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Esclava, La Luna Sordomuda Del Rey Alfa
Esclava, La Luna Sordomuda Del Rey Alfa
Por: Melanie Fraser
Capítulo 1: Propiedad Del Rey Alfa

“―Deme solo mil euros por ella. ―El cruel hombre la tiró a los pies del rey. ―Es una insignificante loba de bajo rango y huérfana que lo único que tiene es salud. ―El rey miró a sus pies con desprecio, ella está sucia, no deja de llorar y al parecer no sabe lo que está pasando.

―“¿Podrían decirme lo que sucede?” ―Preguntó la joven mujer en lenguaje de señas.

―¿Qué es lo que hace con las manos? ―El rey miró al hombre sin comprenderlo.

―Verá, majestad. ―Tiró de ella para que dejara de intentar comunicarse. ―Es muda y sorda también, creo. ―Se encogió de hombros. ―Pero es buena trabajando en los quehaceres, es pura por supuesto. ―Dijo orgulloso. ―No permití que la tocaran. ―El rey volvió a mirar a la insignificante mujer. ―Solo está sucia y un poco descuidada, pero es sana.

―Mil euros.”

Blanca recordó con mucho dolor el día en el que su vida se volvió un infierno más brutal y cruel para ella. Todavía no comprendía por qué la eligió a ella para algo tan inhumano, el hombre frente a ella la trata como un trapo sucio y no tiene la menor piedad con ella.

―“¿Por qué debo yo dar mi hígado?” ―Le tendió el papel para que pudiera leerlo, nadie se comunica con ella porque no saben lenguajes de señas. Ella lo miró con lágrimas en los ojos, pero el hombre no prestó atención en lo absoluto, él tomó el papel en manos y lo rompió sin ni siquiera leerlo.

Blanca miró los papeles en el piso y sollozó, pero eso no le importó al rey, él levantó la barbilla de la joven y la miró fijamente a los ojos.

―Pequeña loba, no hagas que me arrepienta de haberte comprado. ―Ella se ayudó leyendo sus labios, él habló tan bajo que casi no lo pudo escuchar, su sordera parcial le complica escuchar susurros y tonos bajos.

Cada palabra que comprendió fue como miles de espinas hundiéndose en su corazón una tras de otra, pero ella no tuvo tiempo de sentir más tristeza, el rey tiró de ella bruscamente y la besó de la misma manera en la boca. Él no tenía tacto ni era dulce, él solo deseaba placer de ella.

Quitándole la ropa sin miramientos, la dejó totalmente desnuda, él necesita satisfacer sus deseos carnales y es ella quien le dará ese placer. Abriéndola de piernas se hundió en ella, ya la había hecho suya muchas veces, pero siempre batallaba para hundirse en ella por lo pequeña que es.

Blanca se quejó, el dolor es insoportable, él la lastima siempre que se hunde en ella porque no lo hace con cuidado, pero a él eso no le importaba, solo deseaba sentir más de su calidez y finalmente quitarse las ganas que tiene.

―“Por favor, ya basta” ―Pidió tratando de que le prestara atención, pero el rey lo único que hizo fue girarla y tomarla por el pelo para seguir arremetiendo contra el pequeño coño de la chica bajo su cuerpo.

Él gruñó una y otra vez mientras ella producía sonidos apenas audibles, Blanca sintió un dolor más extenso en su zona, ella ya no lo soportaba más, él es un rey y su poder sobre el de ella siempre es mucho sin importar lo que se haga.

Ella ya no podía ni siquiera intentar soltar algún sonido, su garganta dolía por el esfuerzo que estaba haciendo y lo seca que está. ¿Si él la ama, por qué llega y tiene sexo con ella todas las noches? Blanca se sintió agraviada y sin poder evitarlo, las lágrimas saltaron de sus ojos, ella lloró por el dolor físico y emocional, por siempre ser ultrajada y tratada como si fuera una basura.

El rey tiró de su pelo para besarla, pero lo que encontró le desagradó demasiado, ella está llorando, él sintió tanto disgusto que paró de inmediato y lleno de ira por cortarle el placer le dio una bofetada.

Él se levantó de la cama e inició a vestirse, estaba furioso por la ineptitud de esa mujer. Sin poder evitarlo, miró a la delgada mujer desnuda sentada en la cama, él miró esos ojos fijamente y ella se sintió lo más desagradable del mundo, ¿Por qué la mira de esa manera? Se preguntó abrazándose a sí misma.

―Aburrido. ―Soltó con fastidio para después retirarse y dejar a la mujer adolorida sola y devastada.

Blanca tomó los trapos que tenía por ropa y se vistió, ella huele a él y es desagradable sentir el aroma de quien la ha lastimado tantas veces. Adolorida y con su caminar limitado gracias a la sensación en su bajo vientre, caminó a la pequeña ventana y miró la hermosa luna que era su compañera de todos los días.

―“Hoy estás más hermosa que ayer” ―Sonrió como si la luna entendiese su lenguaje. ―“Gracias por no abandonarme nunca, no importa lo que los demás digan, yo siempre te estaré agradecida” ―Suspiró anhelando su libertad.

La vida nunca ha sido buena para Blanca, ni siquiera conoce su procedencia, ella se crio siendo esclava de unos lobos de buena posición hasta que obtuvo a su loba, aquel día cuando el alfa de esa manada supo que ella era su destinada, la rechazó y la vendió a un burdel, lejos del lugar que ella consideraba su hogar.

Desde entonces trabajaba para ese hombre abusivo, ella limpiaba las habitaciones, los vómitos de los clientes y todo el desastre que dejaban en aquel lugar. Las chicas no eran buenas con ella, pero tampoco malas, siempre le daban un poco de la buena comida que ellas recibían a cambio de lavarle las ropas y darles masajes.

Ahora es la esclava de un rey alfa y está más lejos de lo que una vez fue su hogar, todos le dicen que la Diosa la abandonó incluso antes de nacer, pero ella no lo cree.

Siempre ha estado sola en el mundo por su limitación, no es normal que un lobo sea mudo y mucho menos sordo, ¿Cómo se supone que escuchen el llamado de los suyos? Pero ella no es sorda totalmente, puede escuchar lo que las personas dicen cuando hablan en tono alto y con claridad, además se apoya leyendo los labios, pero no importa cuanto ella trate de explicarlo, siempre es la basura que nadie quiere a su lado.

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