El hombro de Aidan fue sacudido levemente.-Aidan, levántate- la voz de Lucian era exigente.-Cinco minutos más- enterró más su cabeza entre la mullida almohada impregnada del olor del alfa evitando los leves reflejos de sol de la mañana.-Nada de cinco minutos. Hoy comienza tu entrenamiento. Vamos a correr. Levántate- él le exigió mientras se peinaba el cabello. Ya considerando cortarlo.Aidan protestó en su garganta y se sentó en la cama con un marcado puchero en sus labios y los ojos cerrados todavía. Su cabello todo alborotado se desparramaba por su cuerpo donde su cuerpo estaba salpicado de marcas de besos y colmillos.Lucian se quedó mirando fijamente esas marcas hechas por sus labios y dientes. Un momento de debilidad y excitación, después del beso, donde sus instintos habían tomado, por unos segundos, el control de su cuerpo. Lo había mordido nuevamente dejando una marca en su piel más marcada de las otras, había lamido la zona, chupado, al punto que aún tenía el sabor de la
Lucian estaba en su estudio revisando algunas cosas antes de salir a correr cuando escuchó el sonido de los vidrios de una ventana romperse en miles de pedazos. La puerta se abrió de golpe. Kier entró corriendo con un rostro conmocionado totalmente contrario al suyo ausente de emociones. Eso no pronosticaba nada bueno.-¿Qué ocurre?--Ellar y Aidan, ellos...-Lucian abrió sus ojos. Su intención al dejarlos solos era que intentaran entenderse no que se pelearan y menos de esa forma, pero estaba hablando de Aidan después de todo con quien hasta él perdía la paciencia en menos de dos segundos. En eso era idéntica a su padre.Salió corriendo hacia el jardín trasero, donde el olor de ambos se hacía más fuerte y lo que encontró hizo que su aliento se quedara atrapado en su garganta. Tanto uno como otro estaban en sus cuerpos lobunos. Bajó las escaleras mientras los guardias se reunían, pero no se atrevían intervenir, no sabía que hacer realmente o la razón de la pelea. Solo que había algo e
Lucian se quedó tan congelado que ni siquiera podía respirar.Lágrimas.Era en lo único que podía concentrarse. Y estas bajaban por el hermoso rostro de aquel lobo que lo hacía perder la paciencia. Acercó, sin dudar, sus dedos hacia su mejilla para recoger algunas de ellas pero Aidan alejó su rostro de su tacto y logró soltar su brazo herido de la mano del alfa que lo mantenía sujeto y lo llevó hacia él.-Te odio-Fueron las palabras que salieron de los labios, todo mordidos de Aidan. Resistiendo el dolor no se había permitido soltar un sonido que lo rebajara. Pero las traicioneras lágrimas le habián jugado una mala pasada y ahora bañaban su rostro.La expresión de Lucian ante lo dicho por Aidan fue contrariada. Una desagradable sensación se extendió desde su pecho hasta la planta de sus pies y pudo jurar que palideció.¿Qué era aquello? Ese desagradable nudo que tenía dentro de él.Tragó en seco y frunció el ceño.-¿Por qué me odias?- quiso golpear mentalmente pero no pudo evitar pre
Lucian no supo la razón, pero retrocedió en dirección a la puerta. Pero después de dos pasos se detuvo y lo encaró.-Esas son las cosas que haces para que me moleste contigo- frunció el ceño.Aidan simplemente pestañeó de forma lenta.-Claro, todos tienen que molestarse conmigo, aun si intento no causar problemas. Pero que gano, además de tu desprecio, que tu hermano casi me arranque el brazo solo porque no le gusto o le quite tiempo con su querido hermano- negó con la cabeza como si aquella discusión no tuviera fin- Solo quería comprobar algo--Aidan- Lucian resopló y se echó el cabello hacía atrás- Me rompes el cráneo, en serio. Es más fácil tratar con el maldito de tu padre que contigo--Entonces pudiste marcarlo tú a él y no a mí- dijo eso con la intención de fastidiarlo, pero en cambio Lucian rompió en una sonora carcajada.Se llevó la mano al estómago y su risa resonó en todo el baño. Aidan pestañó sin saber que era lo que acababa de decir que diera tanta risa.-¿Lucian?--En se
Lucian era posesivo. Mucho más de lo que aparentaba. Era como un cachorro con su primer juguete y no lo podía evitar. Era un alfa, pero sobre todo era un lobo.Entonces...Que saliera al patio y se encontrara al lobo que supuestamente lo declarara como suyo porque el destino así lo dictaba, sentado a horcajadas sobre su beta. Y de paso, inclinado sobre este como que no era la imagen más agradable para él.Y por supuesto.La bestia dentro de él salió a la luz y no hizo nada para detenerla.-AIDAN- le gruñó posesivamente, tan fuerte que los cristales de las ventanas del castillo se estremecieron.El nombrado, que de paso le daba la espalda se enderezó ligeramente y miró por encima del hombro. Había un brillo inusual en sus ojos y su sonrisa no parecía tan falsa.-Lucian- mostró aún más sus blancos dientes donde sus colmillos estaban muy marcados.Kier, debajo de él, alzó un poco su cabeza y fue entonces que Lucian pudo visualizar mejor la situación enfriando un poco su mente. Si, el lob
Estaba atardeciendo. Lucian dejó las cosas sobre su escritorio y arrugó la carta de su Comandante. Ya había terminado sus trabajos en las fronteras y necesitaba descansar unos días por lo que había pedido permiso. Él no se lo negaría. Victore era alguien que había mostrado lo que valía.Se levantó y estiró sus huesos y miró por la ventana de su oficina. La vista era amplia y desde allí podía definir a lo lejos donde estaban anteriormente Kier y Aidan. Aunque ya no estaban.-Al menos parece que se cansaron de darse golpes. Bestias- sonrió ligeramente recordando el brillo en los ojos de Aidan.Sino fuera porque sabía que él no podía sentir nada pudiera decir que se estaba divirtiendo. Pero él lo había dicho, no tenía emociones. Y era una lástima.Una idea fugaz de cómo sería la real sonrisa del lobo cruzó por su mente y se mordió la uña. ¿Qué demonios había ocurrido en las últimas horas para que estuviera pensando en él a cada minuto? Hasta había tenido que usar su imagen para poder lib
Esas palabras no eran simples palabras. Si Lucian quería marcarlo permanentemente tendría que hacerlo de adentro hacia afuera y eso incluía el sexo de por medio y completar un lazo.-A veces me pregunto quién te enseñó esas cosas- ladeó la cabeza- Eres un cachorro, no deberías estar pensando en lo que se hace en la cama- lo reprendió relajado.Aidan besó nuevamente su cuello. Esa zona del alfa le gustaba sobre todo porque cuando lo hacía la vena que sobresalía de este palpitaba con más fuerza.-Mis hermanos siempre han sido muy francos con sus lecciones y mi padre puede ser muy explícito cuando habla. Aprendí de ellos- pegó su cuerpo más al de él provocándolo- Son buenos maestros, así que no tienes que estarme enseñando el camino correcto para que acabes el trabajo que comenzaste- se refirió a la mordida en su nucaLucian lo sostuvo por la cadera y arrugó la nariz.-Dejando ese tema de lado, que es lo único que piensas, vamos al baño. Hueles asquerosamente a mi beta- no quería seguir
Aidan sabía que estaba jugando sucio.Pero no era su culpa. Lucian no acababa de poner de su parte por lo que él había tenido que usar algunos métodos efectivos para lograr lo que quería. En eso, estaba desorientar al alfa con sus feromonas.No era normal que un lobo las usara y menos alguien tan joven como él, pero su madre le había enseñado como podía doblegar y dada su fuerte naturaleza eran más fuertes de lo estimado. Además, había un punto que no le había contado ni siquiera a sus padres y menos a Lucian.Su cuerpo estaba rozando los 100 años, al menos lo interno, por lo tanto, su celo podría llegar en cualquier momento. Debido a eso su olor era más dulce y había excitado tanto al alfa que ahora tendría que hacerse cargo de lo que él tenía entre sus muslos.Y no era como que a él le molestara. Si Lucian no sintiera algo por su persona simplemente lo habría rechazado.-Aidan, levántate, déjame salir- soltó el lobo con la intención de irse y resolver el problema por sus medios, per