—¿Ayudarme? ¿Qué clase de ayuda es emparentarme con un viejo adinerado?— la desesperación se apodera de mí.
—Pues no suena a qué sea malo, además ese “viejo” es un hombre maduro bastante sexy y bien ejercitado, no le veo problema.
—No pienso discutir contigo, necesito mis cosas y lo mínimo que puedes hacer es ayudarme a recuperarlas.
—¿Por qué no simplemente se las pides y ya?
—Por que no quiero volver a saber nada de él— recuerdo el beso que nos dimos y no puedo evitar sonrojarme.
—¿Te hizo algo?— dudo en si responderle.
—Me besó— el silencio en la línea se vuelve largo.
—¿Es en serio? ¿Por eso no lo quieres volver a ver? ¿No te gustó?
—¡Cat! ¡Es mucho mayor que yo!
—Jajajaja pero ¿te gustó o no?
—¿Eso que tiene que ver?
—Solo dime, ¿Te gustó? ¿Lo correspondiste?
—Si, si lo correspondí ¿Y?
—Entonces, te gustó…
—Mira, si me gustó o no eso es algo que no importa, ya tomé la decisión de no volver a ver a ese hombre pase lo que pase.
—¿Has escuchado el refrán que dice :”cae más rápido un hablador que un cojo”?
—Ya te dije, no lo volveré a ver.
—Si, como digas. Le diré a Óscar que recupere tus cosas y mañana te las doy en la escuela.
—Gracias— en cuanto digo esa última palabra ella cuelga.
Paso mis dedos por mis labios recordando cómo se sentía su boca en la mía, he recibido muchos besos antes, he probado otras bocas, pero nadie me había hecho sentir como él me hizo sentir. Todo mi cuerpo se energizó, se desestabilizó. Tengo que controlar mis hormonas.
Dado que ya me di por vencida y no pienso entrar a las clases de fisiología decido ir directo a la biblioteca y ponerme a estudiar para mí extra. Aún no he sido lo suficientemente valiente para decirles a mis padres que perderé la beca y toda mi vida se irá al diablo. También he buscado en el periódico un trabajo de medio tiempo para compensar esa falta de dinero que tendré, revisé que necesitan a alguien en una florería, se me hizo interesante y ya tengo mi cita de trabajo agendada para hoy saliendo de la escuela. Quiero creer que si mis padres ven mis intenciones por arreglar lo que descompuse tal vez no se estresen tanto.
Llevo una pila de libros hacia la mesa y los dejo a lado del periódico en el que encontré el anuncio de empleo, me siento y empiezo a devorar los libros, hago notas en mi cuaderno mientras escucho por los audífonos algo de música que me ayude a apartarme de mi entorno. De repente cae frente a mí mi mochila y levanto la vista hacia Cat quien parece esperar alabanzas por su hazaña.
—Gracias— me quito uno de los audífonos y tomo mi maleta inusualmente más voluminosa.
—Me debes una.
—No te debo nada, tú me debes a mí y más de una— Cat parece sorprendida. —Todo fue un error— me dejo caer de nuevo en el asiento y froto mi cabeza con mis manos.
—Si, es un error que estés dejando ir a un partido así cuando más lo necesitas— Cat decide sentarse frente a mí, decidida a cambiar mi decisión.
—No Cat, no quiero a un tipo desconocido que me dé dinero por solo Dios sabe que favores quiera que le haga.
—jajajaja pero te va a gustar— me guiña un ojo de forma pícara.
—¡Shhhh!— la bibliotecaria hace callar a Cat mientras mi amiga pone los ojos en blanco.
—No Cat, yo no puedo hacer algo así, no soy como tú— pongo mi mochila en mis piernas y la abrazo.
—Sam, estás son otras épocas, ¿no lo ves? son negocios, Óscar necesita una chica linda que lo haga ver bien y le de placer y cariño y yo necesito dinero y lujos; cada quien obtiene lo que necesita y podemos convivir muy bien. Es un trabajo, solo eso— levanta el periódico como si esa “clase” de trabajos también se anunciara ahí.
—Claro, claro— recargo mi mentón en mi mochila y un aroma dulce sale de ella causándome curiosidad.
—Tu necesitas dinero y él una compañera, te llenará de lujos y te dará el efectivo que desees para que no tengas que trabajar, solo debes de ser buena con él ¿Es mucho pedir?.
—Demasiado— le contesto con coraje mientras abro mi mochila y veo que está llena de rosas rojas, me quedo sorprendida y noto en Cat que parece emocionada.
—¡Que lindo!— se levanta y se apoya en la mesa para ver las flores.
—¡Shhhhhh!— la bibliotecaria vuelve a callarla.
Cat, molesta, se vuelve a sentar mientras tomo una pequeña nota que viene junto con las flores: “Querida Samantha: Lamento lo ocurrido, no quise asustarte; para serte sincero considero que eres una mujer muy hermosa y no pude evitar caer hipnotizado por tus encantos. Me disculpo si mi comportamiento te intimidó y te pido una oportunidad para enmendar mi error. Atte: Nikolai”. Cierro de nuevo la nota y la vuelvo a guardar entre las rosas.
—El fin de semana haremos un viaje a París, la idea es que tú vayas también— me dice Cat con una seriedad que jamás creí capaz en ella.
—No pienso ir.
—Todavía tienes un día para valorarlo.
—Cat, no tengo nada que valorar, no quiero ir, no lo haré.
—Por favor, solo… piénsalo, Nikolai puede ser tu mejor opción para salir del problema en el que te metiste— se levanta del asiento y me sonríe de medio lado, da media vuelta y camina hacia la salida de la biblioteca dejándome de nuevo sola.
El olor a las rosas en conjunto con todo este asunto hace que mi cabeza de vueltas, vuelvo a leer la tarjeta y muy dentro de mí estoy tentada a aceptar y buscar a Nikolai, tal vez Cat tiene razón, es la salida fácil, él podría pagar todo lo de mi escuela con facilidad, pero sé muy bien lo que eso implicaría. Cierro mi mochila y me pongo a leer, pero mi cerebro ya no piensa en nada que no sea Nikolai y su mirada sexy de depredador, siento que con esos ojos puede desnudar mi alma. Creo que es una perdida de tiempo intentar seguir estudiando, lo mejor será que me vaya de aquí. Tomo los libros y me acerco al carrito al fondo pegado a la pared para dejar los libros.
—¿Preparándose para el extra?— la voz del doctor Ildefonso me hace pegar un brinco.
—Doctor— veo que toma con una mano el libro que dejé en el carrito y lee el título.
—Creí que seguiría suplicando por una oportunidad, no pensé que desistiría tan rápido.
—¿En verdad podría obtener otra posibilidad?— intento que mi voz suene lo más desinteresada posible, no quisiera que esto fuera solo una burla. Se acerca a mí lentamente mientras me ve de arriba hacia abajo.
—¿Qué tanto interés tiene en pasar mi materia Srita. Maxis?— clava sus ojos en los míos y me hace sentir nerviosa.
—No quiero perder mi beca, he luchado mucho por tenerla y conservarla, de ella depende que pueda continúar con mis estudios sin tener que trabajar, eso significaría tener tiempo suficiente para estudiar— de nuevo la desesperación se empieza apoderar de mí.
—¿Qué estaría dispuesta a hacer para mantener su beca?
—¿A qué se refiere?— retrocedo un paso, el mismo que avanza hacia mí.
—Me refiero a que podríamos llegar a un acuerdo si usted lo desea en verdad, podría perdonarle sus faltas— coloca su mano en mi hombro y lo aprieta de forma singular, temo el rumbo que está tomando esto.
—No entiendo— intento retroceder de nuevo, pero me sujeta con fuerza del hombro y se acerca un poco más.
—Creo que es una mujer muy hermosa e inteligente, sabe perfectamente a lo que me refiero— me pone contra la pared y aprisiona mi cuerpo con el suyo mientras acerca su rostro al mío.
—Aléjese o juro que gritaré— el pánico empieza a apoderarse de mí.
—Si quisieras que me alejara ya lo hubieras hecho, deseas que esto pase tanto como yo—me quedo petrificada, veo como su rostro está cada vez más cerca del mío. Pongo mis manos contra su pecho intentando alejarlo, pero solo toma mis muñecas y las pone contra la pared.
De repente algo lo toma del cuello de la camisa y lo aleja de mí, lo arroja contra el piso cayendo aparatosamente, veo a mi izquierda a Nikolai que parece ser el autor de todo, se ve molesto, sus ojos echan chispas y se acerca lentamente hacia el doctor que se apoya sobre sus manos en el suelo intentando comprender lo que pasó.
—Vaya forma de intimidar alumnas, dígame doctor ¿Cuántas veces le ha funcionado? ¿A cuántas alumnas ha violado? Supongo que no las suficientes— dice Nikolai mientras lo toma del cuello de la camisa y sin mucho esfuerzo lo levanta. —Vuelvo a saber que está cerca de Samantha, respirando el mismo aire que ella y juro que no contará con un día más para seguir atormentando alumnas, lo prometo. ¿Entendió? No la puede ver, no la puede escuchar, no puede estar en el mismo lugar que ella ¡¿Entendió?!
—¡Si! ¡Si! ¡Entendí! ¡Suélteme!— le dice el doctor mientras busca deshacerse del agarre de Nikolai.
—Bien, me alegra saber que nos entendemos— por fin Nikolai lo suelta y ambos vemos al doctor salir casi corriendo de la biblioteca. Nikolai voltea hacia mí y su mirada furibunda cambia a una más dócil. —¿Estás bien?
—Eso creo— desvío mi mirada de la suya, creo que la actitud del doctor me asustó. Me siento frágil y débil, me siento frustrada por no poder haber salido yo sola de este problema y las lágrimas se empiezan a agolpar en mis ojos. Nikolai camina hacia mí y con su mano limpia mis mejillas.
—Ese imbécil no te volverá a molestar— su mirada es tierna y por alguna razón lo veo más alto, más corpulento.
—¿Cómo supiste que estaba aquí?— tomo su mano que hasta el momento seguía en mis mejillas y siento el calor de su piel.
—Quería hablar contigo y deduje que seguirías en la escuela, cuando llegué vi a Cat y me dijo que te podía encontrar aquí— baja su mano después de un momento y juntos caminamos hacia la mesa donde están mis cosas —¿Te gustaron las rosas?— tomo mi mochila y no puedo evitar sonreír, no puedo mentir, fue lindo descubrirlas.
—Nunca me habían regalado rosas— volteo hacia él y le sonrío con ternura.
—Me sorprende que no lo hayan hecho.
—Los jóvenes de ahora ya no regalan rosas— tuerzo los ojos recordando a escasos exnovio que tuvieron la oportunidad y no lo hicieron.
—Supongo que es algo que a las mujeres de ahora no les llama la atención— lo dice levantando los hombros.
—¿Qué? Claro que no, son detalles lindos, por lo menos a mí me los parecen— le contesto casi interrumpiéndolo lo cual le genera una sonrisa. —En verdad gracias por todo, por las flores, por tu ayuda.
—Tal vez no tengas ganas de hacer algo en este momento, pero me encantaría invitarte un café, quiero hablar contigo— me quedo pensando por un momento, supongo de qué quiere hablar —sé que tienes problemas en este momento y tal vez mi trato te ayude a solucionarlos— de seguro escuchó toda la conversación que tuve con el doctor.
—Bien, acepto el café— le sonrío y tomo mis cosas de la mesa, él toma mi mochila y me sigue hasta la salida.
Abandonamos la escuela en su auto, llegamos a un café bastante lindo, con precios elevados. Nos sentamos en una mesa y la mesera de inmediato se acerca contoneándose de forma coqueta y se dirige a Nikolai, sonriéndole pícaramente. Él me da oportunidad de escoger mi bebida y después dice lo que él va a querer, como siempre, pido un capuchino latte, entre más cremoso y diluido el café mejor, en cambio Nikolai pide un café negro sin azúcar, de solo imaginarme lo amargo que suena eso siento que lo lengua se me hace chiquita.
—Con respecto a que perdiste la beca y necesitas trabajo…—Si… fue un descuido mío, llegué tarde a la clase del doctor y el decidió mandarme a extraordinario, cuando suba las calificaciones y ponga en el acta que reprobé, perderé mi beca por completo y bueno, la carrera no es barata, necesito ese dinero— me escurro en el asiento y de nuevo me siento triste, no como al principio, pero si lo suficiente para querer llorar.—Entiendo— parece estar reflexionando mis palabras. En cuanto llega el café bebe del suyo sin importar que esté caliente y sigue con la mirada perdida. —Bien, seré sincero contigo, es claro que eres una chica lista— clava sus ojos en los míos y mi estómago se encoje. —Soy un hombre que ha usado su tiempo en generar dinero, más del que puedo gastar yo solo y me siento orgulloso de eso, pero al enfocarme tanto en mi tr
—¿Te gusta?— la voz de Nikolai suena en mi oído y eriza la piel de mi nuca. Lo tengo a mi lado viendo conmigo el avión.—Es bastante lindo ¿Es tuyo?—Así es, ya tengo un par de años con el— camina hasta ponerse frente a mí, me ve de arriba abajo y sonríe de lado, su mirada es tierna y me hace sonrojar —creí que no vendrías.—Bueno, pues aquí estoy.—Lo veo. En verdad estás hermosa— acomoda un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y me quedo paralizada.—¿Van a venir o qué?— escucho que grita Óscar, tanto él como Cat están subiendo al avión y ríen al vernos.Nikolai me ofrece su brazo y empezamos a caminar hacia el jet, con forme subo los escalones empiezo a sentirme ansiosa, como si fuera mi última oportunidad para salir co
—No me agradó la forma en la que te tocó, creo que ningún hombre tiene derecho a tocar a una mujer sin su permiso— parece molesto, retomando lo ocurrido en esa biblioteca.—Pero lo detuviste y te lo agradezco, demasiado.—En verdad creo que deberías de ir a dormir.—¿Tu donde dormirás?.—Me quedaré en el sillón, tal vez viendo la televisión— dice mientras enciende la pantalla y empieza a cambiar de canal.—¿Puedo quedarme contigo? Es que… no creo poder dormir— me siento apenada, como si fuera una pequeña niña buscando su aprobación.—Jajajaja claro, cuando te gane el sueño te puedes ir a la cama— me dice mientras deja en la pantalla una película de acción. —¿Algo en especial que quieras ver? ¿Una película romántica?&md
«Samantha»Abro mis ojos y lo primero que veo es el techo. Me levanto, estoy en la cama, de seguro me quedé dormida en el sofá y Nikolai me trajo hasta acá, no puedo evitar sentirme apenada. Me estiro un poco y me acerco al baño, tomo algo de ropa de la maleta y la extiendo en la cama, un vestido vaporoso de gasa corto de color azul, por la marca debe de ser muy costoso, en verdad sigo sin acostumbrarme a estos lujos. Entro al baño y me doy un regaderazo, me visto lo más rápido que puedo como si temiera que en cualquier momento Nikolai entrara por la puerta y me pudiera ver desnuda. Me veo ante el espejo con el cabello aún mojado y veo que el vestido deja ver gran parte de las piernas, siempre me sentí orgullosa de ellas, siento que junto con mi cintura reducida me dan una gran apariencia. Después de un profundo suspiro escucho unos sonidos en la sala que llaman mi atenció
Veo por la ventana como el tiempo avanza, la noche empieza a apoderarse del día y me siento algo nostálgica de mi casa, pienso en mis padres y no puedo imaginarme qué pensarían de saber lo que estoy haciendo, de seguro creerían que soy igual o peor que mi hermano, ¿se decepcionarían tanto de saber lo que hago y por qué lo hago? Lo más seguro es que si, ellos serían de la idea de que nosotros solos debemos de buscar la forma de salir de nuestros problemas y si pierdo la beca sé que ellos me apoyarían, mi padre saldría del retiro y mi madre buscaría un trabajo para sacar el dinero que fuera necesario para pagar la escuela y eso es algo que me rompería el corazón, ellos ya me han dado mucho como para yo seguir exigiéndoles. Tomo un respiro y me dispongo a empezar a arreglarme, me pongo el vestido y noto como me queda ajustado, favorec
Siento sus manos sobre mi cuerpo y mi piel empieza a calentarse, como si fuera receptiva a él y a su tacto, giramos por toda la pista, es un gran bailarín y me lleva con elegancia y gracia. Me gusta bailar, siento que es de las formas más hermosas en las que el humano puede expresarse, además de que te llena de cierta vitalidad y energía, puedes sentir la euforia corriendo por tus venas, te hace liberar tantas endorfinas que aunque este cayéndose el mundo a pedazos puedes sonreír y ser feliz, como yo en este momento.Con forme pasa el tiempo y la música continúa me siento cada vez más en confianza con Nikolai, no puedo evitar reírme y verme más relajada entre sus brazos, él también se ha quitado esa máscara de seriedad y rectitud, se ve más suelto y pareciera que bailar juntos está haciendo que conectemos de una forma m&aacu
Él se aleja solo un poco, se sienta en la cama y me ve fijamente, recorre mi cuerpo por completo y siento mi cara ardiendo de la pena, me siento con ganas de cubrir mi cuerpo con mis manos y salir de ahí, pero intento controlar mis impulsos y mantenerme tranquila. —Eres hermosa— cuando dice eso me toma por sorpresa, extiende su mano hacía mí —¿Estás segura de querer esto?— su pregunta toca mi corazón, le doy puntos por preocuparse por lo que yo quiero en verdad y lo que yo quiero es entregarme a él, sé que no lo conozco lo suficiente, que tal vez esto puede ser visto como trabajo, pero en verdad este hombre mueve algo muy dentro de mí. Respiro profundamente y le sonrío con más tranquilidad, tomo su mano y me acerco a él lentamente, cuando me tiene cerca posa ambas manos en mi cintura y su tacto me vuelve a activar, como si sus yemas fueran de fuego al tocar mi piel. Besa mi vientre lentamente y se me empieza a olvidar como se respir
Salir del baño y empezar a vestirnos sabiendo lo que pasó anoche y hace rato me hace sonreír cada vez que lo veo, simplemente me siento emocionada y me siento eufórica, como si nada me pudiera detener. Él me dedica sonrisas pícaras, miradas salvajes y por momentos siento que me ve como si aún estuviera desnuda. Salimos de la habitación dispuestos a ir a desayunar con Óscar y Cat, me ofrece su brazo y me tomo de el con gusto.—Entonces… ¿tenemos un trato?— no puedo evitar sonreír de forma descarada, de nuevo esas imágenes de anoche y en la regadera regresan a mi cabeza, si eso no confirma el trato entonces no sé qué lo hará.—Así es señor Nikolai— lo veo de reojo y noto como me voltea a ver con una sonrisa de oreja a oreja.—Muy bien señorita Samantha, me siento