— No! ¡Déjenme!
— Deja de resistirte! ¡El señor ha pedido verte!
— No! Va matarme! ¡Por favor! — Gritaba desesperado, su corazón latía con fuerza sintiendo su pulso como ahogaba su garganta.
— Eso depende de ti, pequeño. — Dice con una sonrisa malvada, logrando que sintiera corrientes eléctricas como rayos en toda su columna vertebral.
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Estoy seguro de que este no es el lugar donde debería de estar, ¿me pregunto por qué? ¿Cómo mi padre fue capaz de hacerme tal cosa? ¿Dónde está el amor sanguíneo que debería protegerme y no exponerme a tan desagradable situación? Mi corazón bombeaba cada vez más fuerte mientras dos grandes hombres me sostienen de ambos brazos arrastrándome a la habitación de su señor, el hombre que temo, quien podría aniquilarme en cuestión de minutos si lo quisiera, no importaba que tanto les rogaba que me soltasen, nada parecía hacer para evitar que llegara este momento.
Solo lo he visto en una ocasión, ese día que fui comprado, luego de eso me mantuvieron encerrado en una habitación sin poder saber el tiempo ni dónde me encontraba, nadie me dirigía una sola palabra pero agradecía que no me hicieran daño, es más podría decir que incluso he comido buena comida, que acaso quería hacerme disfrutar de una buena vida antes de acabar conmigo? por momentos me sentía como esos animales al ser engordados para luego bajar la guillotina sobre sus cuellos para disfrutar de su carne. ¿Dramático? Puede ser, pero mucho no tenía que hacer en todo ese tiempo encerrado, intentaba mantener mi mente ocupada en otras cosas, pero me era imposible ante lo que estaba experimentando, el solo hecho de no saber qué pasará conmigo me aterraba.
Solo que ahora me encontraba frente a una gran puerta enmarcada con rostros de tigres mostrando unos colmillos feroces. Mis piernas tiemblan al momento que ésta es abierta por una persona con el ceño fruncido al verme, como si me odiara, ¿por qué lo haría? Si me convirtieron en un esclavo mientras éste se veía que disfrutaba de la libertad, era el momento que no tenía nada que pudieran envidiarme.
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Mi nombre es Edie Holmes, tengo 26 años, acabando mi carrera de ciencias contables en la universidad. Soy hijo único en una familia de nivel social medio, mi madre es gerente en un hotel donde casi no la veo, mi padre es un contador conocido en el país, que también su amor a los juegos de azar no era un secreto.
Mi vida era tranquila, rodeado de buenas amistades, me dedicaba 100% a mis estudios, así que darle tiempo a una cita o relación especial no era algo que me llamara la atención.
Con mis amigos íbamos a shopping, cines y a veces en bares a disfrutar un fin de semana.
Pero toda esa tranquilidad se acabó desde aquella noche. Estaba en la última hora de clases en la universidad, apunto de presentar un trabajo de investigación sobre estrategias para la recuperación de una empresa en quiebra. No era algo complicado para mí, ya que me encantaba la lógica. Mi presentación iniciaba, me sentía en mi salsa como decían mis amigos...
Cómo rescatar un negocio a punto de la quiebra. — Iniciaba mi exposición.
Cada vez menos clientes, escasas ganancias, cuentas que se acumulan, inventario que no se mueve, alto endeudamiento y dinero que ya no alcanza, son síntomas claros de que un negocio está a punto de quebrar y necesita ser rescatado con urgencia.
Todos prestaban atención a cada palabra que salía de mi boca, me sentía suficiente con mi gran trabajo. Al terminar recibí el reconocimiento por mis esfuerzos de parte de mis compañeros y profesor.
Feliz de por fin acabar con ese trabajo, me disponía a salir al igual que los demás hasta que mis amigos se abalanzaron a mí para invitarme a un bar.
— Wow! ¡Luego de esa presentación merecemos unos tragos! — Decía emocionado Marc como si se tratase del suyo.
— ¡No tienes permitido negarte, llevas dos semanas escondido tras tus libros! — Me reclama Eliot.
— Es verdad, no es igual si no vas... — Dice a modo de burla Bhon.
— Es sorprendente lo creíble que te oyes al decir esas palabras. — Bufo levantando las cejas.
— Vamos! ¡Las chicas no aceptan nuestras bebidas si no vas! — Recrimina Marc, el chico que cualquier escoba con falda le parece sexy.
— Lo sé, pero saben que no estoy interesado, deberían de utilizar otros trucos y dejar de convertirme en el anzuelo.
— Qué!? eres el más guapo del grupo! — Levanta la voz Marc.
— Además, solo utilizamos tu rostro, lo demás nos encargamos nosotros. — Responde Eliot.
— Y con eso, aun no nos dices por qué no te has tirado a ninguna de nuestras ligas. — Dice Bhon con el ceño fruncido. — O es que acaso... — Me mira sospechoso, pero la verdad no estoy con las hormonas alborotadas como ellos.
— Qué!? dejen de molestar! solo... solo no son mi tipo...
— Te gusta otra cosa? — Dice Marc tomando entre sus dedos mi mentón como si coqueteara conmigo.
— Qué quieres decir?
— No te juzgaremos si gustas de otras... cosas. — Se burla de nuevo, me aparto de su agarre y comienzo a caminar para liberarme de la situación. Pero pareciera que no me dejaran en paz fácilmente ya que vienen tras de mí.
— Solo debes decirlo, y te buscaremos... otras cosas. — Continúa Eliot, como si se divirtieran burlarse y en verdad lo hacían.
— No estoy interesado en conocer a alguien, quiero dedicarme a mi carrera y no tener distracciones. — Respondo determinado continuando con mis pasos.
— Pero son buenas distracciones, además no necesitas contraer matrimonio, solo disfrutar del momento. — Dice Bhon como si se tratase de lo más sencillo la conversación. Tener relaciones es algo muy íntimo, no dejaría ver mi desnudez a cualquier persona, ¡ni siquiera lo consideraré!
— Edie! — Lloriquea Eliot insistente.
— Qué!?
— Solo intenta una vez disfrutar con nosotros, no crees que en algún punto de tu vida mirarás hacia atrás y dirás... ¿Por qué no aproveché esos momentos?
— No creo que suceda, soy feliz de esta manera.
— Quieres morir virgen! — Grita Marc llamando la atención de las personas que caminaban al igual que nosotros.
— No significa que moriré casto, pero me gusta mi manera de vivir, estoy tranquilo... y no recibo mensajes o llamadas de reclamos.
— Oye! ¡que no entiendan lo que significa solo una noche no me hace malvado! — Se excusa Bhon.
— De todos modos, vayan y disfruten en mi nombre. — Digo para intentar alejarme, pero Eliot es más astuto haciendo que me quedara unos minutos más, que obviamente lograron convencerme para volver a uno de los bares donde frecuentamos.
El lugar estaba comenzando a ser invadido por más personas, junto con Bhon, Marc y Eliot rodeamos una mesa donde rápidamente nos acercaron nuestras bebidas. La música era agradable, y la verdad la estaba pasando bien, hasta que mis amigos comenzaron a coquetear y como siempre yo quedando como un perro perdido en un parque.
Veía a las personas beber y comenzar a bailar, se los veía felices disfrutando del momento, por un momento sentía que algo había de malo en mí, cómo es que no veía a nadie atractivo, aunque las chicas me miraran e insinuaran simplemente no me sentía interesado.
Sin darme cuenta la cerveza comenzaba a hacer efecto en mí, así que me dispongo a ir a los sanitarios, los chicos estaban muy entretenidos así no quería parecer un niño al decirle que iría al baño, así que solo me puse de pie comencé a andar.
La música hacía estragos en mi cabeza, más las personas bailando que terminaban chocando contra mí, me abalanzo intentando sostenerme quedando sostenido por un hombre músculos, en verdad me sentí avergonzado así que me disculpé de inmediato apurando mis pasos.
Increíblemente el lugar estaba semi vacío, mientras terminaba de evacuar intentaba equilibrarme apoyando una mano a la pared. ¡Jamás volveré a beber! me siento extraño, nunca me había embriago con tan poca bebida. Lavándome las manos abarco un poco del líquido para echarme al rostro varias veces para aliviar el mareo. Pero una voz grave llama mi atención haciendo que dejara de sobarme el rostro para intentar abrir mis ojos.
— Edie Holmes?
— No puedo perder esta vez!— Que te sucede Mateo! — Se burla notando la frustración en la persona.— Ya cállate Max! ¡Esta noche debo ganar, si pierdo de nuevo... Thamy me matará! — Se rascaba la cabeza entregando su última ración de dinero.— Acaso temes a tu mujer? jajaja — Se burla.Las cartas fueron lanzadas, Mateo mira horroroso a las que tenía en las manos arrojándolas luego sobre la mesa haciendo que Max se llevara toda la apuesta.— Maldita sea!— Te rindes?!— Dice Max con burla haciendo que todos en la mesa acompañaran su risa.— Ya... ya no tengo que apostar. — Se rinde Mateo.— Mmmm... haré una excepción, y te prestaré todo lo que he ganado. — dice Max llamando la atención de todos.— En verdad!? — Se emociona ignorando lo que propondría su amigo.— Solo... con una garantía. — Dice con suficiencia.— Garantía? Los documentos de la casa las tiene Thamy y créeme que jamás me la dará.— Creo que tienes algo de mayor valor que un título amigo. — Responde insinuante haciendo qu
Los días fueron pasando, mis manos fueron desatadas, pero aún me mantenían encerrado en esta habitación, nadie más que ese Max conversaba conmigo. Mi desespero aumentaba cada vez que mencionaba que mi padre no aparecía con el dinero, pero ¿cómo lo haría? es mucho la deuda, cómo permitió que su amor al juego lo llevara a perder un monto tan alto, y cómo se atrevió a utilizarme para satisfacer sus ansias.Tengo tantas preguntas qué tal vez nunca podría hacerle a mi padre. Mi madre debe estar triste ante esta situación, pero porqué me engaño, tal vez ni siquiera se ha dado cuenta que no estoy.Mis amigos, ellos se habrán preocupado al no encontrarme en el bar, ¿serían capaz de buscarme? Me rehúso a pensar que estoy solo, que a nadie le importo.La puerta de la habitación es abierta interrumpiendo mis pensamientos, mientras Max se adentraba con una charola de comida como cada día.— No te martirices, mejor aliméntate.— Mi padre ha venido?— No, ni siquiera ha llamado.— Cuántos días? — P
Eric Pearson ese nombre no se ha apartado de mi mente desde que Leo lo mencionó, era real todo lo que me decía o solo buscaba burlarse de mí? Pero los ojos del joven no mentían, incluso podría pensar que había más de lo que no decía.Los días pasaban, unos jóvenes eran tomados para ser llevados a la exposición como decía Leo, algunos volvían y otros no, que significaba que eran vendidos.Me preguntaba por qué Max no venía aquí y por qué no íbamos todos a esas exposiciones, hasta que Leo me explicó que las personas que iban a comprar no eran tan importantes como para presentar sus juguetes más valiosos.No sabía si sentirme halagado ante esa calificación, pero por lo menos seguía con un compañero con quién hablar. Leo era muy tranquilo, y me pregunto por qué aún no lo han comprado, es guapo de apariencia y cuando habla suena muy inteligente.Mientras más pasaba el tiempo más lo conocía y descubrí que también iba a una universidad, seguía la carrera de leyes. Es irónico como quienes des
Las luces fueron apagadas, he sido arrastrado de nuevo a una habitación donde al ingresar me vendaron los ojos al igual que mis manos fueron atadas a mi espalda, apenas inicia y me siento un cordero servido para un sacrificio.El silencio en la habitación era abrumador, tenía prohibido quitarme la venda de los ojos, si lo hacía sería castigado. La puerta es abierta y solo puede oírse los pasos de varias personas. Mi corazón comienza a latir cada segundo con más fuerza provocando estragos en mi estómago. El aroma de un perfume extravagante se asoma a mis fosas nasales ingresando a mis sentidos provocando que me estremeciera, ¿quién podría ser dueño de tal aroma exquisito?— Es lo que estabas buscando? — Se oye la voz de Max, pero nadie responde a su pregunta.— Max? — Digo tembloroso, sé que si hablo podría conseguirme algún castigo, pero no puedo evitarlo. — Por favor, ayúdame, no quiero ir con ese hombre, me matará, ¡Max! — Mi voz sonaba ahogada en el silencio siendo ignorada por las
Todavía no entiendo lo que sucede, llevo varios días en la habitación sin que ese hombre se acercara, solo sigue viniendo personas a servirme comida y de las mejores, ropas de buena marca y nuevas recién compradas, ya que aún lleva etiquetas.Lejos de alegrarme, me aterra. ¿Qué debería de pensar con esto? ¿Llegará el momento en que deberé pagar por todo? ¡Ni siquiera he terminado la carrera para trabajar!Los días eran aburridas sin tener que hacer, la persona que me había enviado aquella notita era la única que me dirigía la palabra, bueno solo escritas, pero eran suficientes para no agonizar en este lugar. Me recuerda a Leo con quien conversaba en la jaula.Qué habrá sido de él, solo espero que siga con vida, no merecía vivir esto, y creo que yo tampoco.No sabía qué hora era, pero cada día la persona me saludaba con una nota bajo la puerta, yo lo esperaba ansioso como niño con sus regalos de navidad.¡Hola! ¿Ya comiste?— Si, moriré si no lo hago. — Respondo en voz alta, no sé por
Mientras pensaba en todo lo que había sucedido mis ojos comenzaban a cerrarse poco a poco aferrándome a una almohada, quería desaparecer de este lugar, cada día me sentía más desesperado.*************Creo que las horas pasaron, la puerta había sido abierta sin que me diera cuenta. Mis brazos fueron tomados con fuerza haciendo que despertara del susto.— No! ¡Déjenme! — Comencé a gritar agitándome entre sus manos.Los hombres fornidos no decían nada mientras yo seguía luchando.— Deja de resistirte! ¡El señor ha ordenado verte!— No! Va matarme! ¡Por favor! — Gritaba desesperado, mi corazón latía con fuerza sintiendo el pulso como ahogaba mi garganta.— Eso depende de ti, pequeño. — Dice con una sonrisa malvada, logrando que sintiera corrientes eléctricas como rayos en toda mi columna vertebral.— Lo siento! ¡No quise estar allí! ¡Por favor!Mientras íbamos saliendo de la habitación donde me encontraba, los hombres ya no respondían.En este momento estoy seguro de que este no es el l
¿Ya he dicho que puede que esto sea una pesadilla? ¡Pues debe de serlo! Todo lo que he vivido en estos días no se compara con lo que está pasando. Mis labios están tiesos, inmóviles ante su tacto.Por dentro luchaba contra él, pero mi cuerpo hacia lo contrario. Sus manos toman mi rostro comenzando a mover sus labios, un jadeo se escapa de mi boca abriéndose ante él, ¡escucho que gruñe de placer y no sé por qué mierda esto me está excitando!Su lengua entra a mi boca como si fuera suyo, intento levantar mis manos para luchar contra él, pero lejos de hacerlo mis dedos se aferran a su ropa como si fuera a caer.La humedad de sus labios me invita a seguir su ritmo, y aunque tenga nada de experiencia lo hago. Mis dedos se aprietan a su ropa arrugándola, mis labios actuando en complicidad con mi lengua siguen su juego, ¡esto ya no me agrada!Su cuerpo se aproxima al mío sintiendo algo duro presionando a mi miembro excitado. ¡Oh mierda! ¡No seré violado! ¿¡Seré yo mismo quien se entregue!? ¡
— Alguien podría ayudarme? ¿Estás ahí? ¿Por qué ya no me hablas? — Pregunto a un lado de la puerta con tristeza, hace días que mi amigo no me escribe, ¿pudo haber sido el hombre que murió quien me hacía compañía? ¿Entonces es verdad? ¿La gente muere por mi culpa? No es mi intención, pero en verdad me siento solo, extraño a mi familia, mis amigos. Cuánto más podré soportar esto. Tragando duro intento no caer en llanto de nuevo.Cuando parecía acabado, un anota se asoma de nuevo bajo la puerta dándome esperanzas.¿Qué sucede?— Estás bien? ¡No te mató! Me compongo a un lado de la puerta.Shhh no grites, digamos que estaba ocupado y no podía venir a hacerte compañía, como te sientes?— Mejor, ahora que sé que estás vivo. Por qué no quieres decirme tu nombre, no se lo diré a ese maldito mafioso.¿Jajaja lo odias? Bueno, digamos que no se ha portado muy bien, pero escuché que serías libre.— Ese maldito! No va a tenerme así de fácil. ¿Cómo mierda piensa que pagaré 100millones si ni siquie