El sonido constante de los autos y la mezcla de idiomas en las calles inundaron los sentidos de Mariana mientras salía del aeropuerto Charles de Gaulle. París, la ciudad que siempre había soñado conocer, se extendía ante sus ojos con una mezcla de encanto y vértigo. Para una joven de 25 años que había crecido en un pequeño pueblo, la idea de estar en la capital mundial del arte y la moda se sentía irreal.

Con una maleta en mano y su portafolio de diseño de interiores al hombro, Mariana se repetía una y otra vez que debía mantenerse tranquila. Había trabajado duro para obtener esta oportunidad, un proyecto internacional en el que nunca imaginó que participaría tan pronto en su carrera. La empresa constructora de lujo "La Vie Élite" la había contratado como parte de un equipo joven para la renovación de una mansión histórica en los suburbios parisinos.

Pero su emoción estaba teñida de nerviosismo. Ser la única latina, joven y sin grandes contactos, la hacía sentir fuera de lugar en un mundo de prestigio y riqueza. Todo en el ambiente parecía exclusivo, desde la gente en las calles hasta los imponentes edificios que la rodeaban.

Finalmente, tomó un taxi hacia el lugar donde se alojaría: un pequeño estudio que la empresa había rentado para ella. El trayecto por las calles adoquinadas y los cafés llenos de gente la distraía, pero en el fondo, una voz insistente le recordaba que aún no conocía al dueño del proyecto: Alexander Moreau.

Su nombre resonaba en su mente como un eco misterioso. Mariana no había encontrado casi nada sobre él en línea, solo vagos rumores sobre su vida privada. Rico, enigmático, inalcanzable. Algunos decían que era un hombre frío, casi impenetrable. Otros aseguraban que su vida estaba marcada por una tragedia que lo había transformado en una figura distante y solitaria. El tipo de hombre que nunca dejaría a nadie entrar en su corazón.

Cuando finalmente llegó a su estudio, el lugar era pequeño pero acogedor. Las paredes blancas y los detalles en madera creaban un ambiente cálido, a pesar de la lejanía de su hogar. Mientras desempacaba, recibió un mensaje de Sophie, la encargada del proyecto.

— "Mariana, mañana tienes una reunión a las 9:00 a.m. en el sitio. Te presentaremos al señor Moreau. Prepárate."

El corazón de Mariana dio un vuelco. Al día siguiente conocería a Alexander Moreau, el hombre cuya aprobación sería clave para el éxito de su carrera. Aunque era una oportunidad increíble, una sensación extraña la invadía. ¿Qué tipo de persona sería realmente? ¿Cómo sería enfrentarse a alguien tan distante, alguien que vivía en un mundo completamente diferente al suyo?

Se sentó en la cama, mirando por la ventana hacia la ciudad que parecía nunca dormir. Con una mezcla de expectativa y temor, supo que su vida estaba a punto de cambiar, pero no tenía idea de cuánto.

Capítulo 2: El Misterio de Alexander

El día siguiente llegó demasiado rápido. Mariana apenas había dormido, atormentada por preguntas sobre cómo sería su primer encuentro con Alexander Moreau. Mientras caminaba hacia la mansión, su mente estaba llena de escenarios. ¿Y si él era arrogante y la hacía sentir insignificante? ¿Y si no le gustaban sus ideas?