Emely baja las gradas con una enorme sonrisa en sus labios, sintiéndose la persona más afortunada del mundo. Cuando está en la planta baja, sus hermanos, madrastra y padre ya están en la puerta, listos para marcharse. Matty lleva puestos el típico traje de futbolista, mientras que los demás llevan puestos jeans y sudaderas.
—Ten esto, allí hará frío. —le dice Mark, sonriendo, mientras le ofrece una sudadera color rosa pálido; que combina a la perfección con el vestido que lleva puesto.
—Gracias. —le devuelve el gesto, mientras extiende sus manos para tomarlas, dejando a la vista el aparato dorado que lleva en ellas.
—¿Qué es eso? —pregunta su padre, frunciendo el ceño.
—¿Eh? Oh, esto; es un teléfono celular táctil inteligente… —responde Emely, encogiéndose de hombros.
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Mark camina lentamente, atravesando el patio trasero para llegar hasta la casa del perro, frente a la cual se encuentra Emely, recostada en el pasto, posando su cabeza sobre el gran danés, mientras lo abraza con su brazo derecho. Para él es sorprendente como el perro le tomó cariño tan pronto, aunque esa raza de perros es famosa por ser mansos y cariñosos; Tao es la excepción algunas veces, en especial con los carteros. Pero ahora está tan tranquilo a pesar de cargar con el peso de la cabeza de Emely; quien se lo recompensa con caricias, mientras tiene la mirada perdida en la insignificante valla de madera que rodea la casa.—Hola, cariño —le habla, con suavidad, una vez que se encuentra a
En un vecindario donde normalmente reina la paz y la serenidad; una fuerte y escandalosa música rompe el silencio. Pero, eso parece no afectarles a los residentes del lugar, quienes sin darle importancia al bullicio; se preparan para descansar luego de un largo y ajetreado día.—Te ves hermosa. —halaga el menor, viendo a su hermana con ojos muy amplios.—¿No crees que es muy ajustado? —cuestiona insegura, mientras se observa al espejo. —. ¿Papá no se molestará por esto? Emely se remueve incómoda, mientras permanece sentada en el borde de la cama. Observa la hora en la pantalla de su celular, aún es media noche, no ha pasado mucho tiempo, pero ella lo ha sentido como una eternidad. Muerde su mejilla interna mientras abre el chat de Matt, quiere escribirle y preguntarle en donde se encuentra, para irse con él, pero luego observa al chico que se encuentra recostado sobre la cama, con la mirada perdida en la nada, mientras tararea la canción deImagine Dragons: Belieber, y siente que tampoco estaría bien dejarlo sólo luego de prometerle no hacerlo.Los minutos pasan y la incomodidad entre amCapítulo 10
Pasado el mediodía, Mark decide subir a la habitación de su hija para ver cómo se encuentra. Luego de haberle negado el permiso para asistir a la fiesta, la noche anterior, Emely no ha salido de su habitación. Lleva en sus manos una pequeña bandeja de frutas para ofrecérsela, esperando a que lo disculpe y decida comer un poco.Toca un par de veces la puerta de la habitación, pero no obtiene respuesta. Frunce el ceño en confusión mientras toma la perilla para abrirla, no tiene seguro, por lo que entra sin problema, avanza hacia la cama, perfectamente tendida, y deja la bandeja sobre la ella. El silencio reina en la sala del comedor, en donde la familia completa se encuentra sentada, observando fijamente la comida en la mesa y sin animarse a probar un sólo bocado. Mark dirige su mirada hacia su esposa, quien se encuentra a su lado enjugando sus lágrimas con un pañuelo, toma su mano sobre la mesa y la presiona con fuerza intentando darle ánimos.—Fue un buen perro —habla con suavidad, mientras aparta la mano de la de su esposa, para luego inclinarse hacia ella y besar su cabello con ternura. —. Todo estará bien, lo prometo.Emely alza la mirada, por primera vez desde que se Capítulo 12
Emely avanza por los bellos jardines, rozando sus manos con algunas de las flores. El día ha amanecido realmente hermoso, el sol está radiante y ni hablar de la fresca brisa que sopla en su rostro, causándole un agradable hormigueo en las mejillas. No recuerda cuando fue la última vez que salió a dar un paseo por esos campos.—¡Emely! Linda, no puedes estar aquí —sisea Lottie, parece muy angustiada cuando avanza hacia ella para tomar su mano. —. Ven conmigo. Al volver del trabajo ese día, Mark estaciona el auto y se apresura a bajarse luego de apagar el motor. Suspira hondo, pensando que en unas pocas horas tendrán que salir todos como familia a cenar en un restaurante. Se encuentra nervioso, y mucho, por el hecho de que no sabe qué resultará de todo eso, realmente teme que su hija retroceda en lugar de avanzar.De manera distraída, observa todo a su alrededor, hasta que sus ojos se posan en la casa al otro lado de la calle. Arquea una ceja, confundido, al divisar a su vecina sentada en el porche, con una expresión llena de angustia plasmada en el rostro. Es el otoño del 2010, y en la habitación 64 hay una mujer luchando por lograr calmar a una histérica niña que intenta cortar su cabello. Lottie suspira profundo, una vez que logra arrebatar el objeto de las manos de la menor, pero ya es demasiado tarde para salvar la hermosa cabellera castaña. —Emely… ¿lo hiciste de nuevo? —cuestiona el hombre de cabello negro, mientras ingresa en la habitación junto a un par de enfermeros.—Señor Willy, fue mi culpa, la descuidé y tomó unas tijeras.—Lo que significa que usted no sirve para este trabajo, Lottie. ¿Y si no fueran para cortar su cabello? ¿Y si fueran para atentar contra su integridad física? ¡Esa niña está demente, no es cuerda y usted parece no aceptarlo!—Señor Willy…—¡Basta! ECapítulo 14
Capítulo 15