―Mi pequeña, no tienes por qué llorar, yo siempre te voy a respetar, te protegeré si es necesario ― le dijo Fernando, haciendo que ella empezara a llorar de la nada, pues le daba sentimiento que alguien la tratara como el que la amara por lo que es y no por lo que tiene. ― Perdón por llorar, este tengo miedo de que ― decía ella con los ojos llorosos. ―No, mi niña, nada malo pasará entre nosotros, te prometo que estaré a tu lado luchando por nuestro amor ― respondió Fernando abrazando a Daina, pues él no soportaba que ella sufriera. Daina lo beso Fernando sentía que sus besos eran tierno que ella sabía besar con cariño con amor ― Ven es hora de irnos mi muñequita ― decía Fernando besando sus labios haciendo que ella sintiera ternura, pues él no la estaba obligando a acostarse con él jamás había sentido esa ternura, ya que cuando era su primera vez no era tan romántica como esta vez que Fernando quería hacer de ese momento algo especial algo dulce como lo era ella. Llegaron a casa, p
― Eso debería preguntarte yo a ti, ¿quién te crees tú para acercarte a Daina? ― preguntó Fernando con los brazos cruzados. ― Se supone que tú estás en otro lugar, ella no te pertenece ― respondió Fernando con los puños cerrados, por lo que Daina sale para ver qué estaba sucediendo. ―Mira, no te conozco, solo le estoy cantando una serenata a Daina ― habló Leonardo acercándose a él peligrosamente, pues no se dejaría intimidar por nadie. Pero Fernando se sentía amenazado, pues él no permitiría que nadie le quitara a Daina que nadie la alejara de su camino de su vida y haría lo que sea porque no se la llevaran. Él estaba por responder cuando aparecía Daina atrás de Fernando. ―¿Qué está sucediendo aquí? ― ―preguntó Daina un tanto incómoda y sorprendida al ver a Leonardo parado frente a ella acompañado de unos músicos. ― Nada Daina yo arreglo este escándalo ― espeto Fernando molesto quería que Daina se metiera a la casa. ― Daina quédate, vengo por ti. Daina vámonos, mi amor — habló Le
― Perdóname que te lo diga, pero a Daina ya la has perdido le hiciste mucho daño la engañaste la utilizaste, pero ella no se merece esto y lo mejor será que la dejes tranquila ― hablo Roció alejando a Leonardo para que jamás buscara a Daina quien estaba encerrada en su habitación a pesar de no querer ver a nadie Fernando entro a su cuarto, pues él quería hablar con ella y pedirle disculpas Una vez que entró a la habitación, ahí estaba Daina con la mirada baja, por lo que se acercó poniéndose de rodillas, solo quería disculparse, puesto que la toma de las manos haciendo que ella lo mirara con confusión y molestia. ―¿Por qué te peleaste con Leonardo? ―le preguntó Daina con los brazos cruzados, aún no entendía el porqué se había agarrado a golpes. Puesto que Fernando suspira pesadamente tratando de encontrar las palabras correctas, de decir que tal vez era un tonto, sin embargo, tenía que decirle la verdad. ― Creo que es fácil de deducirlo ― dijo Fernando suspirando pesadamente. ―
― Roció, no decidas por mí, yo sé lo que siento por él, estoy dispuesta a arriesgarme por él ― respondió Daina insistiendo en luchar por ese amor que tal vez la deje en la ruina... Si tal vez este amor que estaba sintiendo por Fernando la dejaría en la ruina, pero Daina estaba dispuesta a luchar por él a pesar de que todos estuviesen en su contra su hermana trataba de convencerla de decirle que aquello no era lo correcto, sin embargo, ella no escucharía los consejos de nadie, por el contrario, seguiría adelante en esa relación, puesto que Roció respira un poco no quería pelear con su pequeña hermana. ― Está bien Daina no voy a decidir por ti yo sé que eres lo bastante grande para tomar tus propias decisiones solo te pido que por favor tengas cuidado no quiero que te hagan daño ― le dijo su hermana tomándola de la mano si algo le mataría a ella este le viera la cara de tonta a su hermana solo quería que fuese feliz con alguien que de verdad la mereciera. Para Daina esas palabras sig
― ¿Hablando? ¿A esta hora de la noche? ¿En el patio? ―preguntaba su padre, mirando con mucha desconfianza a ambos, especialmente a Fernando. ―No me gusta esto, Daina no me gusta nada —hablaba su padre furioso. Ellos trataban de ocultar algo que no era creíble, pues claramente ellos tenían sus caras rojas. Su nerviosismo era algo que los delataba a ambos, al menos para su padre, quien miraba con desdén a Fernando, pues sabía que entre ellos dos había algo más que una simple amistad. ―¿Se pueden saber qué estaban haciendo?—preguntó su padre aún más con desconfianza. Daina trata de encontrar las palabras para explicarle a su padre; sin embargo, Fernando trata de intervenir, pero era inútil, ya que su padre estaba sumamente molesto. ―No quiero saberlo, no te quiero cerca de mi hija, Fernando, tienes mala reputación y no quiero que la influencies ― respondió su padre molesto, haciendo que Fernando se pusiera de pie. En efecto, él estaba enfadado, trataba de mantener la calma, bueno, al me
La noche se hacía más larga más monótona su padre se daba cuenta de cómo se sentía su pequeña ella estaba enamorada lo podía ver en sus ojos y su manera de comportarse mientras que Daina miraba el techo como si quisiese encontrar una respuesta, pero no la encontraba ella no quería irse, pero no había otra salida ella tenía que irse. A la mañana siguiente, Fernando decide ir a la casa a ver a Daina aunque sea por última vez, y por qué no acompañarla a la terminal. Caminaba lentamente, como si no quisiera llegar, pero ya estaba frente a la puerta, decidiendo tocar abriendo el hermano de Daina. ―¿Qué haces aquí? ―preguntó su padre haciendo que Fernando se pusiera firme. No dejaría que lo intimidara, pues quería luchar por ese amor y ese aprecio que le tenía a Daina. ― Vine a llevarlos a la terminal ― respondió Fernando, mirando fijamente al papa de Daina. Por lo que a él no le quedo de otra aceptar que Fernando los llevara a la terminal Daina se sentía sin ánimo sin ganas de nada lo
― Fernando ― hablaba Daina frente a su lugar de descanso, su voz se escuchaba entrecortada, era tanta su tristeza que no aceptaba que él había partido.Simplemente, su corazón no podía permitir tanto dolor, pues ella se sentía desolada al ver que no estaría más a su lado como él lo prometió, quiso culparlo, quiso odiarlo porque él no quiso quedarse lamentablemente, él se llevó una parte de ella dejándola destrozada...Corría el año de 2020 la época de la rebeldía era algo muy en común donde ya no existían los valores era muy común, sin embargo, Daina era una chica que le gustaba divertirse, pero su padre no la dejaba hacer lo que todas las chicas de su edad salían, pues su padre la tenía bajo el dominio que debía estar en su casa y con su hermano tenía a su novio un chico el cual su padre conocía perfectamente y el cual decía que era un hombre perfecto para ella por todo eso ella se hizo tímida insegura y hasta muchas veces inmadura nunca tuvo una figura materna alguien con quien plat
«Arréglate esta tarde iremos a cenar» decía Leonardo en un mensaje, ella estaba a punto de arreglarse cuando de pronto recibió otro mensaje, era de su hermana diciéndole que vio a su novio con otra pareja, con otra mujer, ella al ver las fotos sentía que su mundo se caía y se derrumbaba esa tarde quiso llorar quiso gritar, pero tenía que guardarlo, ya que su padre diría «Te dije que solo que utilizan» puesto que decidió guardar todo lo que tenía todo lo que sentía como una especie de mochila...Pensaba que aquello era lo mejor, guardarse todo lo que realmente sentía, dejando que él hiciera lo que quisiera, ya que siempre tenía un lema total, todos los hombres engañan y eso solo un rato, aunque en el fondo ella quería casarse y que un hombre la entendiese y la amara.Más tarde ella se arregla y se maquilla como si nada hubiese pasado para salir con Leonardo quien la esperaba en su carro, Daina lo ve, se preguntaba si realmente era el hombre que le convenía las fotos por dentro, la habí