Narra Alessandro
La cabeza me quiere explotar ante el enojo que siento mientras veo como el doctor busca la manera de decir lo que, sin duda, va a costarle la vida. Mi esposa, toma mis manos mostrando la angustia que sentimos por saber la respuesta de fertilidad.
— Bueno, señores Delacroix. Aquí tengo los exámenes. De acuerdo a estos, la señora Delacroix tiene su fertilidad bien y los quistes que tiene en sus ovarios, no implican algún problema si queda embarazada. Sino que, pasará todo lo contrario, el proceso de gestación, podría ayudar a que desaparezcan. Ya que, son diminutos.
Yocelyn suspira aliviada y sonríe complacida, mientras se relaja su agarre.
Bien, ella puede tener hijos, pero entonces, ¿por qué aún no tenemos uní cuando ya llevamos cinco años como esposos?
— En cambio, en el caso del señor Delacroix, encontramos un problema. Según los estudios, encontramos una anomalía en la función del esperma y de acuerdo a lo revisado, también tiene un ligero bloqueo en los tubos que trasportan el semen. Sin mencionar que tiene una pequeña anomalía en el testículo derecho. — informa el doctor sin tener el valor de mirarlo a la cara.
Un golpe seco se hace escuchar y es el puño de Alessandro, quien ha causado el sonido al golpear el escritorio del doctor.
— ¿Esta bromeando? Según usted, tengo todas las afectaciones que un hombre podría tener. ¿De verdad quiere decirme eso y que exista la posibilidad que sea un error? — pregunta Alessandro molesto.
— Lamento informarle que no es un error. Llevamos seis meses repitiendo los exámenes y haciendo varios más profundos, por lo que, sé que no es un diagnóstico erróneo. Realmente tiene esos problemas
— Entonces, ¿es él el estéril? — pregunta Yocelyn sin una pizca de delicadeza.
— Es un poco duro decir que es estéril. Con tratamiento y unas intervenciones para quitar la obstrucción en los tubos, podría en el futuro tener hijos. Solo deben ser pacientes y apoyarse en este largo camino que tendrán que empezar. — murmura el doctor.
— Pero, si yo tengo encuentros sexuales con otras personas, ¿podría embarazarme? — pregunta Yocelyn agrandando la herida.
— Si él no tiene algún problema de fertilidad, sí. — informa el doctor.
— Entonces está bien. — responde Yocelyn acabando con el orgullo y pisoteando la hombría de Alessandro
— ¿Está bien? ¿Acostarte con alguien más para embarazarte está bien? — pregunta molesto.
— ¿Qué quieres que haga? Tú eres el incapaz de hacer un hijo, no yo. Así que, no me pidas que me quede contigo, cuando no puedo tener un heredero por tu culpa. — le responde Yocelyn sin una pizca de delicadeza.
— ¿Eso es lo que te preocupa? Yocelyn, soy consciente que nuestro matrimonio es un acuerdo de nuestros padres y por eso, ambos hemos aceptado que el otro tenga relaciones extramatrimoniales.
>> Pero, pensar siquiera en embarazarte de otro siendo mi esposa, no sólo rompe nuestro trato, sino que, es un golpe fuerte que te atreves a mencionar en mi cara. Dime, Yocelyn, ¿te importa poco como me estoy sintiendo ahora? — dice intentando mantener su ira interna controlada.
— ¿Importa eso? Como te sientas o fejes de sentirte, es irrelevante. El punto aquí es que no puedes embarazarme y así como tu familia espera un heredero, la mía también lo quiere. Así que, no me culpes por ser sincera y comprendas que lo mejor es que nos divorciemos.
— ¿Estás hablando en serio?
— Señores, creo que sería bueno que se calmen un poco. Sé que está información es bastante delicada y por eso…
— ¡Cállese! — gritan al unísono mirando al doctor para después mirarme entre sí.
— Sí, estoy hablando en serio
— Divorciarnos no es algo que decidimos nosotros. Nuestro matrimonio es un negocio y como tal, debemos plantear la finalizaron de esta sociedad con nuestras familias.
— ¿Crees que mi padre no va a aceptar esto? Alessandro, eres un inútil que no puede dar un mísero heredero. Dime, ¿qué padre quiere un hombre así para su hija? — dice molesta y de inmediato, Alessandro levanta su mano para golpearla ante el impacto de sus palabras, pero el golpe no llega.
No te rebajes a cambiar tus creencias y acciones, golpeando a una mujer, por más que lo merezca. — le dice la voz de su madre en su mente.
Alessandro, tensa su mandíbula y se aleja de ella al notar que sin darse cuenta, ambos se habían levantado de la silla con evidente molestia. Lentamente de aleja, viendo a la mujer frente a él. Esa con la que compartió cinco años como esposos y el único beso que tuvieron, fue en la ceremonia de bodas. Esa mujer, frente a él, solo había sido tocada por él en sus días fértiles, ante la presión de sus familias por un heredero.
Pero, no se consideraban una pareja. Ambos eran presidentes de las empresas de sus respectivas familias y solo compartían la casa de ellos para los momentos que tenían los encuentros sexuales o las visitas de sus padres. Los demás días, cada quien vivía en su propio apartamento y se acostaba con quienes deseaban sin que el otro interviniera.
Era un matrimonio sin una sola muestra de cariño y por ello, ver a esa mujer decidida y fría, no le sorprendía. A él debió sorprenderle que le hubiese agarrado la mano antes de saber los diagnósticos. Porque eso sí no era común en ella, en cambio, esta reacción si lo era.
— Esta bien, reunamos hoy mismo y decidamos si es mejor divorciarnos. Si lo es, haré una celebración por lo grande, porque me habré liberado de una arpía. Porque eso eres tú. Una m*****a arpía que tocarla levemente, es desagradable. — responde para después marcharse.
— ¡Arpía y todo, pero sí puedo embarazarme! ¡No como otros! — grita cuando Alessandro tira la puerta detrás de él y se marcha.
Apenas lo supo y ya te ha dado varios golpes. Dime, Alessandro, ¿cómo vas a soportar esta realidad a partir de ahora? — se pregunta mentalmente y la respuesta, llega de inmediato: trabajando.
Alessandro sube a su auto y se marcha a la empresa donde al llegar, no encuentra a su secretaria, algo que le hace enojar aún más y por ello, le escribe un ultimátum demostrado que hoy es uno de esos días donde está dispuesta a acabar con toda la empresa si le traen el café con un gramo de azúcar.
Enojado, entra a su oficina y todo, incluso lo común, le parece desagradable al punto de lanzar todo sin importar que se rompa. Todo le fastidiaba y el solo pensar que su futura ex esposa pisó este lugar, le causaba tanto malestar que quería cambiar de piso y todo lo que ella pudo ver.
Alessandro hiperventilaba del enojo y este aumentaba al no escuchar a la que él considera, torpe secretaria. La oficina le asfixiaba y también le daba calma. Así que, tomando su portátil, empezó a trabajar en la esquina donde su ex esposa no piso el suelo y empezó a trabajar.
Pero incluso, no podía hacer eso. Necesitaba información de su torpe secretaria y le molestaba trabajar en una oficina tan desordenada. Así que, viendo la hora en su reloj, se levantó y salió a esperar a la impuntual secretaria que iba a despedir.
Si algo era claro hoy, era que no iba dejar que ninguna mujer lo vuelva a pisotear. Ya con una, había sido suficiente.
Estaba molesto, sentía que en mi cabeza se había posicionado un dolor que estaba por explotar mi cabeza. Ya había pasado diez minutos desde el tiempo que le di para llegar a mi secretaria y ello, me estaba enojando aún más.De repente, suena mi teléfono y veo el número de mi padre, sabiendo de lo que puede querer hablarme, desvío la llamada, pero casi de inmediato, llama Samantha, una de mis conquistas y la que menos me molesta. Curioso por su llamada, contesto la misma teniendo en mente que ella pueda liberar todo el estrés que la mañana me ha causado.— Que milagro que estés llamándome, mi querida Samantha. — dice intentando mostrarse calmado.— ¿Es verdad lo que dicen en las noticias? — pregunta directamente— ¿Noticias? ¿De qué noticia me hablas?— De tu divorcio y como la causa de este es tu esterilidad. — anuncia Samantha haciendo que la ira que estaba intentando controlar, fluya fuera de su cuerpo como una fuente de agua que libera todo el líquido de su interior de una manera m
Narra KimRegreso a mi casa asustada por el ataque de mi jefe. Pero ello queda en el olvido, cuando llego al apartamento de Lu y veo a Dante fuera del mismo. Apenas me ve, se levanta y en su mirada puedo ver que vino para convencerme de volver con él.— Kim, que bueno que te veo.— Estas obstruyendo la entrada al edificio. En algún momento me verás si te quedas allí — respondo cortante.— Entiendo — dice haciéndose a un lado y cuando paso, me toma del brazo suavemente. — ¿Qué quieres, Dante? — pregunto agotada.— Quiero hablar contigo. Que arreglemos las cosas— ¿Qué deseas arreglar? ¿Quieres arreglar el hecho que te acostaste con una mujer en nuestra cama? ¿O quieres arreglar el hecho que solo verte me cause malestar al punto de desear golpearte? — pregunto curiosa. — Entiendo que estés enojada conmigo por lo que te hice. Pero, es bueno que hablemos. Llevamos un tiempo juntos, vivimos juntos y nos comprometimos en matrimonio. Es algo que tenemos que recordar para pasar esta prueba
Días despuésNarrador Omnipresente La noticia había causado un gran caos en la empresa, al punto que había pasado ocho días y aún seguía Alessandro Delacroix en la mira de los periodistas y eso, era gracias a su ahora exesposa, quien había comunicado en una rueda de prensa su separación oficial de Alessandro.Una rueda de prensa que causó que las acciones bajarán y la empresa cayera drásticamente ante la disolución de la asociación de los Delacroix con los Hiraldo. Algo que, sin duda, había sorprendido a muchos. Pero lo que más les sorprendía, era que Bill Delacroix había regresado a la presidencia para asumirla con su hijo. Muchos creyeron que la presidencia de Alessandro terminaría y solo quedarían rumores de él. Pero Alessandro supo convencer a su padre para quedarse en la empresa trabajando en la misma oficina para aprender de su padre. La única condición de Bill Delacroix para su hijo, fue hacerse el tratamiento de fertilidad completo. Algo que ni le agradaba mucho a Alessandr
Aunque Alessandro quería tener respuestas de inmediato, Lu, había movido sus contactos el mismo de la inseminación, para que las grabaciones donde Estaban ella y Kim buscando el esperma y como ella entraba a la habitación donde la inseminó, fueran eliminadas. Así que, no había pruebas de que sucedió con la muestra.Por lo que, habían pasado varios días y el hospital, seguía recibiendo amenazas de Alessandro, por la desaparición de su muestra. Era de noche, Kim había llegado al apartamento de Lu, cuando ella la esperaba ansiosa. Así había estado desde que se enteró que, en su intento de ayudar a su amiga, borro información que podría calmar la ira del rico portador. Como lo había llamado Lu.— ¿Qué sucede ahora, Lu? Llevas días así y ya me tienes preocupada — comenta Kim al ver a su amiga mordiendo las uñas que ya habían desaparecido por tanto morderlo estos días — Es que el rico portador, volvió a ir hoy al hospital y cada vez que viene, el lugar de trabajo se vuelve tenso y estresa
El nerviosismo las recorría a las dos. Pensar en que estarían involucradas con Alessandro Delacroix, asustaba a ambas al saber su enojo bien sea por tener a su bebé o por haber tenido la posibilidad de salvar su muestra de esperma y no hacerlo. Estaban en un gran problema y Lu, no Estaba fuera de él al ser parte del robo. Uno que no debió efectuarse en ninguna circunstancia, pero había pasado. — Iré a la farmacia por las pruebas — dice Lu saliendo del asombro. — Vamos juntas. Dudo que pueda quedarme en casa. — dice Kim y ambas salen en búsqueda de las pruebas de embarazo. Las dos, tienen tanto temor que se imaginan mientras caminan q la farmacia, como son esposadas por robar el esperma de Alessandro Delacroix y a ninguna le parece un final agradable de sus vidas, cuando han luchado tanto por ser ciudadanas ejemplar o por lo menos, lo habían sido hasta el robo de esperma.Ambas miraban atentas a cualquier cosa o persona que se acerca a ellas porque el temor es tan grande en ambas, q
Narra KimSabiendo que debo saber esa respuesta hoy mismo, tomo las pruebas de embarazo para marcharme al baño, aprovechando que mi jefe, estará ocupado con ‘la socia’ por más de dos horas.Con la ansiedad rodeándome abro las pruebas de embarazo y comienzo a colocar la muestra de orina en la misma. Aquí es donde me pregunto, ¿qué tanto puedes hacer para tener un bebé?¿Qué tan dispuesta estás por cumplir tu sueño de ser una buena madre cuando no tienes quien te ayude a serlo? Esas preguntas vienen a mi mente en estos momentos y la respuesta me llega de inmediato, estoy dispuesta hacer todo lo posible por ser una buena madre. Porque incluso, no me importa ir a la cárcel, si eso me deja tener a mi hijo. No me importa lo que pueda pasar con mi vida, ahora lo que me importa, es saber si realmente hay un bebé en mi interior. Eso es lo que me importa y priorizar a mi posible bebé por encima de mí, es un indicio de ser buena madre, ¿no?Suspiro profundo, para no mostrar mi enorme alegría ant
El cuerpo de mi jefe, siempre lo había clasificado como grande y fuerte por la estatura que tiene y cuanto musculo tiene en todo su cuerpo. Pero ahora que estaba tan cerca de él, podría clasificarlo como asfixiante y tenebroso. Él es demasiado atractivo. Por eso, tiene tantas conquistas como la que toca a la puerta con insistencia. Pero en estos momentos, da miedo y ese miedo, es una clara señal del peligro que él emana por el enojo que tiene en estos momentos. Es evidente que no va a negociar conmigo y el hecho de pensar que mi hijo es arrebatado y yo soy enviada a la cárcel por concebirlo de manera ilegal, me causa un dolor inmenso y aunque no quiera, mis ojos se nublan y mi voz se quiebra. — Señor Delacroix… — susurro con voz herida No, Kim. Debemos mostrarnos fuertes. Si nota que eres débil, más rápido te quitará al niño y eso será para él como quitarle un dulce a un bebé. Sabe que llorará, pero no hará algo por recuperarlo y por eso, lo quita de un solo movimiento — ¿Qué vas
Narrador OmnipresenteEl enojo invade a Alessandro quien siente que la presión sanguínea va a causar que su cabeza explote. Enojado, regresa a mi oficina para tomar las llaves de su auto e ir tras la osada secretaria que se atrevió a escapar.— Alessandro, ¿realmente vas a actuar así? Creí que me habías llamado para recordar viejos tiempos y vas a enfocarte en la inútil de tu secretaria — se queja.— Te llamé para el negocio. Pero, ahora no puedo atenderte. Tengo algo importante que hablar con mi secretaria. — dice Alessandro tomando su saco, llaves del auto y teléfono.De inmediato, llama a recursos humanos y pide la dirección de Kim mientras la mujer, va tras él enojada por su acritud.— Alessandro, soy una mujer ocupada. Si vine aquí fue para aprovechar mi tiempo libre. Pero si vas a tratarme así, no voy a volver a atender tu llamado, por más que seas insistente — le amenaza la mujer.— Está bien, señorita Jones. Lo que sea que desee hablar con su empresa, lo hablaré con su vicepres