Lucian nunca pensó que tendría que utilizar toda su fuerza para caerle detrás a alguien. Apenas había sentido el aire nocturno en su cara se había transformado desgarrando toda su ropa a su paso. El cuerpo de un lobo tomó su lugar y tensó todos sus músculos.Pero maldición. Se suponía que estaba persiguiendo a un cachorro. ¿Qué tan rápido podía correr? Por más que moviera sus patas no podía acortar la distancia por más que hiciera el esfuerzo. El animal se fundía con la oscuridad de la noche y el espeso follaje del bosque. Su pelaje tan oscuro y brillante como el de su padre, un lobo negro, tan contados como los lobos albinos, tan hermosos que era increíble creer que existieran, destinados a la grandeza, a ser líderes. Apretó los dientes y maldijo.Corrió, corrió tanto que por primera vez en su vida pensó que sus pulmones colapsarían, jadeaba con cada paso y, aun así, el cachorro delante de él, no aminoraba la marcha, pero no era eso lo que le preocupaba. La brisa soplaba más fuerte,
Lucian no soltó el cuello del cachorro. Sabía que se había equivocado, había hecho lo único que se había prohibido. La situación se le había ido de las patas y ahora que todo se aclaraba podía analizar los hechos con la mente más fresca. Bajó su cabeza aflojando levemente el agarre dejando que el lobo quedara completamente tendido en el suelo. El sabor dulce y a la vez metálico de la sangre estaba en todo su paladar, no era desagradable, era delicioso, pero no era tiempo para pensar en ello.Los ahora suaves gemidos del cachorro llegaron a sus oídos. Los plateados ojos estaban ligeramente cerrados, pero estaba consiente. De su boca abierta salía pequeñas bocanadas de aire rápidas que hacían que el pecho de él se moviera agitado. Lucian no sabía si debía soltar todavía. El lobo se había calmado, pero no sabía hasta cuándo.-Aidan- lo llamó en su mente.Solo recibió un gemido lastimero, casi como un sollozo que le siguieron unos más. Lucian vaciló. Ya no luchaba para nada, estaba comple
Lucian caminaba lentamente llevando el lobo adolescente en sus brazos. Pocas veces en su vida había temblado tanto como ahora. La saliva en su boca difícilmente pasaba por su garganta y cada vez que el recuerdo de lo que había hecho le cruzaba por la mente los síntomas se hacían peores. Obviaba la reacción fisiológica de su cuerpo de querer apretar más al cachorro contra él y darle protección. Si solo no lo hubiera mordido no sería tan fuerte.Un alfa siempre tenía un alto instinto de cuidar a los que lo rodeaban, sobre todo si eran jóvenes, pero a él se le había pasado la mano en más de una manera. LO HABÍA MORDIDO. Que estaba pensando en ese momento. Y no a cualquier lobo, sino a Aidan, el lobo que lo reclamaba como suyo. Acaso eso no significaba que lo había reconocido. De seguro eso era lo que pensaría él una vez que despertara.Tenía que aclarárselo. Esto había sido una medida de emergencia. El lazo no se completaría si ellos no consumaban su unión mediante el sexo, algo de lo qu
El agarre de Dante se hizo un poco más leve. Sabía que el mayor tenía razón, pero no podía aceptarlo, su hijo era un cachorro muy joven y Lucian muy adulto, además era Lucian, el lobo que también se había interesado en su esposo, y, además, si su hijo se relacionaba con él lo apartaría de su lado, no permitiría eso.-Deshazlo, quita tu marca de él mientras puedas hacerlo--No puedo- Lucian le respondió sinceramente- Créeme quiero hacerlo, pero entonces él perderá el control, otra vez-La mano de Dante tembló esta vez hasta que una sensación le recorrió la columna, una que conocía muy bien.-Dante- la voz dura, baja y lenta de Lukyan se oyó en la sala petrificando a todos los presentes.Si era difícil ver a Dante molesto, era mucho más hacerlo con Lukyan y más cuando él tenía sus ojos completamente difusos. Una sensación aplastante los recorrió a todos-Si van a pelear háganlo después, mi hijo está descansando- sus ojos se entrecerraron, los músculos de los cuerpos de los lobos estaban
Era la hora y Lukyan lo sabía. Había ocultado por mucho tiempo lo que era realmente Aidan y él que estaba delante de él no era un lobo cualquiera. Además de ser el que había mordido a su cachorro era también el líder del Consejo, se suponía que estaba por encima de todos ellos en cuanto a poder e influencia. La voz magnate de todos los alfas y reinas. Si lo seguía dilatando, por más que se llevaran bien, habría problemas.-Lucian, seré claro ya que estamos en esta situación. Hay dos cosas que tienes que saber de Aidan- miró a su esposo buscando su afirmación la cual le dio, después de todo él era alfa y el padre de su cachorro.Ante el tono más serio de lo habitual de Lukyan, Lucian tomó una postura más firme en el sofá y escuchó con atención. Su instinto bien desarrollado le indicaba que no sería algo agradable de oír. Lukyan respiró profundo.-Esto es algo que incluso Dante no sabe con detalles pues nunca se lo dije antes- hasta el alfa de la manada de plata prestó atención, Lukyan
Ahora si Lucian estaba realmente impactado.-¿Y por qué demonios no me lo dijeron antes?- tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no gritar. El cachorro dormía a pocos metros de ellos--Nunca pensamos que esto se saldría de control- Dante apretó las manos en su regazo- Lukyan lo ha estado entrenando con buenos resultados, pero esta vez realmente fue más allá de nuestra planificación-Lucian respiró profundo cuando la puerta fue tocada. Dante le levantó y le dio paso a Edgar que venía con un rostro cansado después de tratar a los otros miembros de la manada.-Alfa, vengo a revisar el estado del príncipe-Se dirigió a la cama y se sentó en el borde tomando la mano de Aidan y palpando el pulso. Los otros tres lobos se pusieron a su lado esperando su diagnóstico, en cambio el rostro de Edgar se puso más pálido.-Esto no es bueno- declaró y Lukyan se encontró inestable. Dante rodeó su cintura.Edgar presionó una mano en la frente del menor, después en el pulso de su cuello y después
Aidan estaba tranquilo sentado sobre las piernas de su padre. Este le masajeaba la nuca en un intento de aliviar el dolor atormentador en su cabeza. Pero, aun así, convaleciente, sin apenas abrir los ojos y casi sin tener fuerza, él no dejaba salir un sonido de su boca. La razón, estaba por primera vez en el salón del Consejo. Había sido bien enseñado en las leyes de la manada y una era que ese lugar merecía su mayor respeto.Frente a él estaba Asule, el mayor de todos los presentes y tomaba su pulso. Su ceño se fruncía a cada segundo que pasaba hasta que se enderezó.-Aidan- lo llamó y el cachorro giró la cabeza hacia él.-¿Qué?- respondió Aidan y todos lo miraron, después de todo Asule no había hablado precisamente.-Es lo que me imaginaba- Asule se giró y volvió hacia su asiento- la razón por la que está más alterado de lo normal no es porque sus poderes estén despertando, es porque su habilidad para leer las mentes está sin control y lo acabo de comprobar--Pero acaso eso no es un
El gemelo cerró los ojos un momento para después abrirlos sin brillo.-En mi manada tenemos escondido en las laderas más frías, un manantial que es capaz de congelar a los lobos y mantenerlos vivos a la vez. Los años dentro de este lugar pasan más lentamente y ayudan a regenerar el cuerpo del lobo que esté congelado. Era usado antiguamente por la difunta reina para no envejecer, pero nunca es bueno repetir este procedimiento mucho tiempo--¿Te refieres a ese manantial?- Lucian entrecerró los ojos al verlo asentir y solo pudo tragar en seco.-¿Estás diciendo que el único camino que tenemos hasta ahora es congelar a mi hijo hasta que él crezca lo suficiente y pueda lidiar con todo esto?- Dante mantuvo una expresión serena pero sus ojos estaban realmente brillantes.-Pa- la voz de Aidan hizo que mirara hacia abajo. Él en cambio, a pesar de todo sonreía. Había escuchado toda la conversación incluso cuando su cabeza era un caos total. Subió sus manos con la de su padre entre las de él y be