Buenas tardes, chic@s, bienvenid@s a esta nueva y emocionante historia. Agradezco a quienes ya están aquí y a quienes están por llegar. El libro está totalmente finalizado, no olviden comentar y hacerme saber que tanto les va pareciendo la novela. Espero que disfruten de su estadía por acá, mis baby's. Blanca y Balto sin duda darán dolores de cabeza, pero lo amarán de manera inevitable. ❤️
Blanca deseó pasarse las manos por la cara y se chocó con la máscara, agobiada por siempre deber tenerla puesta, suspiró sentándose en la cama. Balto la ha hecho cambiarse de habitación y ahora duerme con él, pero no le gusta, estando sola ella podía descansar de su condena. Tomando el cuaderno escribió en ella, necesita hacerle saber cómo se siente, intentar que él se compadezca y ya no la obligue a tal castigo. ¿Por qué no puede él permitirle que se quite la máscara si ya todos saben la verdad? Mirándolo, desvió de inmediato la mirada, no se había percatado de que estaba despierto y mirándola. ―¿Qué quieres de mí? ―Gruñó al verla tenderle el cuaderno, él no habló alto, lo hizo apropósito. ―Es demasiado de temprano para que molestes. ―Blanca, que logró leer sus labios, le movió el cuaderno para que lo tomara en manos. ―¿Puedo quitarme la máscara? ―Enarcó una ceja. ―Es muy incómoda y llevo más de un año con ella. ―Río burlón. ―No, no puedes hacerlo. ―Aventó el cuaderno en el suelo.
―“¿Puedes soltarme, por favor?” ―Ella se sintió impotente, ¿Por qué siempre olvida que nadie sabe comunicarse con ella? Tirando de su brazo se soltó, pero el hombre se puso frente a ella cortándole el camino. ―“Lo siento, no quise asustarte” ―Blanca lo miró atónita, ¿Él estaba hablando lenguaje de señas? Ella no lo podía creer. ―“¿Sabes comunicarte de esta manera?” ―Hizo una pregunta realmente tonta, ella lo hizo reír, pero no le importó, no se lo puede creer. ―“Por supuesto que sí” ―Agrandó la sonrisa. ―“¿Puedo quedarme contigo?” ―Blanca, emocionada por ser primera vez que alguien la trata como una persona normal y que además de eso sabe su lenguaje, asintió de inmediato. ―“Creí que te burlarías de mí como lo han hecho todos” ―Se sintió avergonzada. ―“Lamento ser tan grosera, prometo que no soy así” ―El chico sonrió divertido. ―“Todos los que se burlan de ti están mal” ―Le guiñó. ―“No te conozco, pero puedo ver que eres un ángel en medio de tantos lycan” ―Blanca se sonrojó. ―“S
Balto miró la belleza de la mujer a su lado, él mismo le había quitado la máscara aprovechando que está totalmente dormida. Desde la fiesta él no soporta ni siquiera la idea de que otro hombre tenga un acercamiento a ella, ¿Por qué coño se está comportando tan extraño cuando solo se trata de esa esclava?Gruñendo en voz baja se puso en pie sin apartar la mirada, más de un año lleva siendo su luna y reina, pero jamás pensó que en algún punto sería capaz de ver su cara y no imaginar a su amada Kira, ¿Por qué se le hace tan fascinante verla dormir?―Para lo único que sirves es para darme placer, para nada más. ―Dijo dejándose de tonterías. ―Ven aquí. ―Blanca despertó alarmada por el repentino tirón que sintió en su pie. Al enfocar bien, miró al hombre enorme sobre ella, la ve con ojos rojos y está enojado, su olor así lo dice.―“Lo siento” ―Dijo rápidamente al sentirse sin la máscara. ―“Se me ha caído sola” ―El terror en ella lo enfureció mucho más, ella solo lo mira con miedo, ni siquie
Balto se tensó por completo al escucharlo dirigirse a su mujer, él miró a la pequeña pelinegra que inmediatamente se puso a su lado con una sonrisa tan enorme que le dio rabia. Ella jamás le ha sonreído a él con tanta felicidad, ¿Por qué con ese imbécil sí?―Llegaste justo a tiempo, mi luna. ―Balto besó sus labios con delicadeza, como siempre que estaban frente a los demás, pero Blanca pudo notar muchísima diferencia en ese trato. Quizás otros lo vean común, pero hay algo distinto en él.―“¿Por qué estás aquí?” ―Ignoró por completo a Balto, pues para ella él no entendía su lenguaje. ―“¿Has venido a charlar con la persona más interesante que has conocido?” ―Bromeó divertida provocando una oleada de enfado en Balto.―Gideon, acompáñalo dentro, yo los alcanzaré después. ―Balto no le dio tiempo a responder, lo cortó al instante.―Como ordene, majestad. ―Gideon le mostró el camino a Lucius que sin darle una última mirada a su reina siguió al hombre.Balto tomó con fuerza la diminuta mano d
Al juego del gato y el ratón, así se sentía Lucius con Blanca, la chica siempre lograba escurrirse y escaparse, él no entendía el motivo de su comportamiento esquivo con él y que no le diera ni una sola oportunidad, lo estaba estresando a sobremanera.¿Por qué ella no le habla ni siquiera cuando no hay nadie alrededor? ¿Cómo es que, de tener una corta, pero bonita relación, ella sin más lo ignore como si fuera uno más del montón? Solo habían pasado tres días, pero aun así la desesperación ya formaba parte de él, estaba demasiado necesitado de hablar con esa dulce mujer.Blanca suspiró al lograr escapar de Lucius, a ella le duele mucho, ignorarlo y ser tan grosera, pero no se arriesgará a que Balto le haga algo, ella no se lo perdonaría nunca, él ya ha hecho daño a otras personas por ella y no quiere que se repita.Los fuertes gritos que pudo escuchar tan claros que dudó de su condición, las suplicas y los azotes que parecían estremecer el lugar llamó su atención, ella tomó su vestido
Lucius la miró con gesto serio, si hace lo que ella le pide el rey seguramente lo matará por su negligencia, así que se negó con rotundidad, él por primera vez la ignoró, no podía arriesgarse de esa manera, no cuando se trata de ella.―Bien, que uno de los hombres se regrese a la manada, denle la ayuda a la mujer que merece.―“No la ayudarán si la envió yo” ―Se interpuso en el camino del hombre que estaba por cumplir órdenes. ―“Lucius, por favor… estamos cerca de la manada vecina, ella puede morir si van tan lejos” ―Lo miró con ojos suplicantes, Lucius solo imaginó el rostro detrás de esa máscara y su corazón palpitó con fuerza.―Bien. ―Dijo en contra de todo lo que estaba pensando y analizando. ―Súbanla al carruaje, hay que apresurarnos para llegar cuanto antes. ―Blanca sonrió agradecida, pero no subió hasta que la chica ensangrentada y desmayada estuviera ya acomodada en el carruaje.―Mmmm. ―La chica gimió débilmente, ella sufre y Blanca lo sabe por las vibraciones de su cuerpo.El
Balto admiró el cuerpo de su mujer, desde que le dijo lo que pensaba de él, no ha dejado de poseerla todo el tiempo, incluso más que antes, necesita hacerle entender que él no ha estado con otra mujer desde que la tomó como su luna y que no piensa hacerlo. Para Blanca es fascinante la manera en la que él la posee, ama que lo haga y no hay nada mejor para ella que satisfacerlo, pero está enojada, él desea asesinar a la jefa de cocina por lo que hizo y ella no quiere tener esa muerte en su conciencia. Lucius para ella no existe, le imploró que no se lo contara y él la traicionó.―No me gruñas. ―Gruñó él también. ―Quiero poseer a mi mujer, hoy volvemos a casa y quiero iniciar el día de buen humor. ―Blanca se giró boca arriba, ahora él le permite dormir sin máscara y soporta mirarla a la cara. ―Arrodíllate y hazme sexo oral. ―Blanca miró la grandeza de su rey y después miró sus ojos.Balto frunció el ceño al verla bajarse de la cama e ir directamente a la mesita de noche, al verla tomar
Blanca miró a quien es su guardián, ella no hizo gesto alguno y no se preocupó en comunicarse con él, está demasiado molesta y además no comprende cómo es que Balto le ha permitido acercarse a ella al punto de que él esté cómodo ahí parado en la puerta de su habitación.―“Por favor, debes perdonarme” ―Le pidió implorante. ―“Debía decirle al rey lo que estaba pasando, como su guardián es mi responsabilidad, encargarme de todo lo que le afecte a usted” ―Le habló esta vez con respeto. ―“No soy monedita de oro para el rey, por lo que debo demostrar que soy acto para este trabajo, ¿Qué más podía hacer? Él solo me permitió venir a buscarte porque los hombres están patrullando el área en su compañía y soy el único en quedar cerca” ―La miró a los ojos. ―“¿No te gustaría que pudiéramos hacer esto sin que el rey dudara de mí?” ―Blanca suspiró.―“Pero esa mujer morirá”. ―Se entristeció. ―“Y será mi culpa, ¿Por qué debe morir?” ―Lucius se encogió de hombros, el rey siempre ha sido radical, es muy