Lukyan estaba en el estudio delante de los registros de la manada verificando que las condiciones de vida estuvieran en su mejor estado. Esa parte la había asumido para aligerar la tarea de Dante como alfa y se le daba bien. Después de todo él había asumido todas esas tareas cuando era reina de su antigua manada.Había sido joven al asumir el cargo por lo que no confiaba en muchos como para darle tanta responsabilidad. Y había estado en lo correcto. Al único lobo al que le había entregada su confianza había sido Ryan, su antiguo beta, y mira como había terminado, en una pura traición que casi había terminado con su vida y en la de la manada. Ahora era mucho más precavido. Ya no era un simple cachorro. Al menos ahora tenía a su esposo, hijos, cuñado, al beta con su pareja y sabía que con ellos no había problemas. Aun así, no bajaba la guardia.Sintió la puerta abrirse de golpe y vio como dos de sus hijos entraban. Sus rostros estaban tensos y él dejó los papeles sobre la mesa olvidándo
Horas antesAidan estaba sumido en el sueño. Su cuerpo estaba agotado y dolía en algunos lados. Sobre todo, sus piernas por la larga caminata a la que el alfa lo había hecho someterse, sin pensar que él llevaba ¿Cuánto tiempo sin caminar tanto? ¿10 años? Hasta Litus lo había llevado casi todo el camino en su lomo para ayudarlo a descansar.Ahora, después de provocarlo lo suficiente como para sacarlo de sus casillas, otra vez, deseaba sumirse en la total inconciencia. Porque ahora tenía la seguridad que podría hacerlo sin que su mente fuera invadida, la razón de eso se debía a...Unas manos estuvieron pronto su cuerpo tocando su piel con cierta fuerza.-Lucian- él soltó con voz pastosa y los ojos cerrados- Déjame dormir- le pidió.Pero el tacto no se detuvo y pronto su cuerpo estuvo boca arriba. Él gruñó en su garganta, pero no se movió. De seguro el alfa se aburriría rápido o solo le estaba haciendo una broma. Después de todo él había dejado muy en claro que no quería llegar un poco m
Aidan había sido empujado y sus rodillas se había herido ante el proceso rompiendo la tela de su pantalón. No le gustaba el dolor, era molesto, incómodo y su piel sangraba ensuciándolo. ¿Quién demonios se atrevía a hacer algo como aquello?Se giró mostrando sus colmillos para quedarse quieto. Detrás de él había un cachorro pequeño, no muy grande ni tampoco tan chico, debía rondar los 18 años lobunos y apenas le llegaba a él a la cintura. Los ojos del cachorro se llenaron de lágrimas.Aidan guardó sus colmillos y se giró hacia él y lo miró.-No llores- él le dijo sin expresión en su rostro sobándose sus rodillas con raspones. La gravilla del suelo había roto la piel en pequeña heridas.El cachorro le hizo caso y se sobó los ojos. Para ese momento todas las miradas a su alrededor estaban fijos en ellos dos. Alguien corrió rápido hacia ellos y Aidan lo reconoció. Era uno de los lobos guardias que estaban hablando hacía rato con el beta de Lucian.El supuesto lobo, al parecer, le habían i
Lucian estaba parado en la entrada de su castillo con los ojos azules esta vez totalmente dorados y los brazos cruzados. Molesto no era la palabra correcta para su estado ahora. Pensaba que Aidan se quedaría tranquilo dentro, al menos jodiéndole la vida. Pero no, el muy... había decidido dar la vuelta por la manada y hacer lo que le viniera en gana.Si no fuera por Kier no sabría qué estaba haciendo. A diferencia de él, él estaba a tope de trabajo.Gruñó grave y los dos lobos más cercanos escondieron las colas entre sus patas y pegaron sus panzas al suelo en total sumisión y miedo. Lucian molesto era realmente algo a tomar en cuenta.Por su parte el joven que se acercaba acabando de aparecer no parecía inmutarse en lo más mínimo.-¿Dónde demonios estabas?- el alfa le dijo con los dientes apretados.Aidan subió la escalera con su habitual sonrisa y se detuvo delante de él.-Qué lindo, me estabas esperando- fingió estar emocionado.Lucian no ocultó su incomodidad y volvió a gruñirle.-T
Lucian llevó a su boca un pedazo de carne y lo masticó como si fuera chicle. Apenas si le pasaba por la garganta por lo que se llevó una gran copa llena de agua tragando hasta la última gota. Esta fue llenada nuevamente por Kier que estaba sentado frente a él en la mesa especial de él.A diferencia de la manada de Dante no todos comían en el castillo junto con él dado el tamaño de la manada. Normalmente los que estaban emparejados solían cocinar en sus respectivas casas. Mientras tanto, los solteros, guardias, jóvenes, los que trabajaban allí adentro o cualquiera que ese día no quisiera ir a cazar, podía unírseles. Al final siempre eran más de 50 los que se reunían allí.-¿Alfa, ocurre algo?- Kier le sirvió otro pedazo de carne en el plato aunque Lucian no le prestó atención y eso preocupó al beta. Dado su trabajo su alfa era de los que más alimento consumía.-Perdí los estribos hoy Kier- soltó Lucian dejando caer su espalda contra el respaldar de su asiento- Le grité a Aidan, lo ence
-Aidan-El nombre salió de los labios del lobo petrificado delante del cuerpo congelado en el suelo. Sus ojos estaban fijos en él y a pesar de que lo llamó mediante el lazo no volvió a tener respuesta. Su pecho comenzó a latir de pánico.Chasqueó los dientes y se arrodilló. Sus dedos temblaron ligeramente cuando tocó con cuidado el hombro de él. No recibió respuesta. Más bien, su cuerpo era tan frío como el hielo que estaba a su alrededor.-KIER- gritó y miró por encima del hombro como su beta se asomó, pero no entró- Prepara la tina de mi baño con el agua más caliente que puedan--Si, alfa- respondió el hombro y rápidamente desapareció.Lucian volvió a enfocarse en el lobo y tragó en seco. Esperaba que no fuera lo que se imaginaba. Solo lo había dejado por poco tiempo encerrado. Él no podía estar muerto. Su pecho se apretó tanto que el aire le faltó a él.Pero no era momento de enloquecer.Volvió a tocarlo. Él no se congelaba, pero aun así las escarchas sobre la piel de él herían la
Aidan se sentía en una nube, ligero, suave, cómodo, sobre todo cómodo y ¿protegido? Era raro, lo último que recordaba era él estando solo dentro de una habitación y mucho frío antes de que todo se volviera negro. Su mente estaba confusa.Sus parpados pesaban, pero aun así se forzó a abrirlos. La oscuridad se cernía sobre él, aunque a su espalda la luz de la luna entraba por el balcón. Era de noche. Se removió ligeramente encontrando que su cabeza estaba sobre un pecho duro que se movía constante.Alzó ligeramente la cabeza. Sabía quién era, reconocería tanto el olor como el cuerpo de Lucian en cualquier lado, pero en ese momento no quería estar cerca de él. Por lo que se apartó haciendo que el brazo del alfa que rodeaba posesivamente su cintura cayera hacia el otro lado, despertándolo.Mientras Lucian se desperezaba Aidan cubría la desnudez de su cuerpo con una sábana y se sentaba en el borde de la cama mirando hacia la luna. Esta lo tranquilizaba. Esa noche estaba alta en el cielo. R
Lucian se removió incómodo. Frunció el ceño.-Explícate mejor-Aidan inclinó la cabeza hacia un lado, el cabello le hizo sombra en su rostro más no opacó el brillo de sus ojos plateados, todo lo contrario, eran más brillantes. Eso puso en alerta a Lucian. Había algo en todo eso que no le iba a gustar, lo sabía.-Que cuando te toco puedo dejar de oír voces en mi cabeza y mis poderes quedan reducidos a la nada. Esa es la razón por la que no te congelaste cuando entraste a la habitación--¿Estabas consiente?- fue lo único que pudo preguntar con la voz un poco temblorosa todavía asimilando la primera parte.-Sí, estaba consciente- pestañó lentamente- Tienes suerte que me hayas marcado- se pasó los dedos por su nuca- De otra forma no podría garantizar que no te hubiera matado. El hielo es más complicado de controlar que el fuego. No me hace caso-Hablaba con un tono desinteresado, pero Lucian estaba mortalmente serio. En serio su vida había pendido de una mordida.-¿Qué tanto sabes de ti y