AnabelaHan pasado dos meses desde que Vladímir y Francisco me han estado entrenando y debo de decir que ha sido un poco duro. He terminado con moretones y golpes, pero ya sé defenderme.Veo a lo lejos la pared de tiro, tomo mis cuchillos favoritos, unos rojos hermosos que Vladímir me dio.Tomó uno de ellos en mi mano, tranquilizó mi respiración y, en un movimiento rápido, lo lanzó contra la pared. Da en el centro. Estoy orgullosa.—Me encanta esa nueva faceta de ti, mi reina mala, mi mafiosa. —Escucho la voz de Vladímir a mis espaldas.Volteo y veo que trae a nuestra hija en los brazos; ya está muy grande mi niña. Los veo y me acerco rápidamente.—Qué hermoso es ver a mi familia. —Le doy un beso a Vladímir.—En el tiro con cuchillo estás excelente y cómo vas con el tiro de arma de fuego. —Me encanta verlo tan profesional. Desde que entramos a este lugar me trataba como si no fuéramos nada; me encanta porque me ha enseñado mucho.—Excelente, me encanta disparar, pero me gusta más el t
Enora (Sahara)He tardado seis meses planeando mi plan para poder encontrarme con mi hija Anabela.Tengo mis cosas listas, sé dónde está la casa; necesito llegar hasta ahí y esperar el momento para entrar y verla.Me abrigo, lista para salir, abro la puerta y me encuentro con Mateo.—Hola, señora Enora, ¿hacia dónde va? ¿Y qué está haciendo aquí? —veo que me mira descifrándome.—No puedo venir a Rusia de vacaciones —le digo, fingiendo.—Sí, claro —me responde y rápidamente me toma con fuerza y siento un piquete en mi cuello.—¿Qué hiciste? —le preguntó, tocándome el cuello.—Sé bien que busca, Anabela, no se haga la inocente, pero usted es mi salvación ahora —me dice y comienzo a sentirme mareada.Me tambaleo por la habitación y siento mis rodillas caer en el piso. Veo todo oscuro.***Comienzo a abrir poco a poco los ojos y veo una habitación muy sencilla. Veo la luz entrar por la ventana. Intento levantarme, pero al mover mis extremidades estoy amarrada a la cama.—Qué gusto en cono
Francisco Tenemos varias semanas que regresamos de Rusia. Estoy totalmente desesperado, quiero ir corriendo y sacar a Laura de ese lugar. Pero lo primero es decirle a Any lo que tengo planeado hacer; cruzo los dedos para que acepte lo que quiero. Pero debo de decir que estas semanas la he mirado de buenas después de malas o en ocasiones veo que llora; no sé qué le pase. Pero ahora estamos en una enorme sala con un escritorio negro enorme. Estamos terminando de perfeccionar los detalles del plan de mi hermana. —Listo, todos saben cuál es nuestro primer objetivo antes de ir al baile de máscaras —dice mi hermana en un tono de líder. —Sí, señora —responden los demás guardaespaldas y matones. —Bien es todo, puedes retirarte. —Todos se marchan, excepto Vladímir, Any y yo. —Hermana, me gustaría hablar algo contigo —le digo y los dos me miran. —Claro, dime de qué quieres hablar conmigo. —Los dos esperan atentamente para lo que les voy a decir. —Me voy a traer a Laura a vivir conmigo.
Laura En todo este tiempo, después de que mi hermano vino, ya me han dejado salir de mi habitación, pero mi madre no me dirige la palabra ni un poco. Creo que no le importo ya a mi madre; según ella, soy la deshonra de la familia. Veo en mi teléfono la llamada entrante de Francisco; contesto de inmediato, escucho su voz y eso me da muchísima alegría. [***] Miro atentamente mi teléfono después de escuchar que Francisco quiere venir por mí; es como un nuevo respiro de vida. Peor, primero debo averiguar qué es lo que traman mis padres contra mí. Camino rápidamente hacia el armario y tomo la más pequeña de mis maletas. La abro y comienzo a meter lo más necesario en ella. Termino de meter todo en la maleta y salgo de la habitación muy tranquila. Busco a mi madre por todos lados, la veo sentada en la sala como siempre tomando su té. Llego hasta ella y ni me voltea a ver. Es como si no hubiera llegado. —Madre, tengo que hablar contigo. —Al escuchar mis palabras veo cómo me mira a l
Abdel Estoy sentado viendo los papeles en mi escritorio. No puedes creer lo que voy a hacer, pero es la única opción que tengo. En todo este tiempo a mi club no le ha ido bien. Bueno, Dante se llevó a una de mis mejores mujeres; ella era la que escogía a muchas de las mujeres. Las que quedan solo provocan problemas. Esta noche llegará el hombre al que le venderé mi club. Tengo unos días tratando por medio de su socio y está interesado en mi club. Me da lo que pido por él. No sé mucho sobre él, solo sé que es un ruso poderoso, pero a mí no me interesa; solo me interesa el dinero. Esta noche vendrá para firmar el contrato y darme el dinero. Escucho que alguien toca la puerta; es una de mis mujeres. —Pase —gritó y la puerta se abre. —Señor, es el ruso —me dice. —Que pase y te vayas; déjanos solos —le ordenó y veo entrar al hombre alto, blanco, de cabello oscuro y ojos verdes—. Hola, mucho gusto, señor… —¿Mi nombre no importa, o sí? —me preguntó. —Bueno, ¿puedo saber su apelli
Vladímir Hoy es la noche; tengo que hacer mi parte del plan de mi Any. Voy solo en mi auto hacia el club donde la conocí. Mi auto se me estaciona; enfrente veo las enormes letras. Bajo del auto y comienzo a caminar hacia la entrada. Este lugar no ha cambiado nada, solo en comparación de que antes tenía más gente; ahora son menos. Veo algunas cosas que me hacen recordar cómo conocí a Any; esa pobre niña tímida escondida en un rincón, ahora es todo lo contrario: es linda y buena, pero por dentro es una completa sanguinaria en la que el odio y la venganza se han convertido. Llego hasta la oficina de ese hombre, entro y al verlo me dan ganas de matarlo por todo lo que ha pasado, mi reina, y lo que me hizo este hombre; debo de fingir lo más que pueda. [***] Veo cómo mis hombres se lo llevan. Tomo mi teléfono y hago una llamada. —Está listo el club; es todo tuyo. Tengo lo que querías. —Escucho la respiración de mi reina. —Bien, iré de inmediato; necesito mi venganza —me responde y
Después de regresar muy tarde del club. Entramos Vladímir y yo a la habitación. Rápidamente, voy al baño y me quito la ropa y toda la sangre de Abdel.Salgo del baño y me encuentro con Vladímir completamente desnudo.Me encanta observar esa vista; es espectacular ver a mi hombre como Dios lo trajo al mundo. Me acerco a la cama y me acuesto en ella; Vladímir me sigue y se acuesta al lado. Los dos quedamos cara a cara.—No pensé que fueran así de frías y de sanguinarias —me dice mientras con una de sus manos juega con mi pecho.—Tú sabes bien que debía de hacerlo; ese hombre me debía demasiado. Con su vida pagará la vida de mi hijo —le respondo y mi mano comienza a bajar hasta llegar a su amiguito.—Entonces tendré en mente no hacerte enojar nunca —añade en tono de burla.—Eso espero —le advierto y me doy un beso.—Me encantan tus besos —menciona en un tono bien sexy. Me vuelve a besar; sus besos son tan posesivos y ardientes. Me encanta todo de él. En un movimiento rápido me pone encim
Dante Llevo algunos días pensando cómo exactamente es que voy a traer a mi niña de regreso a mi lado. Necesito mostrarle a mi niña todos los regalos que le tengo preparados. Ella también querrá venganza de todos los que mataron a nuestro hijo. También espero que me permita ver a mi hija. Pero eso lo dudo mucho, o quizá si pueda verla de lejos. Estoy realmente estresado. Me levanto de mi silla, tomo mi arma y salgo de mi despacho. Salgo por la puerta, subo a mi auto; necesito salir de aquí. Si paso más tiempo, iré de inmediato a matar a Ava y a su amiga. Comienzo a manejar; otro auto viene detrás de mí sin mis hombres. Voy directo al club de Abdel; tengo meses que no voy a ese lugar. Llego hasta la entrada del club, dejo mi auto estacionado afuera. Llego a la entrada y veo un papel pegado en ella. “El club estará cerrado algunos días por remodelaciones por parte de su nuevo dueño. Regrese en una semana para su nueva reapertura”. No sabía que Abdel había vendido el club; bueno,