Capítulo56
Cuando Leandro pasó por enfrente del cuarto de Julieta, se paró. Quiso golpear la puerta, pero al final retiró la mano.

Salió de la casa, se dirigió al coche y se marchó de la Península.

El corazón de Leandro estaba muy agitado. La antigua apariencia de Julieta constantemente aparecía en su mente. A Julieta no le gustaba llorar. Aunque su mano sangrara, ella simplemente fruncía su ceño. En cambio, Dalila... A ella le encantaba llorar. Siempre parecía que fuera maltratada y miserable y al principio eso le hizo sentir lástima por ella. Sin embargo, luego de un tiempo, ya empezaba a ser molesto.

Sin embargo, cada vez que Leandro pensaba en los días más dolorosos, era Dalila quien estaba a su lado. Incluso donó un riñón para salvarlo. Ese tipo de favor no podía ser olvidado así como así.

En cuanto a Julieta...

Tan pronto como pensó en ella, se sintió enfadado e inconscientemente pisó más fuerte el acelerador.

Condujo todo el camino hasta el bar e hizo una llamada a Ismael.

—Ven a tomar c
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