—Es hora de que te vayas a tu piso...— le digo una vez que noto que se está quedando dormido.
Él abre un poco sus ojos y me mira sin entender. —¿Qué? — me pregunta confundido.
—“Follar” como le dicen ustedes acá, está bien, pero dormir juntos no lo creo...— respondo y aunque no lo sepa, lo hago por nuestro propio bien.
—¿De verdad? — cuestiona y me mira de manera extraña.
—Si, dale vete...— insisto y lo empujo para que se levante de la cama.
Finalmente él ríe y se levanta de la cama.
—¿Así será esto? — pregunta mientras se coloca el bóxer.
—Fuiste tú quien lo propuso, solo sexo, y dormir juntos no es necesariamente parte de eso… vamos anda...— insisto mientras me acomodo en mi cama para dormir cómodamente y me cubro con la sabana.
—Vaya... sí que te tomas las cosas de manera literal. — bromea.
—Y no sabes cuánto, hasta mañana Iva…— intento decir, pero, me toma por sorpresa cuando antes de irse se acerca a mí y muerde mi cuello. —¡Hey!— me quejo y solo ríe mientras va saliendo de mi habitación.
No sé si hago bien en involucrarme con él de esta manera. Es mi vecino... nos habíamos convertido en buenos amigos… pero también tengo que admitir que está demasiado bueno como para dejarlo pasar. «Olvídate Jimena, no pienses tanto y disfruta.» pienso y me termino de acomodar para dormir, aunque sea unas pocas horas ya que son más de las cuatro de la mañana. Afortunadamente, mañana es domingo y no tengo trabajar.
[...]
12:45PM, eso es lo que marca el reloj, con muy pocas ganas, me levanto de la cama y comienzo el día, o, mejor dicho, lo que queda de el. Me ducho, me cambio, y voy a la cocina para cocinarme algo.
Estoy muy entretenida en mi tarea cuando tocan el timbre. Al ir a la puerta y abrir, me lo encuentro a él mirándome fijamente de pies a cabeza. —hola, ¿puedo entrar o esto tampoco está en el trato? — cuestiona con una media sonrisa.
Sonrió tímidamente y le abro un poco más la puerta —supongo que podemos seguir con todo esto...— digo mientras entra a mi departamento.
—No quiero perder a mí a amiga. — comenta dejando la botella de vino sobre la mesa como todos los domingos que almorzamos juntos.
—Ni yo, solo que no sé cómo llevar esto ahora... Lo que quiero decir, es que, si tuve relaciones así antes, pero no eran mis amigos, ¿me explico? — pregunto enredándome en mis propias palabras.
—Claro que sí, te entiendo, a mí me sucede igual. Yo no paso más de una noche con una mujer... No sé, debemos poner las cosas en claro para no confundirnos. — propone y se acerca para ayudarme a terminar de cocinar.
—De acuerdo, como te dije anoche, se me ocurre que no durmamos juntos. — explico.
—Está bien...— me dice y se acerca a mi lentamente. —solo dime algo...— dice acorralándome entre la encimera y su cuerpo.
—¿Qué? — cuestiono colando mis brazos por encima de sus hombros.
Sus ojos negros me miran fijamente—¿La pasaste bien anoche?— pregunta con una sexy media sonrisa.
Clavo mi mirada en la suya y sonrió —despreocúpate, no seré yo quien opaque tu ego masculino... eres muy bueno...— admito y ríe.
—Tu… es que ni te digo... sabes perfectamente que hacer para volver loco a un hombre... la vamos a pasar demasiado bien. Tengo unas cuantas ideas para nosotros. — sentencia.
«Ufff… su manera de hablarme por favor…»
—No hagamos tantos planes, es mejor que improvisemos. — propongo.
—Suena bien... ¿podemos improvisar ahora? — pregunta entre risas.
—Mira que yo no voy a satisfacer tus necesidades al igual que todas las mujeres que pusieron un pie tu piso eh...— le advierto —no me vas a poder tener todos los días y todas las noches, tengo una vida. — bromeo.
—Yo también tengo una vida... pero insisto, creo que tú y yo la vamos a pasar increíble...—
—Pienso lo mismo, pero tomemos las cosas con calma. — le pido, pero eso será prácticamente imposible porque sus labios están en mi cuello enloqueciéndome y sus manos ya se disponen a quitar mi ropa.
—Iván... el almuerzo...— consigo decir entre risas cuando me levanta en el aire para sentarme sobre la encimera.
—Apaga el fuego...el de la estufa...— aclara haciéndome reír.
—¿Así será siempre? — pregunto entre risas.
—Te voy a volver loca... la vas a pasar tan, pero, tan bien...— dice entre besos que encuentran una tregua.
—Vuélveme loca entonces. — le pido aceptando su propuesta y es que por alguna razón se me hace imposible no aceptarla.
—¿Por qué aceptaste esto conmigo? — me pregunta agitado sin soltar mi cintura luego de una buena dosis de sexo en la cocina, lo cual admito estuvo increíble…Intento recuperar el aire y lo miro extrañada. —¿Por qué estas increíblemente bueno y dejarte pasar sería un pecado? — respondo con una pregunta y río —no sé... creo que eres el tipo de hombre del cual yo no podría enamorarme nunca y tú simplemente no te enamorarás... es perfecto… conveniente si quieres llamarlo así.— explico.—¿Así que estoy bueno? — me pregunta imitando mis palabras y ríe.—Increíblemente bueno. — corrijo con una amplia sonrisa y llevo mi dedo í
Tres días despuésHoy fue día súper largo de trabajo, al parecer todos en la oficina se pusieron de acuerdo para traerme todos los problemas que surgieron en la última campaña de marketing el mismo día, solo quiero llegar a casa y acostarme en el sofá a ver películas.De camino a casa pasé por un restaurante y pedí algo de comida para llevar, ya que ni siquiera quiero cocinar. Al llegar,dejo la bolsa encima de la mesa y me voy al cuarto para cambiarme y colocarme algo mucho más cómodo. La imagen de ejecutiva ya quedo a un lado y la que aparece ahora es la chica de “entre casa” que solo quiere estar con un pantalón corto y con una camiseta suelta. Regreso a la cocina y desempaco la comida para servirla en un plato. Busco la botella de vino abierta
Al día siguiente:Me dijo que no pasaría nada malo si se quedaba a dormir una noche aquí, pero creo que se equivocó, en realidad malo, así como tal, no ocurrió nada, pero ver su perfecto cuerpo tendido en mi cama es una imagen que hace temblar todos mis esquemas.«¿Por qué rayos tienes que ser tan guapo? ¿Es legal siquiera?» pienso. Desde que paso lo de Sebas no deje que ningún hombre durmiera a mi lado. No amanecí con nadie desde entonces simplemente pasaba el rato y los hacia irse, pero este hombre que está a mi lado me está haciendo dudar de todo lo que me prometí a mí misma. Tengo tanto miedo a que borre el recuerdo que tengo de él... a que me suba al cielo donde solo Sebastián era ca
Un Mes DespuésYa paso un mes desde que con Iván decidimos dejar las cosas hasta donde habían llegado y, a decir verdad, extraño sentir su cuerpo sobre el mío. Por su parte, ya regreso a sus andanzas de siempre y yo trato de hacer como si nada ocurriera. Son unos pocos "hola" y "adiós" los que hemos cruzado en este tiempo y no sé cómo hacer para recuperar, aunque sea la amistad que teníamos.¿A quién quiero engañar? Es imposible que volvamos a ser esos amigos que una vez fuimos. Cruzamos los límites de la amistad y eso trajo sus consecuencias, o quizás es que me duele verlo con otras mujeres... creo que el problema es que a pesar de que no quería admitirlo, en algún momento sucedió. Rompí la promesa que le hice a Sebas e involucre mi corazón… me enamore a pesar de que no debía.Si, de alguna forma ter
Regresar a mi piso es lo que menos quería hacer, pero no me queda otra opción. Dormir en un hotel no tiene sentido, y tampoco creo que sea maduro de mi parte seguir intentado evadirlo…Abro la puerta, dejo mi bolso y mi maletín a un lado, cierro y voy directamente a la cocina para servirme una copa de vino. Ya con mi copa en mano, voy a mi cuarto y salgo al balcón para intentar relajarme, es claro que fue una mala idea, lo primero que me encuentro es a él sin su camiseta puesta y con una botella de cerveza en su mano.«No lo mires... No caigas en la tentación que es este hombre... Acepta que rehízo su vida y que fuiste una cobarde.» Me grita mi subconsciente.—¿Día complicado? — me pregunta y ahí caen todas las murallas que mi raz&oacu
Unos días después (sábado)No diré que todo volvió a la normalidad porque no es así, ya no pasamos todas las tardes juntos conversando, yendo a pasear y mucho menos pasándola bien en la cama, pero al menos algo mejoraron y hoy es la dichosa fiesta a la que me invito el otro día. Esta es la noche donde sacare a la “femme fatale” que dicen que todas las mujeres tenemos. Minifalda color negra, una blusa del mismo color con la espalda descubierta, y tacones haciendo juego. Mi largo cabello castaño oscuro cae libremente dejando ver las ondas que conseguí gracias a la planchita de pelo, mi maquillaje en tonalidades grises hace resaltar mis ojos azules, y mis labios pintados en un tono natural, da armonía a mi rostro. El ruido del timbre hace que busqu
A toda prisa, Iván y yo nos subimos al coche y de la misma manera, enciende el auto y conduce hacia no sé dónde. No reconozco las calles, pero con el alto nivel de alcohol que llevo entre mis venas, dudo que pueda reconocer algo. Una de sus manos sostiene el volante y su otra mano va directamente hacia a mi pierna y me comienza a tocar de una manera más que provocativa. No estoy segura si es por el alcohol, o por las ganas que tengo de estar con él, pero mi mano va directamente a su entrepierna y comienza a torturarlo.—¡Joder Jimena! — Exclama y dobla en un callejón oscuro para rápidamente estacionar el auto. Apaga el motor, desabrocha su cinturón de seguridad y yo hago lo mismo que él. De repente, él baja del auto. —Ven. — me pide.Bajo del auto como puedo ya que me siento m&a
Sus manos sostienen la mía y mientras él camina de espaldas, me guía hasta llegar al sofá, se sienta y yo no puedo dejar de admirar la escultura que es su cuerpo ya que solamente trae su bóxer blanco puesto. Me jala para que me siente sobre él, acomodo su camiseta para no sentirme tan expuesta, y sus fuertes, pero delicadas manos acarician mi rostro haciéndome sentir que estoy en el medio de un incendio.Intento mantener la normalidad en mi ritmo cardiaco, pero es imposible, me mira tan intensamente que mi cuerpo no responde a lo que mi cerebro ordena—creo que llego la hora de que todo este juego se termine. — me dice y no entiendo nada... «¿esto fue un adiós?»—¿De qué hablas? — pregunto asustada mientras que no dejo de mirarlo a esos ojazos que me vuelven loca.