Capítulo 91
Renata abrió los ojos y contempló el techo blanco. Por unos segundos, no supo en dónde estaba ni qué pasó, pero al girar un poco el rostro encontró a Matthew durmiendo en el sofá y recordó en un segundo a su pequeño hijo luchando por entregarle un dibujo mientras un automóvil se acercaba a toda velocidad.

—¡Emery! —gritó al tiempo en que se sentó.

Matthew brincó por la sorpresa.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

—¡¿En dónde está Emery?! —chilló Renata con las lágrimas cayendo por su rostro—. ¡¿Está bien?!

Matthew espabiló y trató de contener a Renata, quien ya trataba de incorporarse.

—Te vas a lastimar —advirtió el hombre—. Y Emery está bien, no tiene ni un solo golpe y está durmiendo en casa, tranquila…

Renata al instante se relajó y las dolencias de su maltrecho cuerpo se manifestaron. Su brazo dolía, no podía moverlo por el cabestrillo, y tenía hinchado el ojo derecho; ella no podía verse, pero lucía morado. También su abdomen dolía, lo palpó y encontró una superficie irregular.

»Tuviste una hemo
Malena de la Luna

Y estamos por terminar esta historia, así que muchas gracias por acompañarme en este camino :)

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