Capítulo55
Dalila dijo cuidadosamente:

— Leandro, tú trancaste la puerta desde fuera.

Al oír esto, Leandro miró fríamente de reojo a Dalila.

— ¿No le llevaste comida? ¿Luego la trancaste de nuevo?

Dalila se sobresaltó por su mirada y bajó la cabeza quejándose:

— Yo... Temía que me culparas por dejarla salir, no me atreví...

— Olvídalo.

Leandro no tenía ganas de escuchar su explicación. Siguió golpeando fuertemente la puerta, cada vez más fuerte.

— Julieta, ¿quieres que patee la puerta para abrir?

No hubo sonido, ni respuesta alguna desde el interior.

Justo cuando Leandro estaba por patear la puerta, Dalila cayó de repente en sus brazos, sosteniendo su cabeza con las manos.

— ¿Qué te pasa?

— Cabeza... me duele mi cabeza... super fuerte ...

Leandro miró la puerta y de vuelta a Dalila, y dijo:

— Te llevaré hasta tu cuarto.

— Um... Lo siento, Leandro.

Leandro vio el sufrimiento de Dalila, y le surgió algo de angustia en su corazón. Su tono se suavizó de repente.

— Yo soy el que debe pedir di
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