Alexa mira con desafío a los guerreros que la tienen atrapada en la oficina de Riú y se cruza de brazos en desacuerdo con ellos.—Debo ir con mi esposo —insiste, mas estos se niegan.—Él nos ordenó que la mantengamos aquí a salvo.Ella hace un puchero y toma asiento. Desea mucho ir a ayudarlo, pero bien sabe que eso pondría en riesgo a su bebé. Esa es la única razón por la que obedece a los hombres que la tienen allí encerrada.***En el límite marítimo que rodea a Fuerza de bronce y alejados de la superficie, una ardua batalla se lleva a cabo entre los guerreros de Riú y los soldados humanos, quienes usan armas de fuego y explosivos contra ellos, logrando derribar a varios licántropos que logran recuperarse cuando las heridas se le cierran.—¡Usen las balas de plata y acónito! —vocifera uno de ellos, poniendo a Riú en alerta.—¡Necesitamos refuerzos! ¿Han tenido noticias de Tron y Liah? —inquiere Riú preocupado.En ese momento, varios soldados con apariencia intimidante, cascos oscur
Alexa aprieta los ojos cuando siente que su energía se esfuma y empieza a caer, mas unos brazos fuertes la sostienen. Ella mira a su salvador con dificultad y descubre el rostro simétrico y juvenil de su padre, quien la está cargando con una mano y, con la otra, crea un campo de energía que devuelve todos los ataques en dirección al enemigo. Ella mira por instinto el retorno de las balas y los explosivos, entonces cae en cuenta de que Arel y Riú se encuentran en una de esas naves enemigas, luchando cuerpo a cuerpo con los soldados humanos. —¡¡No!! —grita ella, acción que confunde al rubio. —Ya estás a salvo, pequeña. —¡No lo entiendes! —Ella se remueve incómoda entre sus brazos—. ¡Riú está en uno de esos barcos! —¿Qué? Liah mira hacia abajo por inercia y se queda paralizado, al reparar de cómo el lobo de Riú empuja al de Arel hacia el agua. Él va a hacer lo mismo, mas antes de caer, varias balas se le incrustan en el lomo. Un alarido de dolor resuena en el lugar y la forma lobu
Sus ojos parpadean varias veces antes de abrirse por completo. La vista aún está borrosa y su alrededor todavía no cobra sentido.La suavidad de la cama y el olor fresco de las sábanas la tientan a seguir descansando; sin embargo, su subconsciente le grita que ya debe despertar y afrontar la realidad.—Riú... —balbucea con debilidad, y en un santiamén se incorpora alterada—. ¡Riú!—¡Ya despertó! —vocifera una mujer, que para Alexa es desconocida, y sale de la habitación corriendo.—¿Dónde estoy? —pregunta a la nada mientras trata de reconocer la lujosa y amplia habitación en la que se encuentra.Liah entra al dormitorio y se le sienta al lado con una sonrisa amplia, entonces le acaricia el rostro con ternura y alivio en su semblante.—Perdiste tanta energía que estuviste inconsciente por toda una semana. Hemos tenido que inyectarte nutrientes todo este tiempo. Me alegra mucho que hayas despertado, temía que nunca lo hicieras.—¡¿Una semana?! —exclama, sin poder creer que durmió por ta
«¿En qué estaba pensando cuando me acerqué al área del alfa?», piensa con nerviosismo y temor.No le conviene acercarse tanto porque solo es una esclava más, una repugnante omega que fue traída a esa manada para servir y ser explotada.—Pero no pude evitarlo. Ese olor es muy atrayente —musita entre dientes cuando es confrontada por la cordura.No lo entiende, ¿por qué el aroma a tierra mojada y perfume amaderado la atrajo tanto, al punto de terminar en esa área peligrosa?Ese es el tercer día de su celo, razón por la que su madre le aconsejó que estuviera encerrada en casa hasta que este pasara. Es mejor encontrar a un buen omega esclavo que la marque, a estar expuesta a los betas de aquella manada.En situaciones normales, encontrar a un beta que desee convertirla en su esposa sería la mejor de las decisiones; sin embargo, para los esclavos no existe esa posibilidad, puesto que ellos son el motivo del odio y la burla de aquella manada.—¿Quién es? —La voz imponente del alfa resuena
«Ellos son mis enemigos. Esos malditos esclavos solo deben sufrir», dice en sus pensamientos mientras se aprieta el cabello.Ese es el conflicto del alfa Tron, de la manada Luna de hierro.Él es cruel, poderoso y ambicioso, que ha preparado las divisiones de guerreros más letales de todo su alrededor.Heredó el liderazgo a temprana edad, debido a que su padre murió en la batalla.Él es temido por la mayoría de las manadas, venerado por su gente y deseado por las mujeres que tienen la dicha de ser testigos de su belleza fiera.Como con todos los alfas, se espera que él encuentre a su luna destinada, quien tiene que ser una loba fuerte, hermosa y muy sabia, puesto que debe ser de ayuda idónea en su gobierno.No obstante, él acaba de descubrir que su compañera es una simple omega.Mas no cualquier omega, peor que eso, ella es una esclava que pertenecía a otra manada, la manada que trajo la desgracia y el dolor a su familia.En ese momento, uno de sus hombres de confianza entra a su estud
Los nuevos esclavos son expuestos ante todos los presentes, incluyendo a las hermosas mujeres.Otsana se sintió aliviada de que el alfa hubiera elegido a las dos mujeres que estaban a su lado.Pero cuando ve al alfa besar los labios de dos de esas mujeres, quienes lo manosean muy gustosas y sonrientes, ella no puede evitar el dolor que le aprieta el pecho.Puede percibir la dicha en el semblante de ellas, al haber sido escogidas para calentar el lecho del hombre más apuesto de la manada, quien, a su vez, es el líder de todos.«Y mi compañero destinado», piensa con tristeza y desesperanza.¿Acaso podría ser más desdichada?Mientras tanto, otra que sufre por las atenciones que recibe el alfa en público, es Vesti, quien lo mira con rabia y ojos cristalizados.—Tranquila, ellas son solo un par de esclavas para pasar el rato. Tú eres mejor que esas aparecidas y la única al nivel del alfa —la anima Yuá.—No me importa que esas zorras sean esclavas, para mí es muy humillante el comportamient
El sudor que emana de los cuerpos musculosos se mezcla con sangre, al mismo tiempo en que los alaridos de aquellos conquistadores se unen al chirrido de las espadas.El alfa Tron, cuan imponente y fiero guerrero, lame los cuerpos de sus enemigos sin un atisbo de piedad ni remordimiento.—Por favor, seré su esclavo de por vida si me deja vivir —suplica un joven entre lágrimas y grandes espasmos.—¿Por qué crees que debo dejar con vida a una rata asquerosa como tú? Le haré un bien a nuestro continente si te borro de la faz de la tierra.El chico traga pesado al escuchar su voz ronca y poderosa, que podría ser comparada al trueno.—Por favor, no quiero morir —llora con gran angustia, pero antes de que pueda volver a suplicar, la espada de Tron se levanta en su contra y la cabeza del joven rueda sobre el terroso suelo, que de inmediato es manchado por la sangre que chorrea del joven.Con cara de asco, Tron limpia su espada y tira el trapo encima del cadáver mutilado, entonces continúa con
Desde la zona rural hasta la urbana, el alfa camina con Otsana sobre sus hombros, quien no se rinde, puesto que sigue pataleando, llorando y golpeándole la espalda a Tron con sus pequeños puños.—¿Sabes que tus ataques se sienten como si me estuvieras dando un masaje, pequeña? —se burla con tono juguetón, lo que provoca que ella se detenga.—Usted es un alfa malo y cruel. ¿Por qué no me permitió despedirme de mi madre? —Ella llora con más fuerza y se tapa la cara con las manos.—Y tú eres una lobita berrinchuda y terca.Las personas observan al alfa con asombro, puesto que es la primera vez que lo ven en esa acción.«¿No es ese el alfa Tron?», se escucha en forma de murmullo.«¿Quién es la chica? ¿Acaso lo ofendió y por eso la va a castigar?», especulan con voz baja.Aunque el alfa puede escuchar sus murmuraciones, ignora que lo hace porque le parece divertido ver la confusión en sus facciones, oler su miedo y ser el centro de atención en ese momento.—Llegamos a tu nuevo hogar, peque