Tenía amigos que se preocupaban por ella le estimaban demasiado, pero por algún motivo ella no lograba verlo por lo que cerraba los ojos fingiendo estar alegre aunque en el fondo ella se sentía desolada si sentía esa desolación esa necesidad llamada amor de sentir que de verdad alguien la puede amar era poco su amor propio que no se daba cuenta de que era la más bella que sus ojos podían ver o mejor dicho el espejo que muchas veces él ha renegado mirarse era tanta tristeza que tenía que pensar que no valía la pena como persona muchas veces ella pensaba morirse, pero veía a su hermano ese pequeño que necesitaba de ella y era su más grande tesoro que le permitía luchar en esta vida que solía ser cruel y áspera.
Daina tenía a ese ser de luz que le permitía tener algo de fortaleza, trataba de ser buena niña, pero se sentía asfixiada, su papá siempre la tenía atenida, a lo que él decía no era válida su opinión cada vez que trataba de convivir con la gente ella se volvía tan hermética que prefería encerrarse en su mundo.
Llego el día del cumpleaños de su papá y de su hermano Daina estaba feliz de alguna manera más porque su hermana vendría de vacaciones por una semana que transcurría de lo más normal, una tarde su padre aprovecho su comida para hacer el anuncio que él había esperado el compromiso de Leonardo y Daina haciendo que Roció mirara con enojo a su hermana, pues no entendía el porqué lo perdono si la engañaba.
― ¿Daina podemos hablar? ― hablo Roció un tanto molesta, ella no ocultaba su enojo menos con su cuñado.
― Sí, hermana ― dijo Daina yendo con ella al baño, ya que era el único lugar donde podían hablar.
― ¿Se puede saber por qué aceptaste a Leonardo? Es obvio que el que engaña que lo hace por quedarse con la herencia que dejara papa ― dijo Roció molesta. ― Él está con otra mujer y tú ahí de tonta esperando un poco de migajas ― le dijo Roció molesta.
― Yo lo quiero además qué hombre es fiel ― hablo Daina con un poco de amargura.
Por lo que Roció se quedó callada hablar a su hermana con tanta amargura, no le era posible volviendo a la mesa, Leonardo se mostraba cariñoso con Daina haciendo que su papá pensara que no pudo encontrar mejor partido que el quién era su yerno preferido más tarde mientras que ellos se apartaban Leo le dio un tierno beso en la frente para después irse.
― Saldré del país unos días, nos vemos después ― le dijo Leo dándole un beso en la mano, ella no dijo nada, pues ya estaba acostumbrada a verlo cada mes si bien le iba.
― Si está bien como quieras ― hablo, Daina sonriendo, había optado por fingir que nada le importaba total, qué más le daba si para Leonardo no era tan importante como ella creía.
Por otro lado, Fernando tuvo otra discusión con su esposa Alexa tan fuerte que decidió irse de la casa para ir a casa de su mamá quien lo recibió con los brazos abiertos él tenía 3 hijos 2 de ellos mayores de edad y el último Alejandro su pequeño cachorro como él decía de cariño era un buen padre le daba lo mejor a su hijo, pero su vicio no lo dejaba en paz también tenía una tristeza inmensa que nadie más sabia muchas veces él no quería vivir eran tantos los problemas que él tenía con su trabajo su esposa que pensaba que su vida no tenía sentido alguno optando por perderse y ahogarse en el alcohol hasta no poder sostenerse de pie.
― Hijo tomando de esa manera no vas a solucionar nada ― le dijo su mamá tratando de quitarle la botella, pero él no se dejaba.
― Déjame mama ahorita, estoy muy estresado ― hablo Fernando fumando un cigarrillo. ― ¿Sabes? Mi esposa y yo no nos entendemos cada vez más, hay más y más discusiones ― le dijo Fernando dando un sorbo a su botella. ― Estoy perdiendo todo mama ― dijo él tratando de mantenerse fuerte, aunque muchas veces él ya no podía.
― No te das cuenta de que esto tú lo buscaste, ella se cansó ― hablo su mamá tratando de orientarlo, pero él negaba con la cabeza, él insistía que no tenía la culpa. ― Estás perdiendo a tu familia, a todos los que te rodea ― le dijo su mamá tratando de hacer entrar en razón a su hijo, quien estaba dando sorbos a su botella.
«Ojalá que mi padre estuviese conmigo» pensaba Fernando mientras solo veía la botella de licor, en esos momentos le hacía falta su padre tanto que inconscientemente empezó a llorar sintiéndose desolado y completamente solo.
Mientras que Roció no estaba de acuerdo con el compromiso de su hermana con Daina sentía que sería muy infeliz, sin embargo, no le diría nada, apoyaría a su hermana, aunque se enojara con ella.
La noche había llegado, ambas estaban cantando y tomando una bebida que su hermana preparo sin percatarse de que una tragedia se estaba avecinando, de pronto las luces se apagaron la música y por si fuese poco el viento empezó a sonar como una especie de lamento era tan fuerte que azotaba cualquier cosa incluso levantaba carros llovía tan intensamente que no se daba cuenta de que era un huracán.
― Es mejor que prevengas a papa sobre esto se está poniendo demasiado fuerte ― hablo Roció dejando las copas escondidas.
Por lo que Daina fue corriendo a la recámara de su padre para prevenirlo de aquella tragedia que se estaba avecinando, pues aquello era tan grande y tan impactante que temía por primera vez por su vida.
― Papa despierta algo muy fuerte, está pasando ― respondió Daina haciendo que su papá se sobresaltara.
― ¿Qué paso? ― pregunto su padre un tanto desconcertado.
― Algo raro está pasando allá afuera papa ― dijo Roció haciendo que él se sorprendiera por lo que iba a ir a asomarse, pero el ruido lo había espantado, era tanta la fuerza, tanta la brutalidad que no se esperaron eso.
Las horas fueron cruciales, Daina por poco fue succionada por el aire tan fuerte que había Roció trataba de calmar a su hermana, pero la verdad sentía miedo de que algo malo pasara.
Al día siguiente el padre de Daina trato de llamar a Leonardo, pero no había señal de nada, por primera vez en más de 30 años estaban incomunicados haciendo que todos empezaran a preocuparse, ella al ver la destrucción que sufrió su estado, sintió desolación y tristeza al ver su pequeño negocio tirado, pero sobre todo preocupación al ver que su prometido no aparecía haciendo que su hermana la tratara de calmar.
― Verás que todo estará bien ― respondió Roció intentando calmar a su hermana que estaba nerviosa por la desaparición de Leonardo.
― Algo me dice que nada está bien Roció, él se fue justo cuando paso toda esta tragedia ― hablo Daina angustiada.
Efectivamente, nada estaba bien, Leonardo estaba herido de gravedad y no había manera de localizar a sus familiares ni siquiera a su prometida que estaba con el alma en un hilo.
Efectivamente, nada estaba bien, Leonardo estaba herido de gravedad y no había manera de localizar a sus familiares ni siquiera a su prometida que estaba con el alma en un hilo. Pasaron los días para Daina eran los más largos de su vida, al no saber nada de Leonardo después de mucho buscarlo dieron con él en un hospital, estaba vivo de milagro, corrió a verlo y lo ve postrado en una cama sin moverse por lo que ella lo acaricia de la frente y le da un beso a pesar de todo ella lo quería. ― Hola mi amor, gracias por venir ― dijo Leonardo abriendo los ojos, ella no hablaba y el buen tomo su mano y la beso. ― Te amo ― le dijo Leo haciendo que ella tratara de sonreír. ― No te esfuerces, el médico ha dicho que vives de milagro ― le dijo Daina preocupada. ― No saber de ti me causo mucha preocupación ― le respondió ella acariciando la frente de Leonardo por lo que él sonrió con ternura, pues él amaba esas atenciones de ella, comprendía que era un imbécil por engañarla por dejarla de ver c
Toda la familia de Roció tenían el alma en un hilo por el desastre natural, que hubo no había manera de comunicarse de decir, estoy bien, pues por primera vez en muchos años aquel estado estaba sin luz y la bahía estaba desolada, tanto que había perdido su encanto solo unos cuantos hospitales había algo de luz por los heridos y muertos que llegaban a causa de ese desastre natural. Por una vez en la vida, Daina se sintió amada por Leonardo que a pesar de que vivían esa monotonía constante, pues él había escrito una carta para decirle que de verdad le importaba, aunque no lo pareciese. Pasaron los días, Leonardo había salido de peligro, pues de milagro se había salvado al despertar, vio a Daina que estaba leyendo un libro, la miro tan tierna que pensaba que no le había tocado una mejor mujer, no la quiso interrumpir solo se quedó mirándola o mejor dicho admirándola, pues ella era muy bella tenía su cabello negro azabache corto como a Daina le gustaba ella notó que él, la estaba mirand
― lo siento, pero ya no hay solución es lo mejor para los dos por favor vete Fernando ― dijo Alexa tratando de sostenerse fuerte, pero por dentro sentía que se moría por lo que Fernando agarro su maleta y decide irse haciendo que ella cayera de rodillas llorando desconsolada al ver que su matrimonio se estaba derrumbando... Alexa sentía que la vida se le iba sentía que estaba perdiendo todo su matrimonio que solo duro por 14 años esos años donde ella lo amaba cada día más. Sin embargo, Daina no sabía qué decisión tomar estaba entre la espada y la pared una parte estaba su papá y su hermano, pero por la otra estaba Leo aquel chico que de verdad ella creía amar bueno pensaba que si lo hacía salió de la habitación un tanto desconcertada, pues tenía muchas cosas que pensar quiso salir corriendo cuando su hermana la detiene. ― Daina ¿Qué sucede? Parece que viste un fantasma ― le dijo Roció haciendo que Daina soltara todo el aire que había retenido. ― No sé qué hacer ― hablo Daina un ta
Por lo que su hermana se lleva a Daina al avión para que dejara de pensar en él en ese amor que tanto le estaba haciendo daño sin pensar que tal vez un amor secreto estaba enamorado de ella. Daina se subió al avión recordando lo bonito que le había pasado estando en la playa, pero ella sentía un gran vacío y ese tenía nombre y apellido Leonardo Rosas Ordóñez Roció la miraba se sentía triste por verla de esa manera la ayudaría a despertar a conocer ese nuevo mundo que le esperaba ella quería estar con su hermana, pero su padre no quería de alguna manera quería mantenerla separadas después de varias horas el avión había llegado a su destino. ― Bienvenida a la ciudad ― le dijo Roció a su hermana, quien estaba perdida en sus pensamientos, ella solo asintió. ― Verás que saldrás adelante, te ayudaré ― le dijo su hermana abrazándola. Por lo que ella sin decir nada abraza a su hermana, para ella era la más hermosa compañía que podía tener alguien que la entendiera que la comprendiera. Su p
― Por favor te pido que no me digas nada ― hablo Fernando fumando un cigarrillo, no quería escuchar a nadie mejor dicho, no estaba en condiciones de escuchar a nadie, vamos ni siquiera a su propia madre, quien lo veía con preocupación. Si su madre lo veía con preocupación sentía que la vida de su hijo se le iba de las manos trataba de ayudarlo, pero él no se dejaba, pues en el fondo ya estaba harto de problemas de todos hasta consigo mismo se estaba convirtiendo en un hombre que pierden sus ilusiones se estaba convirtiendo en alguien que de verdad no era. Mientras que Daina se quedaba pensando en su hermana en todo lo que le dijeron si de verdad tenía razón tal vez si la tenía su hermana, pero tenía miedo un miedo horrible a no hacer lo que su padre disponía, ya que él siempre decía por qué no eres como yo porque no sabes hacer cosas como yo, pero jamás se preguntaba que tal vez su hija tenía otro don el cual no se quería dar cuenta siempre la minimizaba diciendo que no era intelige
Su hermana veía a alguien a quien proteger, a quien cuidar, a quien amar, así era Roció, pensaban que era sobre protectora, pero en realidad ella solo quería que ella estuviese lo mejor posible sin que se burlaran de ella sin que la cacharan de tonta. Pasaron los días Daina se sentía tranquila se sentía en paz no se sentía nerviosa era la primera vez que estaba bien que de verdad se sentía en paz hasta que llego el día que conoció a Fernando aquel que le robaría el corazón en un solo instante le había robado literalmente hasta su alma. ― Ella es la hermana de tu prima Roció ― respondió su mamá haciendo que Daina tratara de sonreír, aunque fuese un poco. ― Hola ― dijo Fernando saludándola con un pequeño beso en la mejilla por lo que ella se sonroja un poco. ― Mucho gusto en conocerte ― hablo Fernando tratando de sonreír. Ella no habló, solo le sonrió por vez primera, ella se sintió un tanto tímida en toda la comida, ella no habló, aunque él trataba de hacerle plática, Daina no pudo
Por lo que Fernando le sonrió pasando con su hijo quien era un chico tímido que también tenía la mirada triste ella suponía que era por la separación ella conocía muy bien eso lo había vivido en carne propia solo que ella y su madre no se hablaban era como si fuesen un par de desconocidas y en Mónica mama de Rocío la veía como una figura materna alguien que le contaba sus penas... Subieron a la recámara de ellas, dos Fernando saludo a su primo quien estaba algo pasado de copas, en efecto él se mantenía tomando solo para olvidar esa tristeza de perder a su familia, de perder a la mujer que él más amaba. ― Hola, prima por qué no me invitas de lo que tomas ― dijo Fernando sonriendo. ― No empieces papa, ya tomaste suficiente ― dijo su hijo un tanto enojado, le molestaba sobre manera que tomara, que se emborrachara. En un principio era risas, pasaban un momento agradable, Daina se arreglaba, pero Fernando no perdía la oportunidad de halagarla haciendo que ella se sonrojara o tratara de
― Estúpido orgullo ― murmuro Leonardo viendo que Daina le había llamado pues ahora eran dos corazones que estaban sufriendo la ausencia del uno y del otro. Por su puesto Fernando no le creyó que ella estaba bien presentía que algo le pasaba a Daina por su mirada incesante al celular como si estuviese esperando algún tipo de mensaje que por su puesto jamás llego exactamente aquel mensaje de Leonardo jamás llego pues él estaba destrozado dolido sintiendo que la vida se le iba en un instante. Pero Fernando no se sentía tan ajeno aun sufría en silencio la ausencia de su esposa estar lejos de ella le mataba tanto que muchas veces lloraba amargamente claro estando a solas pues él no quería que lo viesen derrotado había caído en una depresión terrible el cual muchas veces no tenía salida al día siguiente fue a buscarla pero ella no le recibió simplemente lo dejo afuera haciendo que él se sintiese humillado desolado se fue a la casa de su tía donde tal vez se iba a sentir comprendido pasand