Narra Jeremiah:
Miro mi reloj, nervioso, puesto que son las cuatro y quince y no hay rastros de Adriana por ningún lado. Habíamos quedado en vernos en la oficina de Emma a las cuatro en punto. Me ofrecí a recogerla, como de costumbre, pero la muy testaruda se ha negado, insistiendo en venir en su auto. Siendo ella tan autoritaria, no hubo manera de hacerle cambiar de opinión, así que no me ha quedado de otra que ceder, a pesar de que me gusta llevarla a todas partes, no solo por su seguridad, si no por el placer de su compañía. Sin embargo, quince minutos tarde es demasiado tiempo y más para mí que odio llegar tarde, así que decido llamarla para saber de su paradero. No me he decidido a entrar, porque no quiero tener que enfrentar todo eso solo. El tema de la boda sigue dándome grima, pero debo guardar las apariencias. El primero que está impaciente en saber la fecha es mi abuelo, así que necesito ponerle un día hoy sin falta.
Marco su núme
¿Qué te parece mi historia?
Narra Adriana: Luego del comentario de Jeremiah, Emma está extremadamente servicial, atenta y colaboradora. No es que no lo fuera antes, por el contrario, estoy agradecida por su diligencia en nuestra fiesta de compromiso, sin embargo, su interés en si estoy embarazada o no, fue algo que no esperaba porque no le he dado la confianza para ello y más aún me incomodó que me viera con esos ojos, de que solamente por eso Jeremiah se casaría conmigo. Por suerte, él mismo se encargó de ponerla en su lugar, porque de haber sido yo, no estaríamos tan tranquilas charlando como lo estamos haciendo. Ahora bien, entiendo perfectamente su punto, una boda no es nada sencillo, y menos cuando se trata de un evento tan reconocido, esperado y comentado como lo es la boda del nieto del dueño de los supermercados más famosos del estado.—Aquí tengo la lista de pendientes que
Narra Jeremiah: —Bien, el pastel está listo. Creo que la opción de dulce de leche con crema chantillí es la mejor de todas. Las rosas blancas con las azucenas azules quedan perfectas y hacen un hermoso contraste con el color que hemos escogido —Adriana tacha con un resaltador ambas cosas de la lista que le ha dado Emma — Creo que eso es todo por hoy, ya podemo ir a casa.—Me parece bien. Además, algo debe hacer ella. Para eso le pagamos — corroboro, conduciendo por la ciudad.—Sí, y en mi opinión esto es demasiado. Quizás debimos escapar al juez civil y tramitar el proceso de una buena vez. De todos modos, es una boda falsa.—Pero la gente no tiene porqué saberlo. Se supone que debemos proyectar que estamos enamorados y eso es lo que la gente hace.—Sí, supongo — murmura no muy convencida &mda
Narra Adriana: No hay nada como el olor a nuevo, esa sensación de felicidad que uno adquiere cuando compra algo por primera vez y sabe que es el primero en usarlo. Así me siento hoy: pletórica con mi auto nuevo. Nunca creí que tendría la oportunidad de tener un auto de esta gama. El que hemos escogido es un Volvo V-cuarenta. Es color azul y me encanta. Nada que ver con mi viejo auto que apenas y pasaba de cuarenta millas por hora.—¿Te gusta? — me pregunta Jeremiah, viéndome desde afuera.—¿Te atreves a preguntar? ¡Me encanta! Es genial. Gracias de verdad — lo miro y él me sonríe.—Regreso en breve. Voy a llenar los documentos. No te vayas a ir — me amenaza a modo de chiste, aunque ganas no me faltan.Sé que este auto, al igual que todo lo que me ha dado, como la ropa y demás, son cosas que, llegad
Narra Adriana: Me voy a casar. Nunca la idea se había vuelto tan real como hasta este momento. Siempre creí que sería un día único en el que me sentiría la mujer más feliz de la tierra, sin embargo, las emociones que tengo son encontradas, y ninguna de ella se acerca a la felicidad. La culpa, la incertidumbre y el miedo sí son claras, pero el gozo y júbilo no forma parte de ellas. Me miro en el espejo, vestida de blanco y un pensamiento me grita que soy indigna, porque de pureza me queda poca cosa. Mi madre a mi lado me mira orgullosa, viéndome en la prueba del vestido y su rostro de alegría me hace sentir más culpable aún, si es que fuera posible.Todo este mes ha pasado demasiado rápido y Emma tenía razón, treinta días es muy poco tiempo. Ella se ha encargado de la mayoría de los detalles de decoración y log&i
Narra Adriana: Si los lunes son difíciles, los viernes son intensos en las escuelas. Generalmente los niños están eufóricos por el fin de semana que se aproxima y es difícil conseguir que se concentren en los deberes, todo el mundo pendiente a que el reloj marque las tres. En lo personal, yo estoy mucho más nerviosa que ellos, porque, al salir de aquí no me iré de copas ni a ver una película. Inmediatamente termine, debo ir a casa a tomar mi maleta y, junto a mi madre, salir disparada hacia la finca de mi prometido. Estos días han sido tan caóticos que apenas y hemos hablado un poco por teléfono, lo que ha hecho que, inconscientemente, me encuentre anhelante, deseosa por verle.Cuando el timbre anuncia el cierre del día, me levanto de mi escritorio a toda prisa y comienzo a ayudar a los pequeños a recoger sus cosas. El pequeño Ian es el m&
Narra Jeremiah: El señor de cabello castaño va vestido con un estilo vaquero, lo que llama la atención entre todos los presentes, que van un tanto más formal que él. Tiene un pantalón tejano oscuro y una camisa rojo vino. En su cabeza un sombrero negro termina su atuendo a juego con su cinturón de hebilla grande y botas blancas. Le veo conversar alegremente con los invitados como si fuera uno más de la fiesta, pero no estoy seguro de que su nombre haya aparecido en la lista. Es más, estoy más que seguro de que no fue invitado y que Adriana no lo ha mencionado en todo el tiempo que llevamos juntos.—¡Hija querida! — se acerca a ella con entusiasmo y me fijo en que tanto ella y su madre tienen el gesto duro.Es evidente que no quieren que él esté aquí y algo me dice en su actitud que no es de fiar. No sé porqué la ge
Narra Adriana: La cena de ensayo ha salido mejor de lo que esperaba. Dejando de lado el percance con mi padre, no ha habido más complicaciones y Emma se ha encargado de hacernos reír y disfrutar de lo lindo, tanto, que casi siento que es de verdad todo esto. Tras una tanda de risas con los juegos que ha traído, ahora todos comen animadamente la cena que han servido. Estoy junto a Jeremiah, mi madre y el señor Jonhson, quienes encabezan la mesa. Presente también está Andrés, junto a su hermana Stacey, quienes por suerte no han traído a su madre. También están algunos socios del señor Johnson y por supuesto, Teresa, una guapa señora de pelo corto, delgada y de sonrisa dulce que parece ser la compañera del abuelo de Jeremiah. Mis compañeros de trabajo componen el quorum y el único pelo en la sopa es el indeseable de mi padre, quien, no sé cómo,
Narra Adriana:Mi despertador suena cuando ya yo estoy despierta, poniéndome los zapatos deportivos. Afuera no ha salido el sol por completo, pero necesito correr para despejar un poco la mente. La casa está en absoluto silencio y sé que debo aprovechar el momento de paz, antes de que todo el alboroto del día empiece. No conozco la finca, pero es seguro todo el lugar, además de que no pienso durar mucho, ya que la boda será en la mañana y antes de eso tengo que arreglarme el pelo y maquillarme, cosa que tomará mucho tiempo. Con mi sudadera de algodón puesta y unos leggins oscuros, salgo por la puerta trasera con sigilo. Tras estirarme unos minutos, empiezo caminando, pero antes de darme cuenta estoy corriendo a toda velocidad. Quizás este sea mi subconsciente diciéndome que huya de todo esto, pero lo ignoro, porque ya he dado mi palabra, ya he firmado un contrato, ya he