Lucian estaba parado en la entrada de su castillo con los ojos azules esta vez totalmente dorados y los brazos cruzados. Molesto no era la palabra correcta para su estado ahora. Pensaba que Aidan se quedaría tranquilo dentro, al menos jodiéndole la vida. Pero no, el muy... había decidido dar la vuelta por la manada y hacer lo que le viniera en gana.Si no fuera por Kier no sabría qué estaba haciendo. A diferencia de él, él estaba a tope de trabajo.Gruñó grave y los dos lobos más cercanos escondieron las colas entre sus patas y pegaron sus panzas al suelo en total sumisión y miedo. Lucian molesto era realmente algo a tomar en cuenta.Por su parte el joven que se acercaba acabando de aparecer no parecía inmutarse en lo más mínimo.-¿Dónde demonios estabas?- el alfa le dijo con los dientes apretados.Aidan subió la escalera con su habitual sonrisa y se detuvo delante de él.-Qué lindo, me estabas esperando- fingió estar emocionado.Lucian no ocultó su incomodidad y volvió a gruñirle.-T
Lucian llevó a su boca un pedazo de carne y lo masticó como si fuera chicle. Apenas si le pasaba por la garganta por lo que se llevó una gran copa llena de agua tragando hasta la última gota. Esta fue llenada nuevamente por Kier que estaba sentado frente a él en la mesa especial de él.A diferencia de la manada de Dante no todos comían en el castillo junto con él dado el tamaño de la manada. Normalmente los que estaban emparejados solían cocinar en sus respectivas casas. Mientras tanto, los solteros, guardias, jóvenes, los que trabajaban allí adentro o cualquiera que ese día no quisiera ir a cazar, podía unírseles. Al final siempre eran más de 50 los que se reunían allí.-¿Alfa, ocurre algo?- Kier le sirvió otro pedazo de carne en el plato aunque Lucian no le prestó atención y eso preocupó al beta. Dado su trabajo su alfa era de los que más alimento consumía.-Perdí los estribos hoy Kier- soltó Lucian dejando caer su espalda contra el respaldar de su asiento- Le grité a Aidan, lo ence
-Aidan-El nombre salió de los labios del lobo petrificado delante del cuerpo congelado en el suelo. Sus ojos estaban fijos en él y a pesar de que lo llamó mediante el lazo no volvió a tener respuesta. Su pecho comenzó a latir de pánico.Chasqueó los dientes y se arrodilló. Sus dedos temblaron ligeramente cuando tocó con cuidado el hombro de él. No recibió respuesta. Más bien, su cuerpo era tan frío como el hielo que estaba a su alrededor.-KIER- gritó y miró por encima del hombro como su beta se asomó, pero no entró- Prepara la tina de mi baño con el agua más caliente que puedan--Si, alfa- respondió el hombro y rápidamente desapareció.Lucian volvió a enfocarse en el lobo y tragó en seco. Esperaba que no fuera lo que se imaginaba. Solo lo había dejado por poco tiempo encerrado. Él no podía estar muerto. Su pecho se apretó tanto que el aire le faltó a él.Pero no era momento de enloquecer.Volvió a tocarlo. Él no se congelaba, pero aun así las escarchas sobre la piel de él herían la
Aidan se sentía en una nube, ligero, suave, cómodo, sobre todo cómodo y ¿protegido? Era raro, lo último que recordaba era él estando solo dentro de una habitación y mucho frío antes de que todo se volviera negro. Su mente estaba confusa.Sus parpados pesaban, pero aun así se forzó a abrirlos. La oscuridad se cernía sobre él, aunque a su espalda la luz de la luna entraba por el balcón. Era de noche. Se removió ligeramente encontrando que su cabeza estaba sobre un pecho duro que se movía constante.Alzó ligeramente la cabeza. Sabía quién era, reconocería tanto el olor como el cuerpo de Lucian en cualquier lado, pero en ese momento no quería estar cerca de él. Por lo que se apartó haciendo que el brazo del alfa que rodeaba posesivamente su cintura cayera hacia el otro lado, despertándolo.Mientras Lucian se desperezaba Aidan cubría la desnudez de su cuerpo con una sábana y se sentaba en el borde de la cama mirando hacia la luna. Esta lo tranquilizaba. Esa noche estaba alta en el cielo. R
Lucian se removió incómodo. Frunció el ceño.-Explícate mejor-Aidan inclinó la cabeza hacia un lado, el cabello le hizo sombra en su rostro más no opacó el brillo de sus ojos plateados, todo lo contrario, eran más brillantes. Eso puso en alerta a Lucian. Había algo en todo eso que no le iba a gustar, lo sabía.-Que cuando te toco puedo dejar de oír voces en mi cabeza y mis poderes quedan reducidos a la nada. Esa es la razón por la que no te congelaste cuando entraste a la habitación--¿Estabas consiente?- fue lo único que pudo preguntar con la voz un poco temblorosa todavía asimilando la primera parte.-Sí, estaba consciente- pestañó lentamente- Tienes suerte que me hayas marcado- se pasó los dedos por su nuca- De otra forma no podría garantizar que no te hubiera matado. El hielo es más complicado de controlar que el fuego. No me hace caso-Hablaba con un tono desinteresado, pero Lucian estaba mortalmente serio. En serio su vida había pendido de una mordida.-¿Qué tanto sabes de ti y
El hombro de Aidan fue sacudido levemente.-Aidan, levántate- la voz de Lucian era exigente.-Cinco minutos más- enterró más su cabeza entre la mullida almohada impregnada del olor del alfa evitando los leves reflejos de sol de la mañana.-Nada de cinco minutos. Hoy comienza tu entrenamiento. Vamos a correr. Levántate- él le exigió mientras se peinaba el cabello. Ya considerando cortarlo.Aidan protestó en su garganta y se sentó en la cama con un marcado puchero en sus labios y los ojos cerrados todavía. Su cabello todo alborotado se desparramaba por su cuerpo donde su cuerpo estaba salpicado de marcas de besos y colmillos.Lucian se quedó mirando fijamente esas marcas hechas por sus labios y dientes. Un momento de debilidad y excitación, después del beso, donde sus instintos habían tomado, por unos segundos, el control de su cuerpo. Lo había mordido nuevamente dejando una marca en su piel más marcada de las otras, había lamido la zona, chupado, al punto que aún tenía el sabor de la
Lucian estaba en su estudio revisando algunas cosas antes de salir a correr cuando escuchó el sonido de los vidrios de una ventana romperse en miles de pedazos. La puerta se abrió de golpe. Kier entró corriendo con un rostro conmocionado totalmente contrario al suyo ausente de emociones. Eso no pronosticaba nada bueno.-¿Qué ocurre?--Ellar y Aidan, ellos...-Lucian abrió sus ojos. Su intención al dejarlos solos era que intentaran entenderse no que se pelearan y menos de esa forma, pero estaba hablando de Aidan después de todo con quien hasta él perdía la paciencia en menos de dos segundos. En eso era idéntica a su padre.Salió corriendo hacia el jardín trasero, donde el olor de ambos se hacía más fuerte y lo que encontró hizo que su aliento se quedara atrapado en su garganta. Tanto uno como otro estaban en sus cuerpos lobunos. Bajó las escaleras mientras los guardias se reunían, pero no se atrevían intervenir, no sabía que hacer realmente o la razón de la pelea. Solo que había algo e
Lucian se quedó tan congelado que ni siquiera podía respirar.Lágrimas.Era en lo único que podía concentrarse. Y estas bajaban por el hermoso rostro de aquel lobo que lo hacía perder la paciencia. Acercó, sin dudar, sus dedos hacia su mejilla para recoger algunas de ellas pero Aidan alejó su rostro de su tacto y logró soltar su brazo herido de la mano del alfa que lo mantenía sujeto y lo llevó hacia él.-Te odio-Fueron las palabras que salieron de los labios, todo mordidos de Aidan. Resistiendo el dolor no se había permitido soltar un sonido que lo rebajara. Pero las traicioneras lágrimas le habián jugado una mala pasada y ahora bañaban su rostro.La expresión de Lucian ante lo dicho por Aidan fue contrariada. Una desagradable sensación se extendió desde su pecho hasta la planta de sus pies y pudo jurar que palideció.¿Qué era aquello? Ese desagradable nudo que tenía dentro de él.Tragó en seco y frunció el ceño.-¿Por qué me odias?- quiso golpear mentalmente pero no pudo evitar pre