La conversación con Marcos fue un poco incómoda, así que no tuve más oportunidad y me levanté de la silla, pero sin antes agarrar mi café que Marcos estaba invitando. Esta vez sí llegué hacia el estacionamiento. De un solo sorbo me termino el poco café que tenía y casi al frente de mi moto hay un cesto de basura, justo para botar el vaso de café. ¡Oh...! No hay moto, me he venido en taxi, soy tan estúpida, no hay moto, aquí no está mi moto. ¿En qué estoy pensando?Corro a buscar un taxi, saliendo del estacionamiento me dirijo fuera de toda la zona del centro comercial. Ah, ahí está un taxi, alzo la voz como una loca, hasta seguirlo y no se vaya. ¡Estoy perdida! Llegando al bendito taxi le digo en un hilo de voz que me lleve a la dirección; barrio West brook Estate. Él amablemente me dice que me llevara y yo no pierdo el tiempo y me adentro al taxi.Yendo hacia mi casa, mi cabeza empieza a darme vuelta y vueltas, primero porque no puedo recordar lo que sucedió ayer, también lo de mi tí
***De lo perturbada que me encontraba no me di cuenta de que ya estaba en casa, al parecer el señor solo se teletransporto y de una vez llegó a casa. Le pago al señor y al agradecerle me bajo del auto. Esto es de lo más complicado, anteriormente pensé que mi moto se encontraba en el estacionamiento, sin embargo, no estaba porque mi tía me había prohibido sacarla, todo por mi estado de resaca. ¡Por Dios, que tengo en la cabeza!Como toda una alma andante me dirijo hacia casa, no me canso de pensar que ayer tomé demasiado y que fui demasiado loca en decirle ese montón de cosas, ¿cómo pude ser capaz?—Me puedes decir que haces aquí —me sobresalto al sentir una mano sobre mi hombro—, ¿qué haces aquí?—Ash, tía, deja de ser así —me quejo por lo alto—, y si estoy aquí es porque tengo que ducharme, alistarme con un vestuario apropiado e irme a trabajar, pero a un gimnasio, tía, tengo que contestar un sinnúmero de palabras y escribir mi experiencia.—¿En serio? ¿Qué clase de trabajo es ese?
***Hasta que por fin he llegado al dichoso gimnasio, al final pude escapar de mi tía, ella me dejó ir porque le dije que tendría una reunión con mi jefe, pero no el jefe de todo, sino el jefe del área donde me encuentro ahora.Entrando al gimnasio GYMVMT, lo primero que hago es buscar al entrenador o alguien que me pueda atender, por Dios esto está lleno, no creo poder con tantas cosas, mis piernas están temblando. No puedo hacerlo.—Bienvenida al GYMVMT —ante mí se hace presente un hombre de gran escultura, trago grueso al verlo de arriba hacia abajo, sus expectorares llaman mucho la atención.—Vengo de parte de la señorita Ray… No, Roy, de la empresa de…—Oh, no se preocupe, señorita, la estábamos esperando con ansias, al parecer estoy de suerte porque a mí me encargaron que la entrenara —dice con tono energético—. Le entregaremos una llave para su locker y un carnet de entrada.—Gracias —asiento—, usted me dice si lo espero o tengo que seguirlo.—Por lo que veo ya viene preparada
***Harry***Aaaahhh… Quiero saber que es lo que está haciendo Alexandra en este momento, he intentado contactarme con ella, pero no contesta su teléfono, hasta llegué al nivel de llamar a su casa y me contestó su tía diciéndome que ella ha salido.Eso me hizo perder la cabeza, pero eso no quiere decir que ella ha salido de la empresa, ¿será que se sintió mal? No, no creo, no porque si no, no hubiese salido, además la tía me lo hubiese comentado.¿Qué sucede en mi empresa?Le he llamado a mi secretaria para que se comunique con la señorita Pamela. Ella es la que me dirá la ubicación de Alexandra. No quiero ser un controlador, pero es que después de intentar buscarla para conversar un poco de lo sucedido en el tocador de mujeres, no la encuentro y menos contesta las llamadas.Todo parece que esté exagerando, con solo la idea de que ella no esté aquí y menos en su casa siento que todo se me remueve.—¿Puedo pasar? —dan dos toques a la puerta y por lo que puedo escuchar es Pamela.—Pase —
No dejo que termine de la última palabra cuando le suelto una cachetada y al mismo tiempo le exijo que me respete. Soy una mujer normal, aparte él es el que me abandonó.Me he desatado, le digo que es un imbécil cobarde porque hace un par de horas estábamos follando dentro del tocador de mujeres y ahora de la nada piensa que me estoy follando a otro.Me alejo bruscamente, intentando salir del auto, no tolero su temperamento, ¡ya soy otra!—Discúlpame, tengo que presentarme con mi jefe y decirle que renuncio, que no soy capaz de estar en esta y mucho menos en otra.—No lo harás, ese no es tu trabajo, no tienes que hacer lo… —objeta y de repente me vuelve atrapar—, tú y yo tenemos que hablar.Sin tener conocimiento de sus intenciones, permito que me jale, me coge del brazo, me acerca a él y me besa.Ahhhh… Me besa con tanta profundidad que noto como su lengua llega hasta mi campanilla. Intento no responderle, ya que no considero que sea el momento y menos el lugar. Me niego una y otra v
***Alexandra***(...)Abro mis ojos lentamente, intento mover una parte de mi cuerpo, me quejo y los gritos son el canto angelical de estas cuatro paredes. Estoy molida, no puedo moverme, mis piernas duelen demasiado y no se digan de mis huesos. Intento ser fuerte y no quejarme, menos ponerme a llorar.Mi móvil no ha dejado de sonar y resonar, y yo no me siento dispuesta para contestar. Harry me tiene furiosa, no sé por qué motivo apareció de la nada y lo peor que para insultarme, eso es demasiado. Me dice que me ama, pero luego está pensando lo peor. Intente decirle que mi nuevo trabajo es experimentar cada día la entrada de hacer ejercicio.Dios… Ayúdame, no es posible que este hombre siga pensando que pueda acostarme con cualquier hombre, está demasiado loco.—Niña, te suplico que contestes el teléfono, ya es suficiente que escuche el sonido del teléfono por toda la casa —la puerta de mi habitación se abre de golpe—. ¿Dime que te ha pasado?Ah, no le puedo decir a mi tía que Harry
—Bueno… —aclara su garganta, al parecer se ha quedado sin palabras—, quiero decirte que no es necesario que asistas al gimnasio, podemos enviar a otro, pagarle por su experiencia y listo.—No, no acepto y sabes por qué —enarco una ceja, el tono de mi voz es seco y frío—, ya inicie y no soy de las que se dan por vencida, me importa una mierda que ustedes sabían, me usaron para ser su juguete, bueno, este juguete terminará lo que ha empezado y no me doy por vencida.Sí, sabía que ellos me estaban utilizando, todos los del centro comercial saben mi relación amorosa con Harry, lo que sucede que lo disimulan un poco. Claro está que él y muchos quieren hacerme daño.No voy a negar que me duele, que todo este mundo es una mierda, que nada es bueno… Agarro la copa que está llena de vino y de un solo trago la tomo, ya es demasiado de estar aguantando a toda esta mierda que me persigue.—Señorita Morín, no es necesario, como le dije nosotros…—Me utilizaron, ya… —lo interrumpo, siento como me h
—¡No puede ser! —niego. Con ambas manos empiezo a soplarme por toda mi cara—. Todos quieren destruirme, ¿por qué?Me importa una mierda si él piensa que exagero. ¡No exagero…! Porque él puede evitar todo el sufrimiento que he vivido, todo el maldito sufrimiento. ¿Cómo puedo hacerme esto?—Sé que estás enfadada —suaviza su voz.Abro la boca dejándome anonadada de todo lo que este hombre me está diciendo. El muy canijo me coge de la cintura, y con la otra toma mi cabello con fuerza. Una parte de mí quiere partirle los huevos de una puta vez, pero la otra parte está deseosa, y lo único que quiere es aprovechar este momento, así que por un instante mandé al diablo los reclamos y las dudas.En un parpadeo, Harry me arrincona a la pared, acorralándome e impidiendo que me mueva.—Aquí no —mi voz tiembla al entrar en estado de pánico—. En cualquier instante entrará…—Eso quiere decir que tenemos el tiempo medido —presiona su cuerpo con el mío, dejando que sintiera su enorme erección.—Me tien