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Capítulo II:Nuevo amanecer lleno de desilusión.

Podría decir con seguridad que si vida era un completo desastre, no tenía mente para nada que no fuera pensar en cómo encontrar a Mónic y darle una disculpa sincera. Entre el trabajo y la preocupación terminarían consumiendo lo casi en totalidad.

¿Que estaba haciendo con su vida?, convirtiendola en un completo desastre... debia comenzar a concentrarse en el trabajo o su empresa se iría a pique.

Desde muy temprano ya se encontraba en su oficina, todos los días eran iguales; llegaba con el sol y se iba con la luna, nadie imaginaba por el tormento que pasaba en silencio. Siempre había sido así, reservado con sus asuntos personales; pero todos comenzaban a preguntarse dónde estaba aquella mujer tan significativa en su vida.

La ausencia de Mónic, sin duda había marcado un antes y un después en la compañía, ya nada era lo mismo o al menos así lo sintió él, debía seguir adelante, lo sabía, pero le resultó tan difícil; sentía la impetuosa necesidad de buscarl , le debía una explicación.

Pero ¿de verdad estaba listo para verla?, ¿que le diría?, no había escuchado alguno para lo que él había hecho y alegar que estaba pasando de copas, que no recordaba nada, no era una buena explicación y mucho menos un justificante para sus acciones.

Se encontraba en su oficina, aislado del mundo como ya era costumbre; cuando escucho que daban un par de golpes a su puerta y unos segundos despues aparecio el conocido rostro de Luis Alberto.

—Hola Dominick, ¿que tal?, ¿puedo pasar?— indago Luis Alberto con rapidez mientras se adentraban en la oficina de su amigo y jefe.

—Ya estás adentró— respondió Domingo observando como su amigo tomaba asiento frente a él—¿ocurre algo ?— pregunto al ver el semblante preocupado de Luis Alberto.

—Por desgracia si, te tengo dos noticias una y una mala, ¿cuál quieres primero?— dijo mientras sacaba una carpeta de su maletín, no le gustó ser portadora de malas noticias pero lamentablemente era necesario.

—Primero la mala, para compensar el trago amargo cuando me des la buena— respondió cruzandose de brazos, calando su mirada en el techo; ¿que más podía pasarle ahora?, sintió que su vida se iba en picada y de seguir así su éxito correría el mismo destino.

—Verás, estamos en la última semana de Noviembre, ¿cierto?— Dominick asintió con un leve movimiento de cabeza, no necesitaba que Luis Alberto le sirviera de calendario y le recordara la fecha— eso significa que estamos atrasados ​​​​con el comercial del whisky Mc Green.

Esas palabras fueron suficientes para atraer toda la atención de Dominick, quien dirigió su mirada hacia Luis Alberto— si no cumplimos con lo estipulado en el contrato ya firmando, Rachel McGreen nos demandará y esa bruja nos comerá vivos, estamos hablando de una cantidad de dinero muy significativo, tu mejor que nadie sabe que la firma McGreen es la más importante del año y el perfecto cierre que necesita la compañía.

Dominick suspiró con pesadez, mientras pasaba sus manos por su rostro, clara señal de frustración, una demanda por incumplimiento de contrato de esa magnitud; sería lo menos conveniente en esos momentos y mucho menos cuando ya estaban tan cerca de cerrar el año de forma exitosa, el sabía muy bien que esa firma era importante, les había costado mucho obtenerla y por un momento pensado que no sería para la compañía , pero al último momento habían salvado la propuesta.

—Bien, me encargaré personalmente, hablaré con los de publicidad para ponernos manos a la obra— respondió tenía solo una semana para preparar todo para grabar el comercial y sacarlo al aire la primera semana de diciembre justo antes de las fiestas, era de suma importancia que estuviera listo de inmediato— ¿la buena noticia?.

Una sonrisa maliciosa se dibujo en los labios de Luis Alberto, él había sido testigo del sufrimiento de su amigo y podía imaginar que la noticia que le daría a continuación no podía llegar en mejor momento.

—Rachel McGreen desea que el comercial se haga tal cual se estipuló en la primera propuesta, incluyendo el director de montaje y creatividad— Dominick arqueo una ceja sin entender muy bien a qué se refería con exactitud, Luis Alberto abrió la carpeta que llevaba, señalando una sección en específico—¿no lo entiendes?, esa firma le corresponde a Mónic; la bruja McGreen no quiere a nadie más que ella encargada del comercial, amigo eso significa que muy pronto Mónic estará se volverá, Rachel McGreen se encargará de eso.

El corazón de Dominick dió un vuelco ante esa posibilidad era muy remota pero le dio una pequeña esperanza, si de verdad Rachel McGreen convencía a Mónic de regresar y dirigir el comercial publicitario eso significaba que tendría la oportunidad de verla, de darle una explicación y pedirle perdón por haber herido su corazón de esa manera.

—Por Dios, Luis Alberto, esa es la mejor noticia que me ha dado— aseguro poniéndose de pie, mientras una leve sonrisa de esperanza enmarcaba sus labios— si Mónic regresa tendre finalmente la posibilidad de hablar con ella, de disculparme y explicarle lo que sucedió.

—No solo eso Dominick, podrás recuperarla de una vez por todas y espero que esta vez de verdad no vuelvas a meter la pata de esa manera— Luis Alberto imitó la acción de Dominick poniéndose de pie— organizaré una reunión con los McGreen, sin saberlo Rachel te daría la oportunidad de arreglar las cosas con Mónic.

—Eso sería lo mejor que podría pasarme— aseguro, existía la mínima posibilidad de ver a Mónic y recuperar su amor, no importaba cuánto le costará o lo que tuviera que hacer, estaba seguro de que ella aún debía tener sentimientos por él, el amor no se iba de la noche a la mañana ¿o si?.

Aunque en realidad no sería de la noche a la mañana, habían pasado 3 meses ya desde su separación, ¿3 meses habrían sido suficientes para acabar con ese amor que le tenía?, estaba seguro que no, pero sus acciones si que habían sido perjudiciales .

Solo le quedará rogar porque aún existía amor en el corazón de Mónic aunque fuera un poco; él haría el resto, dedicándose a conquistarla una vez más. 

Solo debía mantener la esperanza, después de esa pequeña reunión con su mejor amigo y abogado, las horas transcurrian sin premura mientras Dominick se sentía terriblemente ansioso.

Por muy sorprendente que pareciera, Luis Alberto había logrado programar una reunión con los McGreen para esa misma tarde, Dominick no cabe en si de la emoción; tenía una pequeña posibilidad de reencontrarse con Mónic y eso lo hacía sentir ansioso.

Sentía sus manos sudorosas, su corazón acelerado, no dejaba de observar como las manecillas del reloj avanzaban de forma lenta pero segura; deseaba que la hora pautada llegara lo antes posible y así poder despejar sus dudas , dejar atrás la incertidumbre.

¿De verdad podría encontrarse con Mónic esa tarde?, no estaba seguro pero esperaba que si; deseaba tanto verla, tener la oportunidad de explicarle cómo habían sido realmente las cosas y quizás, solo quizás, obtener su perdón.

A medida que él reloj avanzaba, sus nervios iban en aumento, se sentía como un adolescente en espera de una cita a ciegas; aunque no era una cita a ciegas sabía que todo aquello podía salir mal, Mónic podía rechazarlo sin piedad o ignorarlo de manera magistral, él mejor que nadie sabía que la mejor arma de Mónic era la indiferencia, seguida de sus palabras certeras e hirientes.

¿Cuánto más tenemos que esperar?, miro una vez más su reloj, faltaban tan solo 15 minutos para que la reunión comenzara, se puso de pie; abandonando la comodidad de su silla para acercarse a la sala de reuniones, llevaba una gran sonrisa dibujada en su rostro, sonrisa que poco a poco desapareció al darse cuenta que en la sala de reuniones solo le esperaban 4 personas: el matrimonio McGreen, Luis Alberto y Litzy.

Sintió que en ese momento toda esperanza de volver a ver a Mónic se esfumaba, sintió que todos sus intentos por verla eran en vano, 3 largos meses de ausencia, tratando de contactarla sin éxito; no importaba cuantas veces marcará a su celular, siempre aparecía fuera del área de servicio, no importaba cuantas veces le preguntaría a Clarisa oa Edgar por ella, siempre obtenía la misma respuesta esquiva o un simple "no lo sabemos".

Nada importaba, todo lo que hacia solo lo dejaba estancado y con un mal sabor de boca; por más que quisiera no tener ni una mínima pista de Mónic, era como si la tierra se la hubiera tragado o como si todos estuvieran conspirando en su contra y nadie estuviera dispuesto a ayudar.

—Buenas tardes— saludo al entrar en la sala de reuniones, de inmediato los presentes se pusieron de pie para recibirle— un placer verlos una vez más , señor y señora McGreen— de forma cordial se dirigió al matrimonio, esforzándose por disimular su decepción ante la ausencia de monic.

El señor McGreen respondió con una simple sonrisa mientras que Rachel le dedicó el peor de las miradas que pudiera darse cuenta de una persona, lo que a Dominick le dio la impresión de que la mujer sabía más de lo que él había imaginado en un principio, en torno a su situación con monic.

—Ante todo, quiero disculparme por el atraso en cuanto a la grabación del comercial— ofrecieron sus más sinceras disculpas, sabía que el matrimonio había tenido mucha paciencia en cuanto al incumplimiento del contrato, si no sucedió tan amables probablemente ya habría acudido a términos legales u estuvieran atravesando una terrible demanda.

—No sé preocupe, señor Carbajal, sabemos lo importante que es esta firma para su empresa— Ethan McGreen fue el primero en hablar, pareció ser el más tranquilo de todos— se esforzaron demasiado para presentar una propuesta de alta calidad mientas logren cumplir con los términos, no habrá inconvenientes.

—Pero— la señora McGreen finalmente intervino para dejar su punto de vista en claro—nuestras condiciones siguen en pie, nadie más que Mónic Malvorich llevará esta firma, de lo contrario se suspende el acuerdo— aseguro mirando de mala manera a Litzy, no soportó ver a esa mujer presente en la sala ni siquiera entendía que hacía ahí en esos momentos, sino que tenía nada que ver con la firma.

—Lo entendemos perfectamente, señora McGreen, pero en estos momentos Mónic no se encuentra en condiciones de... — Luis Alberto hablo, tratando de mediar con el matrimonio, Rachel McGreen le indica que guardara silencio con un movimiento de su mano.

—La señorita Mónic me ha explicado los motivos de su ausencia, en torno a sus problemas personales y también me ha asegurado que estará presente lo antes posible para cumplir con el contrato— esas simples palabras provocaron que el corazón de Dominick diera un vuelco, su mirada se cruzo con la de Luis Alberto, quien le sonreía de forma disimulada; despues de todo si habia esperanza.

Mientras la esperanza nacía en el interior de Dominick, la rabia y la impotencia lo hacían en el corazón de Litzy, el regreso de Mónic iba en contra de todos sus planes, si esa niñita regresaba a la empresa junto a Dominick sus planes de reconquista se verían frustrado.

Aunque en esos 3 meses de ausencia, no había avanzado mucho, al menos tenía la tranquilidad de que ella estaba lejos y no podía ser un estorbo para alcanzar su objetivo, pero ahora que existía la posibilidad de que volviera a ocupar su lugar en la empresa todo cambiaba esponjoso.

Debía pensar en algo y rápido, sabía que apenas Mónic pusiera un pie en la compañía, Dominick correría detrás de ella como perrito faldero y sus posibilidades con él pasarían de pocas a nulas, pero ¿que podría hacer?.

Esa estúpida niñita debía quedarse dónde quisiera que estuviera, esa bruja McGreen era la culpable de que sus aviones comenzaran a irse a pique, todo era culpa de ese afán que tenía porque fuera la niñita novata de Mónic quién dirigiera el comercial, no podía ser más estúpida esa mujer.

—Yo por mi parte no pienso tratar ningún tema en torno al comercial hasta que Mónic este presente— aseguro Rachel poniéndose de pie, sin la posibilidad de hacerla cambiar de opinión— en lo que a mí concierne no hay nada que tratar con los presentes, así que me retiro, ya coordinaremos una nueva reunión cuando Mónic esté en el país, con su permiso.

Y sin siquiera esperar respuesta la mujer se marchó de la sala de reuniones, dejando a más de uno con la palabra en la boca, pero así era ella, altiva, altanera y prepotente; no trataría con personas a las que pensarían que no valía la pena tratar y mucho menos estando una mujer traicionera cómo sabía que lo era Litzy.

—Disculpe a mi esposa por favor— el señor McGreen habló apenado, en ocasiones no le agradaba la forma de ser de su esposa, tan directa.

—Pierda cuidado, nos man tendremos en contacto— Dominick reforzará su mano para estrecharla con su cliente, se sintió un tanto desilusionado por la ausencia de Mónic pero también nuevas esperanza surgían en su interior, esa reunión le había servido de mucho, más de lo que había imaginado en un principio.

Sabía que era cuestión de tiempo para que el encuentro de Mónic y él se llevaría a cabo, solo debía tener paciencia y un tanto de fe...

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