Aidan arrastró a Victore hacia su habitación y lo lanzó hacia su cama. Cerró la puerta tras su espalda y se recostó en esta.-Habla, cuenta todo- le exigió con el ceño fruncido.Ante el cambio de actitud del lobo, Victore pestañeó y comenzó a reírse dejándose caer en la cama y aguantándose el estómago. Aidan en cambio no entendió que era tan cómico. Él no le veía la gracia a todo el asunto a su alrededor.-Príncipe- Victore se sentó y se secó una lágrima- No se preocupe, responderé todo lo que desees, pero primero sería mejor que se cambiara de ropa. Si de casualidad a mi alfa le da por pasar por aquí y lo ve en esas fachas y conmigo sentado aquí, por mucho que huela a él, pensará cosas erróneas y me castrará, y me gusta mucho el sexo como para perder mis hermosos amiguitos allí abajo-La forma obscena con la que el lobo dijo eso incomodó a Aidan que después de revisarse de arriba abajo y querer pensar que no estaba sonrojado caminó en dirección al baño.-Si salgo y no estás te buscar
Victore se rascó la mejilla intentando buscar una forma fácil de decir lo próximo.-Como verá, esto es algo delicado, pero ya que por lo que veo la parte salvaje de nuestro alfa está interesado en usted como que no debería callármelo. Solo no diga que yo lo mencioné- se puso el dedo en la boca como que guardara silencia- A ver no sé cómo es la cuestión a detalle, pero por lo que oí por parte de su padre Dante, es de cuando era cachorro. Lucian no pudo controlar su parte salvaje cuando era pequeño por lo que no se fusionaron correctamente-Aidan pestañeó lentamente. Ellos eran lobos. Los primeros años de vida eran los más importantes en su crecimiento donde desarrollaban sus instintos y su personalidad se formaba. Él nunca tuvo problemas para dominar su parte salvaje que era la que le indicaba cuando matar y cazar, pero siempre había excepciones.-La parte salvaje de Lucian es realmente fuerte pero su parte racional también lo es por lo que, aunque conviven juntas la mayor parte del ti
-¿Se puede saber qué estabas haciendo?- la voz grave de Lucian, como esperó Aidan, retumbó en la habitación y se vio obligado a cubrir sus sensibles oídos. Después escuchó un gruñido y seguido un chasquido de su lengua.Aidan volvió a alzar la cabeza con duda. ¿No le iba a decir más nada? Normalmente Lucian era de aquellos que solía dar cantaletas largas, regañándolo por cada pequeño detalle que hacía que le sacara una cana por segundo, pero lo que vio hizo que sus brazos cayeran a los lados de su cuerpo. Los ojos azules de él estaban fijos en su rostro, y la miraban con ¿qué? No podía definirlos, pero ahora eran menos turbios que antes.El lobo más joven pestañeó confundida.-Solo me resbalé- y fue lo único que pudo responder en voz baja ante su nivel de aturdimiento.El alfa suspiró cerrando los ojos como tomándose un tiempo para calmarse y se apretó el entrecejo. El brazo de él todavía lo apretaba fuerte por la cintura casi fusionando sus cuerpos. Arrugó la nariz cuando cierto olor
Lucian aflojó el agarre y dejó que él se alejara oyendo que él se quejaba un poco mientras gateaba para poner distancia de él. El vacío que se creó entre sus brazos le pareció incómodo. Era como esa mañana cuando había despertado solo sobre la alfombra sin comprender que hacía ahí. -¿Qué quieres?- se corrió el cabello por detrás de la oreja. -Lo primero necesito algo para escribir- Aidan habló decidido -¿Quieres m
Ante el fuerte gruñido que hizo temblar todo el piso Aidan pestañeó varias veces y alzó una ceja. Vaya, esto era nuevo.-¿Lucian, de seguro te sientes bien? Estás muy extraño hoy- cruzó los brazos delante de su pecho- Y no me gruñas así, estoy a tu lado, no del otro lado de la manada-El alfa se giró con el ceño fruncido y la punta de sus colmillos sobresaliendo del borde de sus labios.
Uno de ellos frunció los labios por la interrupción, era un momento importante de la conversación y él necesitaba respuestas. Mientras que el otra sonrió ampliamente, una sonrisa que estaba lejos de ser ficticia.Aidan, con agilidad se desenvolvió de los brazos de Lucian y salió corriendo, como si fuera un cachorro en dirección al lobo recién llegado y de un salto se subió encima de él. Lo abrazó con fuerza y sus piernas se envolvieron en su cintura.-No esperé este recibimiento, pero estoy también feliz de verte- el lobo sonrió y dio un sonoro beso en la mejilla del más joven.Lucian se acercó lentamente hacia ellos dos para ser enfocado por no dos orbes plateados, sino por cuatro.-Hola Dmitri-Dmitri, Comandante de la manada de plata, hermano de Dante y tío del lobo en sus brazos apretó más a su sobrino haci
En cuanto Dmitri se había levantado de la cama Aidan se había despertado. Siempre ocurría. Le costaba mucho mantener el sueño estando solo a menos que fuera la cama de Lucian donde increíblemente él podía irse y aun manteniendo el olor en las sábanas, lo de dejaba en una atmósfera embelesadora. Aun así, no dijo nada y esperó a que su tío le diera un beso en la mejilla para despedirlo solo con un sonido de la garganta.Estaba agotado después de todo. No se arrepentía de dormir con su tío solo... que no era lo mismo. Cuando estaba junto a Lucian todos sus poderes y voces en su cabeza se quedaban paralizados por lo que apenas cerraba los ojos caía en un sueño profundo y silencioso. Claro, siempre y cuando no era despertado a mitad de la madrugada por cierto lobo salvaje.Lentamente se levantó de la cama y estiró su cuerpo. Miró los papeles que el mismo Lucian le había llevado el día anterior, así como la caja que su tío le había traído. Caminó hacia él y la abrió viendo las piedras rojas
Lucian no puso evitar abrir los ojos y que su respiración se detuviera un momento.-Aidan... tu... cabello- más de una vez había enredado los dedos en las suaves fibras y la sensación era sumamente agradable, además que olía bastante bien. No le quedaba mal el corte, todo lo contrario, resaltaba aún más sus fracciones, solo que... lo había cortado de repente.El lobo se tocó las puntas con desinterés deteniéndose delante de ellos.Último capítulo