Con mucha pena he salido de ese sitió, digo pena porque el descarado de Harry iba saliendo con una enorme sonrisa por el motivo de que mi jefe estaba viéndonos. Mi jefe no se había ido y creo que él quería esperar para comprobar hasta dónde son capaz de llegar los celos de Harry.No puede ser, ese hombre no es nada de lo que aparenta ser, dentro de mí sabía que esta salida no era tan buena y menos el licor que estaba tomando. ¡Dios! Soy demasiado bruta, claro, eso no lo vi venir.Harry sostiene de mi mano, y no quiero que se exhiba y todo esto lo hace por las provocaciones del hombre que aún nos sigue viendo.No quiero bajar la mirada, pero es que me siento incómoda, no puedo evitarlo.—No tienes por qué avergonzarte, no estamos haciendo nada malo —expresa, su tono de voz es tan seguro que me da miedo donde van las cosas—, ese hijo de puta tiene poder sobre ti y yo se lo he dado en bandeja de plata, no puedo cambiarte de área porque eso sería darle más la razón.—Ya, no quiero que hab
***Una noche más en compañía de Harry, aunque la diferencia es que esta vez no es mi casa, es en su apartamento. Tengo miedo de que su ausencia me llegué afectar, esta noche fue diferente a todas, vimos la película de cincuenta sombras de Gray y nos ha encantado que la hemos practicado, no todo, pero si hablamos de que íbamos a practicar cada parte de ella, que nosotros haríamos nuestra propia película y sería las “sombras de Harry”.Ahora que recuerdo lo de ayer, gracias a Dios mi tía me respondió el mensaje que le dejé ayer, me quedé tranquila porque ella me ha respondido con un; “cuídate”. Eso fue raro, pero a la vez alegre y mientras le contaba a Harry de eso le pregunté qué es lo que le ha dicho a mi tía para que a ella le agrade que este a su lado.El desgraciado sonríe y me dice que lo único que él ha hecho es ser sincero y puede que todo eso sea uno de los factores por los que su tía se siente bien con él.A mí lo que me tiene alarmada es que mi jefe intente hacer algo que pr
Extiendo la toalla para permitir enrollarla arriba de mis voluptuosos bustos, abro la puerta del baño ya pasos lentos, salgo y me conecto a la habitación, detrás de mí escucho el sonido de los pasos de Harry provocando detenerme a mis pasos, giro medio mi cabeza y por encima de mis hombros veo todo el cuerpo sensual y desnudo de ese hombre. Él está con una risa sensual y llamando todos mis instintos femeninos, pero solo por hoy me dejaré guiar por la cabeza y no por las palpitaciones que dan señales a todas las partes de mi cuerpo, le sonrió coquetamente y le hago una simple y sencilla seña con mi dedo moviéndola de un lado a otro indicando que no, él sonríe a mi acto de respuesta y yo continuo mis pasos y no quedarme ahí a merced de la lujuria de él.Abro el ancho y espacioso armario caoba con la única intención de sacar la vestimenta de Harry, mientras que la mía sigue regada por el suelo. He sacado del armario todo lo que necesito llevándolo encima de la cama. Mientras me esté ejer
(...)Logró salir un día más del gimnasio, esta vez me tocó hacer abdominales, pecho y hombro. Todo eso en dos horas, no…, siento que me estoy gastando, los huesos me arden, mi cuerpo tiembla cada vez más. Ah, casi lloro y no porque los ejercicios me mataban, casi lloraba porque me estaba muriendo del coraje, ya que el entrenador me decía una y otra vez que podía, que esto no era nada y que todo es mental.Maldito, desgraciado, como me va a decir que el dolor es mental, mi cuerpo y respiración me decía otra cosa.Luego de respirar y volver a mi realidad tuve el atrevimiento de darme una ducha, pero dentro del gimnasio, todo porque luego de salir de aquí tenía que ver a mi jefa directa, la señorita Ray… Ash, se me olvida su apellido, y esta vez no es que recuerde las cosas que me convengan, creo que ese apellido hace que mis días sean un dolor de cabeza.En menos de veinte minutos ya me encontré lista, salí del gimnasio con una enorme sonrisa, cada vez que vengo aquí maldigo y me estre
—Eso es lo que más deseo —balbuceo, cierro mis ojos y maldigo por lo alto, deseando que todo esto se termine—, ¿por qué no vas conmigo?—No, eso es mucho trabajo.—Entonces déjame lamentarme, mis huesos me duelen, ya la vez queman —suspiro al recordar—, hasta quiero ir a casa, lanzarme a la cama porque necesito dormir un rato.Oh, lo mejor de todo sería que Harry este ahora a consolarme, que me diga que todo pasará y que no necesito ir más al gimnasio. ¡Oye! Estoy así porque no estoy al cien por ciento acostumbrada.—Ja, ja, ja, —se suelta a reír—, no digas locuras, eres joven y puedes hacer mucho.—No comprendo tu burla —espeto—, eres mi jefa, pero de eso a que te rías, no.—Es… que… él… —está en carcajadas—, tienes un cuerpo envidiable, qué tal si el entrenador está enamorado de ti, es que eres la única que no se muere por él—pasa su dedo índice limpiándose las lágrimas derramadas, a causa de la risa.—¿Qué? —enarco una ceja.—Espera… —inhala y exhala, controla la respiración, hasta
***Dos horas tuve en la cafetería con mi jefa, me despedí de ella para luego encerrarme en mi habitación, intenté llamar a Harry, pero su móvil estaba apagado, ya que me salía el contestador, tuve las intenciones de buscarlo, pero eso excedía los límites que debía pasar, no debía acosarlo, así que decidí quedarme en casa. La tarde, casi noche, se hizo presente y mi tía subió a mi habitación para dejarme un vaso de leche con un par de galleta salada. Le agradecí por el detalle y también le pidió disculpas por decidir quedarme encerrada.Ella me dijo que no habría ningún problema, que ella haría lo mismo, pero para ver una de sus novelas. No pude evitar sonreír, eso me causo un poco de gracia, me levanté de la cama y le di las buenas noches con un fuerte abrazo para luego dar media vuelta e ir corriendo al tocador. No quiero que mi tía sospeche que estoy bajo de ánimo, todo porque Harry no contesta mis llamadas y mensajes.Al salir del baño el teléfono empezó a resonar, corrí teniendo
—No pienso alejarme de ti —dice, y presiona toda la parte delantera de su cuerpo contra mi espalda mientras su boca se abre junto a mi oído—. Voy a quitarte este mini-vestido.Apenas consigo asentir, pero él capta mi respuesta y empieza a mordisquearme el lóbulo, lo que aumenta la implacable presión que ya siento en mi vibrante interior.—Harry, mi tía…—Eres demasiado hermosa, y por eso muchos quieren lo que es mío —ronronea mientras me roza la oreja con sus labios.—Oh, Dios... No debes estar hablando en serio —me apoyo en él y siento su erección palpitante contra mi trasero a través de los vaqueros.—¿Notas eso? —comienza a trazar círculos con sus caderas y yo lanzo un gemido—. Voy a poseerte.Sus palabras están cargadas de un convencimiento absoluto. Me siento completamente esclava de ellas, pero no puedo dejar pasar esto, él ha tomado por la razón de que cree que cualquier hombre me puede tener.Siento que su dedo índice comienza a ascender lentamente desde el final de mi espalda
Pasaron las horas y decido salir del tocador, para llevarme la enorme sorpresa de que él sigue ahí, por minutos y horas pensé que se había ido.—Dijiste que me dejarías en paz.No puedo evitarlo, verlo a los ojos, parpadeo un par de veces y me relajo porque él se ha quedado, ¿será que de verdad me quiere? ¿Por qué me persigue esta forma? Mierda, él no se pudo ir porque ni con su cuerpo mismo puede lidiar.—Perdón, no puedo hacerlo.¿Qué? Maldición, no puedo permitir que no me valore, ¡por Dios! Qué clase de relación es esta, no comprendo. Me duele mucho la idea de que mi corazón no resista, de que este sentimiento siga creciendo y no pueda controlarlo, de que no pueda soportar la idea de que jamás me amará, que todo es por...Ah, de solo pensar mi corazón se oprime de dolor.—Suficiente, no quiero que sigamos con lo mismo, deberías de ver que me lastimas, ¿por qué tomaste? —alzo la voz—, por Dios, no somos ningunos niños.Sí, tengo que dejarle en claro lo que pienso y lo que siento, n