La lluvia se ha ido, pero el cielo sigue gris y la temperatura sigue descendiendo; gracias al abrigo me siento protegida del frío además el interior del carro es bastante cálido. Durante el trayecto la conversación es muy superficial, quisiera pedirle que me deje bajar y poder irme corriendo a mi casa, pero a la vez tengo ganas de continuar con él, en verdad es un hombre atractivo y sobre todo varonil.
Llegamos a un edificio bastante alto y elegante. Nikolai baja de su auto y le da las llaves al ballet mientras abre mi puerta y me ayuda a bajar. Me ofrece su brazo y juntos entramos al recibidor donde pregunta si tiene correspondencia a un hombre trajeado de aspecto serio; recibe unas cartas y caminamos hacia el elevador, todo es una combinación de dorado y rojo de lujo y ostentosidad, la gente que nos rodea viste y calza de manera elegante. En cuanto las puertas del elevador se abren caminamos solo un poco hacia la única puerta visible, la abre dandome cuenta que su departamento es todo ese piso, es demasiado amplio y los colores negros y grises dominan el lugar. Me quedo maravillada, una sala con sillones negros y una pantalla grande es lo primero con lo que me topo, también hay un pequeño mini bar. Nikolai cuelga su saco en un perchero cerca de la puerta y me pide mi abrigo el cual me quito con algo de torpeza. Él sonríe y lo toma con cuidado para después caminar hacia la barra que divide la sala de la cocina, todo es de mármol negro y colores acero.
—¿Te gusta el café negro?— lo primero que pienso es que preferiría un vaso de leche con chocolate, pero creo que eso no se vería nada bien y mucho menos elegante.
—Em… prefiero el café cortado— le digo sintiéndome algo apenada, no es que no me agrade el café con solo agua, pero soy afecta a las cosas dulces o cremosas, la única forma en que tomo café es en capuchino o cortado con leche. Me recargo en la barra y veo una sonrisa encantadora en sus labios.
—Claro— sirve en una taza grande, la mitad de café y le agrega leche para después caminar hacia mí, se sienta del otro lado de la barra y me guiña un ojo antes de beber de su taza, de inmediato bebo de la mía buscando distraerme. —La carrera de medicina es algo cara, supongo que ha de ser difícil— en cuanto dice eso me hace recordar todo mi sufrimiento y aún no soy capaz de decirle a mis padres sobre mi tragedia.
—Ni que lo digas— me vuelvo a esconder detrás de mí taza, pero mi mirada no la puedo disfrazar.
—¿Todo bien?— dejo la taza frente a mí sobre la barra y la hago girar entre mis manos mientras la veo fijamente.
—No, nada está bien— de nuevo las lágrimas quieren brotar de mis ojos al recordar las amenazas de ese doctor. —Yo tenía una beca completa, con eso sostenía mis estudios, pero… — muevo la cabeza de un lado a otro, me siento molesta de nuevo.
—¿Pero?
—Cometí un error y la perdí— levanto mi mirada y noto que se contagia de mi preocupación. —Perderé la beca, no puedo pedirle a mis padres que paguen todo, es demasiado y ellos no ganan el suficiente dinero, tendría que trabajar para poder sostener mis estudios, pero si trabajo perderé valioso tiempo para estudiar y si no estudio no aprobaré y si no apruebo de nada habrá servido que intentara salvar la escuela por qué todo se habrá ido al carajo— pongo mis manos en mi cabeza al mismo tiempo que apoyo mis codos en la barra, las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas. Trato de respirar y contenerme, pero es demasiado difícil. Las manos de Nikolai llegan a mis muñecas, con sus pulgares hace pequeños círculos en ellas y de cierta forma su tacto me relaja aunque sea un poco. Baja mis manos hasta colocarlas sobre la barra y sus ojos miel se clavan en los míos.
—No es el fin del mundo— sonríe de lado, pero su mirada está cargada de preocupación sintiendo empatía por mí —déjame ayudarte.
—No, imposible… no podría— deslizo mis manos de entre las suyas y mantengo la distancia.
—¿Cuánto es de tu beca? Yo puedo darte ese dinero, tus padres no tendrían por qué enterarse.
—¿A cambio de qué?— su mirada de repente baja hacia mis labios, me toma con delicadeza del mentón y se acerca, por un momento yo no puedo mover ni un solo dedo, me quedo petrificada y un calor nace en mi vientre y se apodera de mi cuerpo en cuanto sus labios se posan en los míos.
Las mariposas en mi estómago revolotean agitadas y sus labios se mueven lentamente sobre los míos, mi aliento escapa de mis pulmones y me dejo llevar, su boca tiene un sabor que me atrapa, me llena de a peligro. Correspondo el beso sin dudarlo, sin alejarme ni pensarlo, olvidándome hasta de mi propio nombre. Levanto una de mis manos y en cuanto la poso en su mejilla algo se despierta dentro de mí, esa voz que me recuerda que es lo correcto y que no. Me separo de él y empiezo a jalar el aire que se robó, sus ojos se ven felinos, feroces, parecieran los de un león cazando a su presa.
—Esto está mal, tengo que regresar a mi casa— giro sobre mis talones y camino sin detenerme hasta tomar mi abrigo del perchero. Abro la puerta y me doy cuenta que él se mantiene recargado en la barra mientras bebe su café tranquilamente haciéndome saber que puedo huir, pero no esconderme.
Entro al elevador, las puertas se cierran bloqueándome la vista hacia el departamento, me cubro la boca sin entender cómo es que le correspondí ese beso, es un hombre mucho más grande que yo y apenas lo conocí ayer. Cierro mis ojos con fuerza hasta que el sonido del elevador abriéndose me hace abrirlos, un conjunto de personas con ropa costosa y cargados de arrogancia se disponen a entrar, salgo con dificultad entre ellos y me precipito hacia la salida, el cielo quiere volver a descargar su lluvia, los truenos amenazan con que será peor que la vez anterior. Me paro frente al edificio y espero un taxi que me pueda llevar a casa cuando veo a Cat, camina hacia mí con su rostro divertido, claramente ella no ve el colapso que yo estoy viviendo.
—Jajajajaja ¿Todo bien?— se para frente a mí con las manos en la cintura, levanta la vista hacia el edificio y se queda sorprendida —wow ¿Aquí vive?
—Si, ¿No quieres entrar? Creo que se quedó sin compañía.
—¿Lo dejaste plantado?— su rostro se descompone como si lo que hice fuera algo estúpidamente peligroso —¿Se molestó?— me toma por los hombros y me sacude.
—¿Qué? no lo sé, ¿Estás más preocupado por ese tipo que por mí? vaya amiga— me alejo de ella herida y molesta.
—Créeme, si me preocupa que ese hombre este enojado es más por ti que por él.
—¿Quién es él? ¿Qué está pasando Cat?— trato de persuadirla, pero me termina decepcionando.
—Lo siento Sam, no puedo decirte nada.
—¡Me metes en problemas y ¿no puedes decirme en qué me metiste?!— me alejo aún más de ella, volteo hacia la avenida y chiflo para atraer la atención de un taxi.
—Sam, espera…
Un auto se detiene y abro la puerta de atrás, me meto de inmediato y decido dejar a mi amiga con la palabra en la boca. El taxista es un hombre joven de cabellos rubios y ojos verdes, me ve por el retrovisor mientras me pregunta a dónde vamos, le doy la dirección de mi casa.
—¿Me puedes ir diciendo? No conozco pro allá.
—Si, está bien.
—Disculpa que me entrometa, pero… ¿Estás bien?— levanto la mirada en cuanto dice eso, una lágrima corre por mi mejilla.
—Yo…
—¿Esa era tu novia? ¿Tenían una pelea?— su pregunta me toma por sorpresa.
—¿Cat? ¿Mi novia?— una sonrisa se forma en mis labios —jajajajaja no, ella no es mi novia.
—Bueno, por lo menos te hice reír jajajaja— me ha cambiado por completo el estado de ánimo, me siento más tranquila.
—jajajaja ella es mi amiga y… me presentó al amigo de su novio, pero no me siento del todo cómoda con él.
—Bueno, si no te sientes cómoda con ese tipo no estás obligada a estar con él, ¿Doblo a la derecha?
—Si, por favor. Pues suena fácil y no sé por qué se me complica tanto— me recargo en el asiento y veo por la ventanilla.
—No soy psicólogo, pero creo que no deberías de aceptar a un hombre que no quieres. ¿Derecho?
—Si, todo derecho. Si no eres psicólogo creo que estás perdiendo tu tiempo como taxista.
—Jajajaja Gracias, estoy estudiando leyes.
—Jajajaja y ¿qué haces conduciendo un taxi?
—Pues al parecer dar terapias jajajajaja así estoy sosteniendo mis gastos, mi padre murió y mi madre no puede sola con todo.
—Vaya, pues… te felicito y te admiro— le sonrío y por alguna extraña razón siento empatía por este chico. Cuando me doy cuenta estamos frente a mi casa.
—Jajajaja gracias, gracias— le extiendo un billete y él me entrega el cambio.
—Gracias por traerme— guardo el cambio en la bolsa de mi abrigo y me dispongo a salir del auto.
—¡Oye! ¡Espera!— me detengo por un momento y veo que saca de la guantera algo; es una tarjeta, me la ofrece con algo de torpeza. —Si necesitas que te lleve a algún otro lugar puedes llamar, puedo ser como un taxi privado— me sonríe ampliamente y correspondo de nuevo su sonrisa mientras guardo su tarjeta.
—Genial, gracias.
—Me llamo Kurt— cuando se presenta me siento algo insegura de repente, dudo por unos segundo si debería de decirle mi nombre, pero al final termino haciéndolo.
—Samantha— le sonrío y él parece agradecido por ese detalle —dime Sam— me bajo de su auto manteniendo la sonrisa. Que agradable sujeto.
Camino hacia mi casa y escucho como el auto sigue su camino, en cuanto entro veo a mis padres sentados en la mesa, no se ven muy felices de mi llegada. Mi madre es la primera en levantarse.
—¿Por qué tan tarde?— me pregunta con los brazos cruzados.
—Lo siento yo, pasé a la casa de Cat— no le pienso decir que Nikolai fue por mí a la escuela porque ni siquiera saben quién es y si lo supieran creo que me metería en problemas.
—¿Y por qué no nos avisaste? Ya pasa de la hora, no se vale Samantha, tienes un horario que cumplir ¿Vas a empezar a descuidar las cosas?
—No mamá— bajo la cabeza y esquivo su mirada.
—Pues así pareciera, ¿Por qué traes esa ropa?— me doy cuenta de que no vengo con mi uniforme, que esté junto con mi mochila se quedó en la cajuela del auto de Nikolai.
—Me la prestó Cat, es que me mojé en la lluvia.
—Sam, ya eres una adulta y no tengo por qué decirte las cosas, pero mientras vivas bajo mi techo tienes responsabilidades.
—Si mamá— hace un movimiento con su cabeza dejándome huir de su regaño. De inmediato me precipito hacia mi habitación mientras saco mi celular. En cuanto cierro la puerta pego el aparato a mi oído esperando escuchar a Cat.
—Si me llamaste para seguirme reclamando, puedes ahorrándotelo por qué te pienso colgar.
—¡No! ¡Espera! No me cuelgues, necesito un favor— más que sonar suplicante, parezco más demandante.
—¡Ah! después de como me trataste hace un rato no sé si se pueda.
—Cat, en primera yo soy la víctima en todo esto, me metiste en un problema y ahora me sacarás de él. Mi uniforme y mi mochila se quedaron en el carro de Nikolai y lo necesito.
—¿Ayudarme? ¿Qué clase de ayuda es emparentarme con un viejo adinerado?— la desesperación se apodera de mí.—Pues no suena a qué sea malo, además ese “viejo” es un hombre maduro bastante sexy y bien ejercitado, no le veo problema.—No pienso discutir contigo, necesito mis cosas y lo mínimo que puedes hacer es ayudarme a recuperarlas.—¿Por qué no simplemente se las pides y ya?—Por que no quiero volver a saber nada de él— recuerdo el beso que nos dimos y no puedo evitar sonrojarme.—¿Te hizo algo?— dudo en si responderle.—Me besó— el silencio en la línea se vuelve largo.—¿Es en serio? ¿Por eso no lo quieres volver a ver? ¿No te gustó?—¡Cat! ¡Es mucho mayor que yo!—Jajajaja pero &iq
—Con respecto a que perdiste la beca y necesitas trabajo…—Si… fue un descuido mío, llegué tarde a la clase del doctor y el decidió mandarme a extraordinario, cuando suba las calificaciones y ponga en el acta que reprobé, perderé mi beca por completo y bueno, la carrera no es barata, necesito ese dinero— me escurro en el asiento y de nuevo me siento triste, no como al principio, pero si lo suficiente para querer llorar.—Entiendo— parece estar reflexionando mis palabras. En cuanto llega el café bebe del suyo sin importar que esté caliente y sigue con la mirada perdida. —Bien, seré sincero contigo, es claro que eres una chica lista— clava sus ojos en los míos y mi estómago se encoje. —Soy un hombre que ha usado su tiempo en generar dinero, más del que puedo gastar yo solo y me siento orgulloso de eso, pero al enfocarme tanto en mi tr
—¿Te gusta?— la voz de Nikolai suena en mi oído y eriza la piel de mi nuca. Lo tengo a mi lado viendo conmigo el avión.—Es bastante lindo ¿Es tuyo?—Así es, ya tengo un par de años con el— camina hasta ponerse frente a mí, me ve de arriba abajo y sonríe de lado, su mirada es tierna y me hace sonrojar —creí que no vendrías.—Bueno, pues aquí estoy.—Lo veo. En verdad estás hermosa— acomoda un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y me quedo paralizada.—¿Van a venir o qué?— escucho que grita Óscar, tanto él como Cat están subiendo al avión y ríen al vernos.Nikolai me ofrece su brazo y empezamos a caminar hacia el jet, con forme subo los escalones empiezo a sentirme ansiosa, como si fuera mi última oportunidad para salir co
—No me agradó la forma en la que te tocó, creo que ningún hombre tiene derecho a tocar a una mujer sin su permiso— parece molesto, retomando lo ocurrido en esa biblioteca.—Pero lo detuviste y te lo agradezco, demasiado.—En verdad creo que deberías de ir a dormir.—¿Tu donde dormirás?.—Me quedaré en el sillón, tal vez viendo la televisión— dice mientras enciende la pantalla y empieza a cambiar de canal.—¿Puedo quedarme contigo? Es que… no creo poder dormir— me siento apenada, como si fuera una pequeña niña buscando su aprobación.—Jajajaja claro, cuando te gane el sueño te puedes ir a la cama— me dice mientras deja en la pantalla una película de acción. —¿Algo en especial que quieras ver? ¿Una película romántica?&md
«Samantha»Abro mis ojos y lo primero que veo es el techo. Me levanto, estoy en la cama, de seguro me quedé dormida en el sofá y Nikolai me trajo hasta acá, no puedo evitar sentirme apenada. Me estiro un poco y me acerco al baño, tomo algo de ropa de la maleta y la extiendo en la cama, un vestido vaporoso de gasa corto de color azul, por la marca debe de ser muy costoso, en verdad sigo sin acostumbrarme a estos lujos. Entro al baño y me doy un regaderazo, me visto lo más rápido que puedo como si temiera que en cualquier momento Nikolai entrara por la puerta y me pudiera ver desnuda. Me veo ante el espejo con el cabello aún mojado y veo que el vestido deja ver gran parte de las piernas, siempre me sentí orgullosa de ellas, siento que junto con mi cintura reducida me dan una gran apariencia. Después de un profundo suspiro escucho unos sonidos en la sala que llaman mi atenció
Veo por la ventana como el tiempo avanza, la noche empieza a apoderarse del día y me siento algo nostálgica de mi casa, pienso en mis padres y no puedo imaginarme qué pensarían de saber lo que estoy haciendo, de seguro creerían que soy igual o peor que mi hermano, ¿se decepcionarían tanto de saber lo que hago y por qué lo hago? Lo más seguro es que si, ellos serían de la idea de que nosotros solos debemos de buscar la forma de salir de nuestros problemas y si pierdo la beca sé que ellos me apoyarían, mi padre saldría del retiro y mi madre buscaría un trabajo para sacar el dinero que fuera necesario para pagar la escuela y eso es algo que me rompería el corazón, ellos ya me han dado mucho como para yo seguir exigiéndoles. Tomo un respiro y me dispongo a empezar a arreglarme, me pongo el vestido y noto como me queda ajustado, favorec
Siento sus manos sobre mi cuerpo y mi piel empieza a calentarse, como si fuera receptiva a él y a su tacto, giramos por toda la pista, es un gran bailarín y me lleva con elegancia y gracia. Me gusta bailar, siento que es de las formas más hermosas en las que el humano puede expresarse, además de que te llena de cierta vitalidad y energía, puedes sentir la euforia corriendo por tus venas, te hace liberar tantas endorfinas que aunque este cayéndose el mundo a pedazos puedes sonreír y ser feliz, como yo en este momento.Con forme pasa el tiempo y la música continúa me siento cada vez más en confianza con Nikolai, no puedo evitar reírme y verme más relajada entre sus brazos, él también se ha quitado esa máscara de seriedad y rectitud, se ve más suelto y pareciera que bailar juntos está haciendo que conectemos de una forma m&aacu
Él se aleja solo un poco, se sienta en la cama y me ve fijamente, recorre mi cuerpo por completo y siento mi cara ardiendo de la pena, me siento con ganas de cubrir mi cuerpo con mis manos y salir de ahí, pero intento controlar mis impulsos y mantenerme tranquila. —Eres hermosa— cuando dice eso me toma por sorpresa, extiende su mano hacía mí —¿Estás segura de querer esto?— su pregunta toca mi corazón, le doy puntos por preocuparse por lo que yo quiero en verdad y lo que yo quiero es entregarme a él, sé que no lo conozco lo suficiente, que tal vez esto puede ser visto como trabajo, pero en verdad este hombre mueve algo muy dentro de mí. Respiro profundamente y le sonrío con más tranquilidad, tomo su mano y me acerco a él lentamente, cuando me tiene cerca posa ambas manos en mi cintura y su tacto me vuelve a activar, como si sus yemas fueran de fuego al tocar mi piel. Besa mi vientre lentamente y se me empieza a olvidar como se respir