Narra KimSabiendo que debo saber esa respuesta hoy mismo, tomo las pruebas de embarazo para marcharme al baño, aprovechando que mi jefe, estará ocupado con ‘la socia’ por más de dos horas.Con la ansiedad rodeándome abro las pruebas de embarazo y comienzo a colocar la muestra de orina en la misma. Aquí es donde me pregunto, ¿qué tanto puedes hacer para tener un bebé?¿Qué tan dispuesta estás por cumplir tu sueño de ser una buena madre cuando no tienes quien te ayude a serlo? Esas preguntas vienen a mi mente en estos momentos y la respuesta me llega de inmediato, estoy dispuesta hacer todo lo posible por ser una buena madre. Porque incluso, no me importa ir a la cárcel, si eso me deja tener a mi hijo. No me importa lo que pueda pasar con mi vida, ahora lo que me importa, es saber si realmente hay un bebé en mi interior. Eso es lo que me importa y priorizar a mi posible bebé por encima de mí, es un indicio de ser buena madre, ¿no?Suspiro profundo, para no mostrar mi enorme alegría ant
El cuerpo de mi jefe, siempre lo había clasificado como grande y fuerte por la estatura que tiene y cuanto musculo tiene en todo su cuerpo. Pero ahora que estaba tan cerca de él, podría clasificarlo como asfixiante y tenebroso. Él es demasiado atractivo. Por eso, tiene tantas conquistas como la que toca a la puerta con insistencia. Pero en estos momentos, da miedo y ese miedo, es una clara señal del peligro que él emana por el enojo que tiene en estos momentos. Es evidente que no va a negociar conmigo y el hecho de pensar que mi hijo es arrebatado y yo soy enviada a la cárcel por concebirlo de manera ilegal, me causa un dolor inmenso y aunque no quiera, mis ojos se nublan y mi voz se quiebra. — Señor Delacroix… — susurro con voz herida No, Kim. Debemos mostrarnos fuertes. Si nota que eres débil, más rápido te quitará al niño y eso será para él como quitarle un dulce a un bebé. Sabe que llorará, pero no hará algo por recuperarlo y por eso, lo quita de un solo movimiento — ¿Qué vas
Narrador OmnipresenteEl enojo invade a Alessandro quien siente que la presión sanguínea va a causar que su cabeza explote. Enojado, regresa a mi oficina para tomar las llaves de su auto e ir tras la osada secretaria que se atrevió a escapar.— Alessandro, ¿realmente vas a actuar así? Creí que me habías llamado para recordar viejos tiempos y vas a enfocarte en la inútil de tu secretaria — se queja.— Te llamé para el negocio. Pero, ahora no puedo atenderte. Tengo algo importante que hablar con mi secretaria. — dice Alessandro tomando su saco, llaves del auto y teléfono.De inmediato, llama a recursos humanos y pide la dirección de Kim mientras la mujer, va tras él enojada por su acritud.— Alessandro, soy una mujer ocupada. Si vine aquí fue para aprovechar mi tiempo libre. Pero si vas a tratarme así, no voy a volver a atender tu llamado, por más que seas insistente — le amenaza la mujer.— Está bien, señorita Jones. Lo que sea que desee hablar con su empresa, lo hablaré con su vicepres
Sabiendo que ya no podía prolongar su entrada, se quitó el saco para protegerla del calor y sin dudarlo un solo segundo, se adentró en el fuego sin importar que pudiera quemarse. Mientras les gritaba a los espectadores:— ¡Llamen a una ambulancia y a los bomberos!Su camisa blanca, Estaba siendo consumida por las llamas, pero ignoraba ello y pasando a través del fuego, llegó a Kim quien cubrió con el saco y la cargó en sus brazos intentando protegerla de las llamas hambrientas por consumirlos. Entrar en esa habitación había sido como experimentar el infierno y por ello, cuando salieron, sintió Alessandro un poco de alivio por la presión del calor, que había disminuido al salir. Pero, aún estaba preocupado por la inconsciencia de Kim.— La ambulancia tardara cinco minutos. — comenta uno de los vigilantes. — Cinco minutos es demasiado, ¿no hay manera de llamar a alguien más cercano? — pregunta Alessandro nervioso mientras coloca a Kim suavemente en el suelo para poder revisarla. Lucía
Los estudios estaban saliendo, las noticias buenas con respecto a la salud de Kim no se hicieron esperar y ahora, debían hacer una ecografía, para ver cómo está el bebé. Como la ginecóloga aún no había llegado y ella no tenía síntomas de aborto, nadie había hecho exámenes al bebé en específico. Por lo que, cuando llegó la ginecóloga, lo primero que trajeron fue el ultrasonido para hacerle una ecografía tras vaginal. De inmediato, Kim intento levantarse, pero Alessandro negó. — No te desesperes, todo va a estar bien. — susurra.— Bien, futuros padres. Ya me dieron información de su caso. Yo soy la ginecóloga Laura Shepherd y estaré revisando si este pequeño susto ha molestado al bebé. Dígame, ¿Cuánta semanas tiene?— Hace dos semanas me robo el esperma. ¿Sería ese el tiempo? — pregunta Alessandro causando que Kim se sonrojara avergonzada y sorprendiera a la ginecóloga. — B-bueno, no. Ese no es el tiempo. En el embarazo, se calcula el tiempo desde el último periodo y no, desde el mome
Narra KimLa propuesta me causa malestar. Pero más me causa malestar que me lo pregunte con tanta naturalidad. ¿Realmente cree que voy a entregar a mi hijo? ¿Cree que venderé al bebé que tanto me costó tener?Mis instintos protectores, me incitan a sacarlo a patadas de la habitación. Pero, al recordar que es mi jefe y padre de mi hijo, decido suspirar profundo y dejar que las cosas fluyan sin que me afecten demasiado. — No lo haré. — digo segura.— No se niegue. Aún no le he mostrado el cheque. Uno que tiene varios ceros que la favorecerán — comenta Alessandro y yo niego — Creo que no me está entendiendo. Yo no estoy interesada en vender a mi hijo. Quizás usted crea que es el único que desea tener un bebé, pero no es así. Soy consciente que suena un poco descarado decir esto más cuando le robe a usted.>> Pero, debo resaltarlo. Para tener este embarazo, recurrí a medidas extremas como robar el esperma de un extraño. Si escucha lo que digo, comprenderá cuan desesperada estuve. Por lo
La respuesta del señor Bill, cayó como un balde de agua fría. Si tener el hijo de mi jefe, había sido bastante impresionante, ahora, lo era doblemente al escuchar la propuesta de vivir con él. Sin duda, era algo que no esperaba vivir y menos, con mi jefe. Especialmente, con él. — No — dijimos al unísono. Nuestra respuesta, causa que el señor Bill sonría mientras nos mira a cada uno. — Vaya que saben cómo ponerse de acuerdo. — comenta el señor Bill sonriente.— El punto aquí es, que no es buena idea que vivamos juntos. Recién me he divorciado y por ello, llevarla a mi departamento, solo va a ponerla bajo la mira de la prensa. Lo cual, no es bueno en su estado — Por favor, Alessandro. Tu divorcio fue dramático y bastante doloroso porque golpeó con fuerza tu hombría. Ahora, tienes la manera de mostrar al mundo que, si tienes un hijo que está por nacer y que, como buen hombre, estás luchando por darle un hogar cargado de amor a tu hijo. — dice el señor Bill.— Padre, aunque tengas razó
Momento de la salida.Aunque quisiera decir que aceptaron dejarme sola e irme a mi casa, debo decir que ni siquiera se volvió a hablar de ello. Ya que, la señora Gabriela Delacroix, había estado hablándome de todos los planes que tenía para nosotras y me mostró, toda la ropa que iba a pedir para su nieto o nieta.Ropa que, sin duda, necesitaría más de diez niños para poder colocarle tanta ropa sin que deje de quedarle una sin estrenar. La mujer de conjunto de ropa a la moda e impecable, sonreía de solo pensar en limpiar a su nieto y llevarlo en sus brazos, aunque pueda sufrir ciertos percances como vómitos o pañales sucios.Ella estaba tan emocionada pensando en ello, que resultaba increíble que una mujer tan impecable y de algún modo, inalcanzable, hoy hablaba conmigo sobre pañales sucios y aseo del bebé. — He hablado tanto de mi futuro nieto o nieta, que tendría que anotar que libros te ayudarían a entender mejor lo qué digo. En mi tiempo, tuve que aprender por medio de ensayo y er