Narra Adriana: Siento que todo mi mundo se vuelve una pesadilla una vez más. No era suficiente la aparición de mi padre después de su frustrado secuestro, ni la noticia del bebé en el momento menos esperado, ni que mi marido me dejara bajo estas condiciones y en la crisis más grande de toda mi vida. Ahora, esta malvada mujer tenía que reaparecer y nada más y nada menos que a vengarse conmigo por algo que no hice yo. Siento el arma fría en nuca y todo mi cuerpo tiembla. Tengo mucho miedo, porque ya he sufrido en carne propia lo que una mente desquiciada es capaz de hacer, ya sea por dinero, por venganza o por mero placer. Si esta mujer ha llegado hasta este punto, sé que podría hacer conmigo lo que quiera en uno de sus arrebatos, y tengo miedo. Por mí y por mi bebé. —Daniela, ¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto y la descabellada idea de que ella y Jeremiah se hayan unido me cruza por la mente. Después de todo, fue él quien me dejó el auto. ¿Cómo más podría haber entrado? Sin embarg
Narra Jeremiah: Mi jornada laboral se hace interminable luego de la llamada del banco, no solo por todo el trabajo pendiente que tenía días esperando por mí, sino por las terribles ganas de volver a la casa de Maritza y hablar cara a cara con mi esposa, se me han hecho imposibles de controlar. El dinero no es un problema para mí. Con las acciones que tengo y la producción diaria que recibo de todos los centros comerciales me permite darme muchos, muchos lujos. Por eso, que ella decida retirar cien mil dólares y quiera gastarlos esa misma tarde, no significa nada para mí. Es más, nada me daría más gusto que eso, que tenga la vida que se merece y pueda darse todos los gustos que quizá nunca antes tuvo.Sin embargo, la conozco muy bien y ella nunca ha sido interesada. Sé que, si su madre no hubiera enfermado y no hubiera necesitado el dinero, no se habría atrevido a aceptar mi propuesta. Ella es de las serias. Ahora, quizás por lo del bebé necesite tener algo seguro a su nombre. Descono
Narra Jeremiah: Salgo de la sala de computadoras en una especie de trance del que no logro despertar. Siento como si flotara en las nubes, capaz de digerir la noticia que me ha dado Freddy y en el fondo quisiera que por se tratara de un chiste. Que salieran los camarógrafos de algún lugar y me atraparan en un video riendo, diciéndome que no es más que un juego, una mala broma para ver como reaccionaba, sin embargo, llego hasta mi oficina sin que nada de eso pase y me dejo caer en la silla como un saco de papas.Me giro hacia el ventanal y contemplo la ciudad mientras repaso en mi mente las palabras de mi jefe de sistemas. La empresa ha perdido prácticamente todo su capital. Es más, siendo economista como experimentado, con lo que he aprendido en mis años de trabajo administrativo, otras empresas en situaciones como esta, se han declarado en banca rota. Sin embargo, ese no será mi caso, no voy a dejar caer el trabajo de toda una vida de mi abuelo, no puedo, no luego de haber mentido p
Narra Adriana: Salgo del banco con la bolsa de billetes en la mano y me dirijo hacia mi auto en el estacionamiento subterráneo de la plaza Fin. A pesar de lo que podría parecer, no estoy sola, todo el camino he sido escoltada por la malvada de Daniela, quien no ha dejad de vigilarme ni una vez, y quien, dentro de su abrigo enorme y abultado, tiene el arma apuntando en mi dirección. Ella misma me la mostró antes de entrar a la plaza para asegurarse de que no fuera a cometer ninguna locura.Cuando regresamos a mi vehículo, hago ademán para subirme al volante, pero ella chasquea con la lengua un par de veces en total desaprobación. Se me acerca en silencio, para no hacer una escena y que alguien la vaya a ver y me extiende la mano para que le dé las llaves.—Por favor —le ruego viéndola a los ojos —déjame ir a casa.No me importa ya el orgullo, ni tener que arrastrarme si fuera necesario. Ya estuve secuestrada una vez y no quisiera volver a repetir esa experiencia, ahora mucho menos que
Narra Adriana: Despierto cuando siento que tiran de mi cuerpo con fuerza y siento que me voy a caer. Al abrir los ojos, veo que me están arrastrando hacia el interior de lo que parece ser un furgón enorme de un camión de carga, sin embargo, al estar boca abajo sobre el hombro de Fernando, no me da tiempo a contemplar mucho el escenario. Intento gritar para pedir ayuda o por lo menos para pedir que me suelten, que me dejen caminar, pero estoy amordazada y la sensación es horrible. Tengo las manos atadas, los pies atados, la boca vendada y unas terribles ganas de llorar se apoderan de mí.Escucho la voz de Daniela, pero no logro distinguir lo que dice, porque está algo distancia y habla entre susurros. Solo logro identificar que afuera es de noche y que sea donde sea que estamos, tiene que ver con maquinaria y botes, porque escucho el sonido de los camiones moverse y dando reversa a lo lejos. La impotencia mi abruma cuando mi adorado padre me suelta en el miso de una habitación oscura.
Narra Jeremiah: Tan pronto me subo a mi auto, llamo a Heinz para pedir refuerzos, listo para ir detrás de mi esposa, seguro de la corazonada que me dicta mi corazón. La policía ha sido deficiente en el apresamiento de Fernando y de Daniela, lo que hace que, mientras ellos estén libres por ahí, sé que ni Adriana ni yo estaremos a salvo, por eso, creo que lo mejor es tomar el toro por los cuernos y resolver yo mismo la situación.Estoy cansado, harto de tener que soportar golpe tras golpe, incesantemente las estocadas que me han dado y ya no voy a tolerar una más. Estoy casi cien por ciento seguro de que la responsable del desfalco de hoy en la compañía, fue Daniela. Ella conoce todo el sistema y fue una de las que estuvo ahí desde el primer día cuando se instaló. Sabe cómo funciona y ha demostrado ser una enemiga declarada, capaz de eso y mucho más. Aunque me duele mucho su traición y sé que el robo genera una inestabilidad para el negocio, nada me agobia más que saber que pudo haberl
Narra Adriana: Termino la grabación con unas ganas horribles de echarme a llorar, no por tener que haber aparecido en pantalla, eso no me importa en lo más mínimo. Lo que me duele es tener que estar a merced de una persona tan mala con Daniela. No la ha sido suficiente todo el daño que ha hecho. Primero asesinó al señor Johnson al revelarle la noticia de que el matrimonio entre Jeremiah y yo era arreglado. No le bastó con incendio de la sucursal, y ahora con el golpe millonario con el que logró hacer que cientos de empleados perdieran su empleo y que podría llevar a Jeremiah a la quiebra. Ahora me tiene secuestrada y por lo visto no hay nadie que pueda ponerle fin a su crueldad. La policía no ha podido detenerla, Jeremiah no ha podido detenerla y en lo que el hacha va y viene, aquí estoy yo, soportando su locura y crueldad.Se pone frente a mí, ahora que la grabación ha terminado y me aplaude hipócritamente, con una sonrisa cruel.—¡Eres merecedora de un óscar! Si eres toda una actri
Narra Jeremiah: Como de costumbre, la detective Kim afirma que esta vez si podrá encargarse de la situación, a pesar de que no tengo nada de fe en ella. Sin embargo, no puedo tomar la ley en mis manos, al menos, no sin avisarle. De mi parte, ya le he dado a ella y al sistema demasiadas oportunidades para que resarzan sus daños y demuestren que son ellos la autoridad, sin embargo, en cada caso han fallado estrepitosamente, peor que en la anterior, así que esta vez estoy cumpliendo con avisarles para que no aleguen ignorancia luego, pero mi plan es hacer la justicia que merezco y ponerle fin a los enemigos que me roban mi paz y la de mi esposa. Tras ponerme en contacto con Kim, me ha pedido que me presente en el destacamento, cosa lo que me ha parecido una verdadera pérdida de tiempo, pero igual he aceptado para parecer más colaborador.Heinz está sentado a mi lado, acompañándome, en lo que la detective se digna en aparecer. Aprovecho el momento para escribirle a Andrés de la situación