Ángel fue y es lo mejor que me ha pasado en la vida, nunca habrá otra igual a ella... Tantas cabezas, tantos mundos, solo el de ella y el mío lograron encajar a la perfección como piezas de rompecabezas hechas para encontrarse tarde o temprano.—¿Qué hiciste Britt? —mamá solloza mientras toma el cuerpo de mi amiga entre sus brazos. No digo nada, solo quedó en silencio cerca de la puerta de entrada a la cocina. —Pobre niña tantas cosas malas... Y ahora... —llora, —¿qué hice mal? ¿qué? no entiendo, no lo entiendo enserio.Se lamenta mientras la abraza con fuerza, uniendo sus cuerpos y cubriendo las ropas que lleva de sangre.—Llamaré a la policía. —Susurro, ella no me escucha o se hace la sorda. Da igual, en este momento está en la etapa de tristeza y negación.Camino decidida a dónde está el teléfono de la casa y marco el número de emergencia. Pasa casi un aproximado de media hora antes de que la casa esté infestada de uniformados que van de un lugar a otro buscando a un asesino. Mamá
BIENVENIDOCuando menos te lo esperes, puedes conocer a alguien como Ángel...Ángel, ese era su nombre.Ella era mi mejor amiga, mi confidente y la que estaba conmigo siempre.Por ella superé la primaria y luego cursé los mejores años de la secundaria.Pero... Nunca la llegué a conocer realmente.Ella tenía un oscuro secreto que a nadie, ni siquiera a mí "su mejor amiga" contaba.Era todo lo que se podía decir y más, a veces no era nada de eso en realidad.Fría, calculadora y apasionada por la sangre de otras personas manchando su ropa.Ángel, no era como su nombre decía.Era un demonio hecho de carne y huesos.¿Te gustaría saber por qué?.Créeme, te vas a sorprender de lo tan podrida que pudo llegar a estar su mente.
"Presente."La luz de la lámpara pega directo a mi rostro, ambas manos las tengo entumecidas por el frío y las esposas de metal.La cara me pica, arde y duele por los golpes de las demás reclusas.El oficial me observa con desconfianza y molestia. Tanto él como yo, odiamos estar aquí de nuevo, intentando una vez más encontrar la verdad de esta historia.La silla de madera cruje cada que remuevo mi cuerpo con impaciencia.Deseo que esto termine ya, que pregunte y grite lo que tenga en mente para irme de nuevo a la celda y evitar morir durante la noche.— ¿Vas a hablar ahora?— Murmura sentándose frente a mí, siendo separado por la mesa de color gris. — ¿Dirás por qué la asesinaste?Seis meses y él aún cree que tengo la culpa, se le ve en la mirada.— Ya le dije, no fui yo... — Agacho la cabeza recordando con dolor aquellos momentos de libertad en donde cometí tantos errores.— Sí, claro... Aún sostienes esa mentira. — Aplaude y ríe con amargura. — Dime, ¿por qué hacer algo así?Niego ef
Pasado.A los siete años conocí a una niña de cabello castaño y ojos color verde, que por lo usual se la pasaba sentada en los columpios sin mecerse, solo estando allí inmóvil mirando a los otros como sí fueran bichos raros.Cómo era nueva en el pueblo de nombre "Wellsheys" que estaba a las afueras de ciudad, no tenía con quien jugar ni mucho menos con quien charlar. Mamá decía que para final del mes al menos debía llevar una amiga nueva a casa y ya el final de ese plazo se acercaba, sé que ella quería ayudarme y darme un empujoncito para tener amigos pero pienso que no debió hacerlo.Por la presión de sentir que mi progenitora se decepcionaría conmigo fui en busca de aquella persona que sabía no tenía con quien más estar.Y con un simple "Hola, ¿Quieres ser mi amiga?" marqué el final con sangre.A los diez Ángel y yo nos volvimos inseparables, incluso veíamos clases juntas.Mamá decía que era una niña linda que debía mantener siempre conmigo y en parte era cierto, porque el colegio f
Ángel tenía una extraña manera de ver las cosas a su alrededor.Ella, por más adolescente que fuera nunca lloraba y eso hacía que la admirara.Antes, mucho antes...Esa tarde la seguí como un perro fiel, caminaba con elegancia como siempre y su cabello se movía a la par del viento. Nos detuvimos por las escaleras para subir a la azotea y nos quedamos en silencio tomando asiento, no comprendía muy bien esa actuación pensé de momento que ella esperaba que se me pasara el malestar y pensara con claridad pero no fue así.—Ya llegó.Arrugue la nariz sin comprender y asomé la cabeza justo como Ángel lo hizo. Seguí su mirada y caí en la cuenta de que Aisha estaba parada escalones abajo sin percatarse de nuestra presencia.Maquillaba su rostro con calma, mi amiga hizo señas para me callara y observara con atención. El teléfono de la chica sonó y ella lo contestó luego de guardar el espejo y las demás cosas.—Erick ahora no... Aja si... ¿Qué quieres que te diga?... —hizo silencio unos segundos
Ángel era hermosa y elegante, todo lo que yo nunca podría ser. Pero ella tenía ese algo... Que causaba temor con tan solo verla directo a los ojos.—¡Aisha está en el hospital!— gritó Sara al entrar, con una expresión de horror y pánico.Todos en el salón de clases comenzaron a hablar acerca de ello, de pronto el tema del momento era Aisha y su repentina "caída".Unos murmuraban acerca de verla arrojarse ella misma, para llamar la atención. Otros, decían que eso lo hizo una vieja enemiga de un instituto vecino y siempre estaban los que callaban y observaban la reacción de los demás, como lo hacía Ángel quien reía por lo bajo.—¿Por qué ríes?— indagué con los vellos de la piel erizados. Se detuvo de inmediato y con el rostro lleno de cansancio me miró.—Porqué, todos ellos parecen tener razón... Digo, Carla y Lily la vieron caer.Mentira, ellas no estaban en el lugar cuando la empujé y mi amiga lo sabía bien. La profesora de castellano entró pidiendo orden y justo antes de voltearse Án
La manera que ella tenía de ver la vida era impresionante, era como si no tuviera miedo a morir en cualquier momento.Hacía las cosas apostando a ganar, arriesgando todo.Era miércoles por la tarde y estábamos en el comedor, degustando la rica comida "nótese el sarcasmo" que daban en la cafetería cuando por los pasillos corriendo pasó Brian gritando a los cuatro vientos.— "¡Aisha murió!"Me atraganté con la pasa que recién había metido en mi boca, Ángel giró los ojos aburrida por mi forma de ser. Los chicos que nos rodeaban se alteraron, unos sollozaban mientras otros comentaban acerca de "lo buena que fue la morena en vida", eran tan falsos los comentarios como las personas que los decían.Loretta una "amiga" cercana a Aisha, dentro de lo que cabía la palabra amistad para las populares del instituto, que estando presentes se mostraban buena gente y por la espalda se apuñalaban, se arrojó al suelo fingiendo un desmayo.Sofía, otra de las supuestas amigas gritaba como una desquiciada
Ángel ocultaba algo, algo grande que no se atrevía a contarme.Caminamos por los pasillos actuando durante un rato largo, al llegar a la esquina de la enfermería por arte de magia la tos desapareció tan rápido como llegó.—Ahora sí que iremos a la cárcel... —comenté pegando la cabeza en la pared, estaba aterrada hasta la mierda y las cosas que pasaban alrededor no me ayudaban mucho.—No lo... —dejé de escuchar a mi amiga, el impacto de algo pesado cayendo al suelo me hizo voltear y fijarme en el cuerpo de la chica.Atraganté un nudo que se formó y vi mi vida pasar ante mis ojos, no por miedo a que me atraparan, sino, porque la única persona con la que contaba en todo este mundo había caído desmayada y parecía un papel de lo pálida que estaba.Corrí gritando desenfrenada a la enfermera que leía uno que otro documento, se lo arranqué de las manos y le dije que mi mejor amiga no reaccionaba, ella se paró lo más rápido humanamente posible y al llegar a donde estaba Ángel pasó algo que tem