CAPÍTULO 113: INTENTO DESESPERADOHan Hyun-SooLlevo días encerrado en este lugar, cada segundo se arrastra como una eternidad. El aire es húmedo y denso, impregnado con el hedor de humedad y descomposición. Las paredes de la cabaña son de madera vieja, astilladas y cubiertas de moho, filtrando apenas la luz del sol que lucha por colarse entre las rendijas. Las cuerdas que me atan las muñecas y los tobillos me han dejado la piel en carne viva, cada movimiento una agonía.Pronto me doy cuenta de que no estoy solo. Escucho pasos fuera de la cabaña, risas ásperas y conversaciones en tonos bajos. El desorden de botellas y latas que se caen, el ruido de algo pesado arrastrado por el suelo. Mi corazón late con fuerza, la desesperación y la esperanza luchan por el control de mi mente.—¡Ayuda! —grito con toda la fuerza que me queda—. ¡Por favor, alguien, ayúdeme!Los pasos se acercan y la puerta se abre de golpe. Dos hombres de aspecto amenazador entran. Sus rostros están curtidos y sus ojos
CAPÍTULO 114: EL PLAN DE DANIELDanielLa preocupación en los ojos de mamá no se ha desvanecido desde que papá desapareció. Trato de decirle que todo estará bien, pero sé que no me escucha realmente. Su mente está en otro lugar, buscando respuestas. Pero yo sé que puedo ayudar. Tal vez solo tenga seis años, pero sé cosas que muchos adultos no entienden.Mamá está en la cocina, hablando por teléfono con la policía por enésima vez. He oído sus conversaciones, y no la están tomando en serio. No como deberían. Deciden que no hay mucho que hacer hasta que pasen más horas. Horas que papá no tiene.Cuando termina de hablar, me acerco a ella con timidez.—Mami, ¿la policía no ha podido encontrarlo?—No, todavía no saben nada. Están pensando que esto tiene que ver con el hospital, pero yo sé que no es así. Descartaron a Min-Ji porque dicen que tiene una coartada sólida.—Yo puedo ayudarte —le digo con una gran sonrisa.—Ay Dany, sé que me quieres ayudar, pero ahora mismo no puedes hacer nada.
CAPÍTULO 115: ANGUSTIAHoras antes…Estaba en la casa, desesperada, llamando a todas las personas que se me ocurrían y que podrían saber dónde estaba Hyun-Soo, pero nadie parecía saber nada. Cada llamada era un recordatorio doloroso de lo poco que podía hacer. Después de un rato, la culpa empezó a consumirme. Le había gritado a Daniel. No debí hacerlo. Me sentía mal. Terriblemente mal. Decidí ir a buscarlo al cuarto y pedirle disculpas.Su puerta estaba cerrada. Toqué con cuidado, tal vez se había quedado dormido.—¿Daniel? Hijo, por favor, déjame entrar —dije con suavidad, pero no hubo respuesta del otro lado.—Sé que te grité y no debí reaccionar así, lo siento, es solo que… —exhalé un suspiro—… estoy demasiado angustiada por tu padre. Temo lo peor y no sé si pueda… —mi voz se entrecortó, el nudo en mi garganta presionaba con fuerza y las lágrimas se desbordaron sin que pudiera contenerlas.—¿Daniel?Me empezó a preocupar que no respondiera. No lo dilaté más, abrí la puerta suavemen
CAPÍTULO 116: DARÍA MI VIDA POR TIMi corazón late con un frenesí incontrolable mientras observo a Min-Ji prenderle fuego a la cabaña. Las llamas amarillas y naranjas se elevan rápidamente al mismo tiempo que mi pánico a perder al padre de mi hijo. Miro a Daniel quien también tiene el mismo rostro asustado y lleno de angustia que yo. Abrazo a mi pequeño hijo, siento su corazón latiendo al ritmo del mío, acelerado.—Mamá… —dice con angustia.—Daniel, escucha —le digo, mi voz se escucha quebrada, pero trato de mantenerme firme para él—. Necesito que te quedes aquí. No se te ocurra entrar por ningún motivo, ¿me entiendes?Sus ojos, grandes y llenos de una inteligencia prematura, se clavan en los míos con una intensidad que me hace temblar.—Pero, mamá, puedo ayudar. Sé que puedo —insiste, con un fervor que me rompe el corazón.Me agacho a su altura, sosteniéndolo por los hombros con más fuerza de la que debería.—No, Daniel. No importa lo inteligente que seas, es demasiado peligroso. No
CAPÍTULO 117: YA SE ACABÓLas luces de los vehículos de emergencia empiezan a iluminar el camino hacia nosotros. Policías y bomberos corren hacia la cabaña derrumbada, evaluando la situación. Un paramédico se acerca rápidamente, preguntando si estamos bien, si necesitamos ayuda médica. Nos envuelve en mantas térmicas y nos ayuda a levantarnos. Daniel sigue aferrado a nosotros, sin querer soltarnos, y nosotros tampoco queremos soltarlo.—Vamos a llevarlos al hospital para un chequeo —dice el paramédico, su voz tranquila y profesional.Asiento débilmente, todavía en estado de shock. Siento una mezcla de alivio y agotamiento, pero también una nueva fuerza. Hemos sobrevivido a algo impensable.Nos suben a la ambulancia, las luces parpadean a nuestro alrededor. Me recuesto contra Hyun-Soo, dejando que el ritmo constante de su respiración me calme. Daniel se acurruca entre nosotros, sus pequeños ojos se ven llenos de preocupación y amor.—Lo hiciste muy bien, Daniel —digo, acariciando su me
CAPÍTULO 118: DESPUÉS DE LA TORMENTALos días después de haber salido del hospital son un proceso lento. A los dos nos tocó volver a adaptarnos a las rutinas, regresar a trabajar al hospital y ver todos los días las noticias que hablan sobre la búsqueda de Min-Ji en el río sin ningún éxito. Me pone un poco inquieta pensar en que no aparece, porque me da la sensación de que realmente no murió, pero, poco a poco, comenzamos a ver la luz al final del túnel.Finalmente, recibimos la noticia que tanto habíamos esperado: la junta del hospital ha aprobado la fusión de ambos hospitales, convirtiendo a Hyun-Soo en el director de ambos centros. Es un logro increíble, con esta fusión no solo se convertirá en el hospital más grande de Corea, sino como uno de los mejores del mundo.El día de la presentación oficial y la ceremonia de apertura es un evento grandioso, lleno de emoción y orgullo. El auditorio principal del hospital está decorado con elegancia, con flores frescas y un gran lazo rojo cr
CAPÍTULO 119: PREPARATIVOS DE BODAEl día comienza con una mezcla de emoción y nerviosismo. Hyun-Soo y yo estamos en el aeropuerto esperando la llegada de mi madre. La última vez que la vi fue en circunstancias muy diferentes, y ahora, después de tanto tiempo, finalmente estamos aquí, preparándonos para un nuevo comienzo. La pantalla anuncia que el vuelo de mi madre ha aterrizado, y mi corazón late con fuerza.—¿Estás lista? —pregunta Hyun-Soo, apretando suavemente mi mano.—Sí, pero estoy nerviosa —respondo con una sonrisa tímida.La puerta de llegada se abre y los pasajeros comienzan a salir. Mis ojos recorren la multitud, buscando ese rostro familiar. De repente, la veo. Mi madre, con su cabello negro adornado por varias canas y su andar decidido, me encuentra en la multitud. Nuestras miradas se cruzan y, en un instante, todo el tiempo y la distancia desaparecen. Corro hacia ella y nos abrazamos con fuerza, las lágrimas brotan de nuestros ojos.—Mamá, te he extrañado tanto —susurro
CAPÍTULO 120: EL DÍA DE LA BODAEl día tan esperado por fin ha llegado. Me miro en el espejo y apenas puedo creer lo que veo. El vestido de novia es simplemente perfecto: blanco, con encajes delicados y una cola larga que se extiende como un sueño. Mi cabello está recogido en un elegante moño, adornado con pequeñas flores. Me siento hermosa, llena de alegría y emoción.—Estás radiante, Elena —dice mi madre, acercándose con lágrimas en los ojos.—Gracias, mamá. No puedo creer que este día finalmente haya llegado —respondo, tomando su mano con fuerza.—Estoy tan feliz por ti, querida. Después de todo lo que has pasado, te mereces toda la felicidad del mundo. Me alegra que hayas encontrado estabilidad con Hyun-Soo. Se nota cuánto se aman.—Lo sé, mamá. Estoy segura de que he elegido bien. Hyun-Soo me hace feliz como nunca imaginé que podría ser.De repente, la puerta se abre y Daniel entra corriendo, con su pequeño traje negro y una sonrisa enorme en su rostro.—¡Mamá! ¡Te ves muy hermos