CAPÍTULO 115: ANGUSTIAHoras antes…Estaba en la casa, desesperada, llamando a todas las personas que se me ocurrían y que podrían saber dónde estaba Hyun-Soo, pero nadie parecía saber nada. Cada llamada era un recordatorio doloroso de lo poco que podía hacer. Después de un rato, la culpa empezó a consumirme. Le había gritado a Daniel. No debí hacerlo. Me sentía mal. Terriblemente mal. Decidí ir a buscarlo al cuarto y pedirle disculpas.Su puerta estaba cerrada. Toqué con cuidado, tal vez se había quedado dormido.—¿Daniel? Hijo, por favor, déjame entrar —dije con suavidad, pero no hubo respuesta del otro lado.—Sé que te grité y no debí reaccionar así, lo siento, es solo que… —exhalé un suspiro—… estoy demasiado angustiada por tu padre. Temo lo peor y no sé si pueda… —mi voz se entrecortó, el nudo en mi garganta presionaba con fuerza y las lágrimas se desbordaron sin que pudiera contenerlas.—¿Daniel?Me empezó a preocupar que no respondiera. No lo dilaté más, abrí la puerta suavemen
CAPÍTULO 116: DARÍA MI VIDA POR TIMi corazón late con un frenesí incontrolable mientras observo a Min-Ji prenderle fuego a la cabaña. Las llamas amarillas y naranjas se elevan rápidamente al mismo tiempo que mi pánico a perder al padre de mi hijo. Miro a Daniel quien también tiene el mismo rostro asustado y lleno de angustia que yo. Abrazo a mi pequeño hijo, siento su corazón latiendo al ritmo del mío, acelerado.—Mamá… —dice con angustia.—Daniel, escucha —le digo, mi voz se escucha quebrada, pero trato de mantenerme firme para él—. Necesito que te quedes aquí. No se te ocurra entrar por ningún motivo, ¿me entiendes?Sus ojos, grandes y llenos de una inteligencia prematura, se clavan en los míos con una intensidad que me hace temblar.—Pero, mamá, puedo ayudar. Sé que puedo —insiste, con un fervor que me rompe el corazón.Me agacho a su altura, sosteniéndolo por los hombros con más fuerza de la que debería.—No, Daniel. No importa lo inteligente que seas, es demasiado peligroso. No
CAPÍTULO 117: YA SE ACABÓLas luces de los vehículos de emergencia empiezan a iluminar el camino hacia nosotros. Policías y bomberos corren hacia la cabaña derrumbada, evaluando la situación. Un paramédico se acerca rápidamente, preguntando si estamos bien, si necesitamos ayuda médica. Nos envuelve en mantas térmicas y nos ayuda a levantarnos. Daniel sigue aferrado a nosotros, sin querer soltarnos, y nosotros tampoco queremos soltarlo.—Vamos a llevarlos al hospital para un chequeo —dice el paramédico, su voz tranquila y profesional.Asiento débilmente, todavía en estado de shock. Siento una mezcla de alivio y agotamiento, pero también una nueva fuerza. Hemos sobrevivido a algo impensable.Nos suben a la ambulancia, las luces parpadean a nuestro alrededor. Me recuesto contra Hyun-Soo, dejando que el ritmo constante de su respiración me calme. Daniel se acurruca entre nosotros, sus pequeños ojos se ven llenos de preocupación y amor.—Lo hiciste muy bien, Daniel —digo, acariciando su me
CAPÍTULO 118: DESPUÉS DE LA TORMENTALos días después de haber salido del hospital son un proceso lento. A los dos nos tocó volver a adaptarnos a las rutinas, regresar a trabajar al hospital y ver todos los días las noticias que hablan sobre la búsqueda de Min-Ji en el río sin ningún éxito. Me pone un poco inquieta pensar en que no aparece, porque me da la sensación de que realmente no murió, pero, poco a poco, comenzamos a ver la luz al final del túnel.Finalmente, recibimos la noticia que tanto habíamos esperado: la junta del hospital ha aprobado la fusión de ambos hospitales, convirtiendo a Hyun-Soo en el director de ambos centros. Es un logro increíble, con esta fusión no solo se convertirá en el hospital más grande de Corea, sino como uno de los mejores del mundo.El día de la presentación oficial y la ceremonia de apertura es un evento grandioso, lleno de emoción y orgullo. El auditorio principal del hospital está decorado con elegancia, con flores frescas y un gran lazo rojo cr
CAPÍTULO 119: PREPARATIVOS DE BODAEl día comienza con una mezcla de emoción y nerviosismo. Hyun-Soo y yo estamos en el aeropuerto esperando la llegada de mi madre. La última vez que la vi fue en circunstancias muy diferentes, y ahora, después de tanto tiempo, finalmente estamos aquí, preparándonos para un nuevo comienzo. La pantalla anuncia que el vuelo de mi madre ha aterrizado, y mi corazón late con fuerza.—¿Estás lista? —pregunta Hyun-Soo, apretando suavemente mi mano.—Sí, pero estoy nerviosa —respondo con una sonrisa tímida.La puerta de llegada se abre y los pasajeros comienzan a salir. Mis ojos recorren la multitud, buscando ese rostro familiar. De repente, la veo. Mi madre, con su cabello negro adornado por varias canas y su andar decidido, me encuentra en la multitud. Nuestras miradas se cruzan y, en un instante, todo el tiempo y la distancia desaparecen. Corro hacia ella y nos abrazamos con fuerza, las lágrimas brotan de nuestros ojos.—Mamá, te he extrañado tanto —susurro
CAPÍTULO 120: EL DÍA DE LA BODAEl día tan esperado por fin ha llegado. Me miro en el espejo y apenas puedo creer lo que veo. El vestido de novia es simplemente perfecto: blanco, con encajes delicados y una cola larga que se extiende como un sueño. Mi cabello está recogido en un elegante moño, adornado con pequeñas flores. Me siento hermosa, llena de alegría y emoción.—Estás radiante, Elena —dice mi madre, acercándose con lágrimas en los ojos.—Gracias, mamá. No puedo creer que este día finalmente haya llegado —respondo, tomando su mano con fuerza.—Estoy tan feliz por ti, querida. Después de todo lo que has pasado, te mereces toda la felicidad del mundo. Me alegra que hayas encontrado estabilidad con Hyun-Soo. Se nota cuánto se aman.—Lo sé, mamá. Estoy segura de que he elegido bien. Hyun-Soo me hace feliz como nunca imaginé que podría ser.De repente, la puerta se abre y Daniel entra corriendo, con su pequeño traje negro y una sonrisa enorme en su rostro.—¡Mamá! ¡Te ves muy hermos
CAPÍTULO 121: CAOS—¡No se muevan o juro que le disparo! —Min-Ji grita, su voz está cargada de odio y desesperación. El caos a nuestro alrededor se congela por un momento, como si todos contuviéramos el aliento al mismo tiempo. El miedo en el rostro de Daniel me rompe el corazón, siento un nudo de angustia en mi pecho. Mis piernas son como gelatina, pero no puedo dejar que el terror me paralice. Necesito pensar en una forma de salvar a mi hijo.Hyun-Soo me mira, sus ojos me transmiten el mismo pánico y desesperación que tengo yo. Quiero correr hacia Daniel, abrazarlo y decirle que todo estará bien, pero cualquier movimiento en falso podría desencadenar una tragedia.—Min-Ji, por favor —digo, tratando de mantener mi voz firme y calmada, aunque mi corazón late con fuerza descontrolada—. No tienes que hacer esto. Podemos hablar, encontrar una solución, deja ir a mi hijo.Ella me mira con una expresión casi de burla.—¿Hablar? ¿Una solución? —se ríe, pero es un sonido vacío, lleno de amar
CAPÍTULO 122: NO ES UNA VICTORIAEl shock inicial de lo ocurrido aún me tiene paralizada. Me siento como en una pesadilla de la que no puedo despertar. El lugar, que hace apenas unos minutos estaba lleno de alegría y amor, ahora es un caos silencioso, con restos de confeti mezclados con los susurros nerviosos de los pocos que aún no han huido. La imagen de la señora Han, ensangrentada, es lo único que puedo ver cada vez que cierro los ojos.De repente, siento unos brazos fuertes rodeándome y me encuentro en el abrazo de mi madre. Su rostro está surcado de lágrimas, y sus manos tiemblan mientras acaricia mi cabello. A su lado, Daniel también está llorando, ella lo atrapa en un abrazo apretado. Mi corazón se parte al ver el miedo y la confusión en sus ojos.—Estamos bien, cariño, estamos bien —murmuro, intentando calmar a mi hijo, pero la verdad es que ni siquiera estoy segura de lo que estoy diciendo. El nudo en mi garganta me impide hablar más.Yoon-Ah y Seung-Min llegan corriendo, su