Emely abre los ojos lentamente, mientras se incorpora en la cama. Está oscuro, pero, aun así, puede notar que se encuentra en su habitación, por la ubicación de la ventana y la puerta del baño. Frunce ceño en confusión, ¿qué ha pasado? ¿Cómo llegó ahí? ¿Dónde están sus hermanas?
Amplía los ojos cuando recuerda lo último que pasó antes de que quedara inconsciente. Con mucha prisa sale de la cama, y corre hacia la puerta para salir de ahí, y es cuando se da cuenta de que todo en esa casa se siente extraño, incluso ella. No se siente como sí misma. En el pasillo cercano a las gradas hay una luz encendida, ladea un poco la cabeza
Es un día jueves de 1999, el clima está realmente frío y las calles algo solitarias. Eleanor, de diecinueve años, camina a pasos apresurados por los pasillos de un enorme edificio; su falda es demasiado ajustada y los tacones chiman sus dedos, pero no le importa, ese día conocerá a su jefe y está dispuestas a darle una buena impresión. Apenas acaba de salir de una casa de acogida, y ya es tiempo de que vele por ella misma como toda una adulta.—Eleanor, llegas temprano —dice el hombre que la contrató, quien es algo así como el jefe de su jefe. —. Él ya debe estar por llegar, no es muy puntual, y olvida la mayoría de las cosas, por eso te contraté.
Sentado en la barra de un bar, ubicado en el edificio contiguo al hospital, Mark se encuentra intentado ahogar sus penas con alcohol. Siente que su universo entero se ha venido abajo; y lo peor, es que él pudo haberlo evitado todo. Era previsible, su hija no estaba mentalmente estable, y debió haber intervenido desde el momento en el que la encontró en la sala, con sus manos manchadas por la sangre del perro. Ahora, estaba a punto de perder a sus pequeñas hijas, y eso lo hacía sentir impotente. Su vida se había arruinado, y estaba seguro de que, si las niñas lograban recuperarse totalmente, Eleanor se encargaría de alejarlas de él, igual a Matty.—Señor Watson. —lo saluda el o
—Trece años de mi vida, Mark. Te di trece años de mi vida, porque te amo. Te amo de verdad, desde el primer momento en el que te vi sonreír para mí... yo solo te quería a ti, solo a ti.Mark permanece de rodillas frente a ella, está aturdido, y no puede levantarse. Siente como el líquido tibio brota de su cabeza, y el dolor punzante que la herida le provoca.—E-Eleanor...—Planeas dejarme —por primera vez, sus lágrimas son reales. —. ¡Planeas aban
22/02/2018En la sala de espera del hospital reina un silencio sepulcral, dónde todos los presentes observan atónitos al hombre que lleva un traje azul manchado con sangre. Éste les devuelve la mirada, expresándoles todo el pesar que siente por no haber podido salvar la vida de aquella pobre chica, pero estos parecen no haber comprendido ninguna de sus palabras.—Les juro que hicimos todo lo posible.
Las luces de los flashes se encienden, cegando por cuestión de segundos al joven sentado tras una mesa que se encuentra sobre una tarima. Él suspira profundo, y se fuerza a sí mismo a mantener sus ojos abiertos, observando con su profunda mirada azuleja al público sentado frente a él.—¿Alguien tiene alguna pregunta? —cuestiona, antes de rascar su nuca, un tanto nervioso.—Yo —un joven alza la mano. —. Joven Watson. 06 de marzo del 2007Es media noche, cuando un grito desgarrador arrebata a un agotado señor Watson de su sueño ligero.El padre de familia se incorpora en la cama, aturdido, solo para darse cuenta de que esos gritos pertenecen a su esposa. Angustiado, se baja de un salto y corre hacia la puerta para salir de la habitación e ir en su búsqueda.Su corazón late a una velocidad tan exagerada que provoca un agudo dolor en su pecho, que le dificulta respirar con normalidad, más, aun así, no se detiene, hasta que se da cuenta de que corre en la dirección equivocada. Se detiene a mitad de pasillo, sintiendo como el aire que sale de sus fosas nasales quema en la comisura de sus labios, y presta más atención para intentar identificar de donde provienen los gritos. Sus ojos se amplían de manera exagerada y comienza a correr nuevamente, esta vez en la dirección correPrologo: Aquella Noche
10 de junio del 2017Sentada en la oficina principal de la institución psiquiátrica, una joven de cabello castaño mantiene su mirada esmeralda perdida aparentemente en las uñas de sus manos, las cuales se encuentran entrelazadas sobre su regazo, mientras sus pies golpean constantemente el suelo, evidenciando lo nerviosa que se encuentra en ese momento en el que escucha a las personas a su alrededor discutir sobre su salud mental.—Bueno linda, has progresado mucho en estos últimos años. Y, todos estamos de acuerdo en que ya estás apta para volver al mundo y tener una vida normal... Ahora sólo debes mirar a la cámara y responder un par de preguntas. Es para el registro. —le indica el hombre vestido con una bata blanca. Al cual ha tenido que visitar una vez al mes, durante una casi cinco años.—De acuerdo. —responde, nerviosa, mientras acomoda un
No sabe exactamente el motivo, pero, por alguna razón, el abrazar a esa mujer hace que un sentimiento cálido se posicione en su pecho, causando que sus ojos se cristalicen. De las pocas cosas que recuerda de su infancia, el rostro de su padre y el de esa mujer, son los únicos que lleva consigo en su memoria, y ese es el motivo por el cual ansiaba poder estar frente a ella nuevamente.—¡Hola, Eleanor, estoy tan feliz de volver a verte! —exclama con voz chillona, y se aferra más a ella, a pesar de no ser correspondida por la adulta.—E-Espera… ya es suficiente. —dice, mientras alza ambas manos, evitando tocarla, y retrocede un par de pasos para apartarse.Ante la ausencia de la mujer entre sus brazos, ella tuerce un poco la boca y baja la mirada, sintiendo una profunda tristeza invadir su ser. Era claro que eso pasaría si la abrazaba, se supone que debía haberlo previsto antes de