Kasper Allangerd, piloto de carreras danés quien con veinticinco años ha logrado competir en los más grandes e importantes circuitos del Fórmula 1 logrando más de una vez llevarse la victoria. No obstante como todo hombre en la cúspide del éxito y fama, Kasper tiene la reputación haber llegado hasta ese puesto por medio de sus millonarios padres. Un rumor que siempre lo ha enfurecido pues sus padres nunca le han apoyado en su deseo por ser el mejor corredor. Su lujosa y extravagante vida es todo lo que tiene, el dinero no le hace falta. El egocentrismo de Kasper es tanto que consigue los patrocinadores que quiere con solo una sonrisa, siempre ha sido así lo que le llevado a otro tipo de rumores sobre el durmiendo con sus patrocinadores ya curiosamente son solo mujeres. No obstante un viaje a Italia para conocer a su nuevo patrocinador podría resultarle un desastroso encuentro que con el tiempo le hará arrepentirse, sobre todo cuando termina en la cama equivocada con la persona equivocada. Kasper Allangerd tiene todo, pero lo que él no sabía es que algo importante le falta en la vida. Amor... y quizás, pasión de la persona que menos esperaba.
Leer másSalgo de la empresa directamente al restaurante del hotel donde Fiorella ha hecho la reservación, me aseguro que todo vaya en orden y en compañía de Devoni voy a escoger un buen traje para esta noche. Uno para mi y uno para Lazzarini, justo ahora la complexión de nuestros cuerpos es muy parecida.he ganado mucha masa muscular debido a los duros entrenamientos de Mason. Elijo un traje gris para gris a rayas para él, combinado con una camisa de cuello alto. Para mi, un traje azul con una camisa blanca lisa y una corbata del mismo tono al traje. Devoni sale en marcha a la villa para dejar eso y la habitación a cenar, le envío un texto a Fausto diciéndole que voy a dormir pero que me despierte cuando llegue a casa. Ajeno a todo, me dice que dormirá a mi lado. Sonrío como gay tonto. Me voy hasta el hotel, tengo una habitación reservada para ambos, ha sido Fiorella quien se ha encargado de dejar una de las mejores habitaciones para que podamos pasar la noche juntos. Estoy ansioso. Reviso
Monza, Italia. Dos años después. Estoy de regreso en Monza después de tres semanas, estuve compitiendo en el Albert Park Circuit en Australia. Por supuesto tuve el primer lugar con un récord de 1.18 y estoy orgulloso de ello; es un triunfo más agregado a mi éxito como piloto profesional. Todo ha ido de maravilla desde entonces y estoy mejor que nunca, tengo algunos planes a futuro y por supuesto, Fausto está incluido en ello. Nuestro noviazgo ha durado más de lo que hubiera pensado. Antes de él nunca había tenido una relación tan larga o incluso una relación pero estoy agradecido con que él se cruzara en mi camino. Todas las dificultades que en algún momento tuve, ahora son solo un recuerdo. Las cosas entre nosotros han estado de maravilla, por lo menos hasta hace una semana. Fausto confía en mi, o por lo menos trata de hacerlo tanto como puede aunque a veces sea difícil. Siempre he sido sincero con él pero mi pasado algunas veces vuelve solo para dañar lo bueno que tenemos. Hace u
—Está es la última vuelta, Kasper. Vas a lograrlo, tienes que adelantar a ese alemán. Polkenvo está pisándote los talones, tienes que alejarte. Si, si, maldición. Escucho las indicaciones de Rasey. Estoy siguiendo al líder, al actual campeón de la copa Italia. Polvo lo se posiciona a mi lado, demasiado cerca para mi gusto. Tengo que hacer el esfuerzo de maniobrar utilizando mi vista periférica y no golpearme contra el, a solo unos metros Smith me lleva la delantera. Vamos Kasper. Vas a lograrlo, tienes que lograrlo. Cambio de estrategia moviéndome de un lado a otro evitando que Polvenko me rebase, el movimiento es un éxito y finalmente logro posicionarme a la par de Smith. —Vamos Kasper, estás a nada de llegar a la meta. Recuerda, la curva, acelera pegándote a Smith. Ponlo nervioso y rebasalo. —Entendido. La siguiente curva es mi oportunidad para utilizar la estrategia de Rasey. Confiaré en sus malditos simuladores y lo haré, no puedo correr el riesgo estando tan cerca. Me muev
El día de la vuelta para clasificar posiciones finalmente ha llegado, he practicado horas incontables en el gimnasio, corrido en la pista privada de Lazzarini Motors y mis estadísticas están por los cielos. No hay nada que pueda arruinarlo, nada... no existe, en esta tierra es imposible. Soy Kasper Allangerd... no hay nada que me afecte en este mundo. —Kas... si continúas dando vueltas terminaras haciendo un hoyo en el piso. —es la tercera vez que lo dice. —Leila, tengo derecho a caminar en círculos, cuadros, rectángulos... ¡Como yo quiera! —no está ayudando en nada. —Si estas nervioso. —¡No estoy nervioso! —me defiendo. Leila se ríe. No hay nada de gracioso. Nada. Esta es la primera vez que voy a una clasificatoria para profesionales. No es que esté nervioso pero quizás un tanto eufórico, voy a lograrlo, eso está claro pero aún así estoy partiéndome en dos la cabeza. Todo ha regresado a la normalidad, Aleksen está en Dinamarca, los rumores se apaciguaron y mi reputación
Observó a Kasper desde la puerta, está mirándose en el espejo con una sonrisa y por la expresión que tiene he de suponer que solo está admirando su reflejo. Lleva puesto un traje azul oscuro, le marca muy bien cada parte del cuerpo, brazos, espalda, piernas e incluso el trasero. Se ha peinado el cabello hacia atrás y limpiado la barba que apenas logra crecer. Su rostro es bastante limpio. Tiene de que sentirse orgulloso, ese egocentrismo que lo caracteriza tiene fundamentos desde las raíces. —Te queda excelente, Kasi. Un traje a tu medida. Me acerco a él quedando detrás de su espalda, me mira desde el reflejo del espejo. La sonrisa de satisfacción que tiene es increíble, da la vuelta para tomarme de la cintura y acercarse a mis labios para besarme. Todavía no asimilo que esté sucediendo esto, pero insisto, no es una queja sino un agradecimiento a lo que sea hubiera pasado en su cabeza para aceptarme. —¿Vamos? —ofrece su mano para coger la mía. —Todos esos parásitos deben estar esp
De camino a la empresa de Lazzarini, después de lidiar con sus perversiones en el estacionamiento del Piazza Vecci. Me recuerdo que debo asegurarme que Aleksen no haga otra estupidez que pueda joderme los planes. Mi advertencia debería ser suficiente pero no voy a tomar riesgos. He trabajado mucho para solo perder mi oportunidad de ganar la Copa Italiana. Saco el móvil, buscando el número de Sahori. Es la única manera de comunicarme con ellos y es mejor salir de eso inmediatamente. Saho responde a los minutos con su voz chillona. —>>>¡Einar! —grita cuando me escucha. —>>>Te he dicho que no me llames de esa manera. —bufo, nunca me escucha. —>>>¡¿Cómo estas?! ¡Aquí es una locura! Periodistas han tratado de hablar con papá y mamá pero ya sabes, se han encargado de todo. Papá está raro, lo encuentro viendo una de tus carreras.Ha. Seguramente estará juzgando el camino que he elegido y como estoy ensuciando su apellido. Es de esperarse. —>>>¿Él está en casa? —>>>Sí... —baja el tono
Estoy furioso, más de lo que debería y si continúa hablando no voy a poder controlarme. Tiene razón, quizás herede esa maldita ira de mi padre pero puedo controlarlo, entiendo lo que es correcto y malo. Pero ese hombre y yo no nos parecemos en lo absoluto. —Si los periodistas se enteran que estas con un hombre todo terminará, Kas, no me obligues a hacerlo.No puedo entender porqué hace estuvo conmigo, desde que papá lo entregó a mi, cuide de él y lo trate como a un hermano. Nunca lo desprecie y ayude a ser mejor en todo lo que mi madre consideraba como un fracaso. Todo lo que es ahora, se lo entregue por el deseo que tenía de ser aceptado. Que yo lo aceptara, quería estar a mi nivel e hice todo para que lo lograra. ¿Es eso? ¿Es ese el problema? —Aleksen, ¿tú estás enamorado de mi? —incluso la pregunta se escucha estupida, pero es algo que Saho, Leila y otras personas llegaron a creer, incluso Fausto que no lo conoce suficiente. Somos hermanos por lo que es estupido. Él se queda en
Creo que toda la sangre se le va a las mejillas, se acerca a mi golpeándome con un folder que no sé de donde demonios saco. Está mirándome a matar, entiendo que me advirtió sobre follar con los patrocinadores pero joder, no estamos hablando de una mujer sino de Lazzarini y tenemos un rollo oficial ahora. Eso debe de mejorar todo, ¿cierto? —¡¿Acaso no te dije que no volvieras a hacerlo?! ¡¿Qué haremos si Lazzarini Motors nos deja?! ¡¿Quieres volver a los F2? ¡Ser un novato de ligas menores toda la vida! ¡¿Eso quieres?! Me golpea tantas veces que ni siquiera puedo defenderme. Coge una silla, dispuesta a tirarmela encima. —¡Todo eso de ser gay! ¡¿Era tu intento para decirme que estás follándote al único patrocinador que no le importo tu reputación de mujeriego?! ¡¿Ahora vas por hombres?! —puedo verle coger una silla. Tratando de levantarla. —Leila... deja esa silla en el suelo. —pido, mirando como la levanta a un más. —¡¿Es que siempre tienes que meterla dónde no es?! —pregunta furi
Por la mañana el móvil no deja de timbrar desde muy temprano, termino levantándome cabreado para poder cogerlo. Me suelto de la pulga que está aferrado a mi brazo izquierdo y Lazzarini que sujeta mi mano. Entre ambos sería imposible salir de aquí desprevenido, espero no sea de familia dormir de esta manera. Son las seis de la mañana, el móvil está lleno de notificaciones, de Leila, Fiorella Machado, Devoni y otros números que no reconozco. Me alejo de los dos que duermen para no perturbar su sueño, es muy temprano. Llamo a Leila enseguida pensando que algo pudo haberle sucedido. —Hola, nena, ¿estas de mejor humor? —preguntó. —¿Dónde estas? —dice sería. —En la Toscana, estaré en Monza a eso de las once de la mañana, ¿estas bien? Es temprano. —estiro el cuello. Puedo salir a correr pero la verdad prefiero regresar a la cama. —Te enviaré un correo, ábrelo. ¿Correo? Este cae de inmediato así qué tal como lo pidió, clickeo sobre el enlace y este se va directamente al navegador. KAS