Siento sus manos sobre mi cuerpo y mi piel empieza a calentarse, como si fuera receptiva a él y a su tacto, giramos por toda la pista, es un gran bailarín y me lleva con elegancia y gracia. Me gusta bailar, siento que es de las formas más hermosas en las que el humano puede expresarse, además de que te llena de cierta vitalidad y energía, puedes sentir la euforia corriendo por tus venas, te hace liberar tantas endorfinas que aunque este cayéndose el mundo a pedazos puedes sonreír y ser feliz, como yo en este momento.
Con forme pasa el tiempo y la música continúa me siento cada vez más en confianza con Nikolai, no puedo evitar reírme y verme más relajada entre sus brazos, él también se ha quitado esa máscara de seriedad y rectitud, se ve más suelto y pareciera que bailar juntos está haciendo que conectemos de una forma m&aacu
Él se aleja solo un poco, se sienta en la cama y me ve fijamente, recorre mi cuerpo por completo y siento mi cara ardiendo de la pena, me siento con ganas de cubrir mi cuerpo con mis manos y salir de ahí, pero intento controlar mis impulsos y mantenerme tranquila. —Eres hermosa— cuando dice eso me toma por sorpresa, extiende su mano hacía mí —¿Estás segura de querer esto?— su pregunta toca mi corazón, le doy puntos por preocuparse por lo que yo quiero en verdad y lo que yo quiero es entregarme a él, sé que no lo conozco lo suficiente, que tal vez esto puede ser visto como trabajo, pero en verdad este hombre mueve algo muy dentro de mí. Respiro profundamente y le sonrío con más tranquilidad, tomo su mano y me acerco a él lentamente, cuando me tiene cerca posa ambas manos en mi cintura y su tacto me vuelve a activar, como si sus yemas fueran de fuego al tocar mi piel. Besa mi vientre lentamente y se me empieza a olvidar como se respir
Salir del baño y empezar a vestirnos sabiendo lo que pasó anoche y hace rato me hace sonreír cada vez que lo veo, simplemente me siento emocionada y me siento eufórica, como si nada me pudiera detener. Él me dedica sonrisas pícaras, miradas salvajes y por momentos siento que me ve como si aún estuviera desnuda. Salimos de la habitación dispuestos a ir a desayunar con Óscar y Cat, me ofrece su brazo y me tomo de el con gusto.—Entonces… ¿tenemos un trato?— no puedo evitar sonreír de forma descarada, de nuevo esas imágenes de anoche y en la regadera regresan a mi cabeza, si eso no confirma el trato entonces no sé qué lo hará.—Así es señor Nikolai— lo veo de reojo y noto como me voltea a ver con una sonrisa de oreja a oreja.—Muy bien señorita Samantha, me siento
—¿Todo bien?— camino hacia el tranquilamente y me siento en la silla delante de Edward.—¿Cómo te va en la escuela?— Con su pregunta no puedo evitar suspirar profundamente, es mi hermano y lo amo, pero no sé si sea buena idea platicarle que perderé la beca así que prefiero omitir ese detalle.—Pues supongo que bien, cansado, es… demandante, pero aún sigo en el juego.—Me alegra, de los dos creo que tú fuiste la que supo escoger su camino después de que papá y mamá nos rescataran— saca su cajetilla de cigarrillos y la golpea en la mesa suavemente asentando el tabaco en ellos.—No como tú— me cruzo de brazos y él simplemente levanta la mirada de la mesa para verme fijamente, es este el momento en el que puedo ver sus ojos cansados, sus ojeras marcadas al igual que sus pómulos, en cada visita lo veo m&
—Vaya, vaya… Samantha ¿cómo estás? Supongo que feliz— escucho a Casidy detrás de mí y mi primera reacción es poner los ojos en blanco antes de voltear.—Estaba feliz hasta que escuché tu odiosa voz— le sonrío de forma forzada.—Parece que no estás enterada de lo ocurrido— se cubre la boca de forma dramática mientras yo la veo con desagrado.—Tampoco yo, ¿Qué pasa?— Cat por fin llega y se coloca a mi lado frente a Casidy.—El doctor Ildefonso ha desaparecido— dice Casidy de sopetón y me quedo sorprendida, pero guardo silencio para que prosiga. —Al parecer durante el fin de semana desapareció sin dejar rastro alguno, la policía ya revisó su casa y no hay nada.Llega la maestra al salón poniendo orden y Casidy decide irse a su lugar mientras que yo me quedo
—Wow… está delicioso, ¿tú lo cocinaste?— de inmediato sonríe orgulloso.—Así es, yo lo hice mientras estabas en la escuela— parece desconcertado por lo que dice y no puede evitar volver a sonreír. —Es tan raro, creo que nunca había tenido una pareja tan joven— su comentario me deja algo confundida, sinceramente no sé cómo tomarlo, si algo bueno o malo.—¿Las demás han sido de tu edad?— le pregunto intentando tener algo de tacto, pero la verdad es que me muero de la curiosidad.—No, siempre han sido más jóvenes que yo, pero… tú has sido la más joven— me responde tranquilamente, como si se tratara de cualquier pregunta.—Vaya— no sé qué más decir así que me vuelvo a concentrar en comer.—¿Ya has pensado que le dirás
—Lindo auto ¿con quién venías?— pregunta mi hermano en cuanto entro a la casa, él se mantiene en la ventana viendo cómo se va el carro.—De mi jefe, me vino a dejar— paso derecho sin hacer contacto visual con él. Mi padre que está en la mesa leyendo un libro lo baja por completo y me ve por encima de las gafas.—¿Tú jefe? ¿Desde cuando trabajas?— pregunta mi padre con un tono de voz algo molesto y mi mamá al escucharlo se asoma desde la sala y camina hacia nosotros, siento que me están acorralando.—Desde hoy, he estado buscando empleo.—¿Por qué? No es que te falte dinero— dice mi madre cruzándose de brazos y recargándose en la pared.—No me falta dinero, pero quiero empezar a ganar mi propio efectivo y hacerme de mis cosas— me justifico y los nervios empiezan a apod
—¿Me llamas a mi escoria?— escucho la voz del doctor, apenas es audible, volteo lentamente hacia él y noto esa pizca de valentía que sobre sale justo antes de morir, ya cuando saben que su destino está sellado —¡¿Yo soy la escoria?! Yo solo soy un amateur comparado contigo, ¿Qué clase de demente psicópata eres tú? Que tienes hombres y armas a tu disposición y aun así buscas a una niña para tus perversiones— su comentario solo provoca que una enorme sonrisa se plasme en mi rostro.—¿Quién soy yo? ¿Quieres saber quién soy yo?— volteo hacia Óscar que parece enternecido por los cinco minutos de valentía el doctor. —Soy el demonio ruso— cuando me presento ante el doctor este abre el único ojo que le queda lo suficiente para pensar que se le va a desorbitar, veo como su rostro se vuelve una m&aacut
—¿Cómo te fue en la escuela?— me pregunta tranquilamente Nikolai mientras conduce.—Bien… creo— recuerdo la noticia en el teléfono de Cat y se me revuelve el estómago. —El doctor Ildefonso fue encontrado muerto en un callejón frío y oscuro con un letrero que decía “violador”— volteo hacia Nikolai y para mi sorpresa no veo ninguna indicio de sorpresa y asombro, simplemente sigue conduciendo tranquilamente sin prestarme atención.—Y… ¿qué piensas de eso?— dice sin siquiera voltearme a ver y no puedo evitar sorprenderme por la forma tan fría de reaccionar.—¿Qué pienso de eso? Es horrible… no sé… no… no creo que se lo mereciera— me siento más sorprendida por su forma de reaccionar que en sí de la noticia.—Después de lo que te hiz