Capítulo30
Julieta se quedó atónita. Dalila lo sabía.

Si a Julieta le preguntaban por la cosa de la que más se arrepentía, ¡sin duda sería haber recogido a la serpiente Dalila del borde de la carretera y haberla traído a vivir casa!

—¡Eres diabólica!

Dalila soltó las manos y se echó a reír como loca.

—Sí, soy diabólica, pero Leandro no piensa lo mismo. Cree que soy la persona más amable y generosa del mundo.

Luego se acercó a Julieta y le gritó:

—En su corazón, ¡tú eres la diabólica!

Las palabras de Dalila hirieron profundamente el corazón de Julieta.

No quería admitirlo, pero lo que Dalila decía no estaba equivocado.

Leandro Cisneros sí pensaba así de ella.

Menuda broma.

—Dalila, ¿por qué no obligas entonces a Leandro a divorciarse? Llevo tres años siendo la señora de Cisneros y ya estoy cansada de serlo. ¿Te concedo este lugar a ti, entonces?

Dalila fue la que más se enfadó precisamente por este hecho.

Era capaz de meter mano en todo menos en el lugar de la señora Cisneros.

Mostró los dientes,
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo