Todo pareciera marchar con mucha prisa después de aquel “si acepto” que nos dijimos. De repente estábamos bailando el vals bajo la atenta mirada de los pocos invitados que había en nuestra boda. A los pocos minutos cortábamos el pastel, él quitaba mi liga para lanzarla y yo hice lo mismo con mi ramo, en resumen, todo aquello que nos tomo un largo tiempo planear sucedido rápidamente. Por una parte, nos hubiera encantado hacer de aquel momento uno eterno, pero tengo la sensación de que esto nos gusta mucho más…
—Te amo esposa mía— Me dice mi esposo mientras que sus besos me van quitando la respiración de camino a nuestra cama en esta habitación de hotel.
—Yo te amo más… no lo puedo creer, soy tu esposa— Murmuro entre risas nerviosas y vuelvo a be
Un año despuésDicen por ahí que después del matrimonio muchas cosas cambian en la vida de la pareja, pero, a decir verdad, los cambios que yo he notado has sido todos para bien. Tal vez se deba al hecho de que Iván y yo hemos pasado por muchísimas pruebas y etapas juntos durante nuestra relación. Yo he conocido su peor versión, la de ser un mujeriego que cada noche la pasaba con una mujer diferente cuando vivíamos pared a pared. Por su parte ha conocido todas mis inseguridades, mi lado más oscuro y aquella mujer que decía que nunca más se iba a enamorar debido a la promesa que le había hecho a ese hombre que tanto amo. Durante nuestro noviazgo hemos evolucionado como personas, aunque por momentos hemos ido marcha atrás pensando que todo acabaría más rápido de lo que esperábamos. Sin embargo, to
Madrid, mi nuevo hogar… Observo el departamento, o mejor dicho el “piso” tal como lo llaman por estos rumbos y debo admitir que esta igual a las fotografías que vi por internet, afortunadamente no me defraudo. Definitivamente, es un riesgo alquilar algo sin venir a verlo primero, pero digamos que la mudanza fue algo apresurada y no podía desaprovechar la oportunidad de trabajo que me salió aquí, ¿o sí? Además, ¿Qué significa una mudanza más para mí?Apenas tengo vagos recuerdos de la ciudad donde nací, mi Buenos Aires querido tal y como dice el tango…mi país natal hace tiempo dejo de ser mi hogar, exactamente hace dieciséis años… «Como pasa el tiempo…» Dejo mis maletas a un costado y cierro la puerta detrás de m&ia
Todo lo que traje en mis maletas ya está afuera y acomodado en su lugar, miro a mi alrededor y a pesar de que el departamento está amueblado, no evitara que deba ir a comprar los utensilios necesarios para poder cocinar. Supongo que dejare eso para mañana, hoy ya estoy cansada y no tengo ganas de absolutamente nada, el cambio de horario evidentemente está afectándome. Me acuesto en el sofá con mi celular en mano y busco por internet algún lugar donde pueda ordenar algo de comer, presumo que una pizza estará bien por hoy. Llamo y una vez que termino de ordenar mi cena, voy a mi cuarto para ponerme ropa más cómoda.Pantalón de pijama de seda corto color negro y encaje blanco y su camiseta de tirantes haciendo juego. «Ahora sí...» pienso y vuelvo al sofá, me relajo e intento ad
Al día siguiente:Despierto algo dormida aun y no es para menos, anoche des el gran "defecto" de este departamento. Se escucha lo que hace el vecino que está a la derecha, en pocas palabras escuche a su "amiguita" pidiéndole varias cosas y no era precisamente comida...Voy rápidamente hacia la ducha e intento despertarme con el agua que cae sobre mi espalda. Agradezco que hoy no tenga que ir a trabajar hoy, por menos podre ir a buscar las cosas que hacen falta para poder vivir de una manera digna, y en esa lista debería incluir tapones para los oídos.Envuelvo mi cuerpo en una toalla, mi cabello en otra, y salgo del baño para irme a cambiar. Estoy a punto de quitarme la toalla de mi cuerpo cuando escucho el ruido del timbre «¿Quién es a esta hora?&ra
Un mes despuésMi nueva vida en Madrid está marchando de maravilla, al igual que mi amistad con mi peculiar vecino. Después de aquel día de compras con Iván, nuestra amistad fue creciendo poco a poco. Tanto así, que llegamos al punto que después del trabajo nos juntamos a tomar algo y a conversar de todo un poco, excepto esos días que tiene visitas de su extenso cátalo de amiguitas.Es prácticamente imposible recordar el nombre de todas, no sé cómo lo hace, pero nunca pasa la noche con la misma mujer. Tengo la teoría de que las saca del bar donde toca los fines de semana, al que iré a verlo por primera vez esta noche. En este tiempo aprendí a no juzgarlo más y solo disfrutar de lo buen amigo que es, porque eso si no lo puedo negar, siempre está
Lo observo sentado con su guitarra en la banqueta que hay sobre el escenario y no puedo dejar de pensar en lo que me dijo en el camino. Creía que era un hombre sin corazón y que por eso era así con las mujeres, pero no... todo lo contrario, es más sensible de lo que creía y es uno más de esos que son víctimas de alguien que lo deja con un corazón roto.Pido un trago al bar tender quien me mira más de la cuenta y me siento en la banqueta para escucharlo cantar. Observo la cantidad de mujeres que hay cerca del escenario y no puedo parar de reírme al darme cuenta de lo embobadas que están con él, solo les falta lanzarle ropa interior y ya… No hay duda; su catálogo de mujeres se alimenta de este bar y de sus "fans".—Buenas noches a todos. — dice con ese acento al que a&ua
—¿Así que saldrás con el bar tender? — me pregunta Iván en medio del silencio que deja una breve pausa musical en el auto.Volteo a verlo y sonrió levemente —¿Hay algo de malo con eso? — le pregunto con mucha curiosidad. —Supongo que no… no veo porque no salir al cine con él, después de todo no conozco a mucha gente aquí todavía. — continuo.No entiendo mucho su reacción... ¿Y si Miguel tiene razón? ¿Y si Iván siente algo por mí? «No, es imposible, él me dijo que no volvería a enamorarse y yo no me quiero hacer falsas esperanzas... tampoco lo soportaría.»«¡Espera! ¡¿ilusiones?! No… no te enamores…» me rec
Vamos caminando torpemente por el pasillo sin dejar de besarnos y una vez que llegamos a la puerta de mi departamento, apenas consigo ingresar la llave en la cerradura, sin soltarme de su boca abro para que entremos y que luego sea el quien cierre la puerta con la ayuda de su pie. Sus manos no me dan tregua, me toca y van quitando mi chaqueta... mi camiseta... y mientras tanto, las mías se las ingenian para quitar su chaqueta y camiseta...«Ese torso... esos abdominales... que tentación...»—No me equivoque… tienes un cuerpo de ensueño. — me dice entre besos mientras que seguimos caminando hacia mi habitación y en el camino, sus hábiles manos van desabrochando mi sujetador.Voy hacia la cintura de su pantalón y como puedo voy desabrochando su cinturó