Aidan se sentía en una nube, ligero, suave, cómodo, sobre todo cómodo y ¿protegido? Era raro, lo último que recordaba era él estando solo dentro de una habitación y mucho frío antes de que todo se volviera negro. Su mente estaba confusa.Sus parpados pesaban, pero aun así se forzó a abrirlos. La oscuridad se cernía sobre él, aunque a su espalda la luz de la luna entraba por el balcón. Era de noche. Se removió ligeramente encontrando que su cabeza estaba sobre un pecho duro que se movía constante.Alzó ligeramente la cabeza. Sabía quién era, reconocería tanto el olor como el cuerpo de Lucian en cualquier lado, pero en ese momento no quería estar cerca de él. Por lo que se apartó haciendo que el brazo del alfa que rodeaba posesivamente su cintura cayera hacia el otro lado, despertándolo.Mientras Lucian se desperezaba Aidan cubría la desnudez de su cuerpo con una sábana y se sentaba en el borde de la cama mirando hacia la luna. Esta lo tranquilizaba. Esa noche estaba alta en el cielo. R
Lucian se removió incómodo. Frunció el ceño.-Explícate mejor-Aidan inclinó la cabeza hacia un lado, el cabello le hizo sombra en su rostro más no opacó el brillo de sus ojos plateados, todo lo contrario, eran más brillantes. Eso puso en alerta a Lucian. Había algo en todo eso que no le iba a gustar, lo sabía.-Que cuando te toco puedo dejar de oír voces en mi cabeza y mis poderes quedan reducidos a la nada. Esa es la razón por la que no te congelaste cuando entraste a la habitación--¿Estabas consiente?- fue lo único que pudo preguntar con la voz un poco temblorosa todavía asimilando la primera parte.-Sí, estaba consciente- pestañó lentamente- Tienes suerte que me hayas marcado- se pasó los dedos por su nuca- De otra forma no podría garantizar que no te hubiera matado. El hielo es más complicado de controlar que el fuego. No me hace caso-Hablaba con un tono desinteresado, pero Lucian estaba mortalmente serio. En serio su vida había pendido de una mordida.-¿Qué tanto sabes de ti y
El hombro de Aidan fue sacudido levemente.-Aidan, levántate- la voz de Lucian era exigente.-Cinco minutos más- enterró más su cabeza entre la mullida almohada impregnada del olor del alfa evitando los leves reflejos de sol de la mañana.-Nada de cinco minutos. Hoy comienza tu entrenamiento. Vamos a correr. Levántate- él le exigió mientras se peinaba el cabello. Ya considerando cortarlo.Aidan protestó en su garganta y se sentó en la cama con un marcado puchero en sus labios y los ojos cerrados todavía. Su cabello todo alborotado se desparramaba por su cuerpo donde su cuerpo estaba salpicado de marcas de besos y colmillos.Lucian se quedó mirando fijamente esas marcas hechas por sus labios y dientes. Un momento de debilidad y excitación, después del beso, donde sus instintos habían tomado, por unos segundos, el control de su cuerpo. Lo había mordido nuevamente dejando una marca en su piel más marcada de las otras, había lamido la zona, chupado, al punto que aún tenía el sabor de la
Lucian estaba en su estudio revisando algunas cosas antes de salir a correr cuando escuchó el sonido de los vidrios de una ventana romperse en miles de pedazos. La puerta se abrió de golpe. Kier entró corriendo con un rostro conmocionado totalmente contrario al suyo ausente de emociones. Eso no pronosticaba nada bueno.-¿Qué ocurre?--Ellar y Aidan, ellos...-Lucian abrió sus ojos. Su intención al dejarlos solos era que intentaran entenderse no que se pelearan y menos de esa forma, pero estaba hablando de Aidan después de todo con quien hasta él perdía la paciencia en menos de dos segundos. En eso era idéntica a su padre.Salió corriendo hacia el jardín trasero, donde el olor de ambos se hacía más fuerte y lo que encontró hizo que su aliento se quedara atrapado en su garganta. Tanto uno como otro estaban en sus cuerpos lobunos. Bajó las escaleras mientras los guardias se reunían, pero no se atrevían intervenir, no sabía que hacer realmente o la razón de la pelea. Solo que había algo e
Lucian se quedó tan congelado que ni siquiera podía respirar.Lágrimas.Era en lo único que podía concentrarse. Y estas bajaban por el hermoso rostro de aquel lobo que lo hacía perder la paciencia. Acercó, sin dudar, sus dedos hacia su mejilla para recoger algunas de ellas pero Aidan alejó su rostro de su tacto y logró soltar su brazo herido de la mano del alfa que lo mantenía sujeto y lo llevó hacia él.-Te odio-Fueron las palabras que salieron de los labios, todo mordidos de Aidan. Resistiendo el dolor no se había permitido soltar un sonido que lo rebajara. Pero las traicioneras lágrimas le habián jugado una mala pasada y ahora bañaban su rostro.La expresión de Lucian ante lo dicho por Aidan fue contrariada. Una desagradable sensación se extendió desde su pecho hasta la planta de sus pies y pudo jurar que palideció.¿Qué era aquello? Ese desagradable nudo que tenía dentro de él.Tragó en seco y frunció el ceño.-¿Por qué me odias?- quiso golpear mentalmente pero no pudo evitar pre
Lucian no supo la razón, pero retrocedió en dirección a la puerta. Pero después de dos pasos se detuvo y lo encaró.-Esas son las cosas que haces para que me moleste contigo- frunció el ceño.Aidan simplemente pestañeó de forma lenta.-Claro, todos tienen que molestarse conmigo, aun si intento no causar problemas. Pero que gano, además de tu desprecio, que tu hermano casi me arranque el brazo solo porque no le gusto o le quite tiempo con su querido hermano- negó con la cabeza como si aquella discusión no tuviera fin- Solo quería comprobar algo--Aidan- Lucian resopló y se echó el cabello hacía atrás- Me rompes el cráneo, en serio. Es más fácil tratar con el maldito de tu padre que contigo--Entonces pudiste marcarlo tú a él y no a mí- dijo eso con la intención de fastidiarlo, pero en cambio Lucian rompió en una sonora carcajada.Se llevó la mano al estómago y su risa resonó en todo el baño. Aidan pestañó sin saber que era lo que acababa de decir que diera tanta risa.-¿Lucian?--En se
Lucian era posesivo. Mucho más de lo que aparentaba. Era como un cachorro con su primer juguete y no lo podía evitar. Era un alfa, pero sobre todo era un lobo.Entonces...Que saliera al patio y se encontrara al lobo que supuestamente lo declarara como suyo porque el destino así lo dictaba, sentado a horcajadas sobre su beta. Y de paso, inclinado sobre este como que no era la imagen más agradable para él.Y por supuesto.La bestia dentro de él salió a la luz y no hizo nada para detenerla.-AIDAN- le gruñó posesivamente, tan fuerte que los cristales de las ventanas del castillo se estremecieron.El nombrado, que de paso le daba la espalda se enderezó ligeramente y miró por encima del hombro. Había un brillo inusual en sus ojos y su sonrisa no parecía tan falsa.-Lucian- mostró aún más sus blancos dientes donde sus colmillos estaban muy marcados.Kier, debajo de él, alzó un poco su cabeza y fue entonces que Lucian pudo visualizar mejor la situación enfriando un poco su mente. Si, el lob
Estaba atardeciendo. Lucian dejó las cosas sobre su escritorio y arrugó la carta de su Comandante. Ya había terminado sus trabajos en las fronteras y necesitaba descansar unos días por lo que había pedido permiso. Él no se lo negaría. Victore era alguien que había mostrado lo que valía.Se levantó y estiró sus huesos y miró por la ventana de su oficina. La vista era amplia y desde allí podía definir a lo lejos donde estaban anteriormente Kier y Aidan. Aunque ya no estaban.-Al menos parece que se cansaron de darse golpes. Bestias- sonrió ligeramente recordando el brillo en los ojos de Aidan.Sino fuera porque sabía que él no podía sentir nada pudiera decir que se estaba divirtiendo. Pero él lo había dicho, no tenía emociones. Y era una lástima.Una idea fugaz de cómo sería la real sonrisa del lobo cruzó por su mente y se mordió la uña. ¿Qué demonios había ocurrido en las últimas horas para que estuviera pensando en él a cada minuto? Hasta había tenido que usar su imagen para poder lib