Los días fueron pasando, mis manos fueron desatadas, pero aún me mantenían encerrado en esta habitación, nadie más que ese Max conversaba conmigo. Mi desespero aumentaba cada vez que mencionaba que mi padre no aparecía con el dinero, pero ¿cómo lo haría? es mucho la deuda, cómo permitió que su amor al juego lo llevara a perder un monto tan alto, y cómo se atrevió a utilizarme para satisfacer sus ansias.
Tengo tantas preguntas qué tal vez nunca podría hacerle a mi padre. Mi madre debe estar triste ante esta situación, pero porqué me engaño, tal vez ni siquiera se ha dado cuenta que no estoy.
Mis amigos, ellos se habrán preocupado al no encontrarme en el bar, ¿serían capaz de buscarme? Me rehúso a pensar que estoy solo, que a nadie le importo.
La puerta de la habitación es abierta interrumpiendo mis pensamientos, mientras Max se adentraba con una charola de comida como cada día.
— No te martirices, mejor aliméntate.
— Mi padre ha venido?
— No, ni siquiera ha llamado.
— Cuántos días? — Pregunto con cierto temor, aunque ya supiera la respuesta, cada día le hacía la misma pregunta, solo para tener idea de cuánto tiempo llevo encerrado en esta habitación.
— Solo quedan dos días para que se cumpla el plazo de espera.
Aunque Max nunca me haya lastimado, no puedo confiar en él, su mirada y las sonrisas que suele dibujarse en su rostro solo me hace dar cuenta que no es una buena persona, que hará conmigo también es algo que aún no tengo seguro, pero ya me he hecho muchas ideas y ninguna de ellas salgo librado.
— Qué pasará luego de esto?
Max posa la charola sobre mis muslos para que comiera sin decir una palabra.
— Por favor... no eres una mala persona, si me dejas libre...me haré responsable de la deuda...
Max me mira sonriendo como si se burlara de mis palabras.
— No te parezco una mala persona?
Dudó en dar una respuesta, pero intento seguir mi juego, asintiendo con la cabeza lentamente.
— Las apariencias engañan Edie, no soy muy amable como crees. ¿Y piensas que podrás saldar la deuda de tu padre? De hecho, si en estos días no tengo respuestas suyas lo harás, incluso con intereses.
— Qué harás conmigo?
— Digamos que soy el que se encarga de que mis amigos obtengan placer u otras cosas. — Dice mirando mi cuerpo que me estremezco de inmediato. — En verdad no sé qué harán contigo, pero será una lástima que uno de ellos te marcase la piel. Eres muy bonito, si pudiera te dejaría para mí, pero me servirías más convirtiéndote en dinero.
— No! ¡Déjame contigo! ¡Haré lo que quieras! ¡Por favor!
— Mis demás juguetes se pondrán celosos de ti. Además, así como estás haré buen dinero.
— Por favor! — Le rogaba, pero nada parecía hacerlo cambiar de decisión.
¿Que puedo hacer para cambiar mi trágica realidad? quedarme aquí hasta el momento me parecía mejor que ser comprado por una persona que me hiciera daño.
Nuevamente Max me deja en la habitación con la puerta cerrada bajo llave, las horas las pasaba caminando cada rincón de mi prisión, no tenía nada de distracción, ni siquiera un libro al que aferrarme. Mi mente estaba a punto de volverse loca con cada idea que imaginaba.
¿Acaso será peor que esto? Todo lo que había planeado en mi vida no se cumplirá, mi profesión, mi futuro, todo ha cambiado a convertirse en cuatro sucias paredes.
*******
Mis ojos apenas comenzaban a abrirse, cuando la puerta es abierta y la silueta de dos personas se aproximan a mí a tomarme con fuerza de ambos brazos comenzando a arrastrarme fuera de la habitación.
— Qué están haciendo! ¡No! ¡Suéltenme! Max!
— Max? — Pregunta con burla uno de los hombres. — Fue el señor Max quién nos ordenó a llevarte a la jaula.
— La jaula! ¡No! ¡Debe tener más tiempo!
— El tiempo de tu padre se ha acabado. El muy cobarde jamás apareció. — Dice el otro hombre ajustando la presión de sus dedos en mi brazo.
— Por favor! ¡No quiero ir! Max! — Aunque supiera que nada podía cambiar mi infierno, no quería rendirme, aunque fuera el mismo Max quién es dueño de este lugar.
Una puerta es abierta dejando ver una celda como una prisión albergaba a muchos otros jóvenes. Pero estos no luchaban como yo por ser libres, se encontraban sentados uno a lado del otro en silencio. Sin embargo, a mí me seguían arrastrando mientras me resistía.
La celda es abierta y me arrojan cayéndome sobre uno de los jóvenes, de inmediato me pongo de pie para ir corriendo a las rejas gritando que me liberarán.
— Por favor! ¡No debo estar en este lugar! Max! ¡Ayuda!
— Nadie aquí. — Escucho la voz de uno de los chicos que se encontraban en el lugar. — Debería estar en este lugar. Deja de gritar o todos seremos castigados por tu causa.
Giro a mirar a las demás personas y todos tenían la mirada fija en mí, pero parecían idos, suplicantes, cualquier expresión menos las de unas personas normales.
— Lo siento, pero-- esto no debe estar pasando, yo-- yo no quiero estar aquí. — Me sentía un niño pequeño a quien se le formaba lágrimas en sus ojos cuando su madre lo deja en el jardín de niños.
— Ya estás aquí, y no podrás cambiarlo. — Dice una joven con los ojos adormilados.
— Qué-- qué harán con nosotros? — Pregunto, pero uno de los jóvenes con el dedo índice sobre sus labios mi indica que guardara silencio, luego me indica para acercarme con sus dedos.
— No grites, como te he dicho, si provocas a los guardas seremos castigados y te aseguro que no querrás saber cómo.
Me siento a su lado mientras los demás seguían en lo suyo.
— Mi nombre es Leo, llevo aquí mucho tiempo y no sé qué podría ser peor, si seguir en esta celda o ser comprado por uno de esos cerdos.
— Soy Edie, quienes son esas personas?
— Has nombrado a Max, y no sé porque le pedías ayuda siendo él quién nos entrega a esas basuras.
— Max no es tan mala persona.
Sonríe como burla ante mi inocente comentario.
— No creo que estemos hablando de la misma persona, todos aquí somos unos juguetes en venta
— Ju-- juguetes?
— Lamento arruinar tu inocencia, pero te convertirás en un juguete de uno de esos hombres o en lo peor o mejor de los casos terminarás muerto antes de pasar por más cosas.
— Que quieres decir?
— Ahh, recuerdo cuando me trajeron aquí también era así de tonto, Max nos venderá a uno de los mafiosos que vienen a buscar juguetes sexuales.
— Que!?
— Shhh, no grites! — Me susurra por lo alto.
— No soy gay...
— Y a quien le importa si lo eres? Mientras les gustes en la exposición te compraran y listo.
— Esto es el infierno. — Mis lágrimas comenzaron a caer mientras Leo llevaba una mano sobre mi hombro para animarme.
— Lo es, pero ruega que quien te compre no fuera un demonio.
— Y quien no lo es! Son mafiosos, se supone que no serán ángeles piadosos.
— Jaja siento como si hablara con mi hermanito, existe uno que no es un ángel, pero si haces lo que debes no te matará con sus manos.
— Qué!? Me matarán.
— Bueno, he oído que este hombre es feroz, con una mirada penetrante, no utiliza muchas palabras, pero si las suficientes para saber lo tenebroso que es. No viene mucho, pero cuando lo hace Max nos lleva a todos aseados para que se llevara a uno. Es el mafioso más temible, dicen que si no cumples con sus deseos en la primera noche que eres comprado en ese mismo instante te toma del cuello apretando tan fuerte hasta que dejas de respirar.
— Dios! ¡Por qué no solo le da un tiro! — Susurro alto.
— Dicen que disfruta ver cada segundo de tu agonía.
— Es un psicópata!
— Vaya que lo es, pero los demás en verdad son unos cerdos asquerosos, este hombre es extremadamente guapo, pero odia ser observado, si te descubre es capaz de arrancarte los ojos con sus propios dedos.
— Q-- quién es? — Pregunto con temor mientras todos giran a vernos para que Leo terminará por nombrar ese nombre.
— Eric Pearson...
Eric Pearson ese nombre no se ha apartado de mi mente desde que Leo lo mencionó, era real todo lo que me decía o solo buscaba burlarse de mí? Pero los ojos del joven no mentían, incluso podría pensar que había más de lo que no decía.Los días pasaban, unos jóvenes eran tomados para ser llevados a la exposición como decía Leo, algunos volvían y otros no, que significaba que eran vendidos.Me preguntaba por qué Max no venía aquí y por qué no íbamos todos a esas exposiciones, hasta que Leo me explicó que las personas que iban a comprar no eran tan importantes como para presentar sus juguetes más valiosos.No sabía si sentirme halagado ante esa calificación, pero por lo menos seguía con un compañero con quién hablar. Leo era muy tranquilo, y me pregunto por qué aún no lo han comprado, es guapo de apariencia y cuando habla suena muy inteligente.Mientras más pasaba el tiempo más lo conocía y descubrí que también iba a una universidad, seguía la carrera de leyes. Es irónico como quienes des
Las luces fueron apagadas, he sido arrastrado de nuevo a una habitación donde al ingresar me vendaron los ojos al igual que mis manos fueron atadas a mi espalda, apenas inicia y me siento un cordero servido para un sacrificio.El silencio en la habitación era abrumador, tenía prohibido quitarme la venda de los ojos, si lo hacía sería castigado. La puerta es abierta y solo puede oírse los pasos de varias personas. Mi corazón comienza a latir cada segundo con más fuerza provocando estragos en mi estómago. El aroma de un perfume extravagante se asoma a mis fosas nasales ingresando a mis sentidos provocando que me estremeciera, ¿quién podría ser dueño de tal aroma exquisito?— Es lo que estabas buscando? — Se oye la voz de Max, pero nadie responde a su pregunta.— Max? — Digo tembloroso, sé que si hablo podría conseguirme algún castigo, pero no puedo evitarlo. — Por favor, ayúdame, no quiero ir con ese hombre, me matará, ¡Max! — Mi voz sonaba ahogada en el silencio siendo ignorada por las
Todavía no entiendo lo que sucede, llevo varios días en la habitación sin que ese hombre se acercara, solo sigue viniendo personas a servirme comida y de las mejores, ropas de buena marca y nuevas recién compradas, ya que aún lleva etiquetas.Lejos de alegrarme, me aterra. ¿Qué debería de pensar con esto? ¿Llegará el momento en que deberé pagar por todo? ¡Ni siquiera he terminado la carrera para trabajar!Los días eran aburridas sin tener que hacer, la persona que me había enviado aquella notita era la única que me dirigía la palabra, bueno solo escritas, pero eran suficientes para no agonizar en este lugar. Me recuerda a Leo con quien conversaba en la jaula.Qué habrá sido de él, solo espero que siga con vida, no merecía vivir esto, y creo que yo tampoco.No sabía qué hora era, pero cada día la persona me saludaba con una nota bajo la puerta, yo lo esperaba ansioso como niño con sus regalos de navidad.¡Hola! ¿Ya comiste?— Si, moriré si no lo hago. — Respondo en voz alta, no sé por
Mientras pensaba en todo lo que había sucedido mis ojos comenzaban a cerrarse poco a poco aferrándome a una almohada, quería desaparecer de este lugar, cada día me sentía más desesperado.*************Creo que las horas pasaron, la puerta había sido abierta sin que me diera cuenta. Mis brazos fueron tomados con fuerza haciendo que despertara del susto.— No! ¡Déjenme! — Comencé a gritar agitándome entre sus manos.Los hombres fornidos no decían nada mientras yo seguía luchando.— Deja de resistirte! ¡El señor ha ordenado verte!— No! Va matarme! ¡Por favor! — Gritaba desesperado, mi corazón latía con fuerza sintiendo el pulso como ahogaba mi garganta.— Eso depende de ti, pequeño. — Dice con una sonrisa malvada, logrando que sintiera corrientes eléctricas como rayos en toda mi columna vertebral.— Lo siento! ¡No quise estar allí! ¡Por favor!Mientras íbamos saliendo de la habitación donde me encontraba, los hombres ya no respondían.En este momento estoy seguro de que este no es el l
¿Ya he dicho que puede que esto sea una pesadilla? ¡Pues debe de serlo! Todo lo que he vivido en estos días no se compara con lo que está pasando. Mis labios están tiesos, inmóviles ante su tacto.Por dentro luchaba contra él, pero mi cuerpo hacia lo contrario. Sus manos toman mi rostro comenzando a mover sus labios, un jadeo se escapa de mi boca abriéndose ante él, ¡escucho que gruñe de placer y no sé por qué mierda esto me está excitando!Su lengua entra a mi boca como si fuera suyo, intento levantar mis manos para luchar contra él, pero lejos de hacerlo mis dedos se aferran a su ropa como si fuera a caer.La humedad de sus labios me invita a seguir su ritmo, y aunque tenga nada de experiencia lo hago. Mis dedos se aprietan a su ropa arrugándola, mis labios actuando en complicidad con mi lengua siguen su juego, ¡esto ya no me agrada!Su cuerpo se aproxima al mío sintiendo algo duro presionando a mi miembro excitado. ¡Oh mierda! ¡No seré violado! ¿¡Seré yo mismo quien se entregue!? ¡
— Alguien podría ayudarme? ¿Estás ahí? ¿Por qué ya no me hablas? — Pregunto a un lado de la puerta con tristeza, hace días que mi amigo no me escribe, ¿pudo haber sido el hombre que murió quien me hacía compañía? ¿Entonces es verdad? ¿La gente muere por mi culpa? No es mi intención, pero en verdad me siento solo, extraño a mi familia, mis amigos. Cuánto más podré soportar esto. Tragando duro intento no caer en llanto de nuevo.Cuando parecía acabado, un anota se asoma de nuevo bajo la puerta dándome esperanzas.¿Qué sucede?— Estás bien? ¡No te mató! Me compongo a un lado de la puerta.Shhh no grites, digamos que estaba ocupado y no podía venir a hacerte compañía, como te sientes?— Mejor, ahora que sé que estás vivo. Por qué no quieres decirme tu nombre, no se lo diré a ese maldito mafioso.¿Jajaja lo odias? Bueno, digamos que no se ha portado muy bien, pero escuché que serías libre.— Ese maldito! No va a tenerme así de fácil. ¿Cómo mierda piensa que pagaré 100millones si ni siquie
¡¿No sé cómo pude olvidar tal cosa?! Ver al hombre corpulento esperando en la puerta, no podía hacer otra cosa más que ponerme de pie aceptando el hecho.— Cómo se supone que debería ir vestido? — Pregunto, pero el hombre no responde, sólo mencionó la hora, qué acaso es un robot?! Bueno, tal vez si voy así vestido, se molestará y no estará tentado a hacerme algo. Es una lástima que me haya duchado, porque hubiera ayudado mucho mantenerme maloliente.Comenzando a caminar voy en dirección a la habitación donde me habían llevado el otro día. Me siento tenso al ver los ojos de los guardias puestos en mí. Tendrán lástima de mi pobre trasero virgen, ahhh no! seré violado! ya no podré sentarme siquiera! Acaso puede drogarme y hacer que me duerma para no sufrir todo lo que tiene planeado?! Unos pasos más y la puerta se encontraba frente a mis ojos. ¡Malditos tigres! podemos cambiar de lugar? preferiría mil veces estar estampado aquí por esta madera que otra cosa sea estampada en mi débil tr
Han pasado varios días, cada mañana esperaba a mi amigo notas cerca a la puerta, pero jamás me ha hecho compañía de nuevo, que podría pasar? ¿Quién es? cómo es que precisamente ahora que puedo saber de quién se trataba no ha vuelto. También cada noche voy a la habitación de ese maldito mafioso! pero después del primer día no ha intentado acercarse, sólo me deja entrar y estar allí leyendo sus libros, mientras él hacía otras cosas ignorándome por completo, que se supone que debería pensar?Esta vez he tomado un libro bastante interesante, una historia de un hombre enamorado de una mujer que lo rechazaba todas las veces que intentaba acercársele. Me sentía frustrado por el pobre hombre, y más si se trataba del chico de la imagen en el libro, cómo puede rechazarlo, es bastante guapo, buena persona, la cuida, hace todo por ella, digamos que es el hombre ideal. Mientras tanto yo, secuestrado por un mafioso, guapo pero de más perverso! cómo se atreve a besarme de esa manera un día y luego