Narra Adriana: El sol de la mañana entra brillante y con fuerza por las ventanas y me despierta de un sueño profundo. A mi lado, Jeremiah está rendido y ronca suavemente desde su almohada. Sonrío y le acaricio la barba con cariño, peino sus cejas y su cabello, contemplándolo. Es tan guapo, tan dulce, que a veces me sorprendo de que se haya fijado en mí, que soy un tanto más sencillo. No es que tenga problemas de autoestima ni mucho menos, pero sé que mi belleza no es llamativa como la suya. Parece que lo sacaron de una revista de modelaje. Todos estos días sin él, me he dado cuenta de que lo amo y que lo he extrañado con locura. Me inclino y le doy un beso suave en los labios. Abre los ojos al instante, al principio un tanto desorientado, pero sonríe suavemente al verme. —¿Qué estás haciendo, mujer? ¿Me quieres seducir? —pregunta con voz ronca, mientras me atrae por la cintura hacia él.—Sí, me descubriste —confieso, riendo.Se me acerca y comienza a besarme el cuello y a hacerme co
Narra Adriana: Al salir de casa hemos tenido que recurrir a la salida alterna del estacionamiento porque el frente estaba plagado por periodistas. Por lo visto, la noticia de mi aparición se ha propagado rápidamente y todos los canales locales aspiran a una primicia conmigo y con Jeremiah. De mi parte, lo último que quiero es ser vista en público. Mi vida se ha convertido en una montaña rusa de situaciones tormentosas y ser vista en público sería como la cereza del pastel, pero por suerte, mi amado esposo tiene controlada la situación.Además, ha contratado un equipo de seguridad para nosotros y mi madre, hasta que los villanos de nuestra vida desaparezcan finalmente.—La detective Kim me ha llamado, quiere que vayas a presentar tu declaración cuanto antes, pero le he dicho que tendrá que esperar porque ahora no es el momento —me avisa mientras se introduce al tráfico.Asiento, sin prestar mucha atención a nada de lo que pasa a mi alrededor. Siento la cabeza muy ligera, así que cierr
Narra Adriana: Decir que estamos asombrados es quedarse corto para el pasmo que se ha plantado en la habitación tras la noticia del doctor Powers. A diferencia de estar alegres, pareciera que nos hubieran anunciado que alguien en la familia a muerto. Un silencio sepulcral lena la sala y lo único que se escucha es el constante bip que suena una y otra vez desde la máquina. Voy a ser madre, ese pequeño sonido es la evidencia de que dentro de mí está creciendo otro ser humano y la idea no es nada fácil de digerir.Estoy en una especie de trance, en el que solo veo la pantalla, ofuscada por la tremenda noticia. De mi parte, todavía no he superado lo del secuestro ni los cambios que ha dado mi vida desde entonces, como para ahora tener que lidiar con esto. Para ser honesta, no me esperaba esto y no sé cómo enfrentarla aquí. Quisiera que Jeremiah tomara mi mano y me mirara a los ojos, pero de su parte no hay respuesta, no hay una sonrisa, ni un parpadeo en mi dirección, ni siquiera un parp
Narra Jeremiah:Cuando tenía seis años me había organizado la fiesta de cumpleaños más asombrosa que cualquier niño podría desear. Había globos, un castillo inflable, y un payaso que animaba el ambiente. El menú estaba compuesto de exquisiteces como pizzas, helado, algodón de azúcar y todas las demás delicias que los niños aman. Era un día maravilloso. Inicio del verano, la enorme piscina del patio disponible para quienes quisieran darse un chapuzón. Todo era tan genial, que sentía la envidia de todos mis compañeros de clase, porque ninguno había tenido nada semejante. Todo era espléndido y mi abuelo, que siempre me complacía en todos mis gustos, para colmo me había comprado una bicicleta roja con neumáticos blancos. Me sentía ser el niño más genial de toda la cuadra y mis amigos me miraban asombrados, porque yo tenía lo que ellos no. Mi regalo brillaba bajo el sol, la pintura destellante que solo lo nuevo puede tener. Era mágico. Recuerdo que me dolían las mejillas de tanto sonreír.
Narra Adriana: Las náuseas me golpean otra vez, a pesar de haberme tomado todas las medicinas que me indicó el doctor Powers, así que corro al baño para dejar que mi estómago siga sacando lo que no tiene, sin que pueda hacer nada al respecto. La luz está apagada, pero conozco muy bien el camino porque esta fue mi casa durante gran parte de mi vida, y a pesar del poco tiempo que duré fuera, la siento tan mía como siempre.Cuando las arcadas me dan tregua, me dejo caer al piso, y me recuesto, incapaz de regresar hasta la cama y demasiado cansada como para permanecer erguida. No estoy segura de qué hora es, pero sé que es o muy tarde, o muy temprano dado que el sol no ha salido todavía. Asumo que es de madrugada aún, la casa está a oscuras y mi madre no está por ningún lado. Solo cuando me siento con energía suficiente para ponerme de pie, me levanto del piso y regreso a mi cama.Estoy en el apartamento de mi mamá, donde me he refugiado desde la noticia de mi embarazo. Me siento fatal,
Narra Jeremiah: La lluvia de la mañana choca contra las ventanas de mi apartamento, mientras miro hacia el exterior, intentando mitigar mi dolor. Mi estado de ánimo es tan triste como el paisaje, salvo que esta vez no es la incertidumbre de saber el paradero de mi esposa lo que me aflige, sino saber que le he he hecho un mal y que las cosas entre nosotros están muy mal. Si mi abuelo estuviera con vida, él sabría lo que debería hacer, sin embargo, él no está y ni siquiera con mi mejor amigo Andy siento la confianza suficiente como para decirle la burrada que he cometido.A penas son las nueve de la mañana, pero estoy en pie desde las cinco. No he podido dormir casi nada en toda la noche, porque me despertaba a cada hora, buscando en mi cama vacía, la presencia de mi esposa ausente. Es increíble cómo se ha metido bajo mi piel y más increíble aún es saber que, tras días desaparecida, hoy no está aquí por la barbarie que cometí ayer. Solo de recordarlo me avergüenzo por completo.Ante mi
Narra Adriana: Siento que todo mi mundo se vuelve una pesadilla una vez más. No era suficiente la aparición de mi padre después de su frustrado secuestro, ni la noticia del bebé en el momento menos esperado, ni que mi marido me dejara bajo estas condiciones y en la crisis más grande de toda mi vida. Ahora, esta malvada mujer tenía que reaparecer y nada más y nada menos que a vengarse conmigo por algo que no hice yo. Siento el arma fría en nuca y todo mi cuerpo tiembla. Tengo mucho miedo, porque ya he sufrido en carne propia lo que una mente desquiciada es capaz de hacer, ya sea por dinero, por venganza o por mero placer. Si esta mujer ha llegado hasta este punto, sé que podría hacer conmigo lo que quiera en uno de sus arrebatos, y tengo miedo. Por mí y por mi bebé. —Daniela, ¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto y la descabellada idea de que ella y Jeremiah se hayan unido me cruza por la mente. Después de todo, fue él quien me dejó el auto. ¿Cómo más podría haber entrado? Sin embarg
Narra Jeremiah: Mi jornada laboral se hace interminable luego de la llamada del banco, no solo por todo el trabajo pendiente que tenía días esperando por mí, sino por las terribles ganas de volver a la casa de Maritza y hablar cara a cara con mi esposa, se me han hecho imposibles de controlar. El dinero no es un problema para mí. Con las acciones que tengo y la producción diaria que recibo de todos los centros comerciales me permite darme muchos, muchos lujos. Por eso, que ella decida retirar cien mil dólares y quiera gastarlos esa misma tarde, no significa nada para mí. Es más, nada me daría más gusto que eso, que tenga la vida que se merece y pueda darse todos los gustos que quizá nunca antes tuvo.Sin embargo, la conozco muy bien y ella nunca ha sido interesada. Sé que, si su madre no hubiera enfermado y no hubiera necesitado el dinero, no se habría atrevido a aceptar mi propuesta. Ella es de las serias. Ahora, quizás por lo del bebé necesite tener algo seguro a su nombre. Descono