AnabelaLlevo días pensando en cómo decirle a Vladi acerca de algo que sé que no le va a gustar nada. Pero sé que es lo mejor.Estoy acostada mirando el hermoso rostro de mi esposo y de mi hija. Me duele la espalda y las piernas. Pero sé que es por la noche tan candente que tuvimos.Veo como Vladímir comienza a abrir los ojos, esos hermosos ojos que tiene. Pongo mi mano en su pecho acariciando sus vellos.—Buenos días, mi reina —me saluda muy tiernamente—. Y buenos días a mi princesa.Me encanta ver cómo Vladi le hace cariños a nuestra hija; es tan tierno.—Buenos días, mi rey —le digo y le doy un beso en esos hermosos labios.De repente escuchamos cómo tocan la puerta.—Hola, buenos días, hijo, espero y no interrumpir, pero vengo con mi nieta. —Se escucha la voz de mi suegra.—En un momento se la llevó —le dijo. Me levanto y me siento en el borde de la cama. Tomo mi bata. Me la pongo.Me intento levantar y la parte baja de mi espalda me duele. Empiezo a caminar algo coja.—¿Estás bie
Francisco Estoy en mi habitación y veo la foto de Laura en mi teléfono. Es tan hermosa, pronto estará conmigo, pero debo de decirle a Any que ella se vendrá conmigo. En eso escucho que alguien toca la puerta. Es mi hermana quien entra. **** Me da risa cómo camina mi hermana; sé que debió de tener una noche muy ajetreada para estar así. Pero a la vez me da cosa porque sé que me equivoqué diciéndole a Vladímir que era homosexual. Mira cómo anda mi hermana. Pero no es momento para hacer burla; mi hermana quiere la verdad y sé que ella necesita saberlo. —Bueno, como sabes, los Accardi y los Ferrara están en pelea desde que tú eras una bebé. Todo por culpa de nuestra madre. —Hago una pausa. —Dime todo, Francisco —me dice en tono exigente. —Nuestra madre, ella escogió a Maximiliano Ferrara como amante; nuestro padre los descubrió. Después nuestra madre nos abandonó a ti y a mí para escaparse e irse con él, pero murió. Nuestro padre estaba destrozado, pero durante el luto que le guar
AnabelaHan pasado dos meses desde que Vladímir y Francisco me han estado entrenando y debo de decir que ha sido un poco duro. He terminado con moretones y golpes, pero ya sé defenderme.Veo a lo lejos la pared de tiro, tomo mis cuchillos favoritos, unos rojos hermosos que Vladímir me dio.Tomó uno de ellos en mi mano, tranquilizó mi respiración y, en un movimiento rápido, lo lanzó contra la pared. Da en el centro. Estoy orgullosa.—Me encanta esa nueva faceta de ti, mi reina mala, mi mafiosa. —Escucho la voz de Vladímir a mis espaldas.Volteo y veo que trae a nuestra hija en los brazos; ya está muy grande mi niña. Los veo y me acerco rápidamente.—Qué hermoso es ver a mi familia. —Le doy un beso a Vladímir.—En el tiro con cuchillo estás excelente y cómo vas con el tiro de arma de fuego. —Me encanta verlo tan profesional. Desde que entramos a este lugar me trataba como si no fuéramos nada; me encanta porque me ha enseñado mucho.—Excelente, me encanta disparar, pero me gusta más el t
Enora (Sahara)He tardado seis meses planeando mi plan para poder encontrarme con mi hija Anabela.Tengo mis cosas listas, sé dónde está la casa; necesito llegar hasta ahí y esperar el momento para entrar y verla.Me abrigo, lista para salir, abro la puerta y me encuentro con Mateo.—Hola, señora Enora, ¿hacia dónde va? ¿Y qué está haciendo aquí? —veo que me mira descifrándome.—No puedo venir a Rusia de vacaciones —le digo, fingiendo.—Sí, claro —me responde y rápidamente me toma con fuerza y siento un piquete en mi cuello.—¿Qué hiciste? —le preguntó, tocándome el cuello.—Sé bien que busca, Anabela, no se haga la inocente, pero usted es mi salvación ahora —me dice y comienzo a sentirme mareada.Me tambaleo por la habitación y siento mis rodillas caer en el piso. Veo todo oscuro.***Comienzo a abrir poco a poco los ojos y veo una habitación muy sencilla. Veo la luz entrar por la ventana. Intento levantarme, pero al mover mis extremidades estoy amarrada a la cama.—Qué gusto en cono
Era un día muy especial para Anabela, una chica pequeña de piel blanca, cabello castaño oscuro, ojos grandes de color azul, labios carnosos, hermoso rostro. Para una joven que acaba de cumplir los 18 años se ha desarrollado perfectamente bien. Estaba tan entusiasmada porque después de meses rogándole a su padre para que la llevara a la gran fiesta de máscaras, por fin había aceptado llevarla. Ese día tan esperado era hoy, ella estaba sentada frente al gran espejo maquillándose, se ponía en sus labios un labial color red vuelve, se dio los últimos retoques. Se puso un vestido color rouge acentuado en la parte de arriba de sus pechos, con un hermoso escote que dejaba al descubierto su espalda y sus pechos, el vestido era largo porque le llegaba hasta los pies y tenía un hermoso corte en la pierna. Ella se miró en el espejo, se puso unas hermosas zapatillas con tacón y tomó su máscara de encaje al mismo color que el vestido. Salió de su habitación bajo las escaleras de la enorme
Dante Han pasado exactamente dos años desde que comencé la búsqueda de esa joven que en ningún momento he podido sacar de mis pensamientos, recuerdo el olor de su perfume, suavidad de su piel, esos hermosos ojos azules, esos labios que recuerdo su sabor tan rico y me excita. El pequeño gemido que escuche provoca que se me erice la piel. Durante todo este tiempo mis ganas por esa joven no hacen más que crecer, cada vez que estoy con una mujer en mi mente, recuerdo a esa joven a esos hermosos pechos redondos que tiene, recuerdo su parte lo cálida y caliente que estaba. Muero de ganas de hacerle todas las sucias que tengo en mente, hacerla gritar mi nombre. Lo más raro es que en todo este tiempo no he podido encontrar mucha información de ella, eso es raro. Solo sé que su nombre es Anabela y eso porque de niña asistió a una escuela religiosa. He estado siguiendo a Francisco, ya que no he encontrado mucha información de ella, lo más conveniente es que él vaya a verla. Escucho pasos
—Es mi amigo —es lo único que sé me ocurre decir. —Si quieres que lo deje vivo tendrás que darme algo —me dice con una voz fría. Lo volteo a ver a los ojos. —¿Qué quieres? —ninguno separaba la vista del otro. —¿Quiero que me beses? Y en los labios —él se me quedó mirando y noté cómo sonreía descaradamente. No sé lo que este hombre realmente quiere, pero no puedo negarme a sus exigencias poco razonables, de lo contrario Leonel será como una pequeña hormiga frente a él para ser torturado por él. Leonel está simplemente borracho, y la cercanía de mi amigo es en cualquier caso mejor que la coacción de esta misteriosa hiena de hombre al otro lado de la calle. Pero en este momento estaba siendo arrinconado por este hombre. Al instante me vinieron a la cabeza todo tipo de pensamientos extraños, todo mi cuerpo tembló involuntariamente y me decidí como si estuviera en una especie de misión, aunque no quisiera. No tengo opción, tengo que hacerlo, me comencé acercar noto que su mirada
Esta ese hombre acostado a un lado de mi semidesnudo noté su gran pecho, un enorme tatuaje en el lado izquierdo del pecho creo que es un patrón de formas, noté que está bien esculpido y solo lleva unos bóxers, y se notaba su enorme ereccion. En mi cabeza pensaba "Este hombre es una total perfección, es un dios" "Está muy grande es normal que este esa parte así de grande" no se porque pienso en eso. —Apaga la puta luz, acuéstate y duérmete —gruñe con los ojos medió cerrados. —¿Que cojones estás haciendo ahí y además desnudó? —le grite molesta y abrió los ojos. —No estoy desnudo, pero si lo quieres —me soltó eso y se quitó los bóxers en su totalidad. Yo me quede en estado de shock, pero mi vista bajo, noté la magnitud y el grosor de esa cosa. "Esa cosa es muy grande" pensé en mi cabeza. —¿Quieres tocarlo? —me dijo en un tono sexy. —Claro que no, lárgate de mi cuarto como se que te llames —desvíe mi mirada para no ver esa cosa. —Mi nombre es Dante Ferrara —dijo eso, se l