Dominick estaba sentado junto a la mesa que le correspondía, observando como Mónic bailaba con aquel hombre desconocido, sentía que la sangre le hervía de rabia, ¿cómo es que Mónic había aceptado bailar con ese hombre? no podía creer que Mónic fuera capaz, tenía la ligera impresión de que solo lo hacía para molestarlo.
¡Y vaya que lo estaba logrando!, todo dentro de él estaba revuelto, sabía que la rabia emanaba de él, podía notarlo por como las personas preferían mantenerse alejadas de él. Luis Alberto se acercó, tomando asiento junto a Dominick;
Estar cerca de Mónic era más que suficiente para sentirse completamente feliz, la velada estaba siendo totalmente placentera gracias a la presencia de la chica; pero como no todo puede ser perfecto tarde o temprano todo llega a su final porque hasta en los cuentos de hadas la magia se acaba.Cómo cuál Cenicienta, apenas el reloj marco las 12, Mónic se puso de pie dispuesto a marcharse; de inmediato Dominick imitó su acción, poniendose de pie como haría un caballero ante una dama.—¿te marchas ya?— interrogó, observando como Mónic mira
Estaba perdida en sus pensamientos, haciendo todo por mera inercia, por instinto, caminaba a paso calmado hasta el ascensor, subía en el y oprimio el botón que la llevaría hasta el departamento de Miguel.No podía sacarse a Dominick de la mente, no podía dejar de pensar en ese beso tan cerca de su boca...Quizás se estaba volviendo loca, pero hubiera deseado que ese beso terminará sobre sus labios en vez de sobre su mejilla, se lamentaba por ello. Respiro profundo, sintiendo cierta nostalgia invadirla; por un momento todo parecía tan perfecto pero ella sabía q
Esa noche Mónic casi no logro dormir, le era muy difícil conciliar el sueño, en su mente solo estaba presente aquel hombre de enigmática mirada gris que hace tiempo le había robado el aliento; Dominick Carbajal... es el único hombre capaz de hacer latir su corazón de forma desenfrenada.Sentía que se estaba volviendo loca, era increíble como podía sentir amor y odio hacía una misma persona, Dominick la hacía enfrentar altos y bajos, ¡y solo lo había visto por un rato!, ¿cómo iba a hacer cuando tuviera que verlo todo los días?, ¿que iba a hacer cuando tuviera que enfrentarlo?, si regresaba a la compañía Carbajal, sus días
En la vida existen grandes cosas, grandes misterios, grandes amores y grandes sorpresas, muchas veces también grandes encuentros inesperados... El destino nueve sus hilos de formas misterios e inesperadas... pone en nuestras vidas personas que llegan a significar mucho y se lleva a otras que nunca pensamos perder. La vida se asemeja a una montaña rusa, llena de emociones y de curvas inesperadas pero emocionante... y a veces solo una mirada es suficiente para poner nuestro mundo de cabeza... El reloj marcaba más del medio día, el edificio perteneciente a la familia Carbajal se alzaba imponente ante los demás, mientras en su interior el personal no dejaba de correr de un lugar a otros. Los vidrios comenzaban a empañarse a causa del frío que había en el esterior, el mes de noviembre estaba llegando a su fin para pronto dar paso a la época navideña. Y justo por eso la empresa Carbajal era un completo caos, uno de los comerciales publicitarios más grandes
Si justo en ese momento le preguntaba que pensaba sobre Dominick Carbajal ella diría que era un completo idiota...Un idiota encantador... su subconsciente la traicionaba con aquellas palabras, aunque en el fondo sabía que era cierta, Dominick era un idiota encantador, con esa sonrisa pícara que lo caracterizaba y esos ojos grises llenos de tormenta...Sonrió ante sus pensamientos, en su estómago sentía mil mariposas volar y su corazón daba un vuelco de solo pensar en que en cualquier momento podría cruzarse con él en los pasillos de la compañía, pero... si toda situación tiene un pero, temía encontrarse con Litzy prendida de su brazo.¿Que haría si eso ocurría?, ver a Dominick y a Litzy por separado era una cosa, pero tener que verlos juntos ese era un rato mucho mayor, ¿que har&ia
¿Cómo no se lo había imaginado?, era demasiado obvio que ahora que esa niñita había regresado al país estaría de nuevo como un chicle pegajoso encima de Dominick y eso no hacía más que ponerla de mal humor.Cómo si no era suficiente tener que soportarla en la constructora Malvorich también tenía que aguantarla en la compañía de su Dominick, porque Dominick era suyo y no permitiria que ninguna niñita recién aparecida, una bastarda de lo robara así como así.Estaba segura que tarde o temprano Dominick se daría cuenta que lo que sentía por esa niña no era más que un capricho tonto, era la novedad, el juguete de moda y cuando se aburriera de jugar con ella, regresaría a sus brazos; como siempre había hecho, no importaba cuántas mujeres pudieran pasar por las expertas manos del más joven de la f
La soledad de su departamento de pronto le parecía abrumadora... tenía muchos días sin poner un pie en ese lugar, queriendo olvidar, deseando mitigar el dolor de su ausencia.Y ahora de pronto se veía obligado a regresar a ese lugar, dónde los recuerdos cargados de inocencia llegaban a su mente; esas noches de risas, de charlas amenas, de compañía. Nunca imagino que la ausencia de alguien pudiera afectarle de tal manera, ¿acaso en eso consistía el amor?, ¿en sufrir por la persona causante de sus desvelos?.De pronto ya los lujos ya no parecían ser importantes, ¿de que valía tener un departamento tan grande si al final del día solo lo esperaba la amarga soledad?, se había acostumbrado a su presencia, a sus risas, a sus ocurrencias, tanto que ahora estar sin ella le dejaba un sin sabores.Quitó la chaqueta de su traje dejando sobre el perchero del
Se revolvió en la cama aún dormida, esa noche había dormido mucho mejor que las noches anteriores y realmente no deseaba despegarse de las sabanas de lo cómoda que estaba hasta que de pronto recordó que esa mañana debía salir de viaje y si no se despertaba de inmediato llegaría tarde al aeropuerto, eso no sería para nada bueno ya que haría esperar a Dominick y la paciencia no era una de sus más marcadas virtudes.¡Dominick!... se sentó de golpe en la cama al recordar a ese endemoniado hombre, miro a su alrededor dándose cuenta que esa no era su habitación, ni siquiera recordaba en que momento se había quedado dormida y mucho menos como rayos había llegado a la habitación; ¡ha la habitación de Dominick Carbajal!.— Rayos, debí quedarme dormida mientras él atendía la llamada de Luis Alberto— dijo coloca