CAPÍTULO 118: DESPUÉS DE LA TORMENTALos días después de haber salido del hospital son un proceso lento. A los dos nos tocó volver a adaptarnos a las rutinas, regresar a trabajar al hospital y ver todos los días las noticias que hablan sobre la búsqueda de Min-Ji en el río sin ningún éxito. Me pone un poco inquieta pensar en que no aparece, porque me da la sensación de que realmente no murió, pero, poco a poco, comenzamos a ver la luz al final del túnel.Finalmente, recibimos la noticia que tanto habíamos esperado: la junta del hospital ha aprobado la fusión de ambos hospitales, convirtiendo a Hyun-Soo en el director de ambos centros. Es un logro increíble, con esta fusión no solo se convertirá en el hospital más grande de Corea, sino como uno de los mejores del mundo.El día de la presentación oficial y la ceremonia de apertura es un evento grandioso, lleno de emoción y orgullo. El auditorio principal del hospital está decorado con elegancia, con flores frescas y un gran lazo rojo cr
CAPÍTULO 119: PREPARATIVOS DE BODAEl día comienza con una mezcla de emoción y nerviosismo. Hyun-Soo y yo estamos en el aeropuerto esperando la llegada de mi madre. La última vez que la vi fue en circunstancias muy diferentes, y ahora, después de tanto tiempo, finalmente estamos aquí, preparándonos para un nuevo comienzo. La pantalla anuncia que el vuelo de mi madre ha aterrizado, y mi corazón late con fuerza.—¿Estás lista? —pregunta Hyun-Soo, apretando suavemente mi mano.—Sí, pero estoy nerviosa —respondo con una sonrisa tímida.La puerta de llegada se abre y los pasajeros comienzan a salir. Mis ojos recorren la multitud, buscando ese rostro familiar. De repente, la veo. Mi madre, con su cabello negro adornado por varias canas y su andar decidido, me encuentra en la multitud. Nuestras miradas se cruzan y, en un instante, todo el tiempo y la distancia desaparecen. Corro hacia ella y nos abrazamos con fuerza, las lágrimas brotan de nuestros ojos.—Mamá, te he extrañado tanto —susurro
CAPÍTULO 120: EL DÍA DE LA BODAEl día tan esperado por fin ha llegado. Me miro en el espejo y apenas puedo creer lo que veo. El vestido de novia es simplemente perfecto: blanco, con encajes delicados y una cola larga que se extiende como un sueño. Mi cabello está recogido en un elegante moño, adornado con pequeñas flores. Me siento hermosa, llena de alegría y emoción.—Estás radiante, Elena —dice mi madre, acercándose con lágrimas en los ojos.—Gracias, mamá. No puedo creer que este día finalmente haya llegado —respondo, tomando su mano con fuerza.—Estoy tan feliz por ti, querida. Después de todo lo que has pasado, te mereces toda la felicidad del mundo. Me alegra que hayas encontrado estabilidad con Hyun-Soo. Se nota cuánto se aman.—Lo sé, mamá. Estoy segura de que he elegido bien. Hyun-Soo me hace feliz como nunca imaginé que podría ser.De repente, la puerta se abre y Daniel entra corriendo, con su pequeño traje negro y una sonrisa enorme en su rostro.—¡Mamá! ¡Te ves muy hermos
CAPÍTULO 121: CAOS—¡No se muevan o juro que le disparo! —Min-Ji grita, su voz está cargada de odio y desesperación. El caos a nuestro alrededor se congela por un momento, como si todos contuviéramos el aliento al mismo tiempo. El miedo en el rostro de Daniel me rompe el corazón, siento un nudo de angustia en mi pecho. Mis piernas son como gelatina, pero no puedo dejar que el terror me paralice. Necesito pensar en una forma de salvar a mi hijo.Hyun-Soo me mira, sus ojos me transmiten el mismo pánico y desesperación que tengo yo. Quiero correr hacia Daniel, abrazarlo y decirle que todo estará bien, pero cualquier movimiento en falso podría desencadenar una tragedia.—Min-Ji, por favor —digo, tratando de mantener mi voz firme y calmada, aunque mi corazón late con fuerza descontrolada—. No tienes que hacer esto. Podemos hablar, encontrar una solución, deja ir a mi hijo.Ella me mira con una expresión casi de burla.—¿Hablar? ¿Una solución? —se ríe, pero es un sonido vacío, lleno de amar
CAPÍTULO 122: NO ES UNA VICTORIAEl shock inicial de lo ocurrido aún me tiene paralizada. Me siento como en una pesadilla de la que no puedo despertar. El lugar, que hace apenas unos minutos estaba lleno de alegría y amor, ahora es un caos silencioso, con restos de confeti mezclados con los susurros nerviosos de los pocos que aún no han huido. La imagen de la señora Han, ensangrentada, es lo único que puedo ver cada vez que cierro los ojos.De repente, siento unos brazos fuertes rodeándome y me encuentro en el abrazo de mi madre. Su rostro está surcado de lágrimas, y sus manos tiemblan mientras acaricia mi cabello. A su lado, Daniel también está llorando, ella lo atrapa en un abrazo apretado. Mi corazón se parte al ver el miedo y la confusión en sus ojos.—Estamos bien, cariño, estamos bien —murmuro, intentando calmar a mi hijo, pero la verdad es que ni siquiera estoy segura de lo que estoy diciendo. El nudo en mi garganta me impide hablar más.Yoon-Ah y Seung-Min llegan corriendo, su
CAPÍTULO 123: EL CIERRE DE UN CICLOEl día del funeral de la señora Han es gris y sombrío, reflejando a la perfección el estado de nuestros corazones. La ceremonia es solemne, llena de un dolor profundo y palpable que se siente en cada rincón del salón. Hyun-Soo y yo nos mantenemos firmes junto al ataúd, sosteniéndonos mutuamente para no caer bajo el peso de la tristeza. Los amigos y familiares se acercan uno a uno, ofreciendo sus condolencias. Las palabras de consuelo suenan vacías, huecas en medio de nuestro dolor. Cada vez que alguien se inclina para ofrecer un abrazo o unas palabras amables, siento un nudo en la garganta que amenaza con ahogarme.Hyun-Soo está junto a mí, con una expresión de estoicismo que apenas logra ocultar el dolor en sus ojos. Es la primera vez que lo veo tan vulnerable, tan quebrado. Me duele verlo así, me duele no poder aliviar su sufrimiento. Su mano aprieta la mía con fuerza, como si temiera que si la soltara, se derrumbaría por completo.El servicio con
CAPÍTULO 124: UNA NUEVA OPORTUNIDADEl día ha llegado. Un año después de aquella tragedia que nos dejó marcados para siempre, Hyun-Soo y yo nos encontramos nuevamente preparándonos para nuestra boda. Es un día soleado, con un cielo despejado que parece augurar un nuevo comienzo. Mi vestido blanco cuelga en la puerta del armario, listo para usarse, mientras me miro en el espejo con una mezcla de emociones. Estoy embarazada de nuevo, con una pequeña curva en mi vientre que apenas se nota, pero que simboliza tanto: una nueva vida, una nueva esperanza.La habitación está llena de actividad. Mi madre y Yoon-Ah están conmigo, ayudándome a prepararme. Daniel, ahora con siete años, está de pie junto a mí, mirando fascinado cómo me maquillo. Sus ojos brillan de emoción y expectativa, una imagen que me llena de ternura.—Mamá, ¿cómo se siente tener otro bebé en la panza? —me pregunta con curiosidad, sus ojos grandes fijos en mi vientre.Sonrío, acariciando suavemente su cabello.—Se siente como
EPÍLOGODesde una pequeña ventana en una celda oscura y fría, Park Min-Ji observa, con una intensidad casi fanática, la ceremonia de boda que se celebra en un jardín radiante bajo el sol. El brillo en la pantalla de televisión es tenue, pero lo suficiente para que pueda ver claramente cada detalle del evento que tanto deseó arruinar. El vestido blanco de Elena, el rostro sonriente de Hyun-Soo, y la alegría de los invitados están claramente enmarcados en su visión distorsionada de odio y desesperación.Los gritos de felicidad de los asistentes, la música alegre y las risas que se filtran a través del televisor parecen ser una burla cruel hacia Min-Ji. Cada detalle de la ceremonia le recuerda su fracaso, y su furia crece a medida que la escena en la pantalla se desarrolla. Su rostro, habitualmente sereno, ahora está retorcido en una mueca de rabia y desespero. Los ojos, normalmente fríos y calculadores, están inyectados de un odio casi irracional.—¡No pueden hacer esto! —grita Min-Ji,