Sabiendo que ya no podía prolongar su entrada, se quitó el saco para protegerla del calor y sin dudarlo un solo segundo, se adentró en el fuego sin importar que pudiera quemarse. Mientras les gritaba a los espectadores:— ¡Llamen a una ambulancia y a los bomberos!Su camisa blanca, Estaba siendo consumida por las llamas, pero ignoraba ello y pasando a través del fuego, llegó a Kim quien cubrió con el saco y la cargó en sus brazos intentando protegerla de las llamas hambrientas por consumirlos. Entrar en esa habitación había sido como experimentar el infierno y por ello, cuando salieron, sintió Alessandro un poco de alivio por la presión del calor, que había disminuido al salir. Pero, aún estaba preocupado por la inconsciencia de Kim.— La ambulancia tardara cinco minutos. — comenta uno de los vigilantes. — Cinco minutos es demasiado, ¿no hay manera de llamar a alguien más cercano? — pregunta Alessandro nervioso mientras coloca a Kim suavemente en el suelo para poder revisarla. Lucía
Los estudios estaban saliendo, las noticias buenas con respecto a la salud de Kim no se hicieron esperar y ahora, debían hacer una ecografía, para ver cómo está el bebé. Como la ginecóloga aún no había llegado y ella no tenía síntomas de aborto, nadie había hecho exámenes al bebé en específico. Por lo que, cuando llegó la ginecóloga, lo primero que trajeron fue el ultrasonido para hacerle una ecografía tras vaginal. De inmediato, Kim intento levantarse, pero Alessandro negó. — No te desesperes, todo va a estar bien. — susurra.— Bien, futuros padres. Ya me dieron información de su caso. Yo soy la ginecóloga Laura Shepherd y estaré revisando si este pequeño susto ha molestado al bebé. Dígame, ¿Cuánta semanas tiene?— Hace dos semanas me robo el esperma. ¿Sería ese el tiempo? — pregunta Alessandro causando que Kim se sonrojara avergonzada y sorprendiera a la ginecóloga. — B-bueno, no. Ese no es el tiempo. En el embarazo, se calcula el tiempo desde el último periodo y no, desde el mome
Narra KimLa propuesta me causa malestar. Pero más me causa malestar que me lo pregunte con tanta naturalidad. ¿Realmente cree que voy a entregar a mi hijo? ¿Cree que venderé al bebé que tanto me costó tener?Mis instintos protectores, me incitan a sacarlo a patadas de la habitación. Pero, al recordar que es mi jefe y padre de mi hijo, decido suspirar profundo y dejar que las cosas fluyan sin que me afecten demasiado. — No lo haré. — digo segura.— No se niegue. Aún no le he mostrado el cheque. Uno que tiene varios ceros que la favorecerán — comenta Alessandro y yo niego — Creo que no me está entendiendo. Yo no estoy interesada en vender a mi hijo. Quizás usted crea que es el único que desea tener un bebé, pero no es así. Soy consciente que suena un poco descarado decir esto más cuando le robe a usted.>> Pero, debo resaltarlo. Para tener este embarazo, recurrí a medidas extremas como robar el esperma de un extraño. Si escucha lo que digo, comprenderá cuan desesperada estuve. Por lo
La respuesta del señor Bill, cayó como un balde de agua fría. Si tener el hijo de mi jefe, había sido bastante impresionante, ahora, lo era doblemente al escuchar la propuesta de vivir con él. Sin duda, era algo que no esperaba vivir y menos, con mi jefe. Especialmente, con él. — No — dijimos al unísono. Nuestra respuesta, causa que el señor Bill sonría mientras nos mira a cada uno. — Vaya que saben cómo ponerse de acuerdo. — comenta el señor Bill sonriente.— El punto aquí es, que no es buena idea que vivamos juntos. Recién me he divorciado y por ello, llevarla a mi departamento, solo va a ponerla bajo la mira de la prensa. Lo cual, no es bueno en su estado — Por favor, Alessandro. Tu divorcio fue dramático y bastante doloroso porque golpeó con fuerza tu hombría. Ahora, tienes la manera de mostrar al mundo que, si tienes un hijo que está por nacer y que, como buen hombre, estás luchando por darle un hogar cargado de amor a tu hijo. — dice el señor Bill.— Padre, aunque tengas razó
Momento de la salida.Aunque quisiera decir que aceptaron dejarme sola e irme a mi casa, debo decir que ni siquiera se volvió a hablar de ello. Ya que, la señora Gabriela Delacroix, había estado hablándome de todos los planes que tenía para nosotras y me mostró, toda la ropa que iba a pedir para su nieto o nieta.Ropa que, sin duda, necesitaría más de diez niños para poder colocarle tanta ropa sin que deje de quedarle una sin estrenar. La mujer de conjunto de ropa a la moda e impecable, sonreía de solo pensar en limpiar a su nieto y llevarlo en sus brazos, aunque pueda sufrir ciertos percances como vómitos o pañales sucios.Ella estaba tan emocionada pensando en ello, que resultaba increíble que una mujer tan impecable y de algún modo, inalcanzable, hoy hablaba conmigo sobre pañales sucios y aseo del bebé. — He hablado tanto de mi futuro nieto o nieta, que tendría que anotar que libros te ayudarían a entender mejor lo qué digo. En mi tiempo, tuve que aprender por medio de ensayo y er
Días despuésDecir que estoy viviendo la vida de reina es poco. Mientras estoy en la casa, la señora Gabriela, me hace extensas visitas contándome de su vida y todas las cosas que una madre debe saber antes que nazca su hijo. Cuando salgo de la casa, hay alguien para llevarme a donde lo necesite y cada cierto tiempo me preguntaban todos como estoy y cuando me refiero a todos, es todos. Alessandro y sus padres, están muy atentos a mí y por eso, me paso todo el día recaudando los datos de los casos mientras respondo a ellos sobre como me siento.Dalton, un compañero de los cuatro practicantes que somos, me molesta diciendo que tengo muchos novios y a cada uno le respondo algo distinto. Mientras que, los demás, sólo aseguran que tengo una familia emocionada y atenta por lo que este viviendo en mi experiencia cercana a mis próximos trabajos como abogada.— Hoy vamos a terminar después de la medianoche — se queja Alana al traer una pila de documentos.— Deberías prepararte, Kim. Tenemos má
Miro a mi alrededor mientras siento como el ambiente se torna pesado y todos nos observan. La vergüenza me invade y quiero terminar el espectáculo donde yo soy protagonista sin que me hayan avisado previamente. — Entonces, ha venido a saber de mí porque yo no me había comunicado y la señora Gabriela estaba preocupada. Bien, ya me vio y estoy bien. Puede irse, señor Delacroix y si vuelve a suceder esto, debe mantenerse calmado.>> Seguramente, estoy ocupada trabajando y no noto que me llaman al teléfono. Pero eso no quiere decir que este en peligro o algo malo haya pasado. Agradezco su preocupación y pido disculpas por haber sido tan descuidada. Ahora, que ya ha notado que estoy bien, vaya a su casa a descansar. Yo seguiré en mi trabajo. — digo soltándome de su agarre. — Bien, ¿por qué no nos vamos todos a casa? — interviene mi jefe — ya es tarde y necesitan despejar su mente y descansar su cuerpo, para que las cosas salgan bien. Solo descansando, las respuestas que no veíamos aparece
Haber subido al auto de mi jefe, había sido una decisión arriesgada que, por fortuna, no me dejó con las bragas perdidas o rotas como mi dignidad. Pero eso no impidió que pasara un momento vergonzoso como este, donde creen que me acosté con mi exjefe, teoría que se confirma al llevar a su hijo en mi vientre.Sabiendo que no puedo quedarme más tiempo y que nunca debí venir, busco la salida para marcharme de este loco lugar. Pero, cuando llego a la gran puerta que seguramente me lleva a la salida, la puerta no cede. — Señorita Morgan, espero un momento — escucho decir a Alessandro y yo me siento atrapada en una gran sala con una puerta que no quiere ceder. Ahora sé que sienten los perros cuando quieren salir, pero su dueño no les abre la puerta que han visto ser abiertas miles de veces. Yo sé cómo abrir una puerta, pero justamente me tope con una que me impide salir y por ello, soy prisionera de una moderna y amplia cárcel. — Señorita Morgan, espere un momento — dice Alessandro camina