Después del suceso en el baño Lucian estaba extraño. O eso era la conclusión a la que había llegado Aidan. Y de eso era ya una semana. Su comportamiento era irregular e impredecible.Lo rechazaba como antes, pero a la vez no.No era una las veces que lo había sorprendido mirándolo, para que después que él le preguntaba que ocurría, él alfa chasquear la lengua como si estuviera molesto e se giraba para irse. Cuando dormían, en mitad de la noche le pasaba el brazo por encima de su cintura y la apretaba hacia su pecho lamiendo de vez en cuando la mordida y otras cosas, porque podía sentir su cadera restregándose contra su suya.En otras ocasiones lo llevaba al baño después del entrenamiento con Kier, y una vez que lo dejaba en la bañera, se veía vacilante de si se iba o se quedaba después de casi comérselo con la mirada. Y cada vez que le tomaba la mano para darle un empujoncito en su vacilación, Lucian la apartaba como si esta quemara y salía pitando de allí. Nunca más lo había curado
Una sonrisa se esbozó en la boca de Aidan.-Loco del que se atreva a tocarme durante mi celo, que no sea mi lobo--En la confianza está el peligro- recalcó el betaEl lobo se pasó la mano por el cabello y jugó con los mechones finales de su larga y oscura trenza.-No tienes que preocuparte por esos detalles. Me aseguraré de estar en el lugar y el momento adecuado para cuando mi celo llegue. No dejaré que alguien más marque mi cuello y el que se atreva puede despedirse de este mundo-Sus palabras hicieron estremecer al beta. Sabía que aquel lobo era duro de roer, pero hasta ese momento no sabía cuánto. Pobre de su alfa, con razón estaba con la cabeza casi siempre ida, pensado en que debía hacer respecto a él. Aidan no era un lobo sumiso que lo esperaría o acataría sus órdenes, así sin más.-Bueno, vámonos- Aidan se dio la vuelta y avanzó varios pasos para darse cuenta que el beta no lo seguía. Lo miró y notó que estaba pálido. Abrió los labios para hablar cuando una voz lo interrumpió.
Enamorado.Amor.-¿Qué es eso?- Aidan preguntó tomando desprevenido al betaKier pestañeó confundido.-Disculpe príncipe, no entendí--Me refiero a... ¿qué se siente cuando uno está enamorado?- la pregunta fue inocente pero eso no quitaba el peso que contenía sus palabras.Inesperadamente el siempre serio y hermoso rostro de Kier se sonrojó.-Es algo complicado de explicar príncipe, pero debe sentirlo con el alfa- Aidan inclinó la cabeza.-Kier, yo no tengo emociones. No sé qué es amar a alguien. No entiendo porque se ponen nerviosos cuando están al lado del lobo que les gusta, ni la razón de sonreír cuando simplemente se acarician, o se dan un simple beso en la mejilla-Por un momento Kier tuvo lástima por él. Que difícil era vivir siendo un cascaron vacío. El no solía mostrar mucho lo que sentía tampoco pero no había nada mejor que lo que albergaba por Victore. Su estómago se apretaba cada vez que lo veía y su mente se ponía en blanco, pero con todo y eso, nunca renegaría de sus s
El pequeño lo llevó hacia una pequeña terraza con algunas mesas. Apenas había lobos allí, pero en el fondo encontró uno que tomaba algo de un vaso.-Hermano- el cachorro gritó sacudiendo su otra manito.En nombrado alzó la cabeza y caminó rápido hacia donde estaban ellos.-Nayr ¿no arrastres a los demás así? Cuantas veces te lo tengo que decir--Pero hermano Antoin- hizo un puchero- Yo solo quería mostrártelo-El lobo alzó la cabeza y enfocó a Aidan. Sus oscuros ojos lo recorrieron de arriba abajo, no muy diferente de como lo habían hecho antes los machos de la manada.-¿Y él es?- su tono fue indescriptible.-El hermoso lobo con el que choqué aquella vez. Viste, te dije que era muy lindo- sus ojos brillaban.Aidan solo apreciaba la escena con calma. Delante de él estaban dos lobos, uno adulto, pero aún joven y otro pequeño. Ambos compartían características similares, cabello oscuro y con rizos suaves y ojos casi negros. Sus pieles eran anormalmente pálidas, le hizo recordar de repente
No quería ver el rostro de aquel lobo. Ya era suficiente con que estaba molesto con que Aidan hubiera desobedecido sus órdenes por no sabía que vez y se hubiera marchado del castillo solo. Y para ser la gota que derraba el vaso lo encontró siendo seducido por no solo ese lobo, ya había percibido una larga lista de muchos que lo tenían en la mira. No pudo evitar que su parte salvaje tomara el control y marcar el terreno que solo él podía pisar.Antoin ni siquiera miró nuevamente al lobo. Agarró a su hermano que también parecía aterrado y salió corriendo.Lucian lo vio irse y chasqueó la lengua. Había actuado guiado por el impulso. Se había acostumbrado tanto a que Aidan mismo fuera el que no permitía que nadie se le acercara que cuando alguien lo hizo él fue el que explotó. De seguro esto le costaría y mucho teniendo que aguantarlo burlándose de él por de alguna profesar que era de él.Lo que no se esperó fue que su mano fuera golpeado con fuerza retirándola de encima de su cuerpo, que
El sentido animal podía devorarlo en más de un sentido y completar el lazo. No sabía cuándo había sido, pero lo aceptaba como suyo y como quien debía estar en su cama y a su lado como reina, es que no había dudas que nadie podría cuestionarlo dado su poder. Pero su lado racional era el que más conflicto tenía en sí mismo. Simplemente porque él era Aidan.-Lucian sé valiente. Solo estas luchando contra lo inevitable y nos haces daño a los dos. Desde el día que tu sangre se fusionó con la mía nuestro destino se escribió. Tú lo sabes muy bien- se soltó de su agarre cuando los dedos de Lucian se aflojaron- El tiempo corre y no voy a estar detrás de tu culo por siempre ni tampoco tengo tanto aguante, así se decide de una vez-Ya le hablaba con todo, era tiempo de dejar los juegos. Si su celo llegaba antes de cumplir el plazo del tiempo que estaría allí y Lucian lo marcaba por completo se quedaría, pero sino volvería a congelarse. Y esta vez quizás por un largo tiempo. Sentía como poco a po
Aidan pasó la mano por la cabeza de Lucian hasta la nuca, como una caricia tranquilizadora. Era extraño hacerlo físicamente. Prefería usar su mente y lo que su madre le había enseñado. Pero el contacto físico con ese lobo era agradable. Lo sintió removerse contra él y poco a poco se fue alzando. Los ojos del alfa ya habían vuelto a su color azul natural.-¿Ya volviste?- él sonrió suavemente acariciando su mejilla.-Hmm- el alfa respondió con un sonido proveniente de su garganta, algo confundido.-Tu lobo es lindo, pero es momento que estés en todos tus sentidos- le besó la mejilla. Lucian estaba inusualmente tranquilo.-¿Qué me haces? ¿Por qué pierdo el control de mí mismo? - era consiente que había estado besando y lo que eso conllevaba. No había querido hacerlo en primer momento, pero al final cedió a su instinto.Aidan se escurrió de sus brazos y al pasar por el costado de él le palmeó la nalga sobresaltándolo.-No te hago nada, tus instintos son más sinceros que esa cabeza dura qu
Todos se quedaron estupefactos. Algunos de ellos habían sido testigos de la capacidad de Aidan de controlar el hielo y el destrozo del cuarto, pero como siempre, lo terrorífico del fuego no se lo quitaba nadie. Y menos como las llamas ligeramente creaban un halo que se movía alrededor de Aidan como protegiéndolo.A pesar de todo, no hubo movimiento por ninguno de los dos lados. Aidan no tenía intenciones de matar a ese lobo, sino de lo que estaba en su cabeza. Como supuso, estaba siendo controlado. Eso nadie lo sabía y no tenía tiempo de explicárselo. Respiró profundo manteniendo una concentración tal que era dolorosa, debía expulsar a Ryan de ese cuerpo. Era él, no había duda. Debía hacerlo antes de que perdiera el control escaso que tenía sobre su poder.-Te estás divirtiendo hermoso- una voz en su cabeza y antes de que todo se volviera negro Aidan cerró su mente atrapando dentro de él a Ryan.***Lo había logrado... o eso creía.El cuerpo del lobo se proyectó en un espacio completa