Estaba atardeciendo. Lucian dejó las cosas sobre su escritorio y arrugó la carta de su Comandante. Ya había terminado sus trabajos en las fronteras y necesitaba descansar unos días por lo que había pedido permiso. Él no se lo negaría. Victore era alguien que había mostrado lo que valía.Se levantó y estiró sus huesos y miró por la ventana de su oficina. La vista era amplia y desde allí podía definir a lo lejos donde estaban anteriormente Kier y Aidan. Aunque ya no estaban.-Al menos parece que se cansaron de darse golpes. Bestias- sonrió ligeramente recordando el brillo en los ojos de Aidan.Sino fuera porque sabía que él no podía sentir nada pudiera decir que se estaba divirtiendo. Pero él lo había dicho, no tenía emociones. Y era una lástima.Una idea fugaz de cómo sería la real sonrisa del lobo cruzó por su mente y se mordió la uña. ¿Qué demonios había ocurrido en las últimas horas para que estuviera pensando en él a cada minuto? Hasta había tenido que usar su imagen para poder lib
Esas palabras no eran simples palabras. Si Lucian quería marcarlo permanentemente tendría que hacerlo de adentro hacia afuera y eso incluía el sexo de por medio y completar un lazo.-A veces me pregunto quién te enseñó esas cosas- ladeó la cabeza- Eres un cachorro, no deberías estar pensando en lo que se hace en la cama- lo reprendió relajado.Aidan besó nuevamente su cuello. Esa zona del alfa le gustaba sobre todo porque cuando lo hacía la vena que sobresalía de este palpitaba con más fuerza.-Mis hermanos siempre han sido muy francos con sus lecciones y mi padre puede ser muy explícito cuando habla. Aprendí de ellos- pegó su cuerpo más al de él provocándolo- Son buenos maestros, así que no tienes que estarme enseñando el camino correcto para que acabes el trabajo que comenzaste- se refirió a la mordida en su nucaLucian lo sostuvo por la cadera y arrugó la nariz.-Dejando ese tema de lado, que es lo único que piensas, vamos al baño. Hueles asquerosamente a mi beta- no quería seguir
Aidan sabía que estaba jugando sucio.Pero no era su culpa. Lucian no acababa de poner de su parte por lo que él había tenido que usar algunos métodos efectivos para lograr lo que quería. En eso, estaba desorientar al alfa con sus feromonas.No era normal que un lobo las usara y menos alguien tan joven como él, pero su madre le había enseñado como podía doblegar y dada su fuerte naturaleza eran más fuertes de lo estimado. Además, había un punto que no le había contado ni siquiera a sus padres y menos a Lucian.Su cuerpo estaba rozando los 100 años, al menos lo interno, por lo tanto, su celo podría llegar en cualquier momento. Debido a eso su olor era más dulce y había excitado tanto al alfa que ahora tendría que hacerse cargo de lo que él tenía entre sus muslos.Y no era como que a él le molestara. Si Lucian no sintiera algo por su persona simplemente lo habría rechazado.-Aidan, levántate, déjame salir- soltó el lobo con la intención de irse y resolver el problema por sus medios, per
Resopló. Esto le estaba dando dolor de cabeza. Era mejor dejar las cosas ahí o se pondrían más peligrosas de lo que estaban ya. Y lo más seguro es que terminara cediendo. Su negación después de todo era un capricho impuesto a él mismo.Hizo el intento de levantarse, pero...-No- la voz de Aidan fue contundente y su mirada decidida.-¿No qué?--Lo haré- él lo agarró de los hombros utilizando toda su fuerza sujetándolo en el lugar para que ni pensara que podía irse sin más.Eso hizo que el alfa se estremeciera con una nueva sensación y sonrió retándolo. Ante esto Aidan enrolló sus dedos alrededor del cuello del alfa y sus garras pincharon a cada lado de este. Fue entonces que Lucian se dio cuenta que jugaba con fuego. Acaso había cruzado la raya.¿Dónde demonios se había quedado la parte de que él era el lobo más fuerte del Consejo?-¿Qué pretendes Aidan?- jadeó un poco. A pesar de todo, su erección no había cedido, todo lo contrario, era aún más grande. Todos los estímulos iban directa
Después del suceso en el baño Lucian estaba extraño. O eso era la conclusión a la que había llegado Aidan. Y de eso era ya una semana. Su comportamiento era irregular e impredecible.Lo rechazaba como antes, pero a la vez no.No era una las veces que lo había sorprendido mirándolo, para que después que él le preguntaba que ocurría, él alfa chasquear la lengua como si estuviera molesto e se giraba para irse. Cuando dormían, en mitad de la noche le pasaba el brazo por encima de su cintura y la apretaba hacia su pecho lamiendo de vez en cuando la mordida y otras cosas, porque podía sentir su cadera restregándose contra su suya.En otras ocasiones lo llevaba al baño después del entrenamiento con Kier, y una vez que lo dejaba en la bañera, se veía vacilante de si se iba o se quedaba después de casi comérselo con la mirada. Y cada vez que le tomaba la mano para darle un empujoncito en su vacilación, Lucian la apartaba como si esta quemara y salía pitando de allí. Nunca más lo había curado
Una sonrisa se esbozó en la boca de Aidan.-Loco del que se atreva a tocarme durante mi celo, que no sea mi lobo--En la confianza está el peligro- recalcó el betaEl lobo se pasó la mano por el cabello y jugó con los mechones finales de su larga y oscura trenza.-No tienes que preocuparte por esos detalles. Me aseguraré de estar en el lugar y el momento adecuado para cuando mi celo llegue. No dejaré que alguien más marque mi cuello y el que se atreva puede despedirse de este mundo-Sus palabras hicieron estremecer al beta. Sabía que aquel lobo era duro de roer, pero hasta ese momento no sabía cuánto. Pobre de su alfa, con razón estaba con la cabeza casi siempre ida, pensado en que debía hacer respecto a él. Aidan no era un lobo sumiso que lo esperaría o acataría sus órdenes, así sin más.-Bueno, vámonos- Aidan se dio la vuelta y avanzó varios pasos para darse cuenta que el beta no lo seguía. Lo miró y notó que estaba pálido. Abrió los labios para hablar cuando una voz lo interrumpió.
Enamorado.Amor.-¿Qué es eso?- Aidan preguntó tomando desprevenido al betaKier pestañeó confundido.-Disculpe príncipe, no entendí--Me refiero a... ¿qué se siente cuando uno está enamorado?- la pregunta fue inocente pero eso no quitaba el peso que contenía sus palabras.Inesperadamente el siempre serio y hermoso rostro de Kier se sonrojó.-Es algo complicado de explicar príncipe, pero debe sentirlo con el alfa- Aidan inclinó la cabeza.-Kier, yo no tengo emociones. No sé qué es amar a alguien. No entiendo porque se ponen nerviosos cuando están al lado del lobo que les gusta, ni la razón de sonreír cuando simplemente se acarician, o se dan un simple beso en la mejilla-Por un momento Kier tuvo lástima por él. Que difícil era vivir siendo un cascaron vacío. El no solía mostrar mucho lo que sentía tampoco pero no había nada mejor que lo que albergaba por Victore. Su estómago se apretaba cada vez que lo veía y su mente se ponía en blanco, pero con todo y eso, nunca renegaría de sus s
El pequeño lo llevó hacia una pequeña terraza con algunas mesas. Apenas había lobos allí, pero en el fondo encontró uno que tomaba algo de un vaso.-Hermano- el cachorro gritó sacudiendo su otra manito.En nombrado alzó la cabeza y caminó rápido hacia donde estaban ellos.-Nayr ¿no arrastres a los demás así? Cuantas veces te lo tengo que decir--Pero hermano Antoin- hizo un puchero- Yo solo quería mostrártelo-El lobo alzó la cabeza y enfocó a Aidan. Sus oscuros ojos lo recorrieron de arriba abajo, no muy diferente de como lo habían hecho antes los machos de la manada.-¿Y él es?- su tono fue indescriptible.-El hermoso lobo con el que choqué aquella vez. Viste, te dije que era muy lindo- sus ojos brillaban.Aidan solo apreciaba la escena con calma. Delante de él estaban dos lobos, uno adulto, pero aún joven y otro pequeño. Ambos compartían características similares, cabello oscuro y con rizos suaves y ojos casi negros. Sus pieles eran anormalmente pálidas, le hizo recordar de repente