella y su madre tienen el gesto duro.
Es evidente que no quieren que él esté aquí y algo me dice en su actitud que no es de fiar. No sé porqué la ge
Narra Adriana: La cena de ensayo ha salido mejor de lo que esperaba. Dejando de lado el percance con mi padre, no ha habido más complicaciones y Emma se ha encargado de hacernos reír y disfrutar de lo lindo, tanto, que casi siento que es de verdad todo esto. Tras una tanda de risas con los juegos que ha traído, ahora todos comen animadamente la cena que han servido. Estoy junto a Jeremiah, mi madre y el señor Jonhson, quienes encabezan la mesa. Presente también está Andrés, junto a su hermana Stacey, quienes por suerte no han traído a su madre. También están algunos socios del señor Johnson y por supuesto, Teresa, una guapa señora de pelo corto, delgada y de sonrisa dulce que parece ser la compañera del abuelo de Jeremiah. Mis compañeros de trabajo componen el quorum y el único pelo en la sopa es el indeseable de mi padre, quien, no sé cómo,
Narra Adriana:Mi despertador suena cuando ya yo estoy despierta, poniéndome los zapatos deportivos. Afuera no ha salido el sol por completo, pero necesito correr para despejar un poco la mente. La casa está en absoluto silencio y sé que debo aprovechar el momento de paz, antes de que todo el alboroto del día empiece. No conozco la finca, pero es seguro todo el lugar, además de que no pienso durar mucho, ya que la boda será en la mañana y antes de eso tengo que arreglarme el pelo y maquillarme, cosa que tomará mucho tiempo. Con mi sudadera de algodón puesta y unos leggins oscuros, salgo por la puerta trasera con sigilo. Tras estirarme unos minutos, empiezo caminando, pero antes de darme cuenta estoy corriendo a toda velocidad. Quizás este sea mi subconsciente diciéndome que huya de todo esto, pero lo ignoro, porque ya he dado mi palabra, ya he firmado un contrato, ya he
Narra Jeremiah: La veo salir del interior de la casa y parece un ángel, la luz del sol de la mañana irradia sobre ella y hace reflejo en su vestido, provocando un efecto increíble. Está sencillamente exquisita y me siento muy feliz de este día. No pensé que la idea de echarme la soga al cuello fuera tan agradable, aunque no se trata de una mujer cualquiera. Adriana es una mujer dulce, buena, divertida y excelente en la cama. Además de que he probado lo que sus manos preparan y eso es un todo un plus. Eso me hace sonreír, al menos mientras dure nuestro matrimonio, estaré bien alimentado.A mi lado, mi abuelo Gogo me da con el codo un par de veces en el costado. Está pidiéndome atención, pero no cedo.—Hijo mío, ¡qué bella está tu novia! ¿Ves que tuve una buena idea?Se burla de mí con una risa, satisfecho con
Narra Adriana: El flash de la cámara me ciega durante varios instantes y tengo que parpadear muchas veces para recuperar la visión, tras haber posado incontables veces para la sesión de fotos. Mis mejillas están adoloridas por lo mucho que tenido que sonreír. Mi estómago ruge en protesta porque todo el mundo está comiendo menos yo y la verdad estoy desesperada porque todo esto acabe.—¡Vamos, Adri! Una más —pide el fotógrafo moviéndose frente a nosotros en busca de nuestro mejor ángulo. —¿A caso piensas salir con una cara tan seria?—Lo siento, pero ya no resisto —digo, vencida.He perdido la cuenta luego de la toma número cien y para Emma nunca parece ser suficiente. Nos hemos fotografiado con las familias, los amigos, los compañeros y siendo invitados presentes en la fiesta, hemos posado con todos y cada
Narra Jeremiah: La observo dormir con una expresión de paz indescriptible y me inclino para robarle un beso, incapaz de contenerme. Es tan tierna que me inspira comérmela a besos, pero me freno para no despertarla. El viaje ha sido largo, pero tranquilo y Adriana, como de costumbre, se ha dormido a mi lado tan pronto hemos despegado. Ya estoy empezando a creer que es un talento que le han dado: sea un viaje en auto o avión, ella cae rendida a los pocos minutos de ocupar el asiento, aunque no la puedo culpar, este día ha sido verdaderamente una locura, pero por suerte ya lo peor ha terminado.Vamos en el jet privado que tiene la empresa, con dirección a Punta Cana, un destino turístico paradisíaco ubicado en la República Dominicana del que me han hablado mucho y al que nunca he ido. Adriana no sabe todavía hacia donde nos dirigimos, así que será una sorpresa para ella. A penas
Narra Adriana: Jeremiah me mira con curiosidad y preocupación a la vez, mientras yo hago esfuerzos sobrenaturales para no dejar escapar las lágrimas. Desde el momento en que he accedido a este plan, sabía que estaba corriendo un gran riesgo. Que podría terminar con el corazón roto, herido y acabado, y aún así me atreví, sabiendo que necesitaba el dinero que mejoraría la condición de vida de mi madre y la mía. Sin embargo, todo esto se me ha ido de las manos, las sonrisas, los regalos, los detalles que ha tenido conmigo mucho más allá del acuerdo, el sexo y todo lo vivido con él, me han podido y aquí estoy, casada y enamorada de un hombre que no me quiere.—Sí noté que esta noche has estado algo diferente, pero pensé que era el estrés. ¿Hay algo que te ha molestado? —toma mi rostro entre sus manos y yo
Narra Adriana: Me quedo mirándolo unos segundos y finalmente suelto una carcajada.—¿De qué demonios estás hablando? Si acabo de casarme contigo —levanto el dedo anular para evidenciar, con el anillo, mis palabras.Debo de estar alucinando porque no puedo creer que todo esto sea cierto. Se supone que me acabo de casar con él, que hemos firmado un acuerdo y que, ante mi repentina revelación de sentimientos, lo último que esperaba era una propuesta como esa. Más bien me hubiera gustado escuchar un: “estás loca” o quizás un: “devuélveme mi dinero”. Sin embargo, la pregunta me ha dejado en shock.—Lo digo en serio, pero, necesito que me escuches, porque es algo muy serio lo que he de decir.Niego con la cabeza, me encojo de hombros y abro los ojos grandemente, todo a la misma vez. Si algo quiero hacer en este momento,
Narra Jeremiah.La canción termina y, justo como dice la letra de la misma, su perfume y el olor de su piel son una combinación que me nublan la mente y los sentidos. ¿Quién diría que comprometerme con una mujer podría ser tan placentero? Claro que, no estamos hablando de cualquier mujer. Adriana es mágica, dulce y sensual hasta más no poder. Ella me ha robado hasta el aliento y en realidad la propuesta que le he hecho no ha sido para complacerla o llevármela a la cama. Lo he hecho porque he descubierto una realidad que desconocía y que me parece de lo más intrigante.Sin poder evitarlo, me adueño de su boca con prisa, ya vencido por las ganas de entregarme a ella por completo. Ya no me importa ser solo suyo, desearía morir enterrado entre sus piernas. Todo en ella es glorioso y el sexo no es la excepción.—Adriana… &iques