Ángel era hermosa y elegante, todo lo que yo nunca podría ser. Pero ella tenía ese algo... Que causaba temor con tan solo verla directo a los ojos.
—¡Aisha está en el hospital!— gritó Sara al entrar, con una expresión de horror y pánico.
Todos en el salón de clases comenzaron a hablar acerca de ello, de pronto el tema del momento era Aisha y su repentina "caída".
Unos murmuraban acerca de verla arrojarse ella misma, para llamar la atención. Otros, decían que eso lo hizo una vieja enemiga de un instituto vecino y siempre estaban los que callaban y observaban la reacción de los demás, como lo hacía Ángel quien reía por lo bajo.
—¿Por qué ríes?— indagué con los vellos de la piel erizados. Se detuvo de inmediato y con el rostro lleno de cansancio me miró.
—Porqué, todos ellos parecen tener razón... Digo, Carla y Lily la vieron caer.
Mentira, ellas no estaban en el lugar cuando la empujé y mi amiga lo sabía bien. La profesora de castellano entró pidiendo orden y justo antes de voltearse Ángel guiño uno de sus ojos. Oh... entiendo.
— Como sabrán una de sus compañeras se encuentra un poco mal por una caída, y está en el hospital, sus familiares han llamado al director diciendo que pronto va a regresar con nosotros así que no teman. —Sonrió ampliamente y chocó sus palmas— Aisha estará por aquí en menos de lo que canta un gallo.
Escuché como todos aplaudían a excepción de mi mejor y única amiga, quien propinó un golpe a la mesa molesta pero sin ser notada por alguien más que no fuese yo.
La clase empezó y los chicos se dispusieron a prestar atención, como si en serio les importará toda la basura acerca de cómo pronunciar ciertas palabras, la mayoría ni lo pondría en práctica luego de pasar por la puerta hasta la salida.
Los minutos pasaron volando y al escuchar el timbre recogí las cosas tan rápido como humanamente pude, los demás habían salido casi corriendo pero como era una tortuga quede al último, pero no sola, nunca sola.
—¿Le enviaras algún obsequio a Aisha?
Alce una ceja cuando vi la melena larga de Ángel sobre mi mesa, ella sabía que era mi culpa que la morena estuviera bajo esa situación ¿por qué habría de preguntar algo así?.
—No. —Negué con la cabeza gacha, el conserje llegó para fingir limpiar el salón mientras comía o quizás veía algún programa en su teléfono.
Ambas salimos y caminamos por los pasillos en silencio, era la hora del almuerzo así que todos debían de estar aglomerados en la cantina. Seth apareció ante nosotras, con una sonrisa enorme y me abrazo.
Quería golpearlo pero Ángel hizo señas para que aparentara no saber nada, y mejor era si él no sabía que teníamos conocimiento de su aventura con la chica fácil.
—Amor, no me contestas los mensajes ni llamadas ¿qué pasa?—reclamó cruzando sus brazos ante el pecho.
Ángel fingió darse un tiro en la cabeza con los dedos de la mano, se puso tras Seth y cada tanto lo fulminaba con la mirada.
—Está cansada de tanto estudiar— intervino, él la había notado antes lo supe porque sus ojos bajaron del rostro de ella hasta los pechos, como siempre.
—Ah... Ángel, no te había visto.— ¡Mentiroso! ¡Asquerosa rata, ruin y despiadada! —Por poco me matas del susto.
Para ponerle más drama a su actuación barata colocó la mano sobre el pecho, cerca de donde se supone debía tener el corazón, pero siendo Seth capaz y no poseía.
—Sí. Por poco...—Dijo ella riendo con cierta maldad que él inútil de mi novio no notó.
—Bueno, pero esa no es una excusa para ignorarme—se giró a verme cuando empezó a sentir que miraba mucho a la chica. —Me tienes estresado de tanto pensar en que ya no te importo, no tienes idea de la falta que me haces.
Hizo un puchero que tal vez antes me habría vuelto loca por completo, llena de ternura por su estúpida actuación. La chica tras de él, sonrió y un nudo se armó en mi estómago.
Algo estaba maquinando en su cabeza, algo malo...
—Seth, Britt tiene unas lindas flores y unos chocolates que enviarle a Aisha como muestra de solidaridad y... am... amistad. Pero su madre la castigó por no limpiar la habitación ¿podrías llevarlo tú?
La miré con los ojos bien abiertos, ¿de cuándo acá yo tenía planeado enviar eso?. Él chico bufó e intentó hacerse el enojado para luego acceder, Seth solo buscaba una excusa para ir a ver a una moribunda Aisha.
Y, al parecer Ángel se la dio.
—Bueno, sí que más.— Se giró y besó mi frente— lo que sea por ti amor. Dejas los obsequios en mi casillero, al salir del entrenamiento los llevo.
Y se marchó.
—¿Qué fue eso?— indagué. Ella se hacía la inocente.
—Eso será tu boleto de salida ante los demás.—Dice, refiriéndose a las dudas que podrían llegar a tener si meditan bien quienes fueron las últimas en salir del instituto.—Tengo unas bonitas margaritas que me regalaron esta mañana junto con una caja de bombones y el club de química un veneno nuevo que probar.
Las manos se me helaron automáticamente ¿ella planeaba envenenarla? y peor aún ¿planeaba que Seth fuera culpado?
—Oh, vamos —hizo un puchero— quita esa cara, sabes que esto lo hago por ti. Porque eres mi mejor y más grande amiga y no permitiré nunca que alguien se burle de ti, en tu cara de nuevo —se refería a la traición de mi novio— ni mucho menos que te echen la culpa por algo que ellos mismos se buscaron.
Dicho eso amplió las comisuras de los labios en una sonrisa, siniestra a mi parecer.
La manera que ella tenía de ver la vida era impresionante, era como si no tuviera miedo a morir en cualquier momento.Hacía las cosas apostando a ganar, arriesgando todo.Era miércoles por la tarde y estábamos en el comedor, degustando la rica comida "nótese el sarcasmo" que daban en la cafetería cuando por los pasillos corriendo pasó Brian gritando a los cuatro vientos.— "¡Aisha murió!"Me atraganté con la pasa que recién había metido en mi boca, Ángel giró los ojos aburrida por mi forma de ser. Los chicos que nos rodeaban se alteraron, unos sollozaban mientras otros comentaban acerca de "lo buena que fue la morena en vida", eran tan falsos los comentarios como las personas que los decían.Loretta una "amiga" cercana a Aisha, dentro de lo que cabía la palabra amistad para las populares del instituto, que estando presentes se mostraban buena gente y por la espalda se apuñalaban, se arrojó al suelo fingiendo un desmayo.Sofía, otra de las supuestas amigas gritaba como una desquiciada
Ángel ocultaba algo, algo grande que no se atrevía a contarme.Caminamos por los pasillos actuando durante un rato largo, al llegar a la esquina de la enfermería por arte de magia la tos desapareció tan rápido como llegó.—Ahora sí que iremos a la cárcel... —comenté pegando la cabeza en la pared, estaba aterrada hasta la mierda y las cosas que pasaban alrededor no me ayudaban mucho.—No lo... —dejé de escuchar a mi amiga, el impacto de algo pesado cayendo al suelo me hizo voltear y fijarme en el cuerpo de la chica.Atraganté un nudo que se formó y vi mi vida pasar ante mis ojos, no por miedo a que me atraparan, sino, porque la única persona con la que contaba en todo este mundo había caído desmayada y parecía un papel de lo pálida que estaba.Corrí gritando desenfrenada a la enfermera que leía uno que otro documento, se lo arranqué de las manos y le dije que mi mejor amiga no reaccionaba, ella se paró lo más rápido humanamente posible y al llegar a donde estaba Ángel pasó algo que tem
Debí pensar antes de actuar, debí gritar lo que callaba. Pero no podía, ya había sellado con sangre ese pacto de amistad.No pude dormir en todo la noche luego de escuchar lo que tenía para pedir, tampoco me dio hambre por la mañana y llegué pareciendo un zombie al instituto. En cambio, mi amiga parecía tan fresca como una lechuga, con una sonrisa radiante y un vestido de invierno nuevo.La habían dado de alta para que descansara pero a ella le daba igual eso, lo que más quería era cumplir su deseo y lo que yo más anhelaba es que se retractara y dijera que nada de eso era cierto.— ¡Britt!— gritó a centímetros de mi oreja, había caído dormida sobre la mesa de estudios en la biblioteca.Aunque no era del tipo que solía comerse los libros por las mañanas, solo en ellas podía tener el lugar para mí y las locuras de ideas que tenía mi amiga.—¿Estás segura de esto?— deseaba que dijera un rotundo "no" pero fue lo contrario.Dejo de ver su largo mechón de cabello y sus ojos hermosos y larga
Debieron de darle un premio por ser tan ingenuo, pero no, creo que Ángel le dio algo mucho mejor.— Britt, Britt, Britt— Negó varias veces alrededor, y riendo me señaló. — Podemos llegar a un acuerdo ¿no crees?Arrugué la nariz y lo miré por el rabillo de mi ojo. ¿A qué se refería con acuerdo?, él quería algo más y si eso lo silenciaba pues bien.—¿Qué quieres?— pregunté con la garganta seca y lamiendo mis labios, tenía sed y mucha por culpa del idiota ante mí.—Bien. —Entrelazo sus manos y sacó pecho— Yo quiero una cita con tu amiga y ella no para de evitarme, pero estoy seguro que con este pequeño secreto que sé de ustedes ahora si va a querer salir conmigo. Lo malo es que no le puedo decir que conozco esto o de ser así es capaz de acuchillarme por la espalda, así que tu como buena amiga le dirás que acepte mis invitaciones y listo.Ju, pobre tonto.—Por supuesto. —Lo miré con desconfianza y alcé el rostro— ¿Pero cómo sabré si de verdad vas a callar y no dejarás por ahí a alguien má
Ángel estaba loca, pero dentro de toda su locura había algo de cordura que la volvía un peligro para la sociedad.—¡Está loca! ¡Te juro que lo está!— Dylan miraba mi actuación con gracia y admiración.Estaba realmente fascinado con la idea de que mi amiga y yo peleáramos por lo que pasó con Aisha. Mentí un poco con respecto a lo sucedido y dije exacto lo que Ángel me había comentado "Aisha murió porque envenené su agua días antes en la cafetería del instituto, mucho antes de su repentina caída que aseguro no es mi culpa".Ni mi amiga ni yo queríamos que se supiera la verdad, ella porque necesitaba tiempo para lograr su más anhelado sueño y yo porque había prometido con sangre estar para ella hasta el final.—Entonces... Ángel está molesta porque le contaste la verdad.— Asentí y continuo – bueno, con sinceridad tiene toda la razón de estarlo, eres un peligro para la sociedad ese impulso tuyo de odio en su contra por "haberte maltratado durante el colegio" es un tanto... Estúpido.Mordí
La belleza que ella tenía opacaba cualquier mal que pudiera presentar en su cabeza.Un olor asqueroso llegaba a mi nariz mientras dormía, me moví un poco para alejarlo pero ahí seguía hasta que opté por abrir los ojos y mirar como la castaña estaba cubierta de sangre de pies a cabeza, observando sentada en la silla del escritorio.Me levanté impactada sin nada que decir y ella parecía saber qué efecto causaba en mí.La habitación se encontraba medio oscura a excepción de esas partes en donde la lámpara que mamá me regaló para mi cumpleaños, iluminaba.—¿Qué...— no podía siquiera preguntar lo obvio, estaba en un trance del cual costaba salir por sí solo.Resopló y encendió la luz de la habitación. Luego volvió a tomar asiento y me miró con cansancio en el rostro.—Me encargué del policía que vigilaba la casa de mamá y papáSi antes estuve en shock pues en ese momento entre en otro mundo, una paralelo donde mi mejor amiga decía haber matado a un uniformado que nos podía llevar directo a
Suele pasar que la belleza y la inteligencia no vienen agarradas de mano, pero ella era uno de esos casos en los que traía a ambas domadas y juntas.—Deja de morderte la uña —Comentó acostada boca abajo mientras revisaba aburrida su teléfono.No lograba comprender como podía estar tranquila una noche de viernes luego de haberle quitado la vida a dos policías.Respiré profundo y la miré desde mi cama.— ¿Qué haremos si se enteran de lo que hiciste?Siguió jugando con el teléfono e ignorándome, hasta que me harte de ello y se lo arrebate de las manos logrando que su rostro de porcelana tuviera un cambio drástico. Las líneas de expresión aparecieron en cuanto frunció el ceño y se puso en pie para tomar la bolsa de plástico en donde había metido el cuchillo. El vestido lo había puesto a lavar con el quita manchas especial de mamá y en poco menos de unos minutos ya estaba como nuevo.—Voy a encargarme de que nadie se entere... —Luego de la cena le había pedido a mamá una de sus palitas plá
Ella tenía un método para hacer las cosas, era buena en ello. Y yo, no comprendía nada de lo que pudiera llegar a explicar.El domingo pasó para mamá y para mí de manera lenta, como si haber visto el cadáver de la pelirroja nos hubiera arruinado el tiempo. Mi progenitora había cerrado puertas y ventanas, apagado el televisor y desconectado el internet, pues no quería recordar nada de lo que con mucho horror presenció durante el día anterior.Ángel se cambió al apenas llegar colocándose de nuevo el vestido rosa y se marchó a casa. Según su buena actuación se encontraba "muy traumada" y deseaba pasarla en su hogar junto a sus padres, quienes "veía como sus ángeles guardianes" eso dijo. Pero era obvio a lo que iba en realidad, necesitaba pasar desapercibida y para ello debía de usar a los adultos como camuflaje.Ya para el lunes por la mañana me encontraba frente a mi casillero con una cara de muerta por el trasnocho, era difícil callar a la consciencia cuando estaba en plan "voy a destr