Arel mira la puerta de la habitación que pertenece a Otsana con nerviosismo, al tiempo en que camina en círculos con expresión ansiosa.Él se detiene cuando la puerta se abre, entonces mira a Lala expectante y con temor.—¿Cómo está ella? —pregunta angustiado y al borde de la desesperación.—Estable —responde la doctora sin añadir más.Pese a la manera cortante de contestarle, es la primera vez que él ve conmoción en su mirada, lo que le da a entender que lo sucedido a su amiga ha sido grave.—¿Puedo verla? —inquiere con angustia.—Ella está sedada, pero si deseas verla, bien puedes. —Con esas palabras se marcha.Arel entra temeroso de lo que pueda encontrar, pero ver a Clarice sentada frente a Otsana le transmite una tranquilidad que le baja un poco la tensión.—Arel, no te imaginas el daño que le hicieron —se desahoga ella desde que lo ve, y se le lanza encima.Estar entre sus brazos es el refugio que le permite romperse y poder sacar la tristeza que le causa el estado de la omega,
La mujer de tez blanca y cabellera negra endulza el té frente a ella y devuelve la cucharilla a la bandeja de oro, acto seguido, se lleva la bebida humeante a la boca.—Esto es desesperante, Azucena —dice Vesti con tono angustiado y ansioso.—Lo es más para mí que para ti. Es tu padre quien se está aprovechando de la vulnerabilidad de Tron para tomar el liderazgo de la manada. Ninguno de los jefes estuvo de acuerdo con que él fuera el alfa que reemplazara a mi hermanito; sin embargo, el señor Petro se la ha ingeniado para poner a todos de su parte —le responde rencorosa.—¿Y crees que estoy de acuerdo con papá? Si Tron es exiliado, yo tendré que unirme a cualquier idiota que él escoja. Yo rechacé a mi mate por tu hermano; no obstante, ahora él me ha dejado de lado por una mugrosa esclava que ni siquiera podemos asegurar que esté muerta. Ese guerrero fue un inservible, ¿cómo alguien tan débil como ella pudo escaparse?Azucena respira profundo para no perder la compostura y vuelve a sor
Tron analiza un mapa y marca los puntos importantes en este. De momento se siente tan agotado que teme quedarse dormido.Él maldice en sus adentros por no tener el control de sí y, como siempre, intenta luchar contra esa fuerza maligna que lo controla.—Debo salir de esta m*****a manada..."No olvides", le recuerda su lobo.—Ponme al día, por favor."Tu hermana es malvada, tus hombres te están traicionando, tienes una pequeña división que es leal, debes salvar a la gente de nuestra mate e ir por ella", responde, tratando de recordar algo más que no haya sido eliminado.—Siento que hay más... —Tron bosteza."Yo también..."Tron deja de escuchar a su parte lobuna y el cansancio se torna arrollador.«Debo salir de aquí», piensa decidido y, como puede, se arrastra fuera del campamento.Trata de convertirse en lobo, pero se encuentra demasiado débil para ello, así que decanta por buscar su caballo y cabalga lejos de allí sin un rumbo fijo.A medida en que se aleja, algunos recuerdos olvidad
En las noches, Otsana duerme poco debido a las pesadillas, el insomnio y el llanto. En el día, parece cuerpo sin alma que vaga por el jardín porque no se le permite ir a otro lugar.Aquel día, ella se encuentra sentada en la mecedora donde solía amamantar a su bebé. Clarice le permitió sacarla de la habitación para que pudiera mecerse mientras admira las flores, a cambio de que comiera un poco de su desayuno.A distancia, Riú observa a Otsana con esa expresión seria que lo caracteriza, mientras que ella se mece con los brazos hacia delante, como si tuviera cargando a un bebé.«Ya se volvió loca», piensa él mientras la contempla con lástima.Hace una mueca de disgusto y suspira. De alguna manera la entiende, pero le molesta que sea tan débil y sucumba en la locura.—En fin, no es mi problema —masculla entre dientes.—¿Por qué espías a Otsana? —lo sorprende Arel.—Porque el alfa me lo ordenó —responde con indiferencia—. Gracias a ello no ha cometido ninguna imprudencia. ¿Sabías que trat
La conmoción se adueña del lugar, de igual manera, los guerreros que vigilan el área marítima de los territorios del alfa Claudio se lanzan sobre el bote, con la intención de acabar con la vida de la mujer pelirroja, quien se abraza a sí misma aterrorizada.Antes de que estos lleguen a ella, Riú los enfrenta amenazante, entonces los guerreros retroceden con respeto.—Gamma, esa humana es una intrusa —le recuerda uno de ellos—. ¿Se le olvida cuál es el acuerdo que tenemos con el continente humano? Si nosotros irrumpimos en su territorio ellos nos asesinan y viceversa.—No la matarán... —masculla Riú con tono autoritario—. No antes de saber por qué está aquí. Me la llevaré a la manada para que el alfa Claudio decida qué hacer con ella.—Señor, si la dejará con vida para interrogación, debería llevarla a la cede encargada; ya que no podemos pasarle por encima al consejo, en especial, porque es el alfa Tron quien está asignado para manejar estos menesteres —refuta uno de ellos.Riú apriet
Sus párpados se abren lentamente y de inmediato ella empieza a sentir la incomodidad en todo el cuerpo.Otsana termina de despertarse y mira a su alrededor desorbitada, pero la oscuridad le impide ver con claridad.Sus ojos se tornan verdes y el brillo en ellos resalta en las penumbras, como resultado, ella puede reconocer el tipo de lugar donde se encuentra.«Una cueva», piensa mientras lucha por moverse.—¿Dónde estoy? —cuestiona con la voz ronca, pero nadie le responde—. Déjenme ir...La humedad le provoca frío, asimismo, tener los brazos extendidos hacia arriba le causa una tensión en la espalda que la desespera, debido a que siente la necesidad instintiva de cambiar de posición, mas no puede.Ella se remueve con violencia y trata de liberarse, pero entender que no es capaz de soltarse la frustra; por tal razón, las lágrimas le mojan las mejillas al no poder escapar, entonces decide convertirse en loba para que las cuerdas que la tienen presa se rompan; sin embargo, ni siquiera pu
Arel observa a Riú con detenimiento, quien, a su vez, prepara sus armas para la batalla.—¿De verdad el alfa pudo infiltrarse en Luna de hierro? —indaga sorprendido.Riú termina de alistarse y sonríe satisfecho.—Al parecer Otsana le colaboró.Por alguna razón, Arel siente disgusto al escuchar aquello.—¿Crees que el alfa Claudio la manipuló para obtener su apoyo?Riú mira a Arel con recelo.—¿Qué diablos te sucede? ¿Acaso se te ha olvidado a quien le debes lealtad?—Solo te estoy preguntando porque ella no se veía muy dispuesta a traicionar a su mate.—Él la traicionó primero, así que ella solo le está pagando con la misma moneda —responde con una mirada sombría.—Es difícil traicionar a un mate, es más, hacer algo como eso es demasiado doloroso. A veces siento que hay discrepancias en lo que creemos saber.—Te equivocas —replica el mestizo con rencor y odio en su tono de voz—. Existen personas tan desgraciadas que no les importa el dolor momentáneo, si deshacerse de su mate les dará
El caos, la confusión, los alaridos y los gritos de guerra se escucha por doquier e intimida a los miembros de la manada, quienes corren hacia los edificios y a sus hogares para refugiarse de los crueles ataques de parte de los guerreros de Fuerza de bronce.Por otro lado, Tron, sus hombres y los guerreros que lo emboscaron se encuentran en el dilema de si luchar entre ellos o ir a enfrentar a sus verdaderos enemigos.—¡Debemos proteger a nuestra manada! —exclama Tron, al tiempo en que levanta su espada al aire.Él ignora que se encuentra acorralado por sus propios guerreros y cabalga en dirección al desorden con gran rapidez. Todos sus hombres, incluyendo el gamma y los demás traidores, siguen a Tron y se dejan influenciar por su voz de alfa, quien los anima a defender sus tierras.El trayecto se siente más largo de lo regular, pero Tron se mantiene firme en su objetivo, asimismo, da órdenes de organización por divisiones, estrategias de defensiva improvisada y envía mensajeros en bu