Tomo mi arma y observo a varios hombres a lo lejos. Comienzo a disparar y Fabio también.Ellos se retiran rápidamente; pero en unos instantes nos quedamos sin balas. Vemos que se comienzan a acercar a nosotros. Abren la puerta de donde estoy y me sacan a la fuerza.Veo que otros se van con Fabio; lo sacan del auto y comienza a pelear con ellos, pero uno lo golpea en la cabeza dejándolo inconsciente.Nos suben a los dos a un auto y nos apuntan con más armas.—¿Quién son? ¿Y qué quieren? —Les grito, pero ninguno me hace caso; todos me ignoran.El auto comienza a moverse; solo veo oscuridad. Después de un rato, Fabio despierta y me mira como confundido. Después de ese rato en el auto veo que llegamos a una casa. Nos bajan y nos llevan adentro. La casa es muy grande y hermosa. Entramos a una sala y mis ojos se abren como platos al ver a Dante y a Mateo, que por lo que observo están discutiendo.Dante deja a Mateo en paz y nos mira a Fabio y a mí. Llega hasta mí y pone su mano en mi cara.
Después de la tortura que nos dio Dante a los tres, duramos tres horas colgados hasta que los hombres nos soltaron.Pero no nos quisieron quitar los grilletes por órdenes de Dante y sé que lo hizo porque le mentimos aprestarnos el cuello hasta matarnos…Pero dejo a tres de sus hombres cuidándonos para que no hagamos nada.—¿Tu contacto ya tiene lo que necesitamos? —le preguntó a Fabio.—Dice que está adentro de la casa, pero que no ha tenido la oportunidad de acercarse a la bebé —me dice Fabio.—¿Quién es tu contacto? —le pregunto.—Es el ama de llaves de confianza que ha trabajado con Vladímir y sé que le tiene mucho coraje a Anabela porque está enamorada de Vladímir, así que hará lo que le pida —me explica.—Bien, esperemos que esa mujer haga su trabajo.En eso escuchamos pasos que se acercan al sótano. Los tres volteamos a ver y es Dante.—Me estoy desesperando; quiero tener una prueba para comprobar que ella es mi hija —dice Dante.—La prueba la tendrás mañana, que uno de tus homb
DanteEstamos todos en el jet; llevo en mi mano los papeles. Veo a mis acompañantes que están amarrados muy bien para que no se escapen.—Espero y disfruten su estadía en Rusia; es hora de volver a casa —les digo a todos.—¿Qué harás con nosotros? —me preguntó Ava en un tono desafiante.—Solo recuerda lo que me hiciste hacerle a mi niña y tienes tu respuesta —le respondo con una enorme sonrisa de sanguinario.—Yo te puedo ser de mucha ayuda, Dante, por favor, no me mates —habla Silvana, rogándome.—Dime, si te mataran un hijo, ¿tendrías piedad del asesino? —les preguntó y la miró muy atentamente. Y no me responde. —Sí eso creí. Y tú no te quedas atrás, Fabio, me robaste al que pensé que era el amor de mi vida, me enseñaste la verdadera cara de esta perra, pero no sé, me olvida el dolor que pasé, así que sufrirás el mismo dolor.—¿Qué piensas hacer cuando llegues con tu madre? —me interrumpió Mateo, que está sentado en una esquina.—Creo que no te mereces saber mis planes. Tú me has es
LauraMi madre se ha compadecido de mí; deja que los empleados me traigan comida. Pero no me permite salir; tiene la puerta de mi cuarto cerrada con llave.Estoy mirando por la ventana, salgo al balcón y veo el auto de mi hermano Dante estacionarse en la entrada.Mi corazón salta de felicidad porque sé que él puede ayudarme.—¡Dante, hermano! —le grito, pero mi habitación está en el segundo piso y no me escucha.Veo como mi hermano entra a la casa, corro adentro de mi habitación hasta llegar a la puerta e intento abrirla, pero está cerrada. Comienzo a golpear la puerta.—¡Alguien, por favor, abra la puerta! —Vuelvo a gritar con la esperanza de que mi hermano me escuche, pero no es así. Nadie atiende a mi llamado.Comienzo a llorar de rabia y de frustración; en mi familia todos son unos monstruos. Me voy de nuevo hacia el balcón, esperando a que mi hermano salga.Pasan los minutos y no veo a mi hermano salir; eso me da un mal presentimiento. No sé cuánto tiempo pasa, pero creo que es c
Era un día muy especial para Anabela, una chica pequeña de piel blanca, cabello castaño oscuro, ojos grandes de color azul, labios carnosos, hermoso rostro. Para una joven que acaba de cumplir los 18 años se ha desarrollado perfectamente bien. Estaba tan entusiasmada porque después de meses rogándole a su padre para que la llevara a la gran fiesta de máscaras, por fin había aceptado llevarla. Ese día tan esperado era hoy, ella estaba sentada frente al gran espejo maquillándose, se ponía en sus labios un labial color red vuelve, se dio los últimos retoques. Se puso un vestido color rouge acentuado en la parte de arriba de sus pechos, con un hermoso escote que dejaba al descubierto su espalda y sus pechos, el vestido era largo porque le llegaba hasta los pies y tenía un hermoso corte en la pierna. Ella se miró en el espejo, se puso unas hermosas zapatillas con tacón y tomó su máscara de encaje al mismo color que el vestido. Salió de su habitación bajo las escaleras de la enorme
Dante Han pasado exactamente dos años desde que comencé la búsqueda de esa joven que en ningún momento he podido sacar de mis pensamientos, recuerdo el olor de su perfume, suavidad de su piel, esos hermosos ojos azules, esos labios que recuerdo su sabor tan rico y me excita. El pequeño gemido que escuche provoca que se me erice la piel. Durante todo este tiempo mis ganas por esa joven no hacen más que crecer, cada vez que estoy con una mujer en mi mente, recuerdo a esa joven a esos hermosos pechos redondos que tiene, recuerdo su parte lo cálida y caliente que estaba. Muero de ganas de hacerle todas las sucias que tengo en mente, hacerla gritar mi nombre. Lo más raro es que en todo este tiempo no he podido encontrar mucha información de ella, eso es raro. Solo sé que su nombre es Anabela y eso porque de niña asistió a una escuela religiosa. He estado siguiendo a Francisco, ya que no he encontrado mucha información de ella, lo más conveniente es que él vaya a verla. Escucho pasos
—Es mi amigo —es lo único que sé me ocurre decir. —Si quieres que lo deje vivo tendrás que darme algo —me dice con una voz fría. Lo volteo a ver a los ojos. —¿Qué quieres? —ninguno separaba la vista del otro. —¿Quiero que me beses? Y en los labios —él se me quedó mirando y noté cómo sonreía descaradamente. No sé lo que este hombre realmente quiere, pero no puedo negarme a sus exigencias poco razonables, de lo contrario Leonel será como una pequeña hormiga frente a él para ser torturado por él. Leonel está simplemente borracho, y la cercanía de mi amigo es en cualquier caso mejor que la coacción de esta misteriosa hiena de hombre al otro lado de la calle. Pero en este momento estaba siendo arrinconado por este hombre. Al instante me vinieron a la cabeza todo tipo de pensamientos extraños, todo mi cuerpo tembló involuntariamente y me decidí como si estuviera en una especie de misión, aunque no quisiera. No tengo opción, tengo que hacerlo, me comencé acercar noto que su mirada
Esta ese hombre acostado a un lado de mi semidesnudo noté su gran pecho, un enorme tatuaje en el lado izquierdo del pecho creo que es un patrón de formas, noté que está bien esculpido y solo lleva unos bóxers, y se notaba su enorme ereccion. En mi cabeza pensaba "Este hombre es una total perfección, es un dios" "Está muy grande es normal que este esa parte así de grande" no se porque pienso en eso. —Apaga la puta luz, acuéstate y duérmete —gruñe con los ojos medió cerrados. —¿Que cojones estás haciendo ahí y además desnudó? —le grite molesta y abrió los ojos. —No estoy desnudo, pero si lo quieres —me soltó eso y se quitó los bóxers en su totalidad. Yo me quede en estado de shock, pero mi vista bajo, noté la magnitud y el grosor de esa cosa. "Esa cosa es muy grande" pensé en mi cabeza. —¿Quieres tocarlo? —me dijo en un tono sexy. —Claro que no, lárgate de mi cuarto como se que te llames —desvíe mi mirada para no ver esa cosa. —Mi nombre es Dante Ferrara —dijo eso, se l