Una semana completa ha transcurrido desde que hui de Azael, desde que me vine a este país desconocido. Me siento extraña, comencé a sentir los malestares, pero en forma más repetitiva. Los mareos no me dejan avanzar mucho en las mañanas, ni hablar de las ganas de expulsar todo lo que tengo en el estómago. Por momentos me asusté pensando que podría ser un efecto secundario de haber recordado, luego al ver que no sentí nunca dolor de cabeza, decidí ir a una consulta médica. Para no alertar a Anna busqué por mi cuenta en internet algún centro de salud reconocido en la capital, luego consultaría con Dimas para ver qué respuesta me da él sobre el prestigio del mismo. Otro de los síntomas que comencé a sentir y que me llamó la atención fue además la tristeza que comencé a sentir, sin preverlo comencé a extrañar la vida que estaba llevando, y hasta al mismo Azael y su posesividad. Me vi ida, sumergida en mis pensamientos recordándolo, pensando qué pudiera estar haciendo en el momento justo
Como en estado de shock llegué al departamento, me fui directo a la habitación, me quité la ropa y me quedé absorta mirando el reflejo de mi cuerpo entero en el espejo. Me detuve a observar mi vientre. Está igual de plano y pálido, involuntariamente llevé mis manos a él, con mis dedos acaricié la piel desnuda.—¿En qué momento mi vida cambió tanto, Dios Mio? —Pregunto en voz alta.De solo imaginar mi vida en adelante, las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Consciente de que busqué alejarme para aclarar mis sentimientos, para ver si lograba encontrarlos en medio de tanta confusión, de tan sensación encierro al lado de Azael, ahora comprendo que me siento más confundida, más triste, y sobre todo sola. Terminé acostándome en el centro de la cama, lloré bastante, hasta que me sentí agotada, me dolía el estómago del esfuerzo que hice para impedir que el llanto fluyera, por momentos tuve la sensación de ahogarme con el llanto, los espasmos del sufrimiento trancaban mi garganta,
Codificar y almacenar información es la función principal del cerebro.Nuestro comportamiento se forma por los recuerdos. Las experiencias pasadas, buenas o malas, determinan la forma en la que vivirás la vida, y de ellas, solo los momentos considerados realmente importantes siempre te marcarán y definirán lo que eres.¿Qué pasaría si un día pierdes la memoria?¿Qué pasaría si un día despiertas ignorando una parte importante de tu vida?¿Qué hacer si al despertar descubres que no eres del todo libre y tu vida pende de la persona que jamás consideraste?Si cuando te despiertas, todo ha cambiado, ¿sigues siendo tú?…Un accidente, este hecho marcó mi vida que cambió de tal modo que al despertar de lo que pareció un sueño, caí en la cruenta realidad de que ya no era la Ane
Anel Leonte:—Anel, apresúrate —escuché a lo lejos que me grita April, mi hermana mayor—, llegaremos tarde a la cena.—Ya voy —le grité desde la distancia, en el segundo nivel de la casa de nuestros padres.Para esa hora, aún permanecía en mi dormitorio, dándole los últimos retoques al maquillaje, todo con la intención de verme un tanto diferente, y no es porque sea vanidosa, mucho menos esclava del maquillaje.Ese día en especial, a diferencia de mi día a día donde me gusta andar cómoda, fue la excepción, me vi recurriendo al maquillaje con la intención de verme distinta, pues contrario a mis dos hermanas que contaban con muy buenos atributos físicos que las ayudaban a destacar adonde quiera que llegaban, al ser tan poco agraciada, o como dice mi madre, el patito feo de la casta Leonte, desde que tengo uso de razón
Azael Sanna:Acomodando los gemelos ajustados a mi camisa de seda, bajé las escaleras de mi casa con la tranquilidad de saber que como siempre, logré el efecto esperado al elegir este atuendo, además de tener la certeza de controlar todo lo que me rodea.En la entrada de mi casa, tomé las llaves de mi automóvil, un Lamborghini Urus color negro, salí al exterior, cerrando la puerta detrás de mi espalda, siendo recibido por una oleada de aire frío típico de esta época del año que alborotó mi cabello. Pese a que recién culminaron las fiestas de navidad, aun se siente ese ambiente propio de las celebraciones.Acomodé mi cabello, peinándolo con los dedos y activando el seguro abrí las puertas, para permitir el acceso de Samantha, mi acompañante de estos últimos meses. Aunque no tenemos una relación formal, ella me ha acompañado l
Anel:De haber sabido que la vida me daría un vuelco después de ese encuentro, hubiese puesto todo de mí por no asistir a ese evento, por justificarme, por mantenerme distante de él. Desde que lo vi esa noche en la cena supe que no era bueno. No para mí, una chica con una vida perfectamente planificada, donde no estaba planteada la posibilidad de dejar que un hombre distinto a mi padre decidiera sobre mi vida.De sólo mirarlo a los ojos, aún en la distancia y luego de cerca, presentí que algo había en él capaz de dejarme sin fuerzas. Quise perderme, sólo quería huir. No tuve tiempo. El destino no lo permitió.Esa noche de la cena, sintiendo su mirada sobre mí, me mantuve lo más alejada que pude de los espacios donde lo vi acercarse; parecía perseguirme con sutileza, dejándome entrever su interés hacia mí.Nunca antes hab&iac
Azael:Solo quería llamar su atención para despedirme de ella, por esa razón la seguí hasta la entrada. No quería perder la oportunidad de ver de cerca su reacción al volver a tocar si quiera su mano.Haber conversado con su madre me dio la motivación para acercarme más a ella. Se que me excedí al no disimular mi interés por ella, un interés extraño e irrespetuoso, no solo por ella sino también por Samantha que fiel a sus sentimientos se sacrificó esa noche por permanecer a mi lado, pese a lo evidente que fui.¿Qué si se dieron cuenta?, por supuesto. Por esa razón la señora Aitana Leonte me pidió le concediera un baile. Tan embelesado estuve por Anel esa noche que no me importó nada más sino ella, observarla, detallarla, grabar en mi mente cada una de sus facciones, sus gestos, sus movimientos y hasta su rechazo. A&ua
Azael:Hoy se cumplen tres meses de haberla conocido, tres meses de aquella fatídica noche en la que la vida, así como la puso frente a mí, la colocó en el limbo, en la nada, y a mi junto con ella, aguardando su despertar.Como si la conociera de toda una vida, como si Anel fuera la persona más importante en mi vida, he pasado días y noches enteras, salvo aquellas en las que Leopoldo o su esposa me impiden quedarme, que han sido escasamente un par de ellas, a su lado, velando el estado de letargo en el que se encuentra sumergida.Si bien no he abandonado mi trabajo, ya no le presto la misma atención. ¿Cómo he de hacerlo si aun estando en otra dimensión y con los ojos cerrados esa pequeña bruja domina mi vida? ¿cómo he de llevar una vida normal y tranquila si por culpa mía ella se encuentra postrada en esa cama sin probabilidades de volver a mostrarme esos maravillos