― Eso debería preguntarte yo a ti, ¿quién te crees tú para acercarte a Daina? ― preguntó Fernando con los brazos cruzados. ― Se supone que tú estás en otro lugar, ella no te pertenece ― respondió Fernando con los puños cerrados, por lo que Daina sale para ver qué estaba sucediendo. ―Mira, no te conozco, solo le estoy cantando una serenata a Daina ― habló Leonardo acercándose a él peligrosamente, pues no se dejaría intimidar por nadie. Pero Fernando se sentía amenazado, pues él no permitiría que nadie le quitara a Daina que nadie la alejara de su camino de su vida y haría lo que sea porque no se la llevaran. Él estaba por responder cuando aparecía Daina atrás de Fernando. ―¿Qué está sucediendo aquí? ― ―preguntó Daina un tanto incómoda y sorprendida al ver a Leonardo parado frente a ella acompañado de unos músicos. ― Nada Daina yo arreglo este escándalo ― espeto Fernando molesto quería que Daina se metiera a la casa. ― Daina quédate, vengo por ti. Daina vámonos, mi amor — habló Le
― Perdóname que te lo diga, pero a Daina ya la has perdido le hiciste mucho daño la engañaste la utilizaste, pero ella no se merece esto y lo mejor será que la dejes tranquila ― hablo Roció alejando a Leonardo para que jamás buscara a Daina quien estaba encerrada en su habitación a pesar de no querer ver a nadie Fernando entro a su cuarto, pues él quería hablar con ella y pedirle disculpas Una vez que entró a la habitación, ahí estaba Daina con la mirada baja, por lo que se acercó poniéndose de rodillas, solo quería disculparse, puesto que la toma de las manos haciendo que ella lo mirara con confusión y molestia. ―¿Por qué te peleaste con Leonardo? ―le preguntó Daina con los brazos cruzados, aún no entendía el porqué se había agarrado a golpes. Puesto que Fernando suspira pesadamente tratando de encontrar las palabras correctas, de decir que tal vez era un tonto, sin embargo, tenía que decirle la verdad. ― Creo que es fácil de deducirlo ― dijo Fernando suspirando pesadamente. ―
― Roció, no decidas por mí, yo sé lo que siento por él, estoy dispuesta a arriesgarme por él ― respondió Daina insistiendo en luchar por ese amor que tal vez la deje en la ruina... Si tal vez este amor que estaba sintiendo por Fernando la dejaría en la ruina, pero Daina estaba dispuesta a luchar por él a pesar de que todos estuviesen en su contra su hermana trataba de convencerla de decirle que aquello no era lo correcto, sin embargo, ella no escucharía los consejos de nadie, por el contrario, seguiría adelante en esa relación, puesto que Roció respira un poco no quería pelear con su pequeña hermana. ― Está bien Daina no voy a decidir por ti yo sé que eres lo bastante grande para tomar tus propias decisiones solo te pido que por favor tengas cuidado no quiero que te hagan daño ― le dijo su hermana tomándola de la mano si algo le mataría a ella este le viera la cara de tonta a su hermana solo quería que fuese feliz con alguien que de verdad la mereciera. Para Daina esas palabras sig
― ¿Hablando? ¿A esta hora de la noche? ¿En el patio? ―preguntaba su padre, mirando con mucha desconfianza a ambos, especialmente a Fernando. ―No me gusta esto, Daina no me gusta nada —hablaba su padre furioso. Ellos trataban de ocultar algo que no era creíble, pues claramente ellos tenían sus caras rojas. Su nerviosismo era algo que los delataba a ambos, al menos para su padre, quien miraba con desdén a Fernando, pues sabía que entre ellos dos había algo más que una simple amistad. ―¿Se pueden saber qué estaban haciendo?—preguntó su padre aún más con desconfianza. Daina trata de encontrar las palabras para explicarle a su padre; sin embargo, Fernando trata de intervenir, pero era inútil, ya que su padre estaba sumamente molesto. ―No quiero saberlo, no te quiero cerca de mi hija, Fernando, tienes mala reputación y no quiero que la influencies ― respondió su padre molesto, haciendo que Fernando se pusiera de pie. En efecto, él estaba enfadado, trataba de mantener la calma, bueno, al me
― Fernando ― hablaba Daina frente a su lugar de descanso, su voz se escuchaba entrecortada, era tanta su tristeza que no aceptaba que él había partido.Simplemente, su corazón no podía permitir tanto dolor, pues ella se sentía desolada al ver que no estaría más a su lado como él lo prometió, quiso culparlo, quiso odiarlo porque él no quiso quedarse lamentablemente, él se llevó una parte de ella dejándola destrozada...Corría el año de 2020 la época de la rebeldía era algo muy en común donde ya no existían los valores era muy común, sin embargo, Daina era una chica que le gustaba divertirse, pero su padre no la dejaba hacer lo que todas las chicas de su edad salían, pues su padre la tenía bajo el dominio que debía estar en su casa y con su hermano tenía a su novio un chico el cual su padre conocía perfectamente y el cual decía que era un hombre perfecto para ella por todo eso ella se hizo tímida insegura y hasta muchas veces inmadura nunca tuvo una figura materna alguien con quien plat
«Arréglate esta tarde iremos a cenar» decía Leonardo en un mensaje, ella estaba a punto de arreglarse cuando de pronto recibió otro mensaje, era de su hermana diciéndole que vio a su novio con otra pareja, con otra mujer, ella al ver las fotos sentía que su mundo se caía y se derrumbaba esa tarde quiso llorar quiso gritar, pero tenía que guardarlo, ya que su padre diría «Te dije que solo que utilizan» puesto que decidió guardar todo lo que tenía todo lo que sentía como una especie de mochila...Pensaba que aquello era lo mejor, guardarse todo lo que realmente sentía, dejando que él hiciera lo que quisiera, ya que siempre tenía un lema total, todos los hombres engañan y eso solo un rato, aunque en el fondo ella quería casarse y que un hombre la entendiese y la amara.Más tarde ella se arregla y se maquilla como si nada hubiese pasado para salir con Leonardo quien la esperaba en su carro, Daina lo ve, se preguntaba si realmente era el hombre que le convenía las fotos por dentro, la habí
Tenía amigos que se preocupaban por ella le estimaban demasiado, pero por algún motivo ella no lograba verlo por lo que cerraba los ojos fingiendo estar alegre aunque en el fondo ella se sentía desolada si sentía esa desolación esa necesidad llamada amor de sentir que de verdad alguien la puede amar era poco su amor propio que no se daba cuenta de que era la más bella que sus ojos podían ver o mejor dicho el espejo que muchas veces él ha renegado mirarse era tanta tristeza que tenía que pensar que no valía la pena como persona muchas veces ella pensaba morirse, pero veía a su hermano ese pequeño que necesitaba de ella y era su más grande tesoro que le permitía luchar en esta vida que solía ser cruel y áspera. Daina tenía a ese ser de luz que le permitía tener algo de fortaleza, trataba de ser buena niña, pero se sentía asfixiada, su papá siempre la tenía atenida, a lo que él decía no era válida su opinión cada vez que trataba de convivir con la gente ella se volvía tan hermética que
Efectivamente, nada estaba bien, Leonardo estaba herido de gravedad y no había manera de localizar a sus familiares ni siquiera a su prometida que estaba con el alma en un hilo. Pasaron los días para Daina eran los más largos de su vida, al no saber nada de Leonardo después de mucho buscarlo dieron con él en un hospital, estaba vivo de milagro, corrió a verlo y lo ve postrado en una cama sin moverse por lo que ella lo acaricia de la frente y le da un beso a pesar de todo ella lo quería. ― Hola mi amor, gracias por venir ― dijo Leonardo abriendo los ojos, ella no hablaba y el buen tomo su mano y la beso. ― Te amo ― le dijo Leo haciendo que ella tratara de sonreír. ― No te esfuerces, el médico ha dicho que vives de milagro ― le dijo Daina preocupada. ― No saber de ti me causo mucha preocupación ― le respondió ella acariciando la frente de Leonardo por lo que él sonrió con ternura, pues él amaba esas atenciones de ella, comprendía que era un imbécil por engañarla por dejarla de ver c